No tiene ningún sentido huirle a mi destino en vista de que no puedo permitir que mi padre siga sufriendo por culpa de sus errores. Amo demasiado a mi padre por lo que me parte el alma verlo padecer de esa forma, ya mi papá no es ni la sombra de ese hombre fuerte y valeroso que algún día fue. Se ha vuelto un hombre desecho, negligente y muy opaco a causas de sus vicios.
También su deteriorado estado anímico es causado por mi madre, una mujer sin escrúpulos, ni piedad que por dinero es capaz de cualquier cosa. Por su culpa mi padre se sumergió profundamente en los juegos para brindarle más dinero, nunca está satisfecha con nada es insaciable la muy astuta.
Busque en los ojos de mi padre la respuesta que tanto necesitaba para seguir avanzado en este callejón sin salida. Todo está decidido me casare con el señor Robert Fox y seré su futura esposa. Siento mi garganta seca y mis manos tiemblan de miedo. Mis pensamientos están muy entumecidos, sin saberlo mi amor estaba en venta y El señor Robert está dispuesto a pagar lo que sea por conseguirlo así me puntualizo la ambiciosa de mi madre.
Robert Fox es uno de los hombres más acaudalados de la región se podría decir que el más importante de la zona. Goza de una inmensa fortuna es muy audaz en los negocios es Ingeniero Agrónomo de profesión lo que lo llevo a seguir con el legado familiar y hoy día aporta mucho conocimiento y profesionalismo a sus grandes cultivos. Tiene muchísimo dinero por eso mi madre esta embelesada con él para seguir dándose la gran vida que tiene hasta ahora.
Me he puesto muy guapa para recibirlo, escucho sonar el timbre y me aproximo hasta las escaleras para bajar a la sala. En efecto ha llegado él; el señor Robert Fox a nuestra casa quien alza la mirada y me mira desde lo alto donde me encuentro detenida observándolo. Me pregunto ¿si esto me está sucediendo realmente? Ojalá fuera una terrible pesadilla del cual despertaré muy pronto.
Bajo las escaleras en absoluto silencio, mi madre se gastaba una gran sonrisa de oreja a oreja se habría salido con la suya.
—Buenas Tardes a todos—expresa el señor Robert.
Quien estaba muy bien vestido me lo imagine un campesino hosco titulado. Ya que lo que dicen de él en el pueblo no es acorde con el garbo que hoy exhorta.
—Buenas Tardes—respondo con un tono bajo y muy tenue.
—Hola Robert estás muy guapo. Mira a mi hija no es realmente hermosa—dice mi madre.
—Muchísimo—Responde él sin dejar de mirarme fijamente.
Entramos a la sala y nos sentamos cómodamente. Mi padre era el gran ausente no podía ver lo que yo estaba a punto de hacer. En parte siente mucha vergüenza por todo este escenario.
— ¿Quieres algo de beber Robert? —pregunta mi madre.
—Si un whisky está bien.
—Ay qué pena con usted Robert no tengo nada de eso. Le ofrezco un jugo de naranja.
—Si está bien.
—Ya me voy. Bueno los dejo solos, están en su casa—le dice mi madre quien se va intencionalmente.
Al carrizo el protocolo y la sumisión me armo de valor y voy al grano:
— ¿Para cuándo es la boda?
— ¿Cómo dices?
—Ya mi madre hablo claramente conmigo y acepto ser su esposa señor Robert.
—Me dejas atónito con tan agradable respuesta señorita Diane.
—Llámame Diane a secas seré tu mujer—se escapa la mujer valiente que llevo en mi interior.
—Bueno yo había conversado con tú madre para hacerlo lo más pronto posible. Pero en vista que estás muy decidida ya la próxima semana nos estaremos casando por lo civil y juntos planearemos el matrimonio eclesiástico. No te vas a arrepentir—sonríe frívolamente.
—Por ahora por lo civil está bien.
— ¿Dónde está tu padre?
