Me encuentro de pies en la entrada de mi la Universidad, Armando me mira con seriedad arquea las cejas al ver que aún no he entrado me habla.—No piensas entrar o esperas a alguien— Niego dedicándole una falsa sonrisa— Vengo por ti a la hora de la salida, estas advertida—Replica con tono duro.—¿Piensas recordármelo todos los días?—Pregunte cabreada.—Si es necesario si, me voy—Arranca su coche a toda velocidad.Resople aturdida, aprieto los puños con enfado, miro en la esquina del muro se encuentra el Audi negro que nos seguía, seguramente estará ahí vigilándome. ¡Maldición!—¡Kiriath!—Grite eufórica al ver a mi amiga del alma, ella gira y viene hacía mi con su hermosa sonrisa.—Oye Cari, donde diablos te habías metido— Me lanzo sobre ella y sin querer decir nada sollozo con un nudo formándose en mi garganta.Sus manos acarician mi espalda, no dice nada solo me sobaba la espalda, luego de unos minutos de estar abrazadas nos separamos, limpie mis ojos hipeando le pido que vallamos al
ArmandoMe sentía agotado, mi cabeza procesaba todo lo que una ves sufri en el pasado, quería solo borrar todo y estar en Paz. Pero los recuerdos dolorosos me impedían vivir en paz.**—Ten tómalo, te va gustar pero espero que siempre lo guardes. Es mi cadenita de Diamantes. Te la regalo para que te acuerdes de mi cada que lo veas—Sus ojitos brillan al hablar—Me lo dio mi mama cuando tenía dos añitos y yo te lo regalo porque me gustas mucho.Recibi la cadenita de Diamantes en forma de corazón en mis manos, es lindo me pregunto si no habrá problemas.—¡Perla donde te has metido!— Grita la madre de la niña mientras la busca.—Ay no, mi mama se enojará si se da cuenta que estoy aquí, no le digas a nadie, será nuestro secreto—Susurra extendiendo su pequeño dedito—Es una promesa de amigos.Asentí sonriéndole, es increíble la manera en cómo mi corazón palpita al ver esa hermosa sonrisa en su rostro.Perla sale del sótano cerrando las puertas, nuevamente quedo solo y sin saber cómo esta Diana
ArmandoAl despertar entró al cuarto de baño, observo mi reflejo en el espejo lo primero que se me viene a la mente son los recuerdos del pasado, esos recuerdos que inunden mi cerebro como si de una película se terror se tratara. Quisiera no pensar pero la malditas voces siguen intactos. —Jamás olvidaras el pasado.—Eso parece, pero tengo lo que quiero.—No de la forma adecuada.—Cállate, tu solo eres una mente débil— Grite mirando mi reflejo en el espejo.Después de la ducha me vestí con mi traje de siempre. Miro a mi esposa bostezar a cada segundo, ella es una perezosa. Necesito saber que ha estado haciendo esta semana en la universidad —Buenos días— digo depositando un beso en su sien.—Buenos días—responde cohibida. –Umh me daré una ducha—musita levantándose de la cama y corriendo al cuarto de baño.Salgo de la habitación y entro en el cuarto donde tengo todas las cámaras. Introduzco la contraseña y veo todo lo referente a la semana que fue a la universidad... espero no encontra
Carime.¡Muerta! Así debería de estar. Ya no quiero sentir nada por ese mal hombre, me enamore del sin saber el porqué, quizás si lo sé pero me rehusó a reconocerlo, ya no vale la pena sentir lo que estoy sintiendo en mi corazón, tengo que sacarlo como sea y desecharlo. Por otro lado no comprendo cómo se llegó a enterar que estuve llamando a Miguel. ¿Qué tipo de fenómeno es mi esposo? Sabe todo referente a mí.Llevo días con el corazón en la boca. Bueno exagero un poco. El día de ayer pensé que moriría al caerme en la alberca, por suerte la Bestia me rescato y logre salir con vida pero luego de eso empecé a tener una extraña pesadilla de una niña y un niño. En fin ni idea.Suspiro aburrida, cansada y desganada, los domingos solía salir con Kiriath y Jacobo ibamo al parque de villa feliz o a ver una buena película en estreno. Pero ahora estoy cautiva, ni siquiera puedo salir a caminar. Estoy en una Jaula de plata en la que la llave le pertenece a Armando sin su permiso no tengo derecho
