Dos meses después.
Luego de que Clarissa y Fernando se recuperaron. Comenzaron a planear unas vacaciones por la rivera maya. Solo esperaba liberarse de unos pendiente que tenía en el inmueble que recién les habían entregado. Al estar remodelando el lugar, para que las oficinas quedaran disponibles y comenzar a trabajar en su propia inmobiliaria, además de contar con un despacho contable.
Se encontraban felices de haber sido liberados de las ataduras que tenían con las lesiones que sufrieron, después de aquel incidente, por lo que deseaban celebrarlo, además de pasar tiempo a solas y disfrutar del amor que se tenían.
—En dos semanas, te tendré solo para mí. —Fernando la vio con la mirada ensombrecida, acortó la distancia y besó aquellos labios que tanto lo enloquecían.
—Te amo —Clarissa pronunció con su tersa voz.
—Y yo a ti. —Fernando la estrec
Nos quedamos en una escena candente, entregándose al amor, pero continuará, en el siguiente capítulos.
Poco a poco Fernando comenzó a desabotonar cada uno de los broches del frente de su vestido, para descubrir su delicada piel, de la que moría por recorrer. Sus labios llegaron hasta sus hombros besándolos con pasión. La joven cerró los ojos emitiendo un delicioso jadeo, al disfrutar de aquel recorrido que fue descendiendo con lentitud. Desabrochó su sostén, sonriendo cuando él distinguió como sus pechos se iban asomando al bajar aquella hermosa prenda íntima. Fernando se irguió para tomarla entre sus fornidos brazos, y la recostó sobre la suavidad de la fina cubierta que tenía el lecho, donde estaban a punto de entregarse. Mientras permanecía de pie frente a ella, su cálida mirada, recorrió una vez más su ahora desnudo cuerpo, contemplándola con veneración, siendo la mujer más hermosa que sus ojos podrían captar. Sin dudarlo más, se arrancó los botones de su camisa y descubrió con rapidez su bien labrado pe
Querétaro, Querétaro. Hugo se encontraba finalizando de llevar algunas cajas con sus pertenencias a la casa que Fernando les ofreció con gentileza. Sacó las cosaspara acomodarlas, mientras Lucy limpiaba las grandes y amplias ventanas. —Esta casa es muy bonita —comentó la mujer. —Sí,se siente gran calidez —expresó— el jardín es hermoso, me gusta mucho, no imaginé que Fernando lo mantuviera tan bien conservado. —Pienso que al haber sido de su mamá, este lugar le trae grandes recuerdos —Lucy comentó. —Así debe ser —expresó. Momentos después Perla y Anthony llegaron, ingresaron al estar la puerta abierta. —Buenas tardes —Perla saludó con una cálida sonrisa. —Que gusto verlos —Hugo se acercó para abrazarla. — ¿Cómo les fue? —cuestionó. &nb
Alicia —Encontrarnos en España, con Armando y escuchar conversaciones ajenas, resulta muy útil. —Sonrió, hablando para sí misma— Quién iba a decir que Armando buscaría ayuda de mi querido, Carlos —Carcajeó. La mujer, pensó que todo había resultado tan bien. Se sentía tan feliz de buscar después a Fernando. —No cabe duda que escarbar en el pasado nos puede llevar a obtener grandes recompensas. Estoy segura que no resistirá saberla en brazos de quien considera su hermano y esta aventurilla pasará a ser fugaz, y yo podré estar pendiente de él, atenta para poder meterme entre sus sábanas. —Dio un respiro profundo. —No estaría mal tener a ambos. Debo confesar que el viejo es muy bueno en la cama y me da gustos en todo lo que quiero. Es un hombre con carácter, atrayente… pero viejo. En cambio, Fernando es un macho joven, guapo, atractivo, varonil, caballeroso, gentil. Lo q
