—No lo sé, debemos hablar eso con Rafael. Lo único que quiero es que ya no se te llene el estómago de sangre. —Me dio un beso en el cabello. —Hola. Elsa tomó un taburete. Ricky una vez se percató de la ausencia de Betty me preguntó y le dije que se había quedado histérica, llena de rabia por los celos. Era el colmo que llegara con otra mujer dando a entender que durmieron juntos; se lo dije de manera exagerada, pero ese par se adora y requieren de un empujoncito, además eso no hace daño. Y al parecer captó el mensaje, a los cinco minutos se montó en el caballo y se fue. —¿Cómo la estás pasando, Elsa? —Son ideas mías o Ricky salió huyendo. —Elsa, sabes que te quiero mucho, pero él no salió huyendo. Se fue a arreglar su relación con Betty, te lo dije. Ellos son el uno para el otro. Fui sincera al decirte, no te ilusiones, desde que son jóvenes tienen su historia. —Si ya entendí, el problema es que no traje mi carro para regresar a mi casa. —No te preocupes por eso. Alguien de la f
Faltan un par de canciones para terminar el concierto en Barcelona. Estaba feliz y agotado.—Bueno… —trataba de controlar mi respiración para poder cantar—. Ustedes ya conocen la canción a continuación.La gente comenzó a gritar, sonreí; sin duda hacer música, cantar y estar al lado de mi Bodoque era lo que más amo, y aunque pronto llegará un nuevo amor a mi vida.» Esta canción es muy especial. Por mucho tiempo debí callar lo que quería decirle a mi esposa.El público volvió a estallar en gritos, el estadio se encontraba a reventar. Cada vez que llenaba un recinto miro al cielo, «Mírame desde el cielo, mamá, esto es por ti». Cumplí su sueño o más bien mi mujer no me dejó descarriar del camino para cumplirlo.» Aunque no lo crean, mi esposa me ha hecho padecer mucho. —La gente soltó carcajadas—. Quiero que ustedes me ayuden a cantar…—¡Buenas noches! —Megan subió a la tarima, ella jamás hacia esto—. ¡Buenas noches! Sé que todas las seguidoras me conocen. Perdón por la interrupción, pe
Unas caricias me despertaron, una mano peinaba mi cabello, al abrir mis ojos Hadassa seguía dormida, mientras que su madre con esos hermosos ojos negros brillaba más que nunca.—Llegaste. —dijo en un susurro—. La parí, me dio el yeyo, me rajaron el vientre, tengo las tetas a reventar, no me ha dejado dormir y mi hija se parece a ti como si la hubieras negado. No tiene nada mío, eso es bastante injusto.Ahogué la carcajada, me incliné y la besé con tanto desespero, por cuarenta días no la podré tocar y debo conformarme con sus labios, con cuidado de no apachurrar a nuestra hija y en una posición nada cómoda seguí devorando su boca, la necesitaba.—Me has hecho el hombre más feliz del mundo, pero debo de ser muy honesto contigo, Hadassa se acaba de convertir en mi amor a primera vista.—Entonces con esta confesión ya no tengo remordimiento por lo que siento, desde que nació ocupa todo mi corazón. Volví a besarla—. ¿Qué tienes Monito?—Tengo miedo Catalina, tengo mucho miedo a esta felic
Cata me llamó a decirme que llevara ropa de mi Bodoquita, más bien tengo que llamarla Bodocota, mi hija era un masmelo, no le siento los huesitos de lo gordita que estaba. ¡Amo a mi hija! Hoy dormiremos en la casa de mis suegros para no despertar a Hadassa, y tienen razón.Voy con mi abuela a la finca las Reinas por la señora Rochi; mi abuela se quedará con Hadassa y la abuela Rochi a cuidar a Viviana. La señora Samanta se irá con nosotros a la clínica. Bajamos del carro, saludé a la abuela Rochi, estaba preocupada.—¿Qué pasa Rochi? —Le preguntó mi abuela.—Me asusta. —dije.—¡Ay mijo! ¡Qué Chila anda toda rara! Hasta anda pidiendo que inviten a todos a cenar porque ya la muerte la está rondando. —arrugué la frente.—¿Dónde se encuentra?—En todo el día se la ha pasado de la cocina a los establos. Henrry se fue al estudio a llamar a todos.—¿Creen en lo que ella dice? —volvió a intervenir mi abuela.—Esta mañana el pájaro la despertó y lo reprendió, al mediodía el pájaro le cantó mie
