Rodrigo De la SierraEstar con Jazmín no me la ponía nada fácil a mí, me estaba gustando mucho esa chica más de lo que yo me hubiera permitido que me gustara y, por si fuera poco, ya veía yo venir la llamada de la loca de Dora y hoy es sábado, tengo que arreglar todo a la velocidad del rayo para la llegada de mi esposa y de mi hijo más tarde. Apenas entré a mi casa y me puse en marcha, cuando sonó mi teléfono y respondí, sin ver de quién se trataba, temiendo que fuera la loca de Dora.–Sí, diga.–Huy que serio mi amigo Rodrigo – Se reía Enzo del otro lado de la línea – No puedo creer que estés tan amargado, ahora que eres padre de un bebé precioso.Estaba más que feliz, la llegada de mi hijo nos daba a Sandra y a mí una dicha inimaginable, el pequeño era una dulzura de niño, todo el que lo veía quedaba encantado de lo hermoso que es.–Hola, amigo – Respondí, ya más tranquilo – Estoy feliz por mi hijo y, por cierto, eres un mal amigo, no has vuelto a verlo desde el día que nació.–Clar
Rodrigo De la SierraPasé por alto lo que dijo mi suegra y me fui con mi esposa y con mi hijo con rumbo a nuestra casa, mis suegros se retiraron a su casa afortunadamente. Yo me sentía muy feliz y contento porque mi hijo iba a entrar por primera vez a su casa y a la recámara que, con tanto amor, Sandra y yo hemos preparado para él, sé que, con nuestro bebé, podremos tener un matrimonio mucho mejor y más estable.–Eddy es muy tranquilo, casi no me ha dado lata – Dijo Sandra – Está precioso, además.Nuestro hijo es precioso, no solo lo decimos nosotros por ser sus padres, mi celular ya estaba lleno de sus fotos, haría un álbum gigante con ellas, estaba seguro de que la gente se asombraría de ver cuantas fotos llevo desde su nacimiento.–Sí, está precioso amor – Abracé a mi esposa – Los llevaré arriba a que se instalen y me dejarás darte lo mejor, quiero que te acuestes y yo te prepararé de desayunar.–Gracias, amor. No quiero cargarte la mano, pero te tomo por ahora la palabra, sigo muy
Jazmín Zabaleta VillaEl fin de semana, lo pasé muy mal pensando en Rodrigo y en lo mucho que yo quería estar con él, pero él parecía no querer pensar lo mismo. En todo el fin de semana, no me dirigió ni una llamada, ni un mensaje, ni nada y eso me hacía sentir bastante triste, tanto que no podía ocultarlo y el domingo en la noche después de salir de la cafetería, me subí a mi recámara a llorar a gusto sin que nadie me dijera nada, pero no fue así.–Jazmín, hija ¿Puedo pasar? – Era papá – Necesito hablar contigo, por favor mi princesa.No quería que nadie me viera, estaba muy triste y deprimida por la ausencia de Rodrigo, esto del amor es muy doloroso, pensé que cuando se estaba enamorado todo era tranquilidad, pero me he equivocado.–Sí, papá, pasa por favor.Mi papá entró y yo me sequé muy rápido el llanto para no preocuparlo, después de todo yo sabía a lo que venía él, a decirme lo de Rodrigo y ahora sí que yo no sabía lo que iba a hacer, ya no sabía si él y yo íbamos a seguir de n
Jazmín Zabaleta VillaDormí muy poco y por la mañana, me levanté con ganas de irme lo más pronto que fuera posible a correr con mi tía Dora, mis hermanas ya estaban desayunando para ir a la prepa y mis padres con ellas. Todos se sorprendieron al verme en ropa de ejercicio, pues entre semana yo salía a correr, pero eso era por las noches y no por las mañanas.–Buenos días – Saludé a mi familia – Voy a correr un poco, anoche no pude dormir bien. Estoy muy estresada.Quería salir de toda esta presión que yo misma me he provocado, por no medir en hacer las cosas antes de tiempo, ahora estoy como novia de pueblo.–Buenas noches – Me respondieron los cuatro.–No tardo, regreso para apurarme para irme a la universidad – Dije antes que mamá, empezara con sus cosas – Provecho.–Gracias.Salí corriendo de la casa para alejarme lo más rápido posible y pronto me encontré en el parque y vi a mi tía Dora haciendo unos estiramientos. Esperaba cuando yo llegue a su edad, encontrarme en la excelente f
