Los años han pasado, terminé mi carrera y me incorporé a la empresa para trabajar con mi padre, creamos un dúo fantástico. Aprendí todo lo que él esperaba y más, hemos sido inseparables por todos estos dieciocho años que mi hermana no ha estado.
Entro a su oficina con unos documentos en la mano para revisarlos junto a él, me lo encuentro mirando por la ventana con la vista perdida, seguramente pensando en mi hermana, como hago yo cada día. Su cabello gris, aquellos surcos en su rostro me llaman a abrazarlo cada día, porque no quiero que el día que deje este mundo la consciencia me atormente con aquellas cosas que pude y no hice.
-¿En qué piensa el mejor padre del mundo?
-Supongo que lo bien que lo ha hecho en su vida, mientras que yo estoy aquí pensando en las cosas que no hice bien.
-Padre, para mí tú eres el mejor del mundo, y no creo que hicieras algo mal.
-Tu hermana…
-No, ella decidió irse, nosotros no podíamos hacer nada aunque quisiésemos, ya sabes lo testaruda que es.
-Y tú… no te juzgo por tus gustos, pero tengo miedo de que no llegues a ser feliz.
-Padre, tranquilo. He sido feliz estos años, me siento libre.
-Pero ese es el problema, no lo eres. A pesar de decirnos que no te interesan las mujeres, tampoco te he conocido una pareja masculina.
-No creí que aceptaras te presentara un novio.
-No se trata de que acepte o no a alguien que te haga feliz, se trata de que tú seas feliz. Y eso es lo que me preocupa, te he visto tan solitario toda la vida hijo.
-Si no has conocido a nadie es porque no he encontrado la persona indicada.
Suspira con resignación, toma asiento y lo sigo, comenzamos a revisar los documentos, vamos haciendo anotaciones y correcciones. Veo que mi padre se suelta un poco la corbata y que suda profusamente.
-Padre, ¿te sientes bien?
-Tengo calor… necesito agua.
-Yo te traigo.
Me pongo de pie, pero no consigo girarme siquiera, porque mi padre cae al suelo.
-¡Papá!
Lo veo con los ojos cerrados y un terror infinito me invade. Corro fuera de la oficina pidiendo ayuda, mientras llamo a emergencias. Su asistente entra de inmediato y comienza a revisarlo.
-¡Tiene pulso!
Doy gracias a Dios por eso, espero que aguante hasta que llegue la ambulancia, porque si llego a perder a mi padre, no sé qué será de mí.
Mis manos se encuentran rojas de tanto torcer un papel, el cual no tengo idea de dónde salió, mi madre llora a mi lado sin consuelo, pero no puedo consolarla, no me nace. Un doctor se acerca a nosotros para darnos información y me pongo de pie de inmediato.
-¿Familiares de Alex Manterola?
-Soy su hijo, ella su esposa… ¿cómo está?
-Bueno, ha sufrido un infarto. Ahora está sedado y duerme para que los medicamentos que le dimos para estabilizarlo sean más efectivos. Necesito que me den todos los antecedentes cotidianos, lo que come, lo que toma, si hace ejercicios o es sedentario, algún vicio… lo que sea.
-Sí, doctor.
-En treinta minutos estaré en mi oficina y puede pasar por allí para que me dé esos antecedentes.
-¿Puedo entrar a verlo?
-Me temo que por ahora no, pero veremos cómo evoluciona por la noche y mañana podrán entrar.
-Entonces yo me voy a casa, no tiene sentido que me quede aquí – dice mi madre -.
-Mamá… podría necesitarte aquí.
-No lo creo, tú sabes todo de tu padre, yo me iré a descansar, esto me ha provocado una migraña terrible.
Sin más ceremonias, se va dejándome solo con el estado de salud de mi padre y con un doctor bastante sorprendido.
Llamo a la única persona que puedo llamar en un momento así, busco el número de Pilar, la que no sé si estará disponible, ya que hoy había matrimonio en la familia y seguro ella está allá. Le marco y me responde de inmediato.
-Hola prima, perdón por molestarte, solo quería avisarte que mi padre tuvo un infarto esta tarde y ahora está internado, bajo observación.
-Alex… lo siento mucho, en cuanto pueda estará allá, no te dejaré solo en esto.
-Gracias, Pili.
-Nos vemos.
Cuelgo sintiendo un poco más de alivio, me derrumbo en una silla y solo deseo que mi padre salga pronto de aquí, llevarlo a casa y cuidarlo como se merece. Esto definitivamente me va a obligar a sacarlo de la empresa, es tiempo de que asuma el mando para que él pueda descansar de sus años de trabajo.
