Emily Evans
“Pum, pum, pum, pum” latía mi corazón a toda prisa. La electricidad corrió por debajo de mi piel haciéndome estremecer por un momento, estaba tan cerca de él, con mi mirada clava en sus hermosos ojos azules, el olor a loción de baño estaba impregnándose a nuestro alrededor, tomé aire lentamente hasta llenar mis pulmones, dejándolo salir segundos después entre mis labios entreabiertos, parecía irreal el momento, ¿Cuántas noches soñé con este momento? Miles. Humedecí mis labios, su mirada bajó a ellos y luego regresó a mis ojos.
― ¿C-Cómo es que has entrado si tengo seguridad por cada rincón de la casa? ―susurró esa pregunta sin dejar mi mirada, intenté ocultar mi sonrisa triunfante, pero no pude del todo, me aclaré
James MaxwellNo podía creer lo que estaba escuchando. Me sentí capaz de pelear por ella, evitar un matrimonio y enfrentarme asu padre, había luchado por mantenerla al margen de mi vida, pero estos meses solo me había dado cuenta que había ignorado mis sentimientos, sentimientos los cuales nunca había sentido por nadie, mucho menos cuando me casé con Bárbara, era nuevo para mí, así como también me daba miedo perderme por ello.― ¿Solo está noche y mañana nos diremos adiós? ―pregunté, ella sonrió y negó, me sentíconfundido por un momento.―Estaba bromeando…―dijo con una sonrisa amedias, algo en mí me decía que estaba mintiendo. Me moví para quedar a un lado de ella, mirando el techo, ya estaba tan abrumado con su presencia, que sus palabras
James Maxwell―Te voy a recostar…―dije contra sus labios, ella tenía muy rojizas sus mejillas, retiré mis dedos de su interiory la recosté en la cama, ella enrolló sus piernas en mi cintura, comencé a besarla de nuevo hasta llegar a su cuello, luego a sus pechos, me volví loco al escucharla gemir, tiré con suavidad de sus pezones rosados, ella enloqueció, tenía sus dedos entrelazados con mi cabello, seguí con el otro pecho luego bajé a su vientre plano, ella se tensó, me detuve con el rostro debajo de su ombligo, ellase recargó con sus codos mirándome.― ¿Qué haces? ―dijo jadeando, noté como el cabello caía por una parte de su rostro, tuvo que soplar pararetirarse uno que le caía por el ojo, sonreí. ― ¿Vas a…?―su pecho subió y bajó r
Dominick Wembley―Señor Wembley, Biel ha llegado con su prometida. ―estaba sentado en el sillón de la habitación de Emily, estabaviendo desde aquí el jardín tan majestuoso que tenía la mansión de Evans. Asentí lentamente sin mirarlo, luego escuché la puerta cerrarse detrás de mí. La ira estaba aplacada, pensando que quizás había desaparecido con sus mejores amigas, pero habían vigilado y comprobamos que no estaba con ellas. ¿Entonces? ¿Dónde has estado Emily?, ya no tardaba en aclararse el cielo. La puerta se abrió y notéque no me había visto.― ¿Dónde estabas? ―Emily brincó en su lugar cuando escuchó mi voz.― ¿Qué es lo que haces en mi habitación a oscuras? ―se llevó su mano a su pecho, me levanté, a&ua
James Maxwell― ¿Y así de plano se fue? ―preguntó Peter con sorpresa, di un sorbo a mi té y asentí al dejarlo de regresoen la mesa, masajeé mi rostro, intenté aliviar el dolor de cabeza que tenía desde que ella se fue, me había quedado aquí sentado, repasando en mi cabeza las palabras de la carta, cada palabra se había grabado en mi mente. ―Bueno, ―comenzó a decir Peter, se rascó la barbilla y luego se quedó callado, se cruzó de brazos y presionó sus labios en una delgada línea. ―Estoy sin palabras. Ella ha llegadoanoche, se escabulló, apareció en tu casa a hurtadillas, hicieron el amor por primera vez, se hicieron una promesa... ¿Luego se fue? ¿Qué no la busques? ¿Quées lo que está pasando realmente? Estoy…―se volvió a
Emily EvansDominick me sacó de mis pensamientos al darme un apretón en mi muslo por debajo de la mesa, me aclaré la gargantay todos miraban en mi dirección, no supe que decir, miré hacia a él.― ¿Qué opinas? ¿Manteles blancos o beige? ―él sonrió al verme que estaba perdida, me tensé, luego intenté mostrar que estaba concentrada en decidir, miré hacia los demás.―Me gustaría beige…―sonreí a medias.―Sería mejor el color blanco, ―dijo la madre de Dominick, ―Muestra inocencia, virginidad…―la señora arqueóuna ceja brevemente.Sonreí y miré a Dominick.―Quiero el color beige, querido. ―él sonrió y miró a los demás.―Será beige, entonces…―miré a su madre que puso un ge
James MaxwellBárbara se había dormido después de media hora, terminé de arroparla y luego salí de la habitación, estaba preocupado,tenía tantas cosas en la cabeza imaginando muchas teorías que no me estaban gustando para nada. ¿Desde cuándo había empeorado tanto que no me avisaron? Según los reportes, ella estaba estable, aunque la última vez la noté más delgada y pálida, ahora estaba más repuesta y tenía color en su piel. Aunque era bueno, ¿Por qué el delirio? ¿Llamarme amor? Era para que preguntara por Tim. Pero no. Presionélos labios con dureza, la culpa salió a la superficie y eso me inquietó, cerré los ojos e intenté controlarme.― ¿Le dijiste? ―abrí los ojos al escuchar la voz de Scott. Tomé aire y lo sol
Emily EvansHan pasado casi tres meses desde que James se fue del país, Biel no había encontrado nada de él en New York, era comosi la tierra se lo hubiese tragado. Había ido a buscar a Peter y al resto de su círculo de amigos, pero no me dieron nada, entendí que tenían que ser leales a James… yo solo quería saber si estaba bien.Faltaba una semana para la boda, estaba anunciado por todos los medios británicos y quien se había encargado de hacerla la boda del año, era el padre de Dominick, Darwin. El hombre sí quetenía influencias, se había conseguido todo lo mejor de lo mejor en el mundo, desde los manteles hasta la cuchara de plata que se iba a servir,presumió que como era el consejero de la corona británica y es su único hijo, lo estaban apoyando. Mi padre ú
James MaxwellLeí el mensaje de Peter una y otra vez durante esta última semana, creo que fueron miles. Era un mensaje diciendo queEmily había enviado a Biel para averiguar algo de mí de nuevo, aunque pienso que quizás es George queriendo saber mi ubicación, ya que en dos días…Emily se casaba, debía de pensar que detendría ese evento que estaba anunciado hasta este lado del mundo. El pitido de un mensaje me sacó de mis pensamientos. Lo busqué en el interior de mi americana. Era Peter anunciado que me llamaría. El corazón latióa toda prisa, pensando que George había dado conmigo. El celular vibró en mi mano, deslicé el botón de verde para contestar la llamada almismo tiempo que me alejé de la sala de espera del hospital. ―Dime. ―dije de inmediato, se escuch&oacu