Capítulo 27Jazmín Zabaleta VillaMe fui a esconder al baño de la cafetería para leer la carta que había dejado mi amado Rodrigo con mi tía Sanjuana, estaba que se me crispaban demasiado los nervios porque me daba miedo que Rodrigo me estuviera terminando en esa carta, como pude la abrí y al leer todo lo que decía, pidiéndome unos días de tiempo para no vernos me sentí demasiado desesperada y marqué su teléfono en repetidas ocasiones, sin obtener ningún tipo de respuesta.– ¿Jazmín, estás ahí? – Gritó Eva desde afuera del baño – Sal, por favor amiga, es que se me está complicando el trabajo aquí y te necesito.Estaba muy desanimada porque no quiso contestar ninguna de mis llamadas, es lógico, pues me está pidiendo unos días para que lo esperara, pero no me dijo la razón. Si le está pasando algo, quiero estar a su lado para ayudarlo en lo que fuera.–Sí, Eva – Respondí, intentando contener el llanto que quería salir de mis ojos – Ya voy.Tenía que recomponerme, tenía que afrontar que l
Jazmín Zabaleta VillaEsa tarde, en la cafetería, me pareció demasiado pesada. Me sentía demasiado estresada, por pensar con mucho temor que Rodrigo ya no quisiera nada más conmigo, pero entonces muchas preguntas comenzaron a rondar mi cabeza ¿Para qué me dio llave de su departamento? Eso era ridículo si lo mío era solamente un acostón o si solo eso pretendía él y mi tía Sanjuana, me notaba muy rara y no dudó en preguntarme lo que me pasaba.–Jazmín, espero que no estés así porque algo malo esté pasando con tu novio, me preocupas mucho – Mi tía me miraba buscando respuestas – No te veo con la cara feliz que tienes, desde hace días.–No es nada tía, en serio y no te preocupes. Es solamente que, me da miedo que él no quiera venir a hablar con mi papá y tener problemas nuevamente con mamá.En el tremendo lío que me había dejado Rodrigo, mi madre en especial no iba a entender que mi novio no iba a aparecer hasta quien sabe cuándo, ella no me iba a dejar tener nada con Rodrigo cuando apare
Rodrigo De la SierraLe había dejado a Jazmín una nota en la cafetería con una mujer muy amable que se llama Sanjuana, esperando que ella se la hubiera hecho llegar. Lo que menos quería o necesitaba ahora, era tener más problemas de los que ya tenía y valiéndome Dora, yo no podía estar perdiendo mi tiempo ahora, cortejando a Jazmín y jugando a ser su noviecito cuando las cosas estaban de color de hormiga con mi suegra.–Rodrigo, mi amor – Sandra me sacó de mi mundo – Deberías de irte hoy a dormir a la casa, estaré bien y mañana ya me van a dar de alta a mí y a nuestro Eddy hermoso.Yo no pensaba dejar sola a Sandra, eso no me lo perdonaría nunca mi suegra, no me preocupaba pasar la noche con mi esposa, la habitación que le asignaron está muy bien para una persona que se quiera quedar a pasar la noche sin ningún problema.–No mi amor, no te dejaré aquí sola – Besé su mano – Quiero pasar la noche cuidando de mis dos amores, al menos más de ti. A Eddy, lo tendrán en los cuneros.Aquí me
Rodrigo De la SierraAquí iba a estar el problema con esta chica, no es por presumir, pero ella ya me ha probado y ha quedado picada conmigo, como toda mujer que ha pasado por mi cama. Mi calidad en mis artes amatorias termina siempre, por volverlas locas y luego eso supone grandes problemas para mí, como en este caso. Ella va a querer estar conmigo muy seguido, metidos en mi supuesta casa y ahora que me case con Sandra a la iglesia, será todo más complicado. Jazmín no dejaba de suplicar, llorando en el teléfono para que fuera para allá con ella.–Por favor, mi amor. Yo no puedo estar ni un solo día sin verte – Me seguía rogando – No después de lo que ha pasado entre nosotros o pensaré que no me quieres, que nunca me has querido y que solo me usaste.–Mi amor, debes de calmarte Jazmín – Bostecé de lo cansado que estaba – No puedes decirme que no te quiero, cuando sabes que eso no es verdad. Solo te pido que me entiendas un poco, estoy que no puedo ni conducir a casa, lo siento precios
