La única relación que tuve con un hombre, no salió bien, ni siquiera era un hombre, solo éramos unos adolescentes dominados por nuestras hormonas revolucionadas, muertos de la vergüenza y completamente inocentes.
Lo que Alejandro pretende tener conmigo, es algo que no se asemeja en nada a una relación... A ninguna relación que yo conozca.
Él termina de deshacerse de sus pantalones. Su piel se ilumina por completo bajo la luz artificial, sus ojos brillan cuando alza la mirada para mirarme. Verdes, como algún prado en plena naturaleza, donde el hombre no puede arrasar allí por donde pisa.
Me mantengo quieta en la cama, esperando que empiece y deseando que acabe de una vez.
Se posiciona detrás de mí, en cuestión de segundos empiezo a sentir sus manos recorrer mi cuerpo con desesperación... Cómo si no lo hubiera hecho ayer, como si no fuera a hacerlo m
OliverA Angy le fascinaba dar fiestas, celebrar cualquier cosa con tal de sentirse importante. Era buena organizando todo, dando órdenes, pero ella vivía bajo ellas constantemente. Dejaron de gustarle esas fiestas cuando mi hermano decidió que ella debía ser la diversión de la noche.Los invitados de Alejandro van llegando, aunque parezca mentira se supone que estamos celebrando mi cumpleaños...—¡Felicidades, Oliver! ¿Cuántos van ya? ¿Treinta?Se puede decir que a Diego es al único que puedo tolerar de entre todos los invitados, tal vez porque cuando se monta un espectáculo ordinario, se mantiene al margen quedándose en una esquina observando, pero casi nunca interviene.—Gracias —me río, él sabe que aún no llego a los treinta.—Allí va tu regalo.Sonríe al mismo tiempo
CassyLas indeseables miradas de esos hombres no se apartan de la chica... niña, sí, aunque no lo sea, lo parece, la cual se muestra totalmente temblorosa y desubicada, a la cual Oliver tapa con su camisa, quedando el cuerpo de él al desnudo.Por alguna razón toda mi atención se concentra en él, en su piel, en su abdomen, en... ¡Deja de mirarlo! ¡Deja de mirarlo!Aun así lo único que me obliga a dejar de contemplar su hermoso cuerpo, es porque se aleja. Arrastra a la muchacha fuera del salón. ¿Por qué quiere estar con ella a solas?Me hago paso entre las estúpidas acosadoras de las invitadas, intentando pasar desapercibida delante de los ojos de Alejandro para alcanzar a Oliver. Necesito hablar con él.Salgo casi corriendo detrás de ellos, con la intención de detener cualquier acto delictivo que se le pase por la cabeza. Él no puede ser igual a su hermano.—¡Oliver!Se gira de inmediato.Me horroriza pensar que le va a
La música se detiene, las voces dejan de escucharse, el silencio llega acompañado de un terrible presentimiento.Hubo momentos en la vida que me sentí tan grande como el mundo, tan importante como el sol, tan poderosa. Y ahora todos esos sentimientos han sido arrollados, para hacerme sentir que no significo nada en lo más mínimo.Soy incapaz de moverme del suelo, creyendo que si no hago ruido no llamaré la atención del lobo.Miro detenidamente las baldosas y por alguna estúpida razón las empiezo a contar, seguro que el que las colocó ni siquiera se molestó en hacerlo.Siempre había odiado el silencio, cuando estaba en casa quería escuchar constantemente a mi madre, aunque solo me contase sus experiencias laborales, no importaba lo que dijese con tal de escuchar a alguien a mi alrededor y no sentirme sola. Incluso ponía la televisión con tal de escuchar algo, y odiaba que toda la clase estuviera en silencio... Los silencios siempre eran incómodos.
