Di mi salto de fe. Confié y aquí estaba, uniendo mi vida a mi vida. He hecho un esfuerzo grandísimo para no verme como un hombre llorón, pero la verdad era que el sentimiento era mayor, el volver a ser visto ante sus ojos, cómo su héroe de nuevo me ha conmovido demasiado.Cuando la vi caminar con los pajecitos, las damas y ella al fondo del brazo de Rafa, luciendo como una diosa, afianzando más el amor que le tengo, me tenía con los sentimientos al tope, han sido muchas emociones juntas. Como quisiera estar solos para poder hablar lo que me callé. El sacerdote continuó con la ceremonia, llegó el momento de nuestros votos.—Yo quiero decirlos primero. —Lucas le pasó el anillo, el responsable de entregarlos se había quedado dormido en los brazos de su padre. Nos pusimos frente a frente—. Yo Catalina Suárez Páez solo puedo agradecerte porque me has cuidado en la enfermedad.Hasta ahí llegué, ante las cámaras de todo el mundo iba a quedar como un tonto llorón, ¡y me vale!, al menos tratar
—Un amor basado en una fidelidad absoluta, solo puedo decirles; es un honor ser parte de su entorno. A nombre de cada uno de nosotros Los Absurdos quiero informarles que se les aprecia mucho.Muchos estallaron en risas, mis lágrimas llegaban hasta el cuello. Mi vestido era ligero, con un hermoso encaje en la parte superior después de la cinta amarilla que deja entrever mi estómago abultado por mi embarazo, largo, con varias capas que lo hacen ver vaporoso, las mangas son con los hombros destapados, era sencillo y elegante. Me había puesto unos topitos de oro para que hicieran juego con la cadena. La gente dejó de aplaudir y Megan se levantó.—Yo fui la representante del género femenino. —hizo un gesto y la mayoría sonrió—. Solo puedo hablar desde la época de Los Absurdos, cuando tocaban mientras seguían en la preparatoria. Pero si he sido fiel testigo de lo enamorado que ha estado Dylan desde entonces. Jamás imaginé que existieran amores de ese calibre, menos fidelidad absoluta, creo
Lucas detuvo el auto al frente de la casa de Coveñas, hace una semana fue el matrimonio de Cata y tres días fue la lectura del testamento de mi padre; nadie se esperaba lo ocurrido. A la mujer con quien nuestro padre vivía no le dejó nada. Y al hijo en camino se le debía hacer una prueba de ADN, si era nuestro hermano se le entregaría su herencia en dinero y un par de propiedades. Si no lo era ese dinero y casas se dividía en partes iguales para los nietos que lleguen.El resto de la herencia fue la mitad para mi madre, el otro para nosotros tres; sus hijos. Ni mi madre se esperaba eso, ni la nueva mujer de papá. Solo hasta ese momento nos enteramos de qué papá jamás firmó el divorcio; desde ese instante todo fue una locura. Y desde entonces mi madre se encuentra sumergida en una depresión absoluta. Y eso nos tiene asustados.Ella creyó estar separada y resulta que nunca lo estuvo, se culpa ahora de ser infiel por los hombres con quien intento darle celos. Esperemos que la señora Sama
Hola, hija. Soy un poco traste para el internet, pero le dije a Hernán que me mostrara en donde te encontraba en las redes sociales y cada semana ingreso a ver tus avances en tu trabajo como fotógrafa. Quiero decirte por este medio lo que no te digo por teléfono, espero lo notes ante las muchas llamadas que te realizo solo para escucharte y me digas cualquier cosa como antes. Sigo esperando eso, pero también soy consciente que debo ser yo quien dé el primer paso, y ahí es donde peleo conmigo mismo.Quiero decirte, me gusta mucho tu trabajo fotográfico, tus fotos son preciosas, hija. Hace unos meses cuando viniste, quería hablar contigo; ya han pasado cuatro años y solo nos tratamos para efecto cajero. «Te puse el dinero», «gracias, papá necesito esto». Me reusé a dejarte ir tan lejos, no por efecto dinero, era porque no quería poner distancia a este muro que tenemos.No merezco otro trato y presiento que me culpas por el comportamiento de Olga, ver cómo tu madre se pierde por mi culp