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Tras varios días de angustias, el desenlace que menos esperaba ha llegado.
Mi padre agoniza y ha pedido que me quede solo con él, me toma una mano y balbucea palabras que no entiendo.
-Jaz-Jazmín… búscala… hijo… cuídalos…
-Papá, mamá ya la contactó, pero sus votos no le permiten salir del convento.
-Alex… búscala… hijo…
-Hablaré con mamá, te prometo que no la dejaré tranquila hasta queme diga y yo mismo iré por Jazmín.
-Nieto…
-Papá, los tendrás, muchos, quiero contarte algo que nunca quise decirte por vergüenza – me acerco a su oído y le susurro -. No soy gay, lo hice para que mamá me dejara tranquilo.
-Bien… feliz, sé feliz.
Cierra sus ojos y deja escapar un último suspiro.
-Te amo, hijo. Búscala… busca a Jazmín y a su…
Pero no dice nada más, todo su sistema colapsó luego de un segundo infarto y una embolia, no volvió a levantarse. El monitor me dice que mi padre me deja y no puedo hacer nada.
Tengo miles de millones en mi cuenta, podía pagar el mejor hospital, los mejores doctores, pero eso no era suficiente para salvarle la vida a mi padre.
Dejo que mis lágrimas corran sin control, mientras el doctor y las enfermeras entran para hacer algo por él, es su instinto, el instinto humano de dar vida, de confortar, de proteger, de salvar. Pero nada es suficiente ahora.
Una enfermera me saca de allí, mientras trata de darme consuelo, pero es inútil, estoy solo. No puedo decir que tengo a mi madre, porque simplemente no cuento con ella, apenas me dirige la palabra por mi supuesta condición y prefiero que se quede así, hasta estas alturas me quedaré solo.
Casi cinco años después de la muerte de mi padre, duele totalmente, pero me he esforzado por mantenerme a flote, no podía derrumbarme y permitir que el esfuerzo de su vida se perdiera solo porque yo no fui capaz de ser fuerte.Salgo del ascensor con una caja de chocolates y un globo que dice feliz cumpleaños. Mi querida asistente está de cumpleaños y no podía dejar pasar este detalle, el mismo que mi padre tuvo con ella por los quince años en que ella trabajó para él.-¡Feliz cumpleaños, Fabiola! – ella se pone de pie, con lágrimas en sus ojos y acercándose a mí -.-Ay joven, no tenía que hacerlo – me dice recibiendo los regalos y un abrazo de mi parte -.Fabiola Vilches fue la mano derecha de mi padre, conocía todos sus secretos y sus mañas. El tiempo que conseguí estar aquí trabajando con papá, me
Tras dejar la sala y casi correr hasta el ascensor, bajé las cuatro plantas y salí del edificio para ir a comer. Aunque más me urgía escapar al exterior para tomar algo de aire fresco, me siento incluso mareado. Todo esto es nuevo para mí, nunca perdí la cabeza por una chica, porque aquella chica que alguna vez me interesó no provocó ni un mínimo de sentimientos que Alissa ha logrado.Camino con las manos en los bolsillos, dejando de lado el sonido de mi celular que suena insistente. Llego hasta el restaurante que visito cada días desde que llegué a la empresa, el mismo que antes visitaba con mi padre.Al entrar, me saludan los meseros y los chicos de la barra. Me voy a la misma mesa, una al rincón del lugar y al lado de la salida desde la cocina.Unos minutos más tarde, con mi plato frente a mí, como con dificultad. En este momento me cuestiono si hice bien en deja
Respiro profundo, tratando de concentrarme en lo que debo hacer, pero saber que ella está allí, en su escritorio tecleando afanada, con el ceño fruncido, casi sin parpadear. Con su boquita haciendo un piquito, lista para ser besada--¡Concéntrate!Me regaño y ya siento que me estoy volviendo loco. En tan solo un par de días me he visto en la obligación de reconocer que Alissa me gusta de verdad, muchísimo y estoy dispuesto a trabajar en mi timidez. Esta es la oportunidad de mi vida y me vale gorro la diferencia de doce años que tenemos.Miro el reloj, me quedan quince minutos para salir, eso en teoría, porque por estar pensando en ella, escondido aquí para no terminar como colegial enamorado todo sonrojado, me he retrasado en algo que debe quedar listo hoy sí o sí.No podré desearle un buen fin de semana, pero creo que el lunes podré verla repues
