Hola, hija. Soy un poco traste para el internet, pero le dije a Hernán que me mostrara en donde te encontraba en las redes sociales y cada semana ingreso a ver tus avances en tu trabajo como fotógrafa. Quiero decirte por este medio lo que no te digo por teléfono, espero lo notes ante las muchas llamadas que te realizo solo para escucharte y me digas cualquier cosa como antes. Sigo esperando eso, pero también soy consciente que debo ser yo quien dé el primer paso, y ahí es donde peleo conmigo mismo.Quiero decirte, me gusta mucho tu trabajo fotográfico, tus fotos son preciosas, hija. Hace unos meses cuando viniste, quería hablar contigo; ya han pasado cuatro años y solo nos tratamos para efecto cajero. «Te puse el dinero», «gracias, papá necesito esto». Me reusé a dejarte ir tan lejos, no por efecto dinero, era porque no quería poner distancia a este muro que tenemos.No merezco otro trato y presiento que me culpas por el comportamiento de Olga, ver cómo tu madre se pierde por mi culp
A la mañana siguiente don Santiago, como se llamaba el conductor, nos llevó a muchos lugares, en cada uno compraba detalles. El protector don Dylan dijo ir a lugares donde no presenten arriesgo alguno por mi estado. Por eso la hemos pasado de pueblo en pueblo y eran hermosos.Hicimos el recorrido de la cultura cafetera, luego al parque de los arrieros, almorzamos, y en la tarde regresamos. Mi marido acordó con el conductor a que fuera él quién nos llevara al aeropuerto el viernes. El sábado era el matrimonio por lo civil de Lucas y Cecilia.Hace cuatro días Lucas me llamó para que hablara con ella; se encontraba muy triste. Todos los días la he llamado, ya hoy la sentí mucho mejor. Era importante que soltara todo ese dolor de su alma.—Bodoque, pedí empanadas con jugo de mora.Afirmé. No quería cenar, me sentía llena, por tanto, comer. Por eso pidió unas empanaditas, me comeré una y el tragón de mi esposo el resto. Estaba cansada.» No me gusta verte que tengas los pies hinchados. —Le
Íbamos en la camioneta rumbo a la clínica, no sé cuál era el bololó armado por mi esposo con Rafa. Los dos iban muertos de la risa porque según ellos volteé los ojos como la niña del exorcista. Yo deseo llegar a mi casa y antes ver a mis papás, hermanos, abuelos; luego acostarme a dormir.Dylan se va el lunes de gira, regresa en quince días, había dicho que cada ocho días y logré convencerlo para que lo hiciera quincenal, eso sí, necesitaba, varias llamadas al día. Regresa a la boda de Lucían. El único que queda pendiente era Ricky, pero todos entendemos, al menos Betty aceptó casarse después de tener sana su pierna esté bien.Rafael me esperaba con camilla incluida y fue otro a quien le torcí los ojos. ¡Ahora estaba linda! Qué vergüenza y eso que no tengo nada, ni me despedí de Dylan, quien seguía burlándose de mí.—Quita esa cara Cata, es por el bien de mi nieta Hadassa.—Solo fue por caminar mucho.—Eso nos lo dirán los exámenes.Me hicieron cuanto examen se le ocurrió, lo único bu
—Hola, hijo. Mi padre llegó a la terraza donde he pasado desde que llegué del trabajo. Los voy a extrañar una vez se regresen a Estados Unidos, se van después de la boda de Lucían. » ¿Estás bien? —afirmé y negué. —Quisiera decirte que sí, pero la verdad no lo estoy. Ya tengo un mes viviendo con Betty desde que aceptó ser mi esposa. Mi viejo se sentó en la mecedora de al frente, la tarde refrescaba un poco, por fin había llegado las lluvias. » Siento que la he forzado, no quiero presionarla, la conozco, quiso intentarlo, solo… ocurre que en ahora la madre de mis hijos no me conoce y no hace el intento por acercarse, soy yo quien la busca. —¿Y qué te dice ella? —No hemos hablado papá, no sé qué hacer. Ganaba más puntos cuando no nos habíamos comprometido. En este momento la pierdo a cada día, retrocedo tres pasos en vez de avanzar uno diario. —Ricky, las personas no son de uno a menos que esa persona lo quiera. —cerré mis ojos—. Hablen, después de eso tomen una decisión, no saque