A la mañana siguiente don Santiago, como se llamaba el conductor, nos llevó a muchos lugares, en cada uno compraba detalles. El protector don Dylan dijo ir a lugares donde no presenten arriesgo alguno por mi estado. Por eso la hemos pasado de pueblo en pueblo y eran hermosos.Hicimos el recorrido de la cultura cafetera, luego al parque de los arrieros, almorzamos, y en la tarde regresamos. Mi marido acordó con el conductor a que fuera él quién nos llevara al aeropuerto el viernes. El sábado era el matrimonio por lo civil de Lucas y Cecilia.Hace cuatro días Lucas me llamó para que hablara con ella; se encontraba muy triste. Todos los días la he llamado, ya hoy la sentí mucho mejor. Era importante que soltara todo ese dolor de su alma.—Bodoque, pedí empanadas con jugo de mora.Afirmé. No quería cenar, me sentía llena, por tanto, comer. Por eso pidió unas empanaditas, me comeré una y el tragón de mi esposo el resto. Estaba cansada.» No me gusta verte que tengas los pies hinchados. —Le
Íbamos en la camioneta rumbo a la clínica, no sé cuál era el bololó armado por mi esposo con Rafa. Los dos iban muertos de la risa porque según ellos volteé los ojos como la niña del exorcista. Yo deseo llegar a mi casa y antes ver a mis papás, hermanos, abuelos; luego acostarme a dormir.Dylan se va el lunes de gira, regresa en quince días, había dicho que cada ocho días y logré convencerlo para que lo hiciera quincenal, eso sí, necesitaba, varias llamadas al día. Regresa a la boda de Lucían. El único que queda pendiente era Ricky, pero todos entendemos, al menos Betty aceptó casarse después de tener sana su pierna esté bien.Rafael me esperaba con camilla incluida y fue otro a quien le torcí los ojos. ¡Ahora estaba linda! Qué vergüenza y eso que no tengo nada, ni me despedí de Dylan, quien seguía burlándose de mí.—Quita esa cara Cata, es por el bien de mi nieta Hadassa.—Solo fue por caminar mucho.—Eso nos lo dirán los exámenes.Me hicieron cuanto examen se le ocurrió, lo único bu
—Hola, hijo. Mi padre llegó a la terraza donde he pasado desde que llegué del trabajo. Los voy a extrañar una vez se regresen a Estados Unidos, se van después de la boda de Lucían. » ¿Estás bien? —afirmé y negué. —Quisiera decirte que sí, pero la verdad no lo estoy. Ya tengo un mes viviendo con Betty desde que aceptó ser mi esposa. Mi viejo se sentó en la mecedora de al frente, la tarde refrescaba un poco, por fin había llegado las lluvias. » Siento que la he forzado, no quiero presionarla, la conozco, quiso intentarlo, solo… ocurre que en ahora la madre de mis hijos no me conoce y no hace el intento por acercarse, soy yo quien la busca. —¿Y qué te dice ella? —No hemos hablado papá, no sé qué hacer. Ganaba más puntos cuando no nos habíamos comprometido. En este momento la pierdo a cada día, retrocedo tres pasos en vez de avanzar uno diario. —Ricky, las personas no son de uno a menos que esa persona lo quiera. —cerré mis ojos—. Hablen, después de eso tomen una decisión, no saque
Megan me miraba, tenía aún a Catalina en la línea.—Monito, Betty debe de tener su espacio, entiéndanla. Tiene su cabeza en blanco y lo que ha leído es una lista de errores cometidos por ella contra Ricky. Lo estaba haciendo por querer enmendar su pasado. En esa relación lo único que se necesita es tiempo.—Tiempo en donde se pueden meter otras personas. Debo colgar amor, nos vemos en unas tres horas. Te amo. —comenté, volví a mirar a Megan, quien se encogió de hombros.—Si algo he aprendido con ustedes, y haciendo alarde a un dicho de Cata. —sonreí y ella captó—. Menos mal son de dominio público, aunque a veces sale con unas palabras que solo tu mujer se inventa. Retomando el tema; lo que es de perro no se lo come el gato. ¿Es así? —afirmé.—Supongo, Ricky debe sentirme muy mal.—Es mejor eso a quedarse a su lado por lástima.—¿Tú sabías algo?—No, solo he visto cómo sonríe cuando no está, puede que lo ame, pero no lo recuerda. No tocamos más el tema, llegamos a Montería, esperamo