Arranco el auto, las manos me tiemblan y solo ruego que ella no lo note, porque quedaría en ridículo.-Muchas gracias – me dice con un poco de nostalgia en la voz -. La verdad es que no recuerdo cuando fue la última vez que alguien me ayudó sin esperar algo a cambio de mí.-Bueno, tampoco es que no espere nada a cambio – ella me mira sorprendida -. Supongo que esto amerita el pedirte un día que almuerces conmigo, para que me sigas contando sobre tus trabajos anteriores. Aún no sé por qué te despidieron, si eres tan inteligente.-Por un momento creí que harías lo que hacen todos los hombres que me han dado su ayuda “desinteresada”.-Yo jamás haría eso – le digo divertido mirando el camino -.-Obvio, no es que yo sea de tu gusto – se ríe -.Mi cuerpo se tensa, pero no dejo de reír, más porque su ri
Me quedo en el estacionamiento unos pocos minutos, sonriendo al saber que después de dos días la veré, con su sonrisa brillante, su cuerpo perfecto y su carácter de mujer independiente.Me bajo del auto, queriendo saltar de felicidad y buscando entender que todo esto es resultado de años reprimido. Camino hacia la entrada, consigo ver a Ignacio sosteniendo la puerta para que Alissa y la señora Fabiola pasen al edificio. Algo se me retuerce en las entrañas, como si el maldito Alien quisiera salir de mí de un momento a otro.Entro al edificio, tratando de mantener la sonrisa con la que llego todos los días, obligándome a entender que fue un gesto de caballerosidad para ambas mujeres.Espero el ascensor, que baja rápido y, una vez se cierran las puertas, busco la manera de respirar para no salir corriendo a mi oficina en cuando la vea. La caja metálica llega a su destino y al abrirs
Se que me he ganado unas ojeras por casi no haber dormido anoche, porque no podía sacarme de la cabeza la imagen de Alissa sonriendo con Ignacio. Es estúpido, sería la solución decirle la verdad de una vez, pero me muero de miedo.Son veinte años de sostener una vida que no existe para escaparme de todas las mujeres que a mi madre se le ocurrió que podían ser mi pareja. Para justificar que estuviera tan solo desde siempre, que huyera de las mujeres y que… ¡aaahhhhhh!Llego a mi oficina como alma en pena, solo quiero enterrarme en trabajo y no pensar en nada más que no sea trabajo. Pero uno nunca tiene lo que quiere, ¿se han dado cuenta de eso?Llaman a la puerta, de mala gana indico que pase la persona, sea quien sea, solo quiero que entre y se vaya lo antes posible, para quedarme tranquilo aquí, en mi soledad y mi trabajo.-Señor Manterola, le traigo unos informes d
Lejos de todo lo que me pueda atormentar, de todas las personas que me pueden causar daño, de las distracciones y del trabajo, aquí me encuentro, en una de las playas más hermosas de Chile, en el norte del país.Bahía Inglesa es un balneario que se encuentra a unos siete kilómetros de una pequeña ciudad llamada Caldera, en la región de Atacama. Unas pocas personas viven aquí de manera permanente, las demás viviendas se ocupan solo para épocas de vacaciones.Incluso en invierno es agradable de venir, escaparse del bullicio de la gente. Pero venir aquí en cualquier época del año que no sean vacaciones, es una oportunidad para estar solo y tranquilo. Por eso lo he elegido para pasar una semana, otra poder ordenar mi vida y buscar la manera de tomar las riendas que una vez dejé sueltas por miedo a ser más estricto con los que me rodean. En especial con esa se&nti
Voy subiendo por el ascensor, con todas las ganas de ver a mi princesa, sin embargo, al llegar no la veo por ninguna parte. Quiero llevarla a almorzar para contarle lo que he descubierto y que muy pronto podré tener a mi lado familia que me quiera.Me voy directo a mi oficina, la señora Fabiola hoy tiene permiso de llegar más tarde, así que decido que antes de comenzar a trabajar, quiero un café y chocolates. Justo en ese momento me llama el abogado.-Señor Olivares, buen día.-Señor Manterola, muy buen día, le tengo noticias nuevas.-Solo dígame lo que sabe, estoy ansioso por encontrar a Jazmín y a mi pequeño Alex.-Jajaja, que de pequeño ya no tiene nada, es un hombre de veintitrés años, terminó sus estudios en la carrera de pedagogía en artes visuales. Su hermana hipotecó la casa para pagarle sus estudios.-¿