—¡No! —dijimos más de una.—¡Nojoña!, y yo que vine preparada para tomarle fotos. —Nos mostró un celular.—¡Juera!, ¿tú de donde sacaste ese celular?—Es de Mayo, el aguacatao y aburrido de su marido no la dejó venir, porque esto eran fiestas del demonio. Tú sabes cómo es él.Se sentaron en la mesa donde estaríamos nosotras. La reunión comenzó, no he parado de reírme, Betty y yo somos las únicas jóvenes entre todas las mujeres adultas que no estamos en el desorden.Cuando las meseras nos trajeron la cena con el vaso que habíamos alquilado fue para tomarles fotos a las caras que pusieron todas. Independientemente, era abrumador pegarse a chupar del pitillo que para colmo es corto, sale de la uretra, uno parece que se está metiendo el pene de vidrio a la boca. Megan llegó a mi lado y con disimulo las grabó.—Esto va a quedar para la historia.Mi mamá y la señora Rochi fueron las que fomentaron más el relajo, a lo último ya estaban hasta bromeando con el tema, todas. Llegó la hora loca,
Llegué a La Arbolada. Si lo hubiera planeado no habría salido tan perfecto el momento como ahora, no me atrevo a llamar a Megan. Ingresé a la casa, la esclava me la entregan en una semana. Al pasar por la puerta mi abuela me recibió con una gran sonrisa y el traje de matrimonio para usarlo mañana en la boda. Ahora temo, Dios no me hagas perder la fe.—Mira, lo mandó Megan. El mío ya lo tengo en mi cuarto, debemos presentarnos a las diez en punto. Eso significa que debemos irnos a las nueve de la mañana, ¡Ay, Dios mío!, ya no puedo de los nervios. Mi bebé se casa.—Gracias, abuela—¿Qué pasa hijo?—Por ahora nada, supongo que los nervios, mañana me caso y sigo sin tener la novia.—Ya todo se encuentra listo, el vestido de la novia llegó en la mañana a La Sabanera.—Voy a descansar un poco, abuela.—¿Quieres comer algo? Zule hizo gallina criolla con arroz de coco.—En un rato.Pasé todo el día en el cuarto, mi abuela me ha traído las comidas. A eso de las seis de la tarde tocaron a la p
Parecía una gelatina, estaba tratando de que el veri, veri pasara, ya me dio el soponcio, luego vino al yeyo. Todo me temblaba, he releído lo que leyó mi mamá. Respiré. Y comencé a leer.Hola, BodoqueSi Te encuentras leyendo esta carta es porque ya eres mi esposa POR FIN. Es uno de mis regalos de bodas, además porque necesito confesarme por todos los años en donde me vi en la necesidad de ocultarte el saber de tu enfermedad, ¡y antes de que te espeluques! —como sueles decir y asumo que debes estar a punto de transformarte—. Continúa leyendo y para llegar a este punto te haré un pequeño recuerdo de cómo yo te veo. De lo importante que eres desde el mismo día en que nuestras vidas se cruzaron.No te asustes, no entraré en tantos detalles más de los esenciales. Si bien sabes, el día en que nos conocimos no era uno de los mejores días de mi existencia a pesar de tener solo diez años. Pero algo hizo mella en mí cuando tu manita gordita tomó la mía; esa sensación de seguridad fue inmediata
¡¿Qué si me quiero casar contigo?! Ni pendeja que fuera. Comencé a echarme fresco, me va a dar algo, ¡Nojoda! Hoy me caso y…—¡Oh mami!No había dado el primer paso cuando todas entraron como estampida de vacas fuera del corral. Al verlas fue incontrolable mi llanto, los brazos de mi madre me regocijaron.—Ahora sabes por qué jamás voy a odiar a Dylan, ¡es más!, seré una de esas suegras que adorarán al yerno.—Mami… —Mis labios temblaron—. Yo… —respiré profundo—. No quiero dejar a mi Monito plantado. —alcé la carta—. Y todas ustedes son unas partidas de alcahuetas. —Me limpié la nariz—. Hasta tu Betty y eso que tienes la mente borrada. —Todas se rieron. Vi a Danna de últimas, caminé hacia ella.—Jamás nos hemos besado, perdón por estar aquí, cuando me encontré a Dylan le pregunté por ti, quería pedirte perdón por cómo me porté en mi época endemoniada y él me propuso reivindicarme de esta manera. —miró al doctor Salvador—. Él es mi esposo. —La abracé. —Gracias.Miré al resto de toda l
