Jajajajajajaja. Lud a la carga!!
Fue una decisión intempestiva la que acabo de tomar, pero viéndolo desde un punto de vista objetivo y tomando en cuenta el hecho de que Rachel está esquiva y desconfiada, no puedo permitir que la brecha entre nosotros se abra y termine perdiéndola. Será una tarea ardua y complicada lograr que vuelva a confiar en mí, pero estoy dispuesto a hacer cualquier sacrificio para conseguirlo. Ella es mi vida y su lugar está a mi lado.―Vamos a vestirte, cariño, Jacob vendrá a buscarnos dentro de poco ―le digo al sentarla a la orilla de la cama―. Sé que querías tomar un baño antes de salir de aquí y que las enfermeras podrían haberse encargado de ello, pero lo haremos al llegar a casa ―sus ojos se abren como platos. Sonrío con disimulo, porque ni siquiera se imagina lo que le espera cuando gocemos de toda la intimidad que necesitamos para comenzar a aclarar nuestras diferencias―. Será mucho más fácil hacerlo, mientras disfrutas de un baño de espuma en la bañera.Hace un mohín de enfado que me par
Tengo la mente agotada. Mi capacidad para pensar está diezmada. No tengo fuerzas para seguir discutiendo con este hombre tan empecinado y terco que está decidido a salirse con las suyas a como dé lugar. A pesar de mi enfado, apreciarme tan cuidada y querida me hace sentir reconfortada. Acepto la tregua que pidió y, sucumbo, a mis irrefrenables ganas de refugiarme entre sus brazos y hundirme sobre su pecho cálido, mientras huelo de la deliciosa fragancia masculina que emana de su cuello.―Sigues usando el mismo perfume de siempre.Pregunto antes de que pueda darme cuenta de lo que estoy diciendo.―Sí, cariño ―me mira de una manera que hace palpitar mis entrañas―. Es el mismo que tenía puesto la noche en que te hice el amor por primera vez ―responde con un tono de voz ronco y profundo―. No quise cambiar nada que me recordara a ti, incluso, nuestra habitación sigue intacta ―su confesión me deja atónita―. He dormido en una de las recámaras contiguas para que el olor que dejaste prendado en
Volver a esta habitación, pone mis emociones a flor de piel. Observo los alrededores y noto que todo sigue igual. Incluso, hay un cepillo sobre el tocador con restos de mi cabello. Recuerdo haberlo dejado allí la última noche que estuve en esta casa. Mis ojos se nublan con las lágrimas. ¿Por qué me sigue afectando tanto?―No quiero que hagas ningún esfuerzo ―el sonido de su voz me trae de vuelta al presente―. Recuerda que acabas de salir de la clínica y estás convaleciente ―asiento en respuesta. Me deja en el centro de la cama y me da un beso en la frente―. Las dejaré solas para que hablen de sus cosas. Tengo algunos asuntos que tratar con Robert ―me guiña un ojo, dejándome aturdida―. Aprovechen su tiempo de chicas.Mi corazón da un vuelco cuando me mira a los ojos y sonríe de esa manera que me hace sentir apreciada. Físicamente, sigue siendo el mismo hombre, a pesar de lo demacrado que se ve, pero hay un cambio evidente en él. Ahora es más expresivo y comunicativo. Incluso, romántico.
