Parecía una gelatina, estaba tratando de que el veri, veri pasara, ya me dio el soponcio, luego vino al yeyo. Todo me temblaba, he releído lo que leyó mi mamá. Respiré. Y comencé a leer.Hola, BodoqueSi Te encuentras leyendo esta carta es porque ya eres mi esposa POR FIN. Es uno de mis regalos de bodas, además porque necesito confesarme por todos los años en donde me vi en la necesidad de ocultarte el saber de tu enfermedad, ¡y antes de que te espeluques! —como sueles decir y asumo que debes estar a punto de transformarte—. Continúa leyendo y para llegar a este punto te haré un pequeño recuerdo de cómo yo te veo. De lo importante que eres desde el mismo día en que nuestras vidas se cruzaron.No te asustes, no entraré en tantos detalles más de los esenciales. Si bien sabes, el día en que nos conocimos no era uno de los mejores días de mi existencia a pesar de tener solo diez años. Pero algo hizo mella en mí cuando tu manita gordita tomó la mía; esa sensación de seguridad fue inmediata
¡¿Qué si me quiero casar contigo?! Ni pendeja que fuera. Comencé a echarme fresco, me va a dar algo, ¡Nojoda! Hoy me caso y…—¡Oh mami!No había dado el primer paso cuando todas entraron como estampida de vacas fuera del corral. Al verlas fue incontrolable mi llanto, los brazos de mi madre me regocijaron.—Ahora sabes por qué jamás voy a odiar a Dylan, ¡es más!, seré una de esas suegras que adorarán al yerno.—Mami… —Mis labios temblaron—. Yo… —respiré profundo—. No quiero dejar a mi Monito plantado. —alcé la carta—. Y todas ustedes son unas partidas de alcahuetas. —Me limpié la nariz—. Hasta tu Betty y eso que tienes la mente borrada. —Todas se rieron. Vi a Danna de últimas, caminé hacia ella.—Jamás nos hemos besado, perdón por estar aquí, cuando me encontré a Dylan le pregunté por ti, quería pedirte perdón por cómo me porté en mi época endemoniada y él me propuso reivindicarme de esta manera. —miró al doctor Salvador—. Él es mi esposo. —La abracé. —Gracias.Miré al resto de toda l
Rafael fue quien nos hizo tan lindo piropo. Llegó enfundado en una finísima guayabera al igual que José Luis. —Bueno, ya el transporte que las llevará las espera. Betty por obvias razones, tú te irás en el carro con Samanta, debes cargar a Viviana, el resto en la van. No demora en salir Catalina. Yo me voy con mi hija en el carro de la novia. Ustedes deben ir primero. —afirmamos—. Betty, ven y te ayudo a subir. —Le entregó el niño a Cecilia.—Chechi, ¡queee liiindaaaa!—¡Ay! Gracias, mi príncipe.Todas nos reímos. Al salir de la sala y antes de ingresar a los vehículos, salió Catalina… Por todos los ángeles, sin duda sus ojos eran lo que hacía que uno la mirara. Se veía preciosa.—¡Qué tal! —dijo—. Por cierto, el ramo con flores de guayacán… —Un grito la asustó, sin embargo, se le humedecieron los ojos.—¡NI SE TE OCURRA LLORAR! —gritó el estilista, y no solo Catalina se asustará, varias de nosotros también—. ¿Piensas dañar mi obra de arte?—Te dije que no me pusieras esa vaina, l
Di mi salto de fe. Confié y aquí estaba, uniendo mi vida a mi vida. He hecho un esfuerzo grandísimo para no verme como un hombre llorón, pero la verdad era que el sentimiento era mayor, el volver a ser visto ante sus ojos, cómo su héroe de nuevo me ha conmovido demasiado.Cuando la vi caminar con los pajecitos, las damas y ella al fondo del brazo de Rafa, luciendo como una diosa, afianzando más el amor que le tengo, me tenía con los sentimientos al tope, han sido muchas emociones juntas. Como quisiera estar solos para poder hablar lo que me callé. El sacerdote continuó con la ceremonia, llegó el momento de nuestros votos.—Yo quiero decirlos primero. —Lucas le pasó el anillo, el responsable de entregarlos se había quedado dormido en los brazos de su padre. Nos pusimos frente a frente—. Yo Catalina Suárez Páez solo puedo agradecerte porque me has cuidado en la enfermedad.Hasta ahí llegué, ante las cámaras de todo el mundo iba a quedar como un tonto llorón, ¡y me vale!, al menos tratar
