La idea de estar a cargo de la cocina me generaba sentimientos encontrados. Por un lado, me ilusionaba el hecho de dedicarme a una actividad que me hacía sentir libre y creativa. Gracias a las clases de cocina que había tenido con Lois, aprendí recetas nuevas y por consiguiente, sentí mayor libertad de crear mis propios platos que fueran una opción más para enriquecer el menú. Claro está que mi motivación crecía cuando todos degustaban de mis preparaciones y me daban su visto bueno.Sin embargo, todas las noches mi subconsciente me torturaba con pesadillas, al grado de ya no saber si estaba despierta o en la realidad. Por consiguiente, todos los días empezaba con una sensación de desasosiego y pánico por acercarme a cualquier cosa que tuviera relación con la comida. Como temía decepcionar a todos los que habían confiado en mí, hacía un enorme esfuerzo por mantener el ánimo y prefería mantener oculto lo que me pasaba. Sin embargo, antes de la apertura del negocio, Lois se acercó a hab
Durante la semana de inauguración, Lorraine estuvo trabajando por largas jornadas en el restaurante, que al final del día apenas le quedaban energías como para encontrarse con Thomas.Aunque él se había preparado mentalmente ante esa situación, por las noches se sentía bastante frustrado de no ver a la mujer que amaba y esto provocaba que al día siguiente su humor fuera inestable.Como era de esperar, su genio se trasladó al trato con el resto de sus empleados, quienes padecían por los cambios abruptos en la personalidad del imponente CEO.—¡Ash! Desde que se fue la asistente Lorraine, el jefe se ha vuelto intratable —comentó una recepcionista a su compañera.—¡Ni que lo digas! Supongo que ella era la única que podía controlarlo, porque hubo un tiempo en que todo marchó de maravilla —añadió la otra joven.—Es cierto, pero se volvió peor gracias a que el vicepresidente pidió unos días de vacaciones. ¡Arg! No sé si pueda aguantar por más tiempo el estrés —se quejó otra más.—¿Ustedes sa
Thomas se estremeció al escuchar esa voz familiar, que apenas pudo responder.—¿Margaret?Al otro lado de la línea, Margaret Spencer estaba en el jardín, tomando tranquilamente una taza de café. A pesar de que sus ojos mostraban leves señales de desvelo e hinchazón, ella mantuvo su actitud calmada y respondió.—¡Hola, Thomas! Tiempo sin saludar, ¿qué cuentas de nuevo? A Walker le pareció extraño que esa mujer tuviera la iniciativa de contactarlo, intentó mantener la calma y responder sin mucho interés.—¡Ah! Todo bien, ahora mismo estoy ocupado.Dispuesta a no perder la oportunidad de acercarse a Thomas, Margaret fingió ingenuidad.—¡Oh! Lo siento por interrumpirte, solo hablaba para preguntarte si podemos encontrarnos en un restaurante. Me gustaría hablar de los viejos tiempos.Walker casi se atragantó al escuchar esta proposición, que pensó confundido: «¿Qué le pasa a Margaret? ¿Por qué de buenas a primeras quiere hablar conmigo de algo así?».Como su interlocutor no respondía, Mar
Tras la breve llamada telefónica, Margaret estaba entusiasmada con el hecho de que se encontraría con Thomas. Sin importar el pasado, le ilusionaba la posibilidad de encender las cenizas de su viejo amor y redimir el tiempo que estuvieron separados. Sin embargo, había un problema: la actual novia de Walker. Mientras pensaba qué hacer con ese detalle, apareció su madre, Dora, quien al percatarse de que su hija estaba pensativa, preguntó con curiosidad.—Querida, ¿en qué estás pensando?—¿Eh? —reaccionó Margaret aturdida—. Lo siento, es que acabo de hablar con Thomas...Al escuchar este nombre, la mujer exclamó sorprendida.—¿Thomas Walker? ¿Qué asunto tenías que tratar con él?En ese momento, la frívola mujer recordó que su familia no había quedado en buenos términos con los Walker, así que respondió vagamente.—Mamá, tú sabes bien que Thomas es el hombre que amo y ahora que nada nos liga a los Scott, lucharé por recuperarlo.—¡No puedes hacer eso! —reviró la indignada mujer—. ¿Acaso
Tras acordar con Jeremiah que me dejara salir temprano, le pedí a Erick que me ayudara a terminar con los últimos platillos que nos habían encargado. Cuando finalmente acabamos de cocinar el último platillo, suspiré de alivio y me dispuse a limpiar mi área de trabajo.—Erick, ¿te falta algo? —pregunté para confirmar.—Ya no, estoy terminando igual con este platillo —contestó el diligente muchacho.—Excelente, ahora voy a limpiar, te encargo que me ayudes con los platos —añadí.—Sí, yo lo veo —afirmó Erick.—BienMientras recogía los utensilios y los acomodaba en el fregadero, sentí que mi teléfono móvil empezó a vibrar, así que atendí por curiosidad.—¿Hola?—Lorraine —dijo repentinamente Thomas.—¿Thomas? ¿Sucede algo? —pregunté confundida.—Lo siento, ¿estás ocupada? —respondió nerviosamente.—No realmente, solo estaba limpiando la cocina, ya terminamos —contesté emocionada por contarle que tenía tiempo libre.—¿De verdad? ¿Hoy podemos vernos temprano?—¡Sí! ¿No te agrada la idea?
