Llegamos a la comisaria, el abogado y Rafa se llevaron a Betty para hacer la declaración, y a mí me dejaron ver a Ricky. En el carro mi amiga nos contó lo sucedido con Samir, quien le pegó porque ella le restregó que no tenía ningún derecho para reclamar a su hija. Desconoce el motivo por el cual su padre estaba con él, y porque no la defendió. Solo le dijo que ya era tiempo de regresar a la casa, no se podía molestar más a personas ajenas.Rafael le dijo que esperaba y no creyera en las palabras esas y viera el cariño demostrado por todos nosotros. Me gusta el sentido común de la verdadera Betty, era lealtad pura. Dejó muy claro que no nos dejará y mucho menos va a apartar a su hija de personas que la ayudarán con amor en caso de ella faltar.Tampoco supo decirme a qué se refirió Ricky cuando le gritó a Samir que antes de reclamar mirara el acta de nacimiento. Confesó el tener esos papeles, pero nunca los ha mirado, ella le reportó a la enfermera ser madre soltera.Creo imaginar lo q
Sentí lo mismo, pero jamás te dejaré Bodoque, quise decirle, pero me quedé callado.—Prométeme que, si por alguna razón dejamos de ser novios, siempre seremos amigos, te prometo que tú serás siempre mi héroe, ese honor lo has obtenido con mérito, no me arrepiento de haberte dado el título de mi padre.Sonreí. Esos bellos ojos me conocen tanto, será muy complicado de mi parte demostrarle algo distinto al amor que le tengo.» Algo te pasa, también sé que todos tenemos nuestros secretos, sin embargo, júrame, pase lo que pase amigos por siempre. —sonrió con temor, besé sus hoyuelos.—Amigos por siempre. —volví a besarla.Llegamos a la escuela, último año, debía comenzar a enviar solicitudes para diferentes universidades de música. Era necesario salir de Atlanta a estudiar, ojalá me gane una audición. El profesor de música tenía una gran recopilación de material y partituras para enviarlas a las diferentes universidades y conservatorios.Con Catalina compartía cuatro materias, lo único nue
Traté de sonreírle, él se quedó mudo, parecía una estatua, yo saqué dignidad y como si él no fuera tan importante para desestabilizarme decidí continuar, las ganas de llorar me las tragué con las matas que tenía de merienda.Betty jugaba con la comida, era la primera vez que, en un receso nuestro, no hablábamos en común, Ricky, Lucían y Lucas hablaban de música, Betty miraba con tristeza a la mesa donde se sentaron las nuevas chicas, Dylan sumergido en lo que esté pensando y yo haciendo lo que mejor sé hacer, comer.Si antes cuando me sentía despreciada me atiborraba de chocolates, puedo hacer lo mismo con verduras y frutas. Las chicas caminaron hacia nosotros. —¿Podemos sentarnos con ustedes?Preguntó Rosa mirando a Ricky, Danna miraba con coquetería a Dylan, no lo miré. Los chicos comenzaron a darles espacio. Al movernos quedé más cerca de Betty, Danna se sentó al lado de… ¿Mi ex?—Ya me presentaron a Catalina. —dijo la reina de belleza —. Dylan, ella es…—Su mejor amiga.Hablé en
Betty me miraba, sonrió con tristeza. Para mí es muy fácil pensar de ese modo. Soy un milagro de vida andante. En cualquier momento me podía morir y eso cambia la manera de pensar. —Yo no tengo una lista tan favorable.—Intentémoslo, mientras llegamos a la casa.—Mis padres me abandonaron, tengo una imagen de puta, perdí al amor de mi vida, se murió mi abuela, el único familiar que me quería.—¿Terminaste? —caminábamos hacia la salida de la escuela—. La vida te regaló unos padres, una hermana, una hija, unos amigos, una herencia, un don para escribir maravilloso, en camino viene otra hermana o hermano, tienes tres abuelos, ahora podrás pagarte la carrera que desees, tu hija tiene su educación asegurada, puedes invertir en publicidad y convertirte en una reconocida escritora. Lo que tienes son oportunidades. —Al mirarla me sonrió—. ¡Viste! Ya estás sonriendo.—Eres increíble.Me abrazó. Tal vez nos regañen mañana, nos habíamos volado del colegio, caminábamos a la casa.—Créeme Betty,