Clarissa abrió sus párpados, mirándola reflejándose en aquellos ojos color esmeralda idénticos a los suyos. —Intentémoslo, pero no sé hasta dónde te podré ver como mi mamá, porque no lo has sido en todos estos años —explicó con tristeza. —Comencemos por conocernos— Perla sugirió— me esforzaré mucho por generar lazos estrechos —indicó, mientras se acercó para abrazarla. —Haré mi mejor esfuerzo —pronunció con tranquilidad. Momentos después que todos ingresaron sintieron que aquel tenso ambiente se había relajado, entonces comenzaron a contar anécdotas haciendo que aquella velada valiera la pena. ***** Días después. Clarissa se dirigía a la casa hogar, luego de haber asistido a una reunión con su abogado, se encontraba preocupada después de enterarse que no lo localizaban por ningún lugar. Ni a él ni a
“Y nos dijimos adiós, pero yo sin saberlo, me llevaba más de ti, me llevaba tu amor conmigo y todo tú ser”…MRQR. *** Mientras se encontraba en su oficina, Fernando no podía sacar de la cabeza aquellas palabras de su papá, por lo que decidió llamar a la agencia en donde llevaron su caso para intentar averiguar algunas dudas que tenía. Pasó las manos sobre su cabeza, lleno de desesperación, luego de hablar con la persona que investigó el accidente. —Tengo que ir a España —mencionó dudando de las respuestas que le dieron ante sus inquietudes. Momentos después, la secretaria de Fer, anunció a Hugo, deseando hablar con él. Fernando frunció el ceño, extrañado. De inmediato lo hizo pasar. —Disculpa que te moleste, pero necesito hablar contigo —Hugo indicó. —Claro. Toma asi
En horas de la mañana. Al despertar Clarissa, descubrió la cama vacía. Su mirada se llenó de lágrimas al saber que se había ido, entonces tomó su móvil y le marcó, pero él no respondió. —No, no, amor no me dejes. —Sollozó con desespero, abrazando una almohada. ○○○○○○○○ Houston, Texas. Seis semanas después. La mirada sin aquel brillo en los ojos de Clarissa, enmarcaban la gran tristeza que su corazón gritaba. Desde la última vez que habló con Fernando, no volvió a saber nada. Tuvo que entregar su móvil al agente que llevaba su averiguación, además que él cambió el suyo para evitarse la tentación de buscarla y ponerla en riesgo. Mientras estaba ahí se acercó a Perla para aprender a preparar algunos postres, además que su mamá la llevó a varios centros comerciales a comprarle todo lo que le
A la mañana siguiente. El sonido al tocar la puerta, hizo que Clarissa despertara, miró su reloj indicando las 9: 00 am. Frotó sus ojos intentando quitar la pesadez que sentía. —Un momento por favor —solicito colándose de pie para ir por su bata de dormir y colocársela, además de correr a asearse. Minutos después abrió la puerta. —Buenos días —Perla se acercó y la abrazó—, supuse que te habías quedado dormida, no quise molestarte, es solo que estoy con la incertidumbre sobre aquellas pruebas de embarazo y vine para que te las realizaras —comentó con nerviosismo. —Anoche las hice— Observó a su mamá con la mirada cristalina. — ¿Y? —cuestionó con zozobra. —Todas salieron positivas. —Liberó un par de lágrimas—. Estoy embarazada —sollozó, tocando su vientre. Perla se acercó hacia ella y la estrechó, tranquila, la llega
Clarissa se encontraba en compañía de su familia colocando el hermoso pino, que Anthony y sus hijos compraron. La joven lucía un lindo overol de mezclilla de maternidad, sintiéndose cómoda para ayudar a sacar con tranquilidad, las delicadas esferas de cristal, que su mamá coleccionaba. —Nunca había tenido en mis manos adornos tan elegantes —expresó con nostalgia, extrañando los momentos en los que ayudaba a decorar el lugar en compañía de las monjitas, con las que vivió—. Me hubiera gustado poder colocar un árbol de navidad en la casa hogar, con mis niñas y también con Fernando y con mi tío. —Suspiró con nostalgia—. Hace mucho no sé de ellos. Perla y Anthony se miraron sonriendo en complicidad. —Estamos seguros que más pronto de lo que imaginas podrás estar con ellos. —Su madre presionó sus labios. —¿Deseas escuchar un poco de música? —Ricky indagó, caminando con lentitud, apoyado de un bastó