Jeremiah sabía que Thomas y Lorraine se encontraban solos en la cocina, por lo que llevó a propósito a Margaret con tal de provocarla. Lo que no esperaba era atrapar a los tortolitos con las manos en la masa.—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Patterson sorprendido con la comprometedora escena.La pareja se apartó rápidamente al escuchar su voz e inmediatamente dirigieron su atención hacia la puerta. Thomas, avergonzado por la repentina intromisión, estuvo a punto de reclamarle a su amigo, pero se contuvo al ver que junto a este se encontraba Margaret, quien lucía visiblemente perturbada con lo que acababa de pasar.—¿Margaret? ¿Cómo es que están aquí? —preguntó confundido.Lorraine también estaba apenada con la incómoda situación, pero al escuchar ese nombre, fijó su atención hacia la mujer en cuestión. «¡Cielos! ¿Por qué Jeremiah trajo a esa mujer aquí?», pensó confundida.En tanto, Margaret estaba dolida con la íntima escena que le tocó presenciar, que apenas podía contener sus gan
La reacción agresiva de Margaret tomó por sorpresa a todos, en especial a Lorraine, que sintió escalofríos cuanto esta le lanzó una mirada fulminante. «¡Qué miedo! Ella parece demasiado peligrosa», pensó.En tanto, Thomas se sentía incómodo por la forma en que había terminado las cosas con Margaret, que pensó ir tras ella para enmendarse, pero se contuvo al recordar que Lorraine estaba ahí y no quería generar confusiones. Frustrado, respiró profundamente y volteó para disculparse con Jeremiah por el incidente, pero se sobresaltó al ver que su novia se encontraba ahí.—Wow, ¿ya saliste? —exclamó perturbado.La expresión de sorpresa causó gracia en la joven, que respondió de buen humor.—No hace mucho, pero veo que acabas de terminar con tu asunto al mismo tiempo que yo.—¡Oh! Eso… supongo que sí —añadió Thomas con una sonrisa triste.Al notar que su novio lucía deprimido, Lorraine preguntó preocupada.—¿Estás bien?—¿Eh? Sí —reaccionó Thomas bastante aturdido.En ese instante, Jeremiah
Lorraine se atragantó al escuchar esto, que inmediatamente volteó para ocultar la vergüenza que sentía.—¡Qué cosas dices! —exclamó al tiempo que se abanicaba para refrescarse.Thomas sonrió al verla tan alterada, que continuó jugueteando.—¿Qué sucede? ¿Acaso nadie te ha hecho una promesa así?—¡Basta! ¡Me avergüenzas! —replicó Lorraine intentando calmar su alocado corazón.Ante esto, Thomas se detuvo y, tomando delicadamente la mano de Lorraine, dijo seriamente.—Sin importar que suceda después, te aseguro siempre te seré fiel en todos los ámbitos.Conmovida, Lorraine volteó y respondió tímidamente.—¿Es una promesa?—Sí, lo prometo.Después de esto, Thomas se acercó para robarle un beso, acto que dejó sin aliento a Lorraine, que luego de luchar por librarse de las garras de ese hombre, reclamó.—¡Basta! ¡Estamos en la vía pública! ¡No podemos hacer esto aquí!—¿Qué cosa? Sólo es un beso —replicó su atrevido novio fingiendo inocencia.—¡Aun así! Puedes contenerte un poco, podrían ll