La noche estaba muy fría, oscura y las horas pasaban lentamente, mi padre y mi tío a un lado en una colchoneta Fabian y yo en otra, apenas queramos hombres lobos el frío que hacia esta noche era infernal, mi nariz estaba muy fría mía brazos empezaban a pesar, mi cuerpo dolía pero solo rogaba a la diosa Luna que esta noche y esta tormenta pasará pronto.

Una ráfaga de viento hizo que una ventana en muy mal estado se abriera junto a la puerta que nos protegía un poco del frío, al ser una casa vieja todo en este era peor que un cristal , se rompía rápidamente, mi cuerpo sintió un breve escalofríos, no era por el frío, mi cuerpo, mi loba y las alarmas en mi cuerpo empezaron a prepararse, mi pie aun dolía un poco pero sabia que tenia que moverme, por lo visto era la única que lograba percibir esa sensación porque los demás estaban muy tranquilos, mi inquietud hizo que Fabian preguntara si pasaba algo, algo que yo sabía que no era nada bueno…

Fabi, no logras sentir algo más que