No tengo idea de cómo reaccionar… Hadassa solo tiene tres meses. —Me puse roja, ¡van a pensar que somos unos calenturientos! ¡Y lo somos! Virgen del Carmen, me va a dar el soponcio aquí—. Rafa, pasaba la mirada de uno al otro con ese brillo de picardía al querer decirnos quien sabe qué cosa para avergonzarme más.—Eso significa. —Fue mi madre la que intervino.—Sabanera, esto aplaza un año más el iniciar con la posible cura, deduzco que nuestros hijos solo esperaron el límite establecido y recién cumplidos los cuarenta días entraron en faena de nuevo.Me tapé la cara, aquí me va a dar de todo, ni el yeyo, ni el veri veri serán suficiente, sin duda será el patatús aquí mismo. Es vergonzoso quedar ante tus padres como unos desenfrenados sexuales. ¡Ombeeee! Esto solo me pasaba a mí y a mí. —¿Catica quieres agua? —afirmé. Escuché la carcajada de Dylan quien se arrodilló.—Vamos a ser papás de nuevo, este bebé no lo esperaba. Me tardé siete meses en dejarte embarazada la primera vez y ah
Los besos en mi mano por parte de Ricky me trajeron al presente. Tenía a Arturo en mis brazos y él a Cadie.—Ya se durmieron. Mañana debo trabajar, ya quiero dormir. —Esa picardía se me hizo familiar. Nos despedimos.—Ricky, tu habitación ya se encuentra arreglada, hijo.—Abuela gracias, pero…—Dormirá conmigo. —Se sonrojó un poco, me dio un beso en la frente.—Que disfruten. —ahora la sonrojada era yo.Dejamos a los niños en su cuarto, ya Arturo tenía más de ocho meses. No está tan gordo como Hadassa y eso que es más grande. Los dejamos en sus respectivas camas, ellos duermen toda la noche. No voy a negar que tengo nervios, además mi pierna quedó hecha un desastre, pero ni modos. Ingresamos a la habitación.—Voy a bañarme.Afirmé. Me quité la ropa, busqué la bata, Ricky salió e ingresé yo a bañarme. La puerta de la ducha se abrió, era el padre de mis hijos desnudo, iba a hablar, pero me silenció con ese beso demandante.» Quiero bañarte.El bañarme quedó a medias, una vez lo dijo, co
Otra vez, otra vez existía el riesgo de perderla. ¿Hasta cuándo? Tenía ganas de mandar todo a la mierda, aunque era algo especulativo y se esperaban los exámenes, para ver si era cierta la posible teoría. Quería correr y que al detenerme todo sea como yo lo quiero, tengo ganas de llorar y gritarle al cielo que al menos me dé un respiro, me encontraba tan y alegre hasta que Rafa me confesó su temor, su palabra casi siempre termina en una sentencia verídica. —Dylan, cálmate, aún no ha pasado. —dijo Lucas.—No soporto la idea de perderla, y menos ver crecer a mis hijos sin una mamá, no quiero que pasen por lo mismo que yo, no sabes Lucas el vacío permanente que siempre he albergado en mi alma, ha sido Catalina quien lo llena, ¿te imaginas donde ella no esté?Hace unas horas llegaron, Cecilia se encontraba con Betty y mi mujer, nos desterraron porque estarían cotorreando. Ricky trabajando, pidió una semana, pasará su luna de miel en Cartagena, mañana era su boda, era el último por casar
Papá me miraba con esos ojos llenos de sabiduría.—Tampoco la descuides en el tema íntimo, y con esto no me refiero al coito, sino a desvelarte siempre por hacerla sonreír, por mirarla con deseo, así su cuerpo no sea el mismo con el que iniciaron la relación. Si haces sentir a una mujer como una reina, créeme hijo, siempre serás el rey.—Gracias, de nuevo papá. —Lo abracé, ese era mi viejo.—Papi. —llegó Cadie—. ¡Abueloooo! —Mi hija corrió a sus brazos—. La abuela Rochi te manda a decir que bajes, que ya mi mamá está escondida.—Besé a mi hija. —como pasaba el tiempo, ya tiene más de seis años.Todos estaban en sus respectivos lugares, mi madre le entregó Arturo a papá para poder abrazarme fuerte. Saludé a todos, Dylan, Lucas, y Lucían se conectaron conmigo. Sin temor a decirlo, parecemos los cuatro mosqueteros.El sacerdote se encontraba al frente, cuando escuché la marcha nupcial el corazón se me aceleró, giré y vi a mi mujer caminar hacia el altar organizado con flores y lonas blan