Al escuchar las palabras de Darejan Guseinov, dichas en tono de súplica y con el matiz impregnado de terror, Velkan palideció también, ni siquiera si muerte inminente lo había perturbado tanto como éste hecho y con el nombre que pronunció Darejan con tanta desesperación, La Dama Negra, la todopoderosa y casi mítica asesina de alto nivel del Buró ruso ucraniano y Georgiano, la agente misteriosa que aterrorizaba a los agentes de toda europa.La risa que dejó escuchar la mujer, quién vestida completamente de negro, pantalones negros, blusa y suéter tipo buzo del mismo color con la capucha echada sobre la cara casi completamente, de manera que su rostro no se podía distinguir con claridad, heló la sangre de ambos hombres.Aunque Velkan no dejaba de esforzarse para buscar ese tono de esa voz en sus recuerdos, pero definitivamente se parecía bastante al de su dulce y gentil Tatiana.Por su parte Darejan se veía realmente aterrado, parecía que estuviera allí el demonio mismo y no una mujer c
Velkan escuchaba todo como si estuviera metido entre nubes de algodón, las voces resonaban en sus oídos pero como si prohibieran de un profundo hueco que hacía que no entendiera muy bien. Pero había escuchado unas palabras de mujer llamándolo por su nombre y le decía ¿"Mi amor"?Tenía la mente un poco confundida todavía y por momentos el mareo aumentaba, sin embargo escuchó sonar la puerta que daba acceso a la terraza y unos pasos de hombres seguidos por un breve momento de silencio total y luego una voz amortiguada que gritaba una sola palabra: Tatiana.Un rayo de luz se hizo espacio en su mente oscurecida y lo hizo tratar de levantarse de golpe.—¡Tatiana! —El nombre salió con fuerza entre sus labios pero el esfuerzo de levantarse junto con la conmoción le hizo desvanecerse y perder el sentido.Velkan y Tamaz se acercaron a ambos, la mujer acariciaba con cariño el rostro del hombre herido, le había tomado el pulso y sabía que solo estaba desmayado, había revisado también sus heridas
Cuando llegaron al hospital Tamaz y Robert se dirigieron al mesón de recepción donde éste último presentó sus credenciales como Comisionado General y fue atendido de inmediato.Le indicaron dónde estaban los dos hombres por los que preguntó y se dirigió, junto con Tamaz, a los ascensores.Salieron en el piso cinco dónde había dos agentes de traje y con las placas de agentes especiales en su cintura. Al ver a los dos hombres que se acercaban a la habitación pusieron sus manos muy cerca de sus armas por precaución, hasta que Robert mostró su propia placa de Comisionado, de allí todo rodó sobre rieles, ambos pasaron y vieron a Luri acostado en una cama, con varias vías y conexiones sobre su cuerpo, el doctor que estaba allí le indicó que no se preocupara, que lo tenían en un coma inducido para que se pudiera recuperar más rápido, pero que estaba totalmente fuera de peligro, dijo que en unos cinco días más lo sacarían del coma y en ese entonces ya podría hablar con toda tranquilidad.De a
Cuando Tatiana se sentó comenzaron a servir la cena, todos estaban en silencio, pero no sería por mucho más tiempo, Tamaz quería saber muchas cosas y quizás no habría mucho tiempo más adelante.—Tatiana —la llamó mientras le dirigía una mirada intensa— ¿Cómo es posible que estés viva, así, después de tantos años?—Sabía que te picaba la lengua por preguntarme eso, Tamaz.—Lo siento, Tatiana —dijo con humildad— Sabes que siempre fui buen amigo de Velkan y su bienestar es importante para mí, el saber que tú estás viva le va a ayudar mucho, el se sentía muy mal porque no tenía muchas motivaciones para seguir viviendo.—Y por supuesto, tu curiosidad también necesita ser satisfecha, ¿No?—Así es, amiga. ¡Eso es todo un misterio! Y además, ¡todos pensábamos que estabas muerta!—Y prácticamente lo estuve, Tamaz. Solo un milímetro más a la izquierda y la bala hubiera destrozado mi corazón, pero la providencia tenía otros planes para mí —dijo todo esto como si le doliera confesarlo— Ese día fu
