James Maxwell
Meses después.
Retiré mi casco amarillo y pasé una mano por mi cabeza para acomodar mi cabello, estaba saliendo de una de las minas en las que estábamos trabajando, al echar a andar el proyecto, nos habían salido más proyectos, y con ello, nos habíamos hundido en trabajo yo y el equipo. Peter bajó de la camioneta, lució algo tenso.
― ¿Ya vas a la oficina? ―pregunté acercándome a él.
―Sí, supuse que regresarías pronto…―noté más tensión, dejé mi casco en el cofre del auto.
― ¿Qué pasa? ―pregunté curioso.
―Ella ha regresado. ―me tensé ahora yo, me quedé callado por un momento, no podía creer que Emily ha regresado, mi corazón se agitó a toda prisa y luego sonr
Emily EvansDominick apretó un poco mi mano haciéndome reaccionar, giré mi rostrohacia a él, sus ojos se clavaron en mí.― ¿Todo bien, preciosa? ―su acento inglés se escuchó más remarcado que el que solía escuchar. Asentí con una gran sonrisa.―Nerviosa nada más. ―él levantó una ceja.― ¿Por qué has visto a alguien? ―soltó de manera irónica, luego regresó la mirada al resto del lugar.―No. Nerviosa por regresar a ver a mi padre…―me solté sutilmente de suagarre, mi padre se acercó anosotros después de anunciar algo por el micrófono que ni presté atención. El sentimiento lo tenía a flor de piel, recordar que mi nana había viajado conmigo y que haya regresado con sus cenizas, me estrujaba el
James MaxwellCerré la puerta del servicio de mujeres detrás de mí, sentí como mi corazón latía a toda prisa por lo que habíahecho, mi cuerpo había reaccionado a su cercanía, a sus labios, no podía controlar lo que me estaba recorriendo por debajo de mi piel, se sintió como si estuviese en casa, la calidez de su cuerpo contra el mío…―Debes de controlarte. ―me dije a mi mismo, recordé que Biel me había dicho que George me estaba buscando. Crucé el pasillo, esquivé mesas, luego los busqué con la mirada, estabana unos metros de distancia, antes de intentar irme sin más, ambos se volvieron hacia a mí. George tenía a lado de él al prometido de Emily, al parecerquería seguir restregándomelo en la cara, así que aparté todo lo que esta
Emily Evans“Pum, pum, pum, pum” latía mi corazón a toda prisa. La electricidad corrió por debajo de mi piel haciéndome estremecerpor un momento, estaba tan cerca de él, con mi mirada clava en sus hermosos ojos azules, el olor a loción de baño estaba impregnándose a nuestro alrededor, tomé aire lentamente hasta llenar mis pulmones, dejándolo salir segundos después entre mis labios entreabiertos, parecía irreal el momento, ¿Cuántas noches soñé con este momento? Miles. Humedecí mis labios, su mirada bajó a ellos y luego regresóa mis ojos.― ¿C-Cómo es que has entrado si tengo seguridad por cada rincón de la casa? ―susurró esa pregunta sin dejar mimirada, intenté ocultar mi sonrisa triunfante, pero no pude del todo, me aclaré
James MaxwellNo podía creer lo que estaba escuchando. Me sentí capaz de pelear por ella, evitar un matrimonio y enfrentarme asu padre, había luchado por mantenerla al margen de mi vida, pero estos meses solo me había dado cuenta que había ignorado mis sentimientos, sentimientos los cuales nunca había sentido por nadie, mucho menos cuando me casé con Bárbara, era nuevo para mí, así como también me daba miedo perderme por ello.― ¿Solo está noche y mañana nos diremos adiós? ―pregunté, ella sonrió y negó, me sentíconfundido por un momento.―Estaba bromeando…―dijo con una sonrisa amedias, algo en mí me decía que estaba mintiendo. Me moví para quedar a un lado de ella, mirando el techo, ya estaba tan abrumado con su presencia, que sus palabras
James Maxwell―Te voy a recostar…―dije contra sus labios, ella tenía muy rojizas sus mejillas, retiré mis dedos de su interiory la recosté en la cama, ella enrolló sus piernas en mi cintura, comencé a besarla de nuevo hasta llegar a su cuello, luego a sus pechos, me volví loco al escucharla gemir, tiré con suavidad de sus pezones rosados, ella enloqueció, tenía sus dedos entrelazados con mi cabello, seguí con el otro pecho luego bajé a su vientre plano, ella se tensó, me detuve con el rostro debajo de su ombligo, ellase recargó con sus codos mirándome.― ¿Qué haces? ―dijo jadeando, noté como el cabello caía por una parte de su rostro, tuvo que soplar pararetirarse uno que le caía por el ojo, sonreí. ― ¿Vas a…?―su pecho subió y bajó r
Dominick Wembley―Señor Wembley, Biel ha llegado con su prometida. ―estaba sentado en el sillón de la habitación de Emily, estabaviendo desde aquí el jardín tan majestuoso que tenía la mansión de Evans. Asentí lentamente sin mirarlo, luego escuché la puerta cerrarse detrás de mí. La ira estaba aplacada, pensando que quizás había desaparecido con sus mejores amigas, pero habían vigilado y comprobamos que no estaba con ellas. ¿Entonces? ¿Dónde has estado Emily?, ya no tardaba en aclararse el cielo. La puerta se abrió y notéque no me había visto.― ¿Dónde estabas? ―Emily brincó en su lugar cuando escuchó mi voz.― ¿Qué es lo que haces en mi habitación a oscuras? ―se llevó su mano a su pecho, me levanté, a&ua
James Maxwell― ¿Y así de plano se fue? ―preguntó Peter con sorpresa, di un sorbo a mi té y asentí al dejarlo de regresoen la mesa, masajeé mi rostro, intenté aliviar el dolor de cabeza que tenía desde que ella se fue, me había quedado aquí sentado, repasando en mi cabeza las palabras de la carta, cada palabra se había grabado en mi mente. ―Bueno, ―comenzó a decir Peter, se rascó la barbilla y luego se quedó callado, se cruzó de brazos y presionó sus labios en una delgada línea. ―Estoy sin palabras. Ella ha llegadoanoche, se escabulló, apareció en tu casa a hurtadillas, hicieron el amor por primera vez, se hicieron una promesa... ¿Luego se fue? ¿Qué no la busques? ¿Quées lo que está pasando realmente? Estoy…―se volvió a
Emily EvansDominick me sacó de mis pensamientos al darme un apretón en mi muslo por debajo de la mesa, me aclaré la gargantay todos miraban en mi dirección, no supe que decir, miré hacia a él.― ¿Qué opinas? ¿Manteles blancos o beige? ―él sonrió al verme que estaba perdida, me tensé, luego intenté mostrar que estaba concentrada en decidir, miré hacia los demás.―Me gustaría beige…―sonreí a medias.―Sería mejor el color blanco, ―dijo la madre de Dominick, ―Muestra inocencia, virginidad…―la señora arqueóuna ceja brevemente.Sonreí y miré a Dominick.―Quiero el color beige, querido. ―él sonrió y miró a los demás.―Será beige, entonces…―miré a su madre que puso un ge