—Un amor basado en una fidelidad absoluta, solo puedo decirles; es un honor ser parte de su entorno. A nombre de cada uno de nosotros Los Absurdos quiero informarles que se les aprecia mucho.Muchos estallaron en risas, mis lágrimas llegaban hasta el cuello. Mi vestido era ligero, con un hermoso encaje en la parte superior después de la cinta amarilla que deja entrever mi estómago abultado por mi embarazo, largo, con varias capas que lo hacen ver vaporoso, las mangas son con los hombros destapados, era sencillo y elegante. Me había puesto unos topitos de oro para que hicieran juego con la cadena. La gente dejó de aplaudir y Megan se levantó.—Yo fui la representante del género femenino. —hizo un gesto y la mayoría sonrió—. Solo puedo hablar desde la época de Los Absurdos, cuando tocaban mientras seguían en la preparatoria. Pero si he sido fiel testigo de lo enamorado que ha estado Dylan desde entonces. Jamás imaginé que existieran amores de ese calibre, menos fidelidad absoluta, creo
Lucas detuvo el auto al frente de la casa de Coveñas, hace una semana fue el matrimonio de Cata y tres días fue la lectura del testamento de mi padre; nadie se esperaba lo ocurrido. A la mujer con quien nuestro padre vivía no le dejó nada. Y al hijo en camino se le debía hacer una prueba de ADN, si era nuestro hermano se le entregaría su herencia en dinero y un par de propiedades. Si no lo era ese dinero y casas se dividía en partes iguales para los nietos que lleguen.El resto de la herencia fue la mitad para mi madre, el otro para nosotros tres; sus hijos. Ni mi madre se esperaba eso, ni la nueva mujer de papá. Solo hasta ese momento nos enteramos de qué papá jamás firmó el divorcio; desde ese instante todo fue una locura. Y desde entonces mi madre se encuentra sumergida en una depresión absoluta. Y eso nos tiene asustados.Ella creyó estar separada y resulta que nunca lo estuvo, se culpa ahora de ser infiel por los hombres con quien intento darle celos. Esperemos que la señora Sama
Hola, hija. Soy un poco traste para el internet, pero le dije a Hernán que me mostrara en donde te encontraba en las redes sociales y cada semana ingreso a ver tus avances en tu trabajo como fotógrafa. Quiero decirte por este medio lo que no te digo por teléfono, espero lo notes ante las muchas llamadas que te realizo solo para escucharte y me digas cualquier cosa como antes. Sigo esperando eso, pero también soy consciente que debo ser yo quien dé el primer paso, y ahí es donde peleo conmigo mismo.Quiero decirte, me gusta mucho tu trabajo fotográfico, tus fotos son preciosas, hija. Hace unos meses cuando viniste, quería hablar contigo; ya han pasado cuatro años y solo nos tratamos para efecto cajero. «Te puse el dinero», «gracias, papá necesito esto». Me reusé a dejarte ir tan lejos, no por efecto dinero, era porque no quería poner distancia a este muro que tenemos.No merezco otro trato y presiento que me culpas por el comportamiento de Olga, ver cómo tu madre se pierde por mi culp
A la mañana siguiente don Santiago, como se llamaba el conductor, nos llevó a muchos lugares, en cada uno compraba detalles. El protector don Dylan dijo ir a lugares donde no presenten arriesgo alguno por mi estado. Por eso la hemos pasado de pueblo en pueblo y eran hermosos.Hicimos el recorrido de la cultura cafetera, luego al parque de los arrieros, almorzamos, y en la tarde regresamos. Mi marido acordó con el conductor a que fuera él quién nos llevara al aeropuerto el viernes. El sábado era el matrimonio por lo civil de Lucas y Cecilia.Hace cuatro días Lucas me llamó para que hablara con ella; se encontraba muy triste. Todos los días la he llamado, ya hoy la sentí mucho mejor. Era importante que soltara todo ese dolor de su alma.—Bodoque, pedí empanadas con jugo de mora.Afirmé. No quería cenar, me sentía llena, por tanto, comer. Por eso pidió unas empanaditas, me comeré una y el tragón de mi esposo el resto. Estaba cansada.» No me gusta verte que tengas los pies hinchados. —Le