2. Pari a muerto

Arin permaneció unos segundos en silencio tratando de procesar aquellas palabras.

¿Pari había muerto? 

¡Es mentira! ¡Lo sé!

Al otro lado de la línea se oía el penetrante sonido de las sirenas de los coches de bomberos, como si quisieran decirle a Arin que aquella trágica noticia de la muerte de su prometida era cierta.

Sacudió la cabeza, intentando recuperar un poco la sensatez.

— ¿Solo dime en qué lugar estás maldición?

 — La pequeña casa del lago… 

Su suegra se acercó a él con rapidez, preguntando desesperada, —¿Qué le pasó a mi hija?, ¿Quién llamó?

La madre de la novia escuchó la terrible noticia y se desmayó, mientras todos a su alrededor permanecían en shock.

Sin perder más tiempo, Arin salió corriendo de la sala de reuniones, dejando a todos atrás. Pensó con rapidez si debía usar su vehículo, pero por el tráfico para aquella hora lo mejor era intentar llegar por sus propios pies.

Mientras tanto, Kaira miraba el incendio llena de hollín y heridas de quemaduras que se había causado al intentar entrar en el lugar en llamas. Ya estaban el servicio de bomberos y policías allí, pero aun el caos reinaba.

“No pude salvarla, ¿por qué tenía que pasarle esto el mejor día de su vida?, debí ser yo quien muriera allí, todo se ha destruido en pocos minutos, nuestra vida y futuro".

De repente se vio entre unos fuertes brazos que la envolvían desde atrás, —Pari sabía que no me abandonarías, que tu muerte debía ser una confusión.

— Cuñado, soy yo, Kaira... Lo siento tanto—, ella se giró para consolarlo y este de repente la empujó con fuerza.

 — ¿Dónde está mi futura esposa?—, preguntó con desesperación, entre gritos e intentando entrar al lugar.

 — Señor, por favor, debe calmarse, los bomberos están haciendo todo lo posible para apagar el fuego y buscar a la chica. Si entra allí, se pondrá en peligro y entorpecerá el trabajo de los profesionales.

 — Debo entrar, se trata de la mujer de mi vida, me volveré loco si me quedo aquí, solo observando—, empujó algunos oficiales intentando colarse, pero estos se lo impidieron.

Kaira lo tomó del brazo y le suplicó en medio del llanto, —Por favor, déjalos trabajar, ellos saben lo que hacen.

 — No me digas que hacer, no te metas.

De repente sacaron una camilla, estaba completamente tapada, —No puede ser Dios, por favor, permítame ver…

El policía renuente levantó la tela, permitiendo que observara el cadáver desfigurado. Totalmente impresionada, intentó descartar que fuera su hermana, pero fue imposible. 

 — Esto no debe hacerse en este lugar, pero, ¿Reconoce algo con lo que pueda identificar a su hermana?

Ella miró un adorno en la muñeca de su hermana que era igual al suyo, un regalo que ambas compartieron días antes para disimular una cicatriz bastante fea que tenían, no podía ser una simple casualidad.

 — Es ella—dijo, conteniendo el llanto y sintiendo cómo su alma era arrancada de su cuerpo.

En ese momento llegó su madre hasta ella, — Dime que es un error, por favor, te lo suplico, esto no puede estar ocurriendo. Cuando eran pequeñas, constantemente me tomaban el pelo, se escondían y cambiaban de identidades, ella… su vida no pudo haber terminado así.

 — Lo siento madre, ojalá hubiese podido salvarla, es que…

 — Las madres debemos ser enterradas por nuestros hijos, no al revés, esto antinatural, una pesadilla de la que quiero despertar ya.

Arin que escuchaba todo y no creía nada de lo que Kaira decía, la empujó haciéndola caer y la interrogó.

— Dime, ¿Cuáles eran tus planes?, ¡¿Por qué la trajiste aquí?! ¿Por qué no fuiste tú quien murió?

 — Yo también me pregunto lo mismo si pudiera cambiar de lugar con ella, créeme, lo haría o al menos quisiera haber muerto con ella para no tener que lidiar con su ausencia.

Su madre, envuelta en el más desgarrador llanto, la tomó de la mano, —No digas eso, por favor, ¿acaso no piensas en mí?, ¿Cómo podría lidiar con perderlas a ambas? Ni siquiera sé cómo voy a vivir a partir de ahora.

 — Lo siento, mamá, no pensaba mientras hablaba.

 — Por favor, prométeme que nunca atentaras contra tu vida y si algún día te encuentras en peligro debes luchar con todas tus fuerzas para sobrevivir por ambas, se lo debes a Pari ella lo hubiera querido así.

 — Te lo juro, no haré nada que pueda hacerte sufrir más de lo que lo haces en este momento.

 — ¡Qué dolor!, ¿por qué mi niña perdió la vida así? No lo entiendo, sé que no debo cuestionar su destino, pero no podré aceptarlo.

Su madre cayó de rodillas en el suelo y colocó sus manos en sus ojos mientras lloraba desesperada. Kaira espero unos minutos y luego la ayudó a levantarse, —Vayamos a la policía, debemos saber los pasos a seguir.

 — Yo me ocuparé de ello, esperen en su casa, aquí no harán nada más qué exponerse al escarnio público y pronto llegará la prensa sensacionalista.

 — Tiene razón, se lo agradezco. 

Arin la miró con desprecio, su alma estaba llena de dolor, su deseo de formar un hogar feliz se había ido a la basura. Emocionalmente agotado, tomó un puñado de tierra entre sus manos y gritó.

 — ¡Te han arrancado de mi vida, pero no de mi corazón!, aquí frente al lugar en el que te he perdido, juro que buscaré a los culpables de tu muerte y les haré pagar por lo que hicieron, estoy seguro de que no fue un accidente, así sea, con mi último aliento no lo dejaré así.

Kaira se acercó con timidez a Arin, no deseaba dejarlo allí postrado, —Te acompañamos de regreso, en este momento no debes estar solo, tus padres…

 — No tienes que decirme qué hacer, lárgate, solo te tolere por tu hermana, pero ya no hay vínculo ni parentesco entre nosotros, verte solo me hace más daño.

La expresión furiosa del hombre le atravesó el corazón, si hubiera estado en sus manos estaría realmente dispuesta a morir por su hermana, pero no había vuelta atrás.

Después de unos minutos, ella susurró — De acuerdo, nos apartaremos de ti y de tu familia para siempre.

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