Jazmín Zabaleta VillaDesperté en brazos de mi adorado Rodrigo sintiendo que el tiempo no pasaba por nosotros, deseando quedarme así por siempre y entonces supe que estaba en un problema terrible, mi madre me iba a matar y esta vez Eva no iba a poder hacer nada para salvarme y esperaba que mamá no la fuera a llamar temprano o estaba perdida. Rodrigo seguía dormido de lo cansado que estaba y yo, me puse a vestirme a la velocidad del rayo.–Jazmín, lo siento preciosa – Rodrigo se despertó poco después – Me he quedado dormido.Él no tenía la culpa, yo era la que me había quedado fascinada admirándolo dormir y bien que sabía que tenía que vestirme para salir a ver qué era lo que iba a inventarme ahora para que no me castigaran.–Buenos días, mi amor – Me acerqué a él para besarlo – Yo no quería despertarte, te veías tan a gusto durmiendo.No me gustaba tener que separarme de él, sé que tenía que irse a ver a su mamá y yo ir a ver a Eva o llamarla antes de que se armara un gran revuelo por
Jazmín Zabaleta VillaLlegué a casa de mi amiga Eva y lo primero que hicimos, antes de sentarnos a desayunar con sus padres, fue llamar a los míos y mi amiga tuvo que convencerlos de que me quedé a dormir con ella, para lo del trabajo que teníamos para el lunes. Odiaba todo esto, a mí no se me daba nada bien decir mentiras y lo que es peor, que, si Rodrigo no se presentaba pronto con mis padres, no sé lo que voy a hacer. Luego de solucionar mi problema, Eva se acostó boca arriba en su cama y empezó a reírse como loca.–Amiga, Enzo es increíble, ayer pasamos la mejor noche de mi vida – Eva estaba feliz – Fuimos a cenar y fuimos a bailar, lo volveré a ver hoy en la noche. Deberías decirle al profe, que vaya contigo y salimos los 4 juntos.Eva no medía sus palabras, alguien podía estar escuchando o de Rodrigo, en mi casa no iban a aprobar eso y en ningún lado, estábamos jugándonos nuestras carreras y nuestra reputación, eso estaba prohibido en todos lados que profesores y alumnos tuviera
Rodrigo De la SierraEstar con Jazmín no me la ponía nada fácil a mí, me estaba gustando mucho esa chica más de lo que yo me hubiera permitido que me gustara y, por si fuera poco, ya veía yo venir la llamada de la loca de Dora y hoy es sábado, tengo que arreglar todo a la velocidad del rayo para la llegada de mi esposa y de mi hijo más tarde. Apenas entré a mi casa y me puse en marcha, cuando sonó mi teléfono y respondí, sin ver de quién se trataba, temiendo que fuera la loca de Dora.–Sí, diga.–Huy que serio mi amigo Rodrigo – Se reía Enzo del otro lado de la línea – No puedo creer que estés tan amargado, ahora que eres padre de un bebé precioso.Estaba más que feliz, la llegada de mi hijo nos daba a Sandra y a mí una dicha inimaginable, el pequeño era una dulzura de niño, todo el que lo veía quedaba encantado de lo hermoso que es.–Hola, amigo – Respondí, ya más tranquilo – Estoy feliz por mi hijo y, por cierto, eres un mal amigo, no has vuelto a verlo desde el día que nació.–Clar
Rodrigo De la SierraPasé por alto lo que dijo mi suegra y me fui con mi esposa y con mi hijo con rumbo a nuestra casa, mis suegros se retiraron a su casa afortunadamente. Yo me sentía muy feliz y contento porque mi hijo iba a entrar por primera vez a su casa y a la recámara que, con tanto amor, Sandra y yo hemos preparado para él, sé que, con nuestro bebé, podremos tener un matrimonio mucho mejor y más estable.–Eddy es muy tranquilo, casi no me ha dado lata – Dijo Sandra – Está precioso, además.Nuestro hijo es precioso, no solo lo decimos nosotros por ser sus padres, mi celular ya estaba lleno de sus fotos, haría un álbum gigante con ellas, estaba seguro de que la gente se asombraría de ver cuantas fotos llevo desde su nacimiento.–Sí, está precioso amor – Abracé a mi esposa – Los llevaré arriba a que se instalen y me dejarás darte lo mejor, quiero que te acuestes y yo te prepararé de desayunar.–Gracias, amor. No quiero cargarte la mano, pero te tomo por ahora la palabra, sigo muy