Mientras andamos con Rayo, le muestro algunos lugares dentro de la finca, decido mostrarle el pequeño lago en que suelo nadar los fines de semana. Ato al caballo en un árbol, observo el agua se nota más cristalina de lo normal.—Este lugar es muy hermoso— comenta Carime, ruedo los ojos. Joder todo es hermoso para ella.Empiezo a quitarme la ropa pero me tengo al escucharla gritar—¿Qué haces?— Pregunta.—Vamos a nadar— Me quito mi pantalón—Tú harás lo mismo.Niega abrazándose a sí misma.—Estaré aquí, no deseo mojarme— Estoy perdiendo la paciencia con ella.—Lo que tú digas o pienses, no se acepta. Aquí el que manda soy yo, así que desnúdate. Nadie te verá más que yo.—Pero, estas loco.He tenido suficiente, su aliento se detiene cuando la volteo y bajo el cierre de su vestido.—Mis deseos son órdenes Amada mía. Si quieres llevar la fiesta en paz has lo yo digo sin quejarte.Me presiono contra ella, inhalo su cabello que huele muy bien. Aparto su cabello rubio de sus hombros para bes
CarimeEstaba aburrida observando el jardín mientras maquinaba en mi cerebro las mil maneras de como huir, ya llevo viviendo mas de 15 días con Armando, el hombre que prácticamente me esta aniquilando en vida; lo peor lejos del amor de mi vida, como podría olvidarme de Miguel si cada día recuerdo sus besos con ternura, su amor puro y sincero diciéndome cuanto me ama, ahora es tarde pero me arrepiento por nunca haberle dicho lo mismo. Cierro los ojos y lloro en silencio mientras que los brazos de mi esposo rodea mi cuerpo. —¿Por qué lloras o por quien lo haces?— Trago saliva un nudo se forma en mi garganta por el miedo, ya hasta me canse de desafiarlo. Ni con mis pensamientos tengo privacidad que barbaridad, de seguro hasta es Psíquico ya que pregunta por quien lloro.—No estoy llorando— miento ya que si lo estoy solo que internamente.Armando me hace girar el cuerpo y verlo de frente, sus ojos verdes amarientos me inspeccionan —Lloras por ese tipo ¿Cierto?— Niego rápidamente, ser
Mis ojos los inspeccionan mientras trata de curar mi pierna lastimada.—Señor la pomada— Beatriz extiende la pomada en las manos de Armando sus manos hasta tiemblan, será que esta te nervioso.—Prepara un chocolate con leche y panecillos de mantequilla, mi esposa debe de comer o desaparecerá— Ríe por su propio comentario.Beatriz asiente y sale de la habitación.Una vez más quedo sorprendida, el chocolate con leche es mi delirio y el pan ni hablar.—En la tarde nos vamos para la ciudad, tus padres desean verte, así que debemos estar ahí.—No los quiero ver— Afirme segura. Armando se encoge los hombro y luego ignorándome unta la crema en mi pierna, sale de habitación sin decir ni una sola palabra más, su actitud a veces me sorprende, me preguntó si siente algo por mi o me tiene lastima ya que mi familia me entrego a él como pago.Dejo de pensar en mi desgracia, decido mejor pensar algo positivo ya que por el momento no puedo escapar.La mañana la pase aburrida, después de desayunar me
CarimeDebo planear como enamorarnos para así sacar provecho, cuando menos se lo espere me escapare.Ahora plan número 1, Seducir a Armando, así que me dejo llevar por sus caricias, solo debo actuar y así dominar a la bestia, le haré creer que haré todo lo que realmente él desea.Dejo de lado mis malévolos pensamientos al sentir sus manos juegan con mis senos su boca chupa mi lengua, cierro los ojos y siento un deseo inmenso que me tome como lo hace tantas veces, mi cuerpo se estremece por su tacto.¡No! Pero que me pasa, no soy yo. Debo meterme a la cabeza que este solo es un plan.Sacudo la cabeza borrando los pensamientos descabellados. Mis manos arañan su torneada y dura espalda, al sentir como presiona su miembro en mi entrada, mis muslos se abren automáticamente como si obedecieran a este hombre. Sin dejar de besarme baja su mano a mi centro y mete sus dedos en mí mientras que los gritos se quedan estancados en mi garganta ya que él no deja de besarme con ferocidad.Saca los ded
