Amada Mia
Amada Mia
Por: Salyspears
Capitulo 1

Carime

Estaba dando vueltas en la cocina una y otras vez sin saber porque razon mi padre no me dejaba salir a hacer las tareas de la Universidad incluso me ha amenzada con que deje los estudios, cosa que no tengo ninguna intención de dejarla. Creo que la edad lo tiene mal, como dejare la universidad si apenas es mi primer año de Diseño.

Me falta poco por cumplir mis 20 años sin embargo sigo siendo una hija de papi siendo controlada todo el tiempo por él y por mama, espero pronto poder ser independiente, en fin mientras me preparo un batido de chocolate, les contare un poco de mi, bueno estoy fascinada con el chocolate y las fruta de Uva son dos cosas que amo, a pesar que el chocolate tiene demasiada grasa, pero ¡me encanta mucho, hasta me sonrojo de pensar en los Snikers, Hershis y M&M suena ridículo pero así esto.

En mis pasatiempos la paso dibujando o bien leyendo alguna historia de amor mientras escucho músicas, ah hasta me encanta las Series Koreanas. Me encanta leer esa es una de las cosas que no dejaría jamás, hasta he escrito relatos y poesías en la universidad.

Tengo novio, su nombre es Miguel él es dos años mayor que yo. Es del Salvador pero vive aqui en Managua ya que estudia en la Universidad UCA, podría decir que me gusta mucho y llevamos menos del año de ser novios. Aparte de eso tengo dos mejores amigos; Kiriath y Jacobo ellos son mis dos mejores y únicos amigos.

Bueno dejando de lado lo demás estoy pensando en trabajar los sábados y domingos ya que pronto quiero independisarme y mantenerme sola y no ser una carga para mis padres, luego quiero estudiar Arquitectura ya que tambien estoy colada con todo lo que se base en dibujo, arte o diseños de ropa, estoy afanada con todo lo que se trata de diseños y marquetin. Dejo mis cavilaciones a un lado al ver una llamada entrante de mi novio, rápidamente corro al baño y contestó.

-Hola Miguel-Hablo en susurro a lo que el ríe.

-Te espero en el parque, vale.

-Vale, dame unos 15 minutos.

-Bueno no demores- pide a lo que cuelga al instante.

Suspirando entro a mi habitación y me visto rapidísimo, me pongo una blusa de botones, falda corta y luego unas botas, retoco mi cabello y antes de salir me veo en el espejo. 

-Me veo linda.

Al encontrarme con mi novio me deja un beso dulce en los labios para luego llevarme a la heladería más cercana, los dos estamos tomando un rico helado de chocolate. ¡Mi preferido!

-¿Cuándo aceptarás irte conmigo un fin de semana?-pregunta Miguel jugando con mis manos.

-No lo sé- respondo suspirando-Mis padres son estrictos y a ellos les desagrada la idea de que tenga novio, creo que me dejarían encerrada.

-Vaya tienes 20 años y sigues obedeciendo a tus padres-Comenta negando a lo que yo asiento.ñ

Sólo mis amigos saben que tengo novio, si mis padres se enteran, serían capaces de encerrarme en mi habitación por meses, luego me prohibirían ver a Mis amigos e incluso a Miguel. Es lo que menos deseo. Lo mejor es mantenerlo en secreto y así nadie podrá separarnos.

Obervo a Miguel algo frustrado y para calmarlo le doy un suave beso en la mejilla.

-Pronto-sonreimos.

Al salir de la heladería, me quedo esperándolo ya que se ha ido a comprar una malteada para llevar. Entonces siento esa extraña sensación como si alguien estuviera observándome, pero sin dudas que así es, un auto lujoso de ultimo modelo esta estacionado a unos metros de donde estoy parada, rápidamente me tenso cuando el parabrisas baja y veo como un hombre extraño me observa fijamente. Su forma de verme me hace sentir escalofrios, es como si lo conociera de antes ¿pero de dónde? Definitivamente es un tipo muy raro y guapo se nota que es algún rico de estos rumbos o algún narco traficante.

Miro a mí alrededor para ver si esta mirando a alguien más, sin embargo es a mi a quien observa fijamente provocando que se me erice la piel. El desconocido sonríe de lado y sin más arranca su auto a gran velocidad. Me abrazo a mí misma al sentir escalofríos. ¿Qué fue eso? Una mano rodea mi cintura me estremezco algo asustadiza al sentirla. 

-¿Pensando en alguien más?- pregunta Miguel besando mi cuello.

-No es eso, podemos irnos ya. Son más de las cuatro de la tarde y mi padre es capaz de echar un grito al cielo -bufo y Miguel se ríe.

-Claro que si princesa.

***

Al llegar a la Residencia le digo a Miguel que me deje en el parque como siempre. De aqui son tres cuadras más para llegar a mi casa. Nos despedimos con un suave beso que me deja tonta.

-¿Te veo mañana?-pregunta.

-Sí -prometo dándole otro beso corto. Me gustaría pasar más tiempo con él, pero sé que es imposible. Mis padres controlan mi vida porque aún sigo de mantenida y eso tiene que acabar pronto.

Llego a casa después de unos quince minutos, ya que soy lenta y algo a tontada. Mi padre dice lo mismo. Siempre me recuerda todos mis defectos. Sólo espero que no me regañe. Respiro hondo y saco todo el aire contenido por la caminata que me eché.

-Hola mamá -saludo entrando a la sala.-Ya estoy en casa.

-Hola mi amor, donde estabas porque saliste sin decir nada -me reprende -Sabes muy bien cómo se pone tu padre cuando vienes tarde.

-Lo sé mamá, pero deben entender que estoy en la universidad debo reunirme con mis compañeros para hacer algunas tareas- Me quejo-Por cierto ¿dónde está él?

-Intenta no llegar tarde la próxima vez.- mamá sigue con li mismo- Tu padre está en la empresa trabajando, avisó que llegaría tarde, sabes que aun esta trabajando en esa empresa a pensar de habernos quedado en la calle. -La última parte lo dice sonando triste.

-Oh, bien- susurro sin querer comentar nada, si hubiera sabido que papa tardaría en su trabajo habría pasado más tiempo con Miguel -Iré a cambiarme.

Entro a mi habitación y dejo mi cartera a un lado, pienso en la vida que teníamos antes. Yo era una niña de 12 años cuando papá al hacer un mal manejo, perdió su empresa. No sólo eso, sino que lo despojaron de su casa y otras cosas que para él eran de suma importancia, casi no tengo recuerdos de esa casa, en fin... Paso el día haciendo un par de dibujos para presentarlos en la universidad sin darme cuenta llega la noche decido tomar un baño que me lleva más de quince minutos, a salir me pongo el albornoz y caigo rendida en la cama, mama pregunta si quiero cenar a lo que le respondo diciendo que no.

Cierro mis ojos por el cansancio, lo primero que se viene a mi mente una vez más son momentos que nunca pasé en mi vida o eso creo, son recuerdos de un niño, una alberca y un horrible sótano, luego un hombre el cual me tiene inquieta.

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