—Está descansando no se siente muy bien.
—Vine a pedirla en matrimonio, requiero que él esté presente—lo dice en un tono intimidante.
—Ya usted tiene mi palabra dada. Soy mayor de edad y dueña de mis actos señor Robert—se asombra ante mi firme comentario.
Llega mi madre quien detrás de la pared había oído completamente todo. Ya la conozco muy bien y se cómo actúa en estos casos. Sale haciéndose la desentendida con el jugo de Robert en la mano.
—Aquí tienes Robert. Enseguida llamo a Paul para que conversemos.
—No hace falta mamá deje que mi padre descanse. Ya el señor Robert y yo platicamos de nosotros, en una semana nos casaremos en su hacienda ¿Cierto señor Robert?
—Si así es—lo dice muy desconcertado presiento que no era como esperaba que actuara de esa forma tan audaz.
Al igual que Robert mi madre no deja de sorprenderse de mi accionar. He decidido tomar el toro por los cuernos y le hago caso a mi madre en algo, dejo a un lado el sentimentalismo y el temor, debo de afrontar la realidad no puedo permitir que mi padre por la depresión pueda tentar en contra de su vida. Me moriría si algo malo le ocurriera a mi padre.
No podía pensar, mis pensamientos se congelan por el dolor punzante que siente mi corazón. No conozco el amor y ya me estoy adentrando a una relación desconocida. Puedo percibir en su mirada un toque malévolo internamente estoy que tiemblo y me desmayo. Sin embargo, me muestro desafiante delante de sus ojos.
Robert decide marcharse ya lo que vino hacer lo hizo y consiguió mi respuesta afirmativa ante su petición de matrimonio.
Me toma por la mano y me dice:
—Hasta mañana Diane. Paso por ti para dar un paseo.
—Está bien—se marcha y me besa en la mejilla. Un ligero cosquilleo se internalizo en mí no logro entender esa extraña sensación que sentí al besar mi rostro.
Ya una vez que sale Robert, mi madre da un grito de goce por los resultados obtenidos.
—Vaya que alegría me sorprendiste mi amor. Te portaste como toda una mujer firme y decidida, me siento tan orgullosa de ti.
—No te sientas tan orgullosa mamá. Muchas cosas van a cambiar de ahora en adelante—la dejo pensativa en la sala y subo de prisa a mi habitación a llorar de pena.
Seco mis lágrimas. Mi madre va a pagar por esto tarde o temprano me digo a mi misma. Me ha arruinado mis planes de vida al envolverme en esta situación estoy segura de que tiene totalmente trastornado a mi padre para que me obligara a caer en su trampa y cediera a su cometido. Es una buena estratega.
Miro al cielo como pidiendo un poco de piedad por tanta incertidumbre ya en una semana seré la esposa de ese rudimentario sujeto. Me quito el maquillaje de los ojos con mucha rabia frente al espejo la frustración que sentía superaba mis ganas de huir de tan desagradable realidad.
Toca mi madre la puerta al percatarse que me había encerrado.
—Diane amor abre la puerta tenemos que hablar.
—Déjame en paz mamá por favor. Hablamos mañana ya conseguiste lo que querías ahora quiero estar sola y descansar.
—Está bien amor hablamos mañana con más calma—puedo sentir que se aleja del cuarto, me echo en mi cama a llorar es lo único que me provoca hacer en este momento.