Cuando salgo del baño me encuentro con su mirada, ojalá no tuviera los ojos tan bonitos, aunque los de Oliver son mucho más profundos y seductores, tal vez solo porque es más joven que Alejandro.Él ocupa parte de mi cama y no le veo con muchas intenciones de querer irse. Sí piensa que voy a compartirla con él, está muy equivocado porque prefiero mil veces dormir en suelo.—Creo que Oliver se quedó encantado con su regalo.Sabe de sobras que no es así, es más, pienso que quiere hacer de Oliver una persona como él, y la manera de conseguirlo es tentarlo con una hermosa muchacha.—Bien por él...—¿Por qué presiento que te duele?Camino hacia el vestidor, busco un pijama con que cubrir mi cuerpo al mismo tiempo que ignoro su pregunta, porque sé que lo que busca es que yo meta la pata con alguna respuesta errónea.—¿Te gusta leer, Cassy?Logra capta mi atención en seguida, me giro hacia él y asiento.—Qué curioso, ¿no? Puedes respond
OliverContemplo a la chica, la cual permanece en una esquina de la habitación sentada en el suelo, casi inmóvil. ¡Dios, que mal rollo! Con todo el pelo cubriéndole la cara y parte de sus rodillas, solo le falta una horrible bata blanca y la imagen equivaldría a una auténtica escena de terror.Tengo la espalda jodida de haber dormido en un sofá diminuto para ofrecerle la cama, y ella se queda en el suelo, lo llego a saber y ni me molesto en tener ese detalle con ella.Me incorporo con pereza, siento el cuerpo dolorido y me cuesta avanzar hasta ella, los años ya me empiezan a pasar factura.—¿Cómo te llamas?La cuestiono intentando despegar su cabeza de sus rodillas.—¡No me toques!—Bien, No Me Toques. Es hora de que muevas tu culo del suelo y te des un baño, iré a traerte algo de ropa.Por mi sorpresa la pequeña gata, que parecía totalmente inofensiva, saca sus uñas para arañarme.—¡Mi madre vendr
Cassy se incorpora en seguida obedeciendo sin rechistar la orden de mi hermano, lo que me hace pensar que algo ha cambiado entre ellos. Sé que Alejandro pretende castigarla por algo estúpido, y no puedo evitar sentirme culpable.Tal vez no debí decir tantas idioteces seguidas, pero provocar a Cassy es algo que me empieza a gustar demasiado.—Enciende el fogón grande, María.Él desaparece detrás de Cassy, al poco rato lo escucho gritar, pero no logro entender nada de lo que dice.—Va a castigar a Cassy por tu culpa, No Me Toques.La puta verdad es que mi hermano se va a desquitar con ella, porque estoy seguro de que piensa que Cassy al contestarme de ese modo es porque siente alguna confianza conmigo.Alejandro regresa con una especie de hierro en las manos, busca en los cajones de la cocina hasta sacar un guante protector contra el calor.Se coloca el guante y me doy cuenta de la terrible decisión que ha tomado. El hierro tiene una
Cuando abro los ojos, un dolor agudo atraviesa mi nalga hasta llegar a mi espina dorsal. Soy casi incapaz de moverme. Aun así apartó la sábana con la intención de saber que me han hecho esos animales.Me acaricio, y me doy cuenta de que está cubierto, cuando intento despegar el esparadrapo de mi piel, la perturbadora voz de Alejandro me paraliza por completo.—¡Quieta! ¡No lo toques!Duele, escuece. Aunque lo que más ha dolido fue ver qué Oliver no movía ni un solo dedo por detener a su hermano. Estoy segura de que si Joanna no estuviera aquí, habría hecho algo a mi favor. Pero se ve que ya no le importo.Alejandro deja la bandeja que sostiene en sus manos en la mesita de noche. Toma el jugo de frutas y me lo acerca.—En unos días se habrá curado.Me ofrece el jugo, pero no tengo sed, ni hambre, ni siquiera ganas de escucharlo, ni de vivir.—Te odio... —susurro siendo lo más sincera que puedo llegar a ser.En estos mo
Narrador:Alejandro se movió inquieto de un lado a otro, en el mismo instante que recibió la primera fotografía de Cassy, quedó totalmente cautivado por sus profundos ojos. Una Cassy sonriente, sujetando un batido entre sus manos, hacia una mueca con la cara y la foto fue acompañada de la siguiente frase: como me gustaría hacer estas cosas contigo. Te quiero.Alejandro quiso fotografiar el cuerpo de Albert y herir tanto a Cassy como lo estaba él, y después de tomar la fotografía no pudo mandarla.Alejandro estuvo horas delante de los cuerpos sin vidas, sentado en el suelo al mismo tiempo que sujetaba su arma y tenía el teléfono de Albert entre sus dedos.Cada vez que se bloqueaba la pantalla haciendo que ese rostro angelical desapareciera, él volvía a desbloquearla, hasta que la batería se agotó.Desde ese momento perdió toda cordura, y solo quería saber un poco más de esa chica. Olvidar la imagen de Angy, y dejar de odiar a Oliver.