Dejamos de comer al ver que estaban mis padres en la casa, la verdad se me había ido el apetito. Armando y yo nos sentamos en el gran sofá blanco en frente de nosotros dos están mis padres, mi madre se nota triste y con ojeras en los ojos y el maldito de mi padre sonríe sin dejar de ver la casa. Que descarado.—¿Cómo va tu vida de casada?—Pregunta Jorge él que se hace llamar mi padre.—Mucho mejor que vivir en la casa en la que tu habitas, ya que era repugnante aguantar tu horrible actitud—Dije sonriendo.Mi papá al oírme decir eso se me quedo mirando con los ojos bien abiertos.—Por Dios Carime, esa no es la manera de hablarle a tu padre— Me riñe Mi madre defendiendo al malnacido de mi padre. Vaya si es que ella también es una cómplice.Una risita por parte de mi esposo me hace no responderle a mi madre, este ríe tapándose la boca.—¡Eres una hija inmadura e insensata!—Grita Jorge.—Me vas a disculpar Jorge pero te recuerdo que estas en mi casa y no en la tuya, así que baja tu ton
Me encuentro de pies en la entrada de mi la Universidad, Armando me mira con seriedad arquea las cejas al ver que aún no he entrado me habla.—No piensas entrar o esperas a alguien— Niego dedicándole una falsa sonrisa— Vengo por ti a la hora de la salida, estas advertida—Replica con tono duro.—¿Piensas recordármelo todos los días?—Pregunte cabreada.—Si es necesario si, me voy—Arranca su coche a toda velocidad.Resople aturdida, aprieto los puños con enfado, miro en la esquina del muro se encuentra el Audi negro que nos seguía, seguramente estará ahí vigilándome. ¡Maldición!—¡Kiriath!—Grite eufórica al ver a mi amiga del alma, ella gira y viene hacía mi con su hermosa sonrisa.—Oye Cari, donde diablos te habías metido— Me lanzo sobre ella y sin querer decir nada sollozo con un nudo formándose en mi garganta.Sus manos acarician mi espalda, no dice nada solo me sobaba la espalda, luego de unos minutos de estar abrazadas nos separamos, limpie mis ojos hipeando le pido que vallamos al
ArmandoMe sentía agotado, mi cabeza procesaba todo lo que una ves sufri en el pasado, quería solo borrar todo y estar en Paz. Pero los recuerdos dolorosos me impedían vivir en paz.**—Ten tómalo, te va gustar pero espero que siempre lo guardes. Es mi cadenita de Diamantes. Te la regalo para que te acuerdes de mi cada que lo veas—Sus ojitos brillan al hablar—Me lo dio mi mama cuando tenía dos añitos y yo te lo regalo porque me gustas mucho.Recibi la cadenita de Diamantes en forma de corazón en mis manos, es lindo me pregunto si no habrá problemas.—¡Perla donde te has metido!— Grita la madre de la niña mientras la busca.—Ay no, mi mama se enojará si se da cuenta que estoy aquí, no le digas a nadie, será nuestro secreto—Susurra extendiendo su pequeño dedito—Es una promesa de amigos.Asentí sonriéndole, es increíble la manera en cómo mi corazón palpita al ver esa hermosa sonrisa en su rostro.Perla sale del sótano cerrando las puertas, nuevamente quedo solo y sin saber cómo esta Diana
ArmandoAl despertar entró al cuarto de baño, observo mi reflejo en el espejo lo primero que se me viene a la mente son los recuerdos del pasado, esos recuerdos que inunden mi cerebro como si de una película se terror se tratara. Quisiera no pensar pero la malditas voces siguen intactos. —Jamás olvidaras el pasado.—Eso parece, pero tengo lo que quiero.—No de la forma adecuada.—Cállate, tu solo eres una mente débil— Grite mirando mi reflejo en el espejo.Después de la ducha me vestí con mi traje de siempre. Miro a mi esposa bostezar a cada segundo, ella es una perezosa. Necesito saber que ha estado haciendo esta semana en la universidad —Buenos días— digo depositando un beso en su sien.—Buenos días—responde cohibida. –Umh me daré una ducha—musita levantándose de la cama y corriendo al cuarto de baño.Salgo de la habitación y entro en el cuarto donde tengo todas las cámaras. Introduzco la contraseña y veo todo lo referente a la semana que fue a la universidad... espero no encontra