Mientras Thomas y Jeremiah seguían discutiendo sobre tonterías, me acerqué a Lois, quien en ese momento lucía bastante divertida con la escena.—¿Cómo te sientes? —pregunté un tanto inquieta.—Mucho mejor, querida —respondió dulcemente.—¿De verdad?—Sí, pero no te preocupes, ya todo está bien —reafirmó ella.Al constatar que ella lucía bastante repuesta, dirigí mi vista al vicepresidente y luego volví con Lois.—Bueno, realmente no esperaba que Jeremiah fuera en realidad tu hijo y que además padezcas la misma condici
—¿Mamá? —exclamé sorprendida cuando escuché su voz.—¿Acaso tienes otra? —reviró ella ofendida.—¡Oh! Lo siento si no te llamé antes, es que estos días he tenido mucho trabajo —intenté justificarme.—¡No puede ser posible que haya pasado casi una semana y aún no me digas dónde te has mudado! Estoy preocupada por ti. Casi me di un golpe mental al recordar que había olvidado contarle a mi madre ese detalle, así que respondí rápidamente.—Perdón, es que con lo de la mudanza, se me pasó comentarte que conocí a una mujer muy amable, que resultó ser mamá de un amigo de Thomas y con ella me estoy quedando.—¿Mamá de un amigo de Thomas? ¿Acaso te reconciliaste con ese hombre? —cuestionó ella con severidad.—Yo… bueno… Fue casualidad, ni siquiera sabía que ella era la mamá de su amigo…—¡Ah! ¿Qué voy a hacer contigo Lorraine? Siempre es lo mismo con ese hombre, primero huyes, luego te reconcilias con él, ¿acaso se la van a pasar jugando todo el tiempo? —se quejó.Me sentí mal escuchar su dece
Mi sonrisa se esfumó cuando mi madre me dijo que era momento de rendir cuentas, así que, luego de mirar rápidamente a Thomas, volví hacia ella y contesté.—Vamos a mi habitación, ahí podremos charlar con más calma.Ella estuvo de acuerdo y disimuladamente salimos del comedor. Cuando estuvimos a solas, ella me miró seriamente y preguntó.—¿Qué sucedió con Thomas?—Bueno… nos reconciliamos —respondí tímidamente.—¿Él ya no te odia por lo que pasó con la familia que lo acosaba?—Ya no, él creyó en mí y consideró que era injusto acusarme de un delito que no cometí. Noté que mi Marissa parecía bastante consternada por lo que le había dicho, pero luego sonrió y, tras darme una delicada caricia en la mejilla, añadió.—Entiendo, me alegra saber que las cosas se arreglaron entre ustedes.—Sí, también él estaba bastante abrumado para procesar las cosas, así que entiendo que me haya pedido espacio para reflexionar.—Así es y eso fue lo mejor. Además, se ve que te ama muchísimo para perdonar que
Contrariado con la actitud de su amigo, Thomas se levantó y alzó la voz. —¿Acaso perdiste la cabeza? ¡No puedes perder dinero así como así! —¿Por qué no? ¡Es mi negocio! —¡No estás pensando con claridad! Estoy de acuerdo con la señora Lois, lo mejor es comenzar a trabajar con menos personal y conforme incremente la demanda, ya se contrataría más empleados. —Pero, Thomas, ¡si son menos personas, el servicio será deficiente! —Lo dudo, porque según vi la cantidad de pedidos atendidos esta semana, no supera más de 100 por día. Dudo mucho que en el negocio atiendan más de esa cantidad como para cubrir los costos de insumos, renta, sueldos y otros gastos —argumentó Thomas seriamente. Ansioso ante el rechazo constante al proyecto, Jeremiah objetó. —¿Por qué estás en contra de este proyecto? ¡Es muy importante para mí y estoy apostando todo para que funcione! —Entiendo a qué te refieres, pero no es el caso que te quedes sin fondos cuando inaugures el restaurante —reiteró Thomas. Lorra