Ingresamos a mi oficina después de dejar a las chicas conversando y poniéndose al día con sus vidas.―¿Te dije alguna vez que eras un maldito hijo de puta?Sonrío divertido al acercarme al bar. Giro la cara y lo miro por encima de mi hombro con cara de circunstancia.―No sé a lo que te refieres, Robert.Una sonrisa cínica tira de las esquinas de mi boca.―No eres un tipo altruista, imbécil, sé que tu intención no era hacer feliz a mi mujer con la aparición de su mejor amiga ―sirvo dos vasos con nuestro whisky favorito―. ¿Creíste por un segundo que no sabía cuál era tu intención?Tomo los vasos, me doy la vuelta y me acerco a él con una sonrisa en la boca que no cabe en mi cara.―Un hombre tiene que hacer lo que debe hacer para garantizar su supervivencia.Alza una ceja y sonríe con arrogancia.―¿Para garantizar tu supervivencia? ―ríe y niega con la cabeza―. ¿Tienes alguna enfermedad incurable de la que aún no me haya enterado? ¿Estás desahuciado?Le entrego su bebida y me siento en el
Esto no puede ser posible. Fijo la mirada en el enorme pedrusco que Victoria lleva incrustado en su dedo anular izquierdo. Estaba tan distraída con todo lo que está sucediendo, que ni siquiera me había dado cuenta de ello. Mis pulmones se quedan sin oxígeno. Pierdo el aliento. Han pasado tantas cosas desde que desaparecí de sus vidas, que me siento como una intrusa.―¿Ese es un anillo de compromiso?Me atraganto con la pregunta. Sé que es estúpida, pero estoy tan emocionada que no puedo contenerme.―Sí ―eleva su mano y la acerca para que lo aprecie mejor―. Robert me pidió matrimonio cuando estábamos en ItaliaMis ojos se nublan con las lágrimas. Me llevo la otra mano al pecho y suelto un gemido de felicidad.―Lo supe en cuanto los vi juntos aquella noche ―murmuro con voz llorosa―, a pesar de sus diferencias, supe de inmediato que estaban hechos el uno para el otro ―me abalanzo sobre ella y la estrecho en un sólido y efusivo abrazo―. Me hace feliz saber que una de nosotras al fin pudo e
Me vuelvo a sentir como en casa. La aparición de Victoria renueva mis esperanzas de vida y los viejos recuerdos de aquella chica ingenua y confiada cuyo único sueño era ser feliz y amada. Quizás ya no tenga la oportunidad de hacer realidad mis deseos, pero he vuelto a recuperar a una de las personas más importantes de mi vida y eso es más que suficiente. Después de berrear como chiquillas y prometer que nunca más volveremos a separarnos, Victoria rompe el abrazo.―Cuando Robert me dijo que estabas viva, casi muero de la impresión ―me cuenta Vicky, con una sonrisa en su boca―. En ese momento pensé que se trataba de un chiste de mal gusto y estuve a punto de asesinarlo ―su voz se torna temblorosa―. Pero en el momento en que me di cuenta de que hablaba en serio, grité, lloré y salté como una desatada, porque por primera vez, después de tanto tiempo, mi felicidad estaba completa.Esta vez soy yo la que toma sus manos entre las mías.―Lamento que me haya tomado tanto tiempo en volver ―vuelv
Percibo el latir mi corazón cuando es ella misma la que me besa, pero, sobre todo, por las palabras que acaba de decir. Está feliz de estar aquí conmigo y eso es lo que importa por ahora.―Es hora de darte un baño, cariño ―beso su cuello luego de romper el beso―. Te ves agotada y se acerca la hora de tus medicamentos.Asiente con un movimiento de cabeza. Intenta quitarse la bata que lleva puesta, pero no puede hacerlo.―Déjame ayudarte con eso.Por fortuna, no se resiste, está tan cansada que sus ojos apenas pueden permanecer abiertos. Suelta un bostezo y se deja caer sobre el colchón. ―Necesito dormir, Lud ―se acurruca en una pequeña bola de carne, después de que, a duras penas, logro deshacerme de su ropa―. Puedo bañarme después, juro que me quedaré dormida en la bañera si no recupero un par de horas de sueño.Sonrío agradecido por esta nueva oportunidad que me ha dado la vida. Está en mi casa, en mi habitación, en mi cama. Es mía.―Por supuesto, cielo ―cojo la sábana, cubro su pre
Quince días despuésDesde la noche en que, inesperadamente, le confesé que lo amaba, las cosas entre nosotros han mejorado de una manera sorprendente. Lud se ha portado muy atento, considerado y amoroso, tanto que, mis dudas acerca de sus sentimientos, han estado desapareciendo a pasos agigantados. Comienzo a confiar en él, a pesar de las secuelas que todavía permanecen de nuestro doloroso pasado. Durante estas últimas dos semanas nos hemos dado tiempo para conversar sobre temas simples y comunes e intentamos convivir como una pareja normal. Por supuesto, sin todo lo comprende y abarca aquella oración. Convenimos la misma noche en que nos declaramos nuestro amor, que ambos dormiríamos en habitaciones diferentes. Tomarnos las cosas con calma hasta que estuviéramos seguro del paso que queríamos dar a continuación. La propuesta me tomó por sorpresa, sobre todo, porque fue él quien la hizo, como una muestra de sus verdaderas intenciones. Aún recuerdo sus palabras exactas…―Creo que lo más