Rodrigo De la SierraLlegó el lunes y con él, llegó lo inevitable y tuve que ir a la Universidad a dar mis clases, aun sin ganas de querer hacerlo. Yo sabía que Jazmín iba a querer quedarse a solas conmigo por algo y yo, no estaba para nada de ánimos de responder a sus preguntas absurdas acerca de cuándo iré a hablar con sus padres, eso no me preocupa ahora, pero para nada. Tengo otras cosas que ocupan mi mente, me fui directo a la sala de maestros a preparar algo rápido para una de mis clases y ahí me encontré con esa mujer indeseable, con Dora.–Hola, Rodrigo – Me saludó con ironía – Veo que apenas te pagué algo y ya te sientes con derecho de cometer muchas tonterías.No sé a qué diablos se refería, yo he hecho lo que ella me ha dicho que hiciera y pues la paga es muy importante para mí también,–Hola, Dora, que bueno que te veo – Decidí jugar su juego – Me has ahorrado la molestia de llamarte, para recordarte que tú todavía me debes dinero. Espero que estés aquí para pagarme.–En p
Rodrigo De la SierraSiempre que veía a Dora, yo me alteraba demasiado y no era para menos. En buen problema me he venido a meter y todo por querer una vida mejor para mi hijo y no me arrepiento de eso, sino de haberme involucrado con una persona que deja demasiado que desear y que, además, está fuera totalmente de sus cabales y ahora ya es muy tarde y tengo que meterme en la cabeza que tengo que terminar lo que empecé y que ya no hay marcha atrás.–Está bien, Dora, ya tendrás lo que quieres – Dije molesto – Ahora si me disculpas, me tengo que ir a dar clases.Debía terminar cuanto antes este loco caso en el que solito me metí al aceptar, pues ese dinero me ha servido mucho y me seguirá sirviendo, pero todo a costa de que esta mujer me tenga en sus manos hasta finalizar esto.–Está bien, vete Rodrigo. Pero, no se te olvide hacer lo que hemos quedado.Tomé mis cosas para salir de la sala de maestros y mis ojos se cruzaron con unos ojos grises preciosos, Jazmín estaba de pie frente a mí
Jazmín Zabaleta VillaDespués de la discusión que tuve con Rodrigo en la calle al salir de la universidad, me alteré demasiado y cuando llegué a la cafetería, me fui a encerrar al privado de papá porque no quería ver a nadie, yo quería estar sola y ahí esperaría a que Eva llegara, ella quiso estar un rato con Enzo antes de llegar a su turno laboral. Me senté en el escritorio de papá y para evitar seguir, así como me sentía, sumamente alterada, saqué algo de mi tarea cuando escuché voces y jadeos.–Max, aquí no podemos hacer nada. No tarda en llegar mi hermana y Eva o en volver mi tía Sanjuana o peor aún, no tarda en venir papá o mamá – Era mi hermana Marina – Mejor, me escapo en la tarde un rato de la casa para vernos.Esto no me lo esperaba, mi hermana teniendo un encuentro amoroso en la cafetería, me daba cuenta de que las cosas con mi hermana estaban iguales que las mías con Rodrigo.–Marina, es que tú me fascinas, me encantas y no puedo dejar de besarte – Le decía un chico – Ademá
Jazmín Zabaleta VillaRodrigo complica demasiado las cosas y eso me pone demasiado mal a mí, no lo entiendo sinceramente y eso me preocupa. Me doy cuenta de que no estoy a la altura de él, porque no logro entenderlo, ni tampoco descifrarlo. Lo cierto es que lo quiero y no puedo seguir firme con eso de dejarlo, no cuando lo tengo frente a mí pidiéndome perdón y mirándome con esos ojos hermosos que me vuelven loca.–Jazmín, en serio mi amor. Entiéndeme un poco, yo no me siento bien por lo de mamá y solo quiero que me perdones, quiero que sigamos juntos.Parecía sincero, pues de lo contrario no tenía por qué venir a pedirme perdón si ya no quería tener nada conmigo, era ilógico si supuestamente esto se había acabado.–Está bien, Rodrigo – Cedí – Solo quiero pedirte algo, que, si esta noche vienes a hablar con mis padres, no sea solo porque te lo pidió mi tía Dora, que sea porque de verdad tú quieras hacerlo y no por sentirte obligado.Si ella lo había obligado ya no es mi problema y si é