La idea de estar a cargo de la cocina me generaba sentimientos encontrados. Por un lado, me ilusionaba el hecho de dedicarme a una actividad que me hacía sentir libre y creativa. Gracias a las clases de cocina que había tenido con Lois, aprendí recetas nuevas y por consiguiente, sentí mayor libertad de crear mis propios platos que fueran una opción más para enriquecer el menú. Claro está que mi motivación crecía cuando todos degustaban de mis preparaciones y me daban su visto bueno.Sin embargo, todas las noches mi subconsciente me torturaba con pesadillas, al grado de ya no saber si estaba despierta o en la realidad. Por consiguiente, todos los días empezaba con una sensación de desasosiego y pánico por acercarme a cualquier cosa que tuviera relación con la comida. Como temía decepcionar a todos los que habían confiado en mí, hacía un enorme esfuerzo por mantener el ánimo y prefería mantener oculto lo que me pasaba. Sin embargo, antes de la apertura del negocio, Lois se acercó a hab
Durante la semana de inauguración, Lorraine estuvo trabajando por largas jornadas en el restaurante, que al final del día apenas le quedaban energías como para encontrarse con Thomas.Aunque él se había preparado mentalmente ante esa situación, por las noches se sentía bastante frustrado de no ver a la mujer que amaba y esto provocaba que al día siguiente su humor fuera inestable.Como era de esperar, su genio se trasladó al trato con el resto de sus empleados, quienes padecían por los cambios abruptos en la personalidad del imponente CEO.—¡Ash! Desde que se fue la asistente Lorraine, el jefe se ha vuelto intratable —comentó una recepcionista a su compañera.—¡Ni que lo digas! Supongo que ella era la única que podía controlarlo, porque hubo un tiempo en que todo marchó de maravilla —añadió la otra joven.—Es cierto, pero se volvió peor gracias a que el vicepresidente pidió unos días de vacaciones. ¡Arg! No sé si pueda aguantar por más tiempo el estrés —se quejó otra más.—¿Ustedes sa
Thomas se estremeció al escuchar esa voz familiar, que apenas pudo responder.—¿Margaret?Al otro lado de la línea, Margaret Spencer estaba en el jardín, tomando tranquilamente una taza de café. A pesar de que sus ojos mostraban leves señales de desvelo e hinchazón, ella mantuvo su actitud calmada y respondió.—¡Hola, Thomas! Tiempo sin saludar, ¿qué cuentas de nuevo? A Walker le pareció extraño que esa mujer tuviera la iniciativa de contactarlo, intentó mantener la calma y responder sin mucho interés.—¡Ah! Todo bien, ahora mismo estoy ocupado.Dispuesta a no perder la oportunidad de acercarse a Thomas, Margaret fingió ingenuidad.—¡Oh! Lo siento por interrumpirte, solo hablaba para preguntarte si podemos encontrarnos en un restaurante. Me gustaría hablar de los viejos tiempos.Walker casi se atragantó al escuchar esta proposición, que pensó confundido: «¿Qué le pasa a Margaret? ¿Por qué de buenas a primeras quiere hablar conmigo de algo así?».Como su interlocutor no respondía, Mar
Tras la breve llamada telefónica, Margaret estaba entusiasmada con el hecho de que se encontraría con Thomas. Sin importar el pasado, le ilusionaba la posibilidad de encender las cenizas de su viejo amor y redimir el tiempo que estuvieron separados. Sin embargo, había un problema: la actual novia de Walker. Mientras pensaba qué hacer con ese detalle, apareció su madre, Dora, quien al percatarse de que su hija estaba pensativa, preguntó con curiosidad.—Querida, ¿en qué estás pensando?—¿Eh? —reaccionó Margaret aturdida—. Lo siento, es que acabo de hablar con Thomas...Al escuchar este nombre, la mujer exclamó sorprendida.—¿Thomas Walker? ¿Qué asunto tenías que tratar con él?En ese momento, la frívola mujer recordó que su familia no había quedado en buenos términos con los Walker, así que respondió vagamente.—Mamá, tú sabes bien que Thomas es el hombre que amo y ahora que nada nos liga a los Scott, lucharé por recuperarlo.—¡No puedes hacer eso! —reviró la indignada mujer—. ¿Acaso