El helicóptero tardó menos de quince minutos en aterrizar en la cima donde estaban los agentes con Tatiana tendida en una camilla, ellos le habían puesto una vía con suero intravenoso, era lo más que podían hacer, si se salvaba sería por su propia fortaleza porque la herida era bastante seria.Del aparato descendieron dos hombres y una mujer con toda la pinta de ser médicos, y sí lo eran, uno de ellos cirujano. Éste revisó el trabajo que habían hecho los agentes y les pareció bastante bueno, sin embargo procedió a abrir de nuevo la herida y a limpiarla bien, al mismo tiempo la mujer, quién era una hábil enfermera, y el otro médico le pusieron una bolsa de sangre para compensar la que había perdido.El cirujano agarró varias puntadas en la parte interna de la herida para suturar los vasos más grandes que habían sido afectados, después de eso hizo una sutura general de la herida de entrada y la de salida para minimizar la pérdida de sangre e infecciones. Acto seguido pidió a los hombres
Tatiana procuró dar unos pasos pero le costaba controlar los músculos, las enfermeras le dijeron que no se preocupara, que la mayor parte de los síntomas de entumecimiento eran debido a los sedantes que le administraron para que no se moviera y la herida se pudiera cicatrizar más rápido, la trayectoria del proyectil había dañado bastante tejido a pesar de que no interesara ningún órgano principal, con excepción del pulmón izquierdo que tuvieron que suturar y reparar.Después de caminar varios pasos por la habitación, asistida por las enfermeras regresó a la cama donde la ayudaron a subir y a acomodarse. Ellas le dijeron que comenzarían mañana mismo con las terapias de recuperación.Tatiana estaba recostada tomando el desayuno que le habían llevado, el cual consistía en su mayoría de gelatina y otras cosas suaves para ir haciendo estómago de nuevo. En eso tocaron la puerta y entró un hombre alto de aspecto marcial aunque algo golpeado por los años, era de fuerte contextura y con el cab
—¿Estás hablando en serio, Tatiana? —La voz de Tamaz estaba llena de incredulidad y hasta Robert, que era un hombre que confiaba siempre, estaba extrañado del comentario que hiciera ella.—Eso es algo increíble, Tatiana —dijo Robert con una expresión de asombro en su cara— Si no fuera porque tú lo estás contando no lo creería—Pues, los entiendo, si para mí que fue quien lo vivió me parece absurdo e irreal imagino que para ustedes es peor. Pero lo explicaré lo mejor que pueda.Tatiana se sumergió de nuevo en los recuerdos, su cerebro siempre había sido muy preciso y nunca dejaba escapar un detalle por pequeño que fuera, sin embargo, supo por propia experiencia que tanto el amor intenso como el dolor pueden cambiar nuestras perspectivas y aún nuestra manera de ver las cosas.Recordó el día que el general la visitó de nuevo, habían pasado varios días desde la primera visita que le había hecho. Ya ella caminaba por sí sola aunque tenía todavía un poco de dificultad para moverse, el docto
Tatiana estuvo quieta por bastante tiempo, cuando el general salió de la habitación eran aproximadamente las cinco de la tarde y ahora el sol se había escondido hacía bastante rato, las sombras cubrían todo lo que se podía ver por la ventana, pero Tatiana no veía nada.Era un dolor sordo que se le anidaba en el pecho, recordaba el dolor que le había causado la bala, así como el dolor que le había quedado al despertar de la anestesia en una ocasión, pero ninguno de esos dolores se comparaban con el que sentía ahora.Velkan… Velkan… el único y verdadero amor de su vida, muerto. No podía creerlo, hubiera jurado que era casi indestructible, cuando lo consiguió tirado en medio de un charco de sangre pensó que había muerto, pero al acercarse y tocarlo se dió cuenta que estaba vivo, aunque su respiración era fatigosa.Ella lo cuidó y alimentó por semanas hasta que se recuperó por completo, era un hombre tan fuerte, lo habían herido innumerable cantidad de veces y habían intentado matarlo en