Amor Equivocado: La Sustituta del Cuñado
Amor Equivocado: La Sustituta del Cuñado
Por: Jen Herrera
Prefacio

—¿Qué quieres? Estoy bastante ocupado.

— Debo hablar contigo ahora—, Kaira detuvo a su marido, que estaba a punto de salir, ella se sentía emocionada a la par de ansiosa, —Te prometo que solo serán unos minutos…  

— Bueno, no me quites tiempo.

— Es que… fui al hospital y me han dado la noticia… que estoy embarazada…—, susurró con la cabeza gacha, sin atreverse a mirar a su marido a los ojos.

Hubo unos segundos de silencio, pero pronto las crueles palabras del hombre hicieron que el corazón de Kaira se hundiera hasta el fondo del mar.

— ¿Qué esperas que te diga?, ¿Qué me alegre?, ¿Qué te felicité?

Kaira levantó la cabeza para mirar fijamente a los gélidos ojos de su marido.

— Bueno, pensé que quizá te haría un poco de ilusión y … 

— Nunca, de hecho, no quiero saber nada de ello.

— ¿Estás segura de que eso es lo que piensas de verdad? ¡Vamos a tener un bebé juntos!, y…

— ¿Y qué?, ¿pensaste que jugaríamos a la casita?, fui claro desde el principio cuando nos casamos te dije que este no sería un matrimonio real, el hecho que nos acostamos un par de veces no quiere decir que sienta algo por ti.

Las lágrimas humedecieron los ojos de Kaira mientras miraba inexpresiva al hombre que tenía delante, agarrando la manga de su traje.

— He intentado ser paciente, ganarme tu afecto aun soportando tus desplantes. He justificado tu actitud, pero es demasiado y no entiendo el porqué de tu odio hacia mí.

— Tengo suficientes razones.

Se sacudió la mano de la mujer con disgusto, y luego la palmeó suavemente como para borrar las marcas de su agarre.

— Si por supuesto, tu dolor, perdiste a la mujer que amabas y te viste obligado a casarte conmigo, ya me lo has echado en cara suficientes veces.

— No solo es eso y lo sabes.

— ¿Y mi dolor?, ¿Y lo que yo siento?, perdí a mi hermana, mi mejor amiga, mi otra mitad, hacíamos todo juntas, yo también la amaba—, afirmó Kaira sin poder contener el llanto.

— No actúes, las lágrimas no funcionan conmigo, no tengo suficientes pruebas, pero sé que eres solo una ambiciosa, sin escrúpulos y sin corazón.

Kaira dió un paso atrás, no se había dado cuenta de que todo este tiempo su marido pensaba así de ella, nunca la había aceptado.

Era tan estúpida.

Kaira se secó las lágrimas, le dio la espalda a su marido y le dijo: —Solo quería informarte que estoy embarazada.

— ¿Quién es el padre?

— ¿Cómo me preguntas algo así?, solo he estado contigo y…

— ¿Y mi hermano?, ¿Quién es él para ti?

— Él… solo es mi amigo y nada más.

El hombre se rió despectivamente y tiró de la mujer hacia él, con las puntas de las narices casi juntas.

— ¡Escucha! Siempre amaré a tu hermana, nunca podrás sustituirla, ¡aunque compartan la misma cara!—, inmediatamente después, el hombre levanta la mano para acariciar el vientre de Kaira, —Lo mejor para evitar este ridículo en que pondrás a mi familia es que acabes con lo que llevas en el vientre, eres una vergüenza.

Su marido dió media vuelta y sin más se marchó sin darle la oportunidad de responder.

Los ojos inyectados en sangre de Kaira miraron fijamente a la espalda del hombre mientras unas palabras escapan de sus labios.

— NO HARÉ ESO, ¡NUNCA!

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