Tal y como lo prometió Robert va por mí a mi casa para conocerme un poco y conversar conmigo. Antes de bajar desde arriba percibo que él les entrega unos documentos a mis padres me pregunto ¿Qué será? Pueden ser los papeles de la casa me digo para mí misma sacando mis propias conclusiones ¿O hay algo más que desconozco? Bajo las escaleras haciendo ruido para que se advirtieran de mi presencia. —Buenas tardes—bajo lentamente y me les aproximo. Puedo notar en sus ojos un leve destello, sin embargo, no es un brillo de amor al menos eso creo. —Hola Diane ¿Cómo te va? —Bien. Nos vamos—me alejo junto con él de mis padres. Puedo percibir su perfume es de agradable aroma, pero creo que se colocó demasiado y choca un poco con su sudor. —Ven subamos a mi carro—me ordena. —Yo preferiría que tomemos un paseo por el campo. —Quiero llevarte a un buen lugar y a comer tal vez. —No tengo hambre. Por favor no quiero salir lejos de casa, quiero privacidad para hablar con usted a solas sin las mir
Una semana después… Estoy perfectamente arreglada para mi boda por civil. Mi madre se encargó de todo para que luciera estupenda. Mi cabello oscuro está muy bien armado con un tocado muy sutil ajustado en mi cabeza. Tengo un vestido blanco muy sencillo, pero de aspecto sobrio, mi maquillaje es ligero muy acorde con mi atuendo donde acentuaron muy bien mis ojos marrones. Mis finas facciones se destacan de forma armónica con mi rostro. Llegamos a la finca allí estaba Robert esperándome con el jefe civil quien oficializara nuestra boda. Puedo ver en él una sonrisa muy jactanciosa por tener a su lado a una mujer joven, bonita y virgen como yo a punto de convertirse en su esposa, por la que pago millones de dólares. Lo miro y arqueo ligeramente mi ceja con mucha seriedad. Nos sentamos para que el juez hiciera lo propio los únicos presentes eran los testigos y mis padres. Ya que Robert está prácticamente solo en el mundo, sus padres fallecieron hace algunos años. Según Oí por ahí tiene un
Llegamos a la federación la cual Robert preside, como uno de los hombres más acaudalados de la zona. Me presenta ante la vista de todos como su joven y flamante esposa, las miradas de los asistentes del lugar se ven envueltas en contradicciones, algunos optan por disimular como si nada. Me siento muy nerviosa y avergonzada sé que muchos de los presentes están murmurando lo que hizo mi madre, venderme al mejor postor. Se nos acerca un importante empresario a saludarnos: —Buenos días. Encantado señora—me expresa, yo solo lo saludo con una tímida sonrisa. —Espérame en la recepción por favor—me demanda Robert. Me aparto mientras ambos se disponen a conversar puedo distinguir en su mira como los dos me miran fijamente y en especial Robert su vanidad y prestancia se le nota a lo lejos. Como odio a ese desagraciado que malogro mi juventud y puso una gran barrera en mis enormes ganas de vivir. Aprieto mis manos y lucho contra el impulso de dejarlo en ridículo delante de todos. Pero por aho
En toda la noche no he pegado un ojo por temor a que Robert regrese y me obligue a estar con él. Ya ha amanecido estoy todavía en la cama despierta. Puedo sentir la puerta abrirse y es Robert. Entro nuevamente en pánico, musito que por lo visto la paz se alejó de mí definitivamente. Que agonía. —Diane—menciona mi nombre al pie de la cama. —Aléjate de mí—le advierto. —Quédate tranquila. No te obligare hacer nada que no quieras. El escuchar eso para mí es un alivio que no me forzara para ser suya. Sin embargo, sigo sin entender su vil comportamiento y ese oscuro brillo constante en su mirada. —Desde hoy voy a dormir en otra habitación y descuida que no te molestare. Solo le advierto algo tienes un mes para cambiar de parecer si en ese tiempo continuas renuente a acostarse conmigo nuevamente te dejare ir, pero eso si le quitare todos sus bienes a tu familia los que pacte con tu madre por nuestro matrimonio. Hasta luego Diane. Siento como un nudo ahoga mi estómago. Soportar un mes en