Megan me miraba, tenía aún a Catalina en la línea.—Monito, Betty debe de tener su espacio, entiéndanla. Tiene su cabeza en blanco y lo que ha leído es una lista de errores cometidos por ella contra Ricky. Lo estaba haciendo por querer enmendar su pasado. En esa relación lo único que se necesita es tiempo.—Tiempo en donde se pueden meter otras personas. Debo colgar amor, nos vemos en unas tres horas. Te amo. —comenté, volví a mirar a Megan, quien se encogió de hombros.—Si algo he aprendido con ustedes, y haciendo alarde a un dicho de Cata. —sonreí y ella captó—. Menos mal son de dominio público, aunque a veces sale con unas palabras que solo tu mujer se inventa. Retomando el tema; lo que es de perro no se lo come el gato. ¿Es así? —afirmé.—Supongo, Ricky debe sentirme muy mal.—Es mejor eso a quedarse a su lado por lástima.—¿Tú sabías algo?—No, solo he visto cómo sonríe cuando no está, puede que lo ame, pero no lo recuerda. No tocamos más el tema, llegamos a Montería, esperamo
Habían pasado dos meses desde que terminé con Ricky y no tenía idea de lo que siento, un poco tranquila… sí, no tengo esa presión de ser su mujer, madre, ama de casa, estudiante… en fin, muchas cosas a las que debía adaptarme.Todo eso sobrepasó y desbordó mi capacidad para adaptarme. Poco a poco fui retomando la rutina, pero algo faltaba, sigo con esa sensación de soledad e inconformismo, como si me faltaba algo muy importante.En una semana me quitarán el tutor del muslo y quedo con los inferiores por un mes más; ¡ya quiero quitarme tales aparatos! Con la universidad ha sido durísimo, pero no he olvidado los conceptos de los temas, en el tema de la escritura era como nadar en el agua. Mis hijos… a ese par de ángeles los amo más que a mi vida, mamá Samanta dice que esa conexión no se pierde, los dos se gestaron en mi vientre, el hilo invisible con ellos era inquebrantable.Catalina se encontraba en su octavo mes de embarazo, se ve muy linda, toda barrigona y más feliz de lo que siemp
La mirada sabía y amorosa de un hombre que se había convertido en un referente paterno me miraba fijamente.—Al amor que le tienes a Ricky, tu alma y tu corazón te lo reclaman. Piénsalo hija. Ahora a arreglarse, el asado es temprano.La enfermera llegó, Anita era un amor de mujer, pequeña, pero con mucha fuerza. Me ayudó a bañar, escogió un vestido muy vaporoso para que no molestara el tutor, ¡ya no veía la hora dejar esos tutores!, después de arreglada, hizo una trenza en mi cabello, me maquillé un poco. La abuela ingresó con Arturo en brazos.—Este príncipe quiere comer, ya no quiere ser engañado con la leche de pote. ¿Cierto mi amor?Me entregó al niño. Le di su alimento, le saqué los gases y Anita me ayudó a meterlo en el coche, me miré por última vez en el espejo, me veía bien. Tomé las muletas, no voy a ir en silla de ruedas, no podría andar. Al llegar al comedor se encontraba la familia, bañados, arreglados y perfumado, el abuelo ingresó. —Ya los caballos están ensillados, sol
—No lo sé, debemos hablar eso con Rafael. Lo único que quiero es que ya no se te llene el estómago de sangre. —Me dio un beso en el cabello. —Hola. Elsa tomó un taburete. Ricky una vez se percató de la ausencia de Betty me preguntó y le dije que se había quedado histérica, llena de rabia por los celos. Era el colmo que llegara con otra mujer dando a entender que durmieron juntos; se lo dije de manera exagerada, pero ese par se adora y requieren de un empujoncito, además eso no hace daño. Y al parecer captó el mensaje, a los cinco minutos se montó en el caballo y se fue. —¿Cómo la estás pasando, Elsa? —Son ideas mías o Ricky salió huyendo. —Elsa, sabes que te quiero mucho, pero él no salió huyendo. Se fue a arreglar su relación con Betty, te lo dije. Ellos son el uno para el otro. Fui sincera al decirte, no te ilusiones, desde que son jóvenes tienen su historia. —Si ya entendí, el problema es que no traje mi carro para regresar a mi casa. —No te preocupes por eso. Alguien de la f