Rafael fue quien nos hizo tan lindo piropo. Llegó enfundado en una finísima guayabera al igual que José Luis. —Bueno, ya el transporte que las llevará las espera. Betty por obvias razones, tú te irás en el carro con Samanta, debes cargar a Viviana, el resto en la van. No demora en salir Catalina. Yo me voy con mi hija en el carro de la novia. Ustedes deben ir primero. —afirmamos—. Betty, ven y te ayudo a subir. —Le entregó el niño a Cecilia.—Chechi, ¡queee liiindaaaa!—¡Ay! Gracias, mi príncipe.Todas nos reímos. Al salir de la sala y antes de ingresar a los vehículos, salió Catalina… Por todos los ángeles, sin duda sus ojos eran lo que hacía que uno la mirara. Se veía preciosa.—¡Qué tal! —dijo—. Por cierto, el ramo con flores de guayacán… —Un grito la asustó, sin embargo, se le humedecieron los ojos.—¡NI SE TE OCURRA LLORAR! —gritó el estilista, y no solo Catalina se asustará, varias de nosotros también—. ¿Piensas dañar mi obra de arte?—Te dije que no me pusieras esa vaina, l
Di mi salto de fe. Confié y aquí estaba, uniendo mi vida a mi vida. He hecho un esfuerzo grandísimo para no verme como un hombre llorón, pero la verdad era que el sentimiento era mayor, el volver a ser visto ante sus ojos, cómo su héroe de nuevo me ha conmovido demasiado.Cuando la vi caminar con los pajecitos, las damas y ella al fondo del brazo de Rafa, luciendo como una diosa, afianzando más el amor que le tengo, me tenía con los sentimientos al tope, han sido muchas emociones juntas. Como quisiera estar solos para poder hablar lo que me callé. El sacerdote continuó con la ceremonia, llegó el momento de nuestros votos.—Yo quiero decirlos primero. —Lucas le pasó el anillo, el responsable de entregarlos se había quedado dormido en los brazos de su padre. Nos pusimos frente a frente—. Yo Catalina Suárez Páez solo puedo agradecerte porque me has cuidado en la enfermedad.Hasta ahí llegué, ante las cámaras de todo el mundo iba a quedar como un tonto llorón, ¡y me vale!, al menos tratar
—Un amor basado en una fidelidad absoluta, solo puedo decirles; es un honor ser parte de su entorno. A nombre de cada uno de nosotros Los Absurdos quiero informarles que se les aprecia mucho.Muchos estallaron en risas, mis lágrimas llegaban hasta el cuello. Mi vestido era ligero, con un hermoso encaje en la parte superior después de la cinta amarilla que deja entrever mi estómago abultado por mi embarazo, largo, con varias capas que lo hacen ver vaporoso, las mangas son con los hombros destapados, era sencillo y elegante. Me había puesto unos topitos de oro para que hicieran juego con la cadena. La gente dejó de aplaudir y Megan se levantó.—Yo fui la representante del género femenino. —hizo un gesto y la mayoría sonrió—. Solo puedo hablar desde la época de Los Absurdos, cuando tocaban mientras seguían en la preparatoria. Pero si he sido fiel testigo de lo enamorado que ha estado Dylan desde entonces. Jamás imaginé que existieran amores de ese calibre, menos fidelidad absoluta, creo
Lucas detuvo el auto al frente de la casa de Coveñas, hace una semana fue el matrimonio de Cata y tres días fue la lectura del testamento de mi padre; nadie se esperaba lo ocurrido. A la mujer con quien nuestro padre vivía no le dejó nada. Y al hijo en camino se le debía hacer una prueba de ADN, si era nuestro hermano se le entregaría su herencia en dinero y un par de propiedades. Si no lo era ese dinero y casas se dividía en partes iguales para los nietos que lleguen.El resto de la herencia fue la mitad para mi madre, el otro para nosotros tres; sus hijos. Ni mi madre se esperaba eso, ni la nueva mujer de papá. Solo hasta ese momento nos enteramos de qué papá jamás firmó el divorcio; desde ese instante todo fue una locura. Y desde entonces mi madre se encuentra sumergida en una depresión absoluta. Y eso nos tiene asustados.Ella creyó estar separada y resulta que nunca lo estuvo, se culpa ahora de ser infiel por los hombres con quien intento darle celos. Esperemos que la señora Sama