Leo temblaba cuando se marchó dejando a la chica que lloraba en la soledad de la pequeña habitación de la casa rodante.
Salió al solar y pateaba cuanta piedra se atravesaba en su camino sin importarle maltratarse el pie. Tenía que sacar toda la ira que sentía en esos momentos. Un momento de debilidad y todo se había ido a la mierda.
— ¡Maldita sea! — gruño muy encolerizado.
Leo estaba furioso consigo mismo y al mismo tiempo con Susana. Con él porque no tuvo la fortaleza para sucumbir a las caricias de la joven. Y con ella, porque era una joven inexperta y vulnerable a cualquier hombre. Con un simple beso ella sucumbió al placer que él le provocó y se dejó hacer lo que él quería. Gracias a la idea que la joven tenía fija logró escapar de su propia trampa.
Unas imágenes llegaron a Leo que lo descontrolo un poco m&aa
Susana daba gritos al ver que Leo recibía golpes tras golpes y no lograba responder con destreza. Si él caía su vida dejaría de tener algún valor porque eran claras las intenciones de esos dos hombres.— ¡Dios lo va a matar! — ella gritó al ver que el cuerpo de Leo estaba tendido en el suelo y no daba ninguna señal de vida.Y cuando sus ojos vieron que el hombre dispuesto a terminar con la vida de Leo agarró entre sus manos un madero encendido sin importar el calor que abrasaba sus manos y lo golpeó con todas sus fuerzas derribándolo.Su cuerpo temblaba y sus manos parecía que no tenía ningún tipo de control en ellas, miró al hombre inconsciente, la respiración de la joven era errática e inconstante. Ella arrojó el madero y corrió hasta donde yacía Leo desmayado y lo zarandeó para despertarlo.&mdash
Leo conducía a duras penas y de reojo buscaba la presencia de la chica. A sus pensamientos llegó el recuerdo de la cara de la joven. Ella estaba muy asustada, estaba muy aterrada.¿Acaso no era suficiente tener que pasar por esta nueva prueba? ¿No era suficiente con el maldito secuestro?Su corazón palpitó hasta querer desbocarse de su pecho cuando escuchó los gritos de ella, prácticamente ella lo trajo del otro lado. Su voz lo llamó para no morir.¿Qué era lo que le estaba pasando con respeto a esa joven extraña? ¿Acaso se le olvidó cuál era su obligación con ese trabajo?Después de conducir por un largo tiempo en silencio y muy preocupado por lo que él sentía por aquella joven, detuvo el vehículo a un lado del camino y la miró con expresión de extrañeza.Tenía que saber lo que ella
Un hombre camina desesperado de un lado a otro tratando de controlar las emociones que lo tienen muy confundido. Un hombre hecho a fuerza de trabajo y con un buen entrenamiento se siente como un niño que acaba de descubrir la mayor delicia, como si fuera su helado favorito y no puede dejar de comerlo.Parece un adolescente enamorado por primera vez de una estrella de cine. Una mujer que está muy lejos de él.El corazón de Marcos temblaba de la emoción que está sintiendo. Esta sensación era tan avasalladora que sus sentidos los tenía confundido. Nunca sintió una fuerza tan grande como esa cuando besó a la joven, aun podía saborear el dulce sabor de esa boca virginal.Ni que su excitación fuera tan rápida con una mujer. Él a sus veintiséis años tenía una larga lista de experiencia, pero esta sin intención con solo un beso lo ten
Aquella mañana la estación de policía era un total caos sobre todo la División especializada de Secuestros por la desaparición de otra jovencita la noche anterior. En menos de dos meses ya iban más de diez jovencitas extraviadas.Al principio pensaron que las chicas escapaban de sus casas, pero las denuncias los pusieron en alerta.Todos estaban en alerta y concentrados en los avances de la investigación y tal vez por eso nadie vio ingresar a Matilde con una caja de donas. Llegó hasta la sala de reunión de los agentes especializados.—Miren estos son hasta ahora los identificados de la banda de tratas de blanca— en la pequeña oficina había varios agentes estudiando el caso sobre los secuestros y en un pizarrón se encontraba las fotos de Pepe, Joel y Leo— debemos tener en cuenta que…Matilde se paró en la puerta de la oficina, y c
La noche era oscura, pero no hacía falta luz alguna para que las manos del hombre acariciaran las esbeltas piernas y colmarla de besos aquel vientre plano y tembloroso de excitación. Los labios de ella entreabiertos gemía el nombre de la persona que le enseñaba lo hermoso de la vida.— ¡Leo! — gimió ella cuando sintió que él la volvía a penetrar. Lo hizo sin afán, solo alargó aquella hermosa y dulce sensación que la hacía vivir esa experiencia.Los movimientos de las caderas del hombre sudoroso eran ondulantes y profundos, él se apoyaba en sus manos para poder embestirla con deleite.—Te amo, Susy— gimió cuando sintió que lo golpeaba el orgasmo de nuevo— no puedo detenerme.Ella que también sintió un corrientazo que la mandó lejos, al país de la dulzura y el placer. Gemía a la par d
La mañana seguía su curso y el sol calentaba en su esplendor, y eso hacía que el calor fuera más fuerte. Haciendo sudar a los hombres y poniéndolos de malhumor y un poco agresivos entre sí.Leo al escuchar las palabras de Pepe solo se limitó a fruncir el ceño, pero no dijo nada al respecto.— ¿Porque tengo que ir yo donde el Topo? — respondió con otra pregunta y así resto importancia a la burla de Pepe — no es lo que hace siempre el jefe.Los hombres se miraron y soltaron una carcajada.—El jefe está ocupado con su mujercita— ellos reían a carcajada y hacían gesto vulgares — esa mujer es una fogosa y a toda hora se lo pasan follando, por eso lo mantiene bien ocupado – ambos hombres reían a carcajadas.Aquellos hombres no eran de gran ayuda para lo que Leo necesitaba indagar.— ¿D&oacu
Leo sostenía con fuerza el volante del auto mientras conducía a toda velocidad esa mañana. Condujo sin importarle romper alguna norma de tránsito o de debía mantener un bajo perfil en la carretera, solo quería llegar al lugar donde podría a trabajar a marcha acelerada para rescatar a Susana.La distancia era bastante y sin parar en ningún lado condujo toda la mañana hasta la ciudad y llego al apartamento donde él vivía. Estaba cansado y exhausto. Sus ojos rodearon el lugar y se percató que Matilde estuvo ahí, y al parecer estuvo organizando sus pertenencias. Esto era algo común entre ellos, pero ahora le molestaba y mucho.Entro y dejo el maletín que siempre usaba como pantalla de vendedor y dejo salir el aire de sus pulmones, luego con paso lento se dirigió a la habitación.Cansado se recostó en la cama, cruzó sus manos detr&aacut
Matilde salió hecha una furia del apartamento de Marcos. No podía creer ni aceptar el cambio que él tenía con respecto a ella. Ellos ya habían hablado de organizarse para casarse en el futuro, por eso en su corazón se propuso investigarlo. Tal vez si llegaba a la empresa con la que él trabajaba podría encontrar el motivo o la causa del cambio en él que cambió en su relación.Subió a su auto y condujo con la sirena encendida para llegar rápido a la división donde ella trabaja. Ahí podía investigar a profundidad al hombre y la maldita empresa que lo está alejando de ella.Otro motivo del distanciamiento de Marcos puede ser la existencia de otra mujer. Y de ser así ella lo evitara a toda costa.— ¡Sargento! – la saludó uno de sus hombres— ¿Que hace a esta hora por acá?Ella lo miró m