Desde ayer estábamos metidos en otra vaina, no tenía idea que era lo que pasa entre los dos, no vimos a Danna ni a Rosa en la escuela y eso me gustó, nos sentamos en las dos clases que teníamos juntos sin dejar de tomarnos de la mano, Dylan cada vez que podía la apretaba o mordía.En la última clase me senté al lado de Lucas, necesitaba hablar con él. La clase era trabajar en dúo, quedó ni mandado hacer el momento.—¡Oh! Lucas, ¿puedo preguntarte algo?—Claro Cata y de una te lo digo, Dylan no tiene nada con Danna, hasta ahora es ella la que siempre lo busca.—Sí, pero él no la aleja, no es de él que quiero hablar.—Bien, dime.—¿Pasa algo entre Cecilia y tú? —Se me quedó mirando.—Nada que ella y yo no supiéramos. La distancia comienza a afectar.—Oh la cercanía de otra chica la cual empieza a agradarte más. —Su mirada fue de duda absoluta—. Te estoy preguntando, porque hace dos días hablé con Cecilia, se encuentra muy triste, aparte de preocupada, nosotras detectamos cuando algo no
No aguanto más, en silencio recibí los insultos de todos mis amigos, Betty, la señora Samanta y mi abuela; el de ella fue el que más dolió, porque se atribuye la culpa, no puede concebir el gran desaire que le hice a Cata.No he dicho nada, si hablo muy seguro descubrirán el motivo real de porque lo hice. Aunque no era mi intención dejarla sin nada, ¡Puta vida!, no me acordé de sus pertenencias en mi morral. Solo quería hacerla pensar que la olvidé.Como diría Catalina, «que me valía tres tiras de butifarra su compañía». Aún no sé qué significa ese dicho, pero cada vez que se enoja con alguien decía eso. En este momento cabe esa expresión para dar a entender lo que necesitaba hacerle sentir.Era la una de la madrugada, necesitaba verla. ¡A la mierda! —Si me ve Rafa ni modo, él no me regañó, solo comentó el no excederme y para la próxima debía medir todas las posibilidades. Pudieron haberla atracado, hacerle un daño o violado, él tenía razón, me muero si algo le llega a pasar.Salí de
Estaba molesto, celoso y me llevaba el puto demonio. Ese pendejo no se acercará a mi Bodoque.—¿Te paso a recoger para ir en la moto a la escuela? —podía llevarla a todos lados.—Sí quieres ir a trotar, hazlo, la calle es libre, con lo segundo, puedes venir a buscarme en dos patas, jamás me montaré en esa moto y te las cantaré plena, Dylan Miller, de entrada, piensa lo que se te dé la gana. La moto era una adquisición mutua, yo quería montarla de primera, pero tú pensaste e hiciste otra cosa, ahora no se me da la gana de subir a ese aparato. Disfrútala con tu novia.—¿Acaso eres una niña para hacer esa tontería? Tú también aportaste en esa moto, es de los dos.—Ups, a alguien se le olvidó. Y ¡Sí! Es un berrinche de culicagada ardida. Te dije que te las cantaba plena, no me montaré nunca en esa moto. Disfrútala con quien se te dé la gana si es importante para ti, «hombre falta de palabra». No hay nada más decepcionante para mí el ver a un hombre faltando a eso. Me voy a trotar y me im
Betty se encogió de hombros, suspiró y con tristeza en los ojos y fue cata quién respondió.—Como dice la canción. «No le toques ese vals porque la matas».Nos reímos ante el comentario. Mi amiga era admirable, siempre alegre, siempre buscando el lado bueno de la vida, debería ser un poco más parecida a ella, quien sabe cómo sería yo si tuviera su enfermedad.—Él está feliz con su novia Rosa. —Se encogió de nuevo de hombros—. Mejor hablemos de otra cosa, ¿tú estás segura de hablar con Lucas?—Lo mejor es agarrar al toro por los cuernos, pero… con lo que le voy a decir, tal vez…—La peor pelea es la que no se hace. —comentó Cata.—¡Oh, Cata! —sonreímos ante los ojos de Cata por el llamado de la señora Samanta.—Ya empezó, me va a regañar porque dejé a Dylan solo en la sala, anda de un zalamero con él y dice que es por el bebé.—Tal vez, Rafael dijo que estaba pechichona.—Sí fuera solo eso, mi mamá es un cuento, embarazada. Pobre Rafa, ya no ve la hora que nazca José Luis. Descansa, ma