Un hombre camina desesperado de un lado a otro tratando de controlar las emociones que lo tienen muy confundido. Un hombre hecho a fuerza de trabajo y con un buen entrenamiento se siente como un niño que acaba de descubrir la mayor delicia, como si fuera su helado favorito y no puede dejar de comerlo.
Parece un adolescente enamorado por primera vez de una estrella de cine. Una mujer que está muy lejos de él.
El corazón de Marcos temblaba de la emoción que está sintiendo. Esta sensación era tan avasalladora que sus sentidos los tenía confundido. Nunca sintió una fuerza tan grande como esa cuando besó a la joven, aun podía saborear el dulce sabor de esa boca virginal.
Ni que su excitación fuera tan rápida con una mujer. Él a sus veintiséis años tenía una larga lista de experiencia, pero esta sin intención con solo un beso lo ten
Aquella mañana la estación de policía era un total caos sobre todo la División especializada de Secuestros por la desaparición de otra jovencita la noche anterior. En menos de dos meses ya iban más de diez jovencitas extraviadas.Al principio pensaron que las chicas escapaban de sus casas, pero las denuncias los pusieron en alerta.Todos estaban en alerta y concentrados en los avances de la investigación y tal vez por eso nadie vio ingresar a Matilde con una caja de donas. Llegó hasta la sala de reunión de los agentes especializados.—Miren estos son hasta ahora los identificados de la banda de tratas de blanca— en la pequeña oficina había varios agentes estudiando el caso sobre los secuestros y en un pizarrón se encontraba las fotos de Pepe, Joel y Leo— debemos tener en cuenta que…Matilde se paró en la puerta de la oficina, y c
La noche era oscura, pero no hacía falta luz alguna para que las manos del hombre acariciaran las esbeltas piernas y colmarla de besos aquel vientre plano y tembloroso de excitación. Los labios de ella entreabiertos gemía el nombre de la persona que le enseñaba lo hermoso de la vida.— ¡Leo! — gimió ella cuando sintió que él la volvía a penetrar. Lo hizo sin afán, solo alargó aquella hermosa y dulce sensación que la hacía vivir esa experiencia.Los movimientos de las caderas del hombre sudoroso eran ondulantes y profundos, él se apoyaba en sus manos para poder embestirla con deleite.—Te amo, Susy— gimió cuando sintió que lo golpeaba el orgasmo de nuevo— no puedo detenerme.Ella que también sintió un corrientazo que la mandó lejos, al país de la dulzura y el placer. Gemía a la par d
La mañana seguía su curso y el sol calentaba en su esplendor, y eso hacía que el calor fuera más fuerte. Haciendo sudar a los hombres y poniéndolos de malhumor y un poco agresivos entre sí.Leo al escuchar las palabras de Pepe solo se limitó a fruncir el ceño, pero no dijo nada al respecto.— ¿Porque tengo que ir yo donde el Topo? — respondió con otra pregunta y así resto importancia a la burla de Pepe — no es lo que hace siempre el jefe.Los hombres se miraron y soltaron una carcajada.—El jefe está ocupado con su mujercita— ellos reían a carcajada y hacían gesto vulgares — esa mujer es una fogosa y a toda hora se lo pasan follando, por eso lo mantiene bien ocupado – ambos hombres reían a carcajadas.Aquellos hombres no eran de gran ayuda para lo que Leo necesitaba indagar.— ¿D&oacu
Leo sostenía con fuerza el volante del auto mientras conducía a toda velocidad esa mañana. Condujo sin importarle romper alguna norma de tránsito o de debía mantener un bajo perfil en la carretera, solo quería llegar al lugar donde podría a trabajar a marcha acelerada para rescatar a Susana.La distancia era bastante y sin parar en ningún lado condujo toda la mañana hasta la ciudad y llego al apartamento donde él vivía. Estaba cansado y exhausto. Sus ojos rodearon el lugar y se percató que Matilde estuvo ahí, y al parecer estuvo organizando sus pertenencias. Esto era algo común entre ellos, pero ahora le molestaba y mucho.Entro y dejo el maletín que siempre usaba como pantalla de vendedor y dejo salir el aire de sus pulmones, luego con paso lento se dirigió a la habitación.Cansado se recostó en la cama, cruzó sus manos detr&aacut
Matilde salió hecha una furia del apartamento de Marcos. No podía creer ni aceptar el cambio que él tenía con respecto a ella. Ellos ya habían hablado de organizarse para casarse en el futuro, por eso en su corazón se propuso investigarlo. Tal vez si llegaba a la empresa con la que él trabajaba podría encontrar el motivo o la causa del cambio en él que cambió en su relación.Subió a su auto y condujo con la sirena encendida para llegar rápido a la división donde ella trabaja. Ahí podía investigar a profundidad al hombre y la maldita empresa que lo está alejando de ella.Otro motivo del distanciamiento de Marcos puede ser la existencia de otra mujer. Y de ser así ella lo evitara a toda costa.— ¡Sargento! – la saludó uno de sus hombres— ¿Que hace a esta hora por acá?Ella lo miró m
Marcos se levantó muy temprano debido a que no podía dormir debido a la preocupación que sentía por la integridad de Susana. Se levantó y después de darse un baño se preparó un desayuno que se sentó en el mismo momento que escuchó la cerradura de la puerta.Con rapidez corrió y saco una de sus armas y luego fue hasta el baño y abrió la llave de la ducha y se camuflo en uno de los muebles que había en una habitación. Desde ahí observa a la osada mujer.La mujer con el corazón palpitando de manera acelerada como si quisiera escapar de su pecho avanzó con lentitud sin percatarse que es observada. Sus manos sudaban de manera copiosa, ella apretaba con firmeza el arma, apuntó hacia la puerta y con el pie la empujó con mucho cuidado de no hacer ningún ruido.Su sorpresa fue mayúscula.— ¡¿Ma
La mañana para Sanabria no había empezado bien y todo se complicó con la llamada que le hizo su hombre. Tenía un plan de retiro y al parecer se le podía venir abajo por la intromisión de una buena agente. Ella había llegado muy lejos al igual que su padre un buen hombre que murió por aras del su buen deber.Suspiró frustrado al momento de ingresar a la división policial.—Buenos días, jefe— dijo uno de sus hombres.— ¿Dónde la tienen? —preguntó el hombre con mala cara.—Está en su oficina, esposada. Está furiosa y está diciendo que Marcos Cardonas es un delincuente— dijo y lo miro a los ojos— ¿cree que nos descubrió? Ella es muy buena.Sanabria percibe la preocupación del hombre en su voz, todo se puede ir por el retrete y muchos serían perjudicados y todo por la
La mañana había sido muy intensa para la mujer policía. Estaba desmayada cuando uno de sus compañeros la miraba desde su altura. Ella está tendida en el piso.— ¿Qué haces aquí? — le preguntó él de mala manera.Ella frunció el ceño disgustada. Al parecer había caído en una trampa y lo peor de todo por ella misma.—Esto es una equivocación! — dijo mientras fue levantada y esposada como a una delincuente — ¡Esto es una trampa de Marcos Cardona!No importaron sus gritos o súplicas. Y así esposada fue regañada y suspendida por su jefe, el hombre que ella más admiraba en esa sección policial.Apretó la boca al evocar aquellos recuerdos que la martirizaron e hizo una promesa así misma.— ¡No voy a olvidar esta maldita humillación Marcos Cardo