Escucho unos ruidos y me asomo percibo que viene del despacho de Robert para mi sorpresa se hallaba con Thamara, no logro entender lo que ocurre entre ellos. De seguro esa mujer es su amante con esa sacia sus instintos poco me importa lo que haga con su vida, pero necesito confirmar esa situación para que por fin me dé el divorcio y con el, mi libertad plena. Asimismo, lo acusaría de adulterio si fuese necesario. Salgo silenciosamente hasta el despacho para escuchar que se traen ese par, han dejado la puerta entre abierta. Para mi sorpresa veo como Robert besa apasionadamente a Thamara mis ojos se abrieron con un par de huevos fritos. Quería seguir indagando tenia mis sospechas que entre ellos hay algo más que una relación transitoria. Puedo notar cierta confabulación entre ambos. Se apartan y Robert se acerca a la puerta y enseguida corro para que no noten mi presencia. Bajo hasta la cocina para conversar con mi querida Amy. —Amy no sabes, acabo de ver a Robert y a Thamara besándos
Ya amaneció al menos hoy dormí muy bien sin presiones de que Robert se presentara de manera improvista en el cuarto. Hizo un acuerdo conmigo confío en que lo cumpla y sea un hombre de palabra. Entro a la ducha para darme un rico baño, elijo en el closet el más lindo de mis atuendos quiero verme presentable voy a bajar a desayunar en la mesa con ellos. Robert eso no me lo prohibió. Bajo y me siento en la mesa Robert muestra una cara de desconcierto ya que por lo general siempre lo dejo comiendo solo. —Buenos días—digo al sentarme. —Buenos días Diane—me dice Andrew con una gran sonrisa. Mientras que Robert nos mira desconfiando. Mi estado de animo a cambiado un poco de manera sustancial, puedo ver en Andrew una persona amena de agradable espíritu. —Al menos me hubiesen invitado a la boda—le dijo a Robert. —No tuvimos tiempo. —¿Cómo? —Todo ocurrió muy rápido. —Ya veo ¿Estas embarazada Diane? —No—exclamo mi negativa. —Ah bueno yo soy médico y estoy disponible para lo que sea. —
Me alegro al sentirme protegida por Andrew quiere evitar que siga con mi sufrimiento diario. Aparece como una señal del cielo, cómo un héroe para rescatarme de este dolor. Apoyo la cabeza en la ventana mirando el paisaje y veo a Robert llegar. Mira hasta la ventana y me mira profundamente y me aparto de inmediato del ventanal. En menos de unos minutos llega hasta mi habitación. —Buenas noches Diane. Mañana tenemos un compromiso con la esposa de uno de mis colegas terratenientes. Quiero que te pongas hermosa y uses tus mejores galas será en la tarde y mi hermano vendrá con nosotros. Hasta mañana—se va rápidamente esta vez no me grita como normalmente lo suele hacer. No quiero salir con él a exponerme con sus amigos no sé porque lo hace si ya nos vamos a separar que pretende con seguir exhibiéndome como su esposa. Voy hacerlo para no llevarle la contraria no se vaya arrepentir después y no me quiera dejar ir de su lado. Me alegro porque irá Andrew al menos no estaré sola con él. Solo
Honestamente no puedo creer lo que hice anoche perdí la razón le echo la culpa al encierro y a la frustración de seguir casada con Robert. Si Thamara es su amante qué más da que se aprovechen juntos, pero lo que no entiendo porque no se casó con ella e hizo toda esta patraña con mis padres para casarse conmigo. Puede ser como yo soy más joven que Thamara pensó que le daría hijos más pronto. Pero no pienso darle un hijo por nada del mundo tampoco eso va ocurrir ya tenemos días que no hacemos vida marital y con una sola vez deduzco en medio de mi inocencia que nadie se embaraza. Ya Amy ha traído mi vestido me arreglo y me pongo muy guapa mi madre me enseño arreglarme muy bien. Lo que no hizo muy bien fue su papel de madre y protegerme de los peligros de la vida y me vendió al mejor pujador. Pienso que si hubiese sido otro hombre diferente mi destino quizás habría sido otro, hasta peor con un hombre más viejo y hasta más asqueroso que Robert quien a pesar de todo es muy atractivo. Salg