Me sorprendo por lo que dice, aún que se que es una falsa, se nota a leguas que es una mentirosa, lo que si es Inaudito saber que Armando se acostó con esta tipa. Guarde mis maquillajes y gire sobre mis talones para decirle unas cuantas verdades a esta osada.—Que Irónico. De veraz que fuiste una zorra— sus ojos se agrandan. —Pues que mal fue para ti al ser utilizada, te diré una sola cosa, pronto seré su esposa por esa razón soy su prometida y no una aventura como lo fuiste tú— comente carcajeándome. Salí del baño a toda prisa, llegue y me senté al lado de Armando y antes de querer decir algo, el empezó a reclamarme del porque me demore tanto.—Me estaba maquillando, pero salí rápido porque había una fea Araña por ahí.—Vaya no pense que habia de esos insectos en este lugar. — Comento burlesco— Vamos a quedarnos esta noche en este hotel, mañana a primera hora nos vamos— Asentí desganada.Me imagino lo que viene, suspire observándolo, su rostro luce rojo, puedo notar que ha bebido más
Armando.Abrí los ojos lentamente, estaba por levantarme de la cama pero me detengo al sentir que la cabeza me va a explotar en miles de pedazos, mi cuerpo está pegado junto a una pequeña suave y deliciosa piel, beso su sien sin despertarla, huelo su cabello embriagándome con su aroma. Me levantó de la cama aturdido y con la punzada más fuerte en la cabeza.Entre al cuarto de baño, prendo al regadera con agua tibia. Los recuerdos de anoche invaden mi mente, sonrió como un idiota, no sé cómo paso, le hice el amor a mi esposa. Debe ser que la borrachera me hizo caer ante ella. A pesar de no querer implicarme, pasó lo que me temía, ni modo caí bajo por ella, haré como si no me acuerdo de lo sucedido.Al salir del baño, seco mi cuerpo mientras llamo a la tienda de hotel para pedir un traje, calzoncillo y para Carime, vestido y ropa interior.Me senté al borde de la cama inspeccionando su rostro dormido. Duerme plácidamente, como si estuviera en el mundo de las maravillas. Le quito la saban
> Tantas vueltas que di, decido en que iré a verlo, ojalá que mis papas estén descansando porque si se enteran de lo que haré me pueden golpear y a él igual. Me puse mis botas para la lluvia y un capote, bajo las escaleras en silencio, observo a todos lados para ver si no viene nadie, cuando finalmente no pasa nadie salgo por la puerta de la cocina, mis pasos son rápidos aunque con miedo de tropezar con algo. Todo aquí está oscuro, mi piel se eriza cuando suenan los relámpagos. Un ruido aterrador me hace desviar la mirada hacia el lado contrario del sótano. De lejos veo dos siluetas, estás llaman mi atención, no puedo ver de quienes se tratan pero se escucha un horrible llanto desgarrador. Corro hacia ahí escondiéndome detrás del gran árbol cortes, lo que ven mis ojos me hacen temblar de miedo. Caí sentada y un gemido de miedo sale de mi boca, una de las personas sale corriendo, y la otra solo pide ayuda en un susurro. Me levanto del suelo y camino con pasos torpes al
Armando.Estaba conmocionado al escuchar cada palabra que salía de su boca mientras estaba delirando.Todo este tiempo ella ha sabido que sus padres son unos asesinos, sin embargo se lo guardo durante años fingiendo demencia. La observo con odio al verla sufrir internamente por su pecado.—Diana no fui yo, no te mate, no. ¡No!, Ellos fueron yo los vi, no puede ayudarte. ¡Perdóname!Carime sabe todo lo que sucedió aquel horrible día. Pensé que había perdido la memoria, pero tal parece que ella siempre supo quiénes fueron los asesinos de mi madre. ¡Que mierda es todo esto! Me hacerco a zarandearla de un lado a otro para que despierte de su pesadilla que de seguro es su maldita consciencia, su cuerpo está sudoroso y frío, repite una y mil veces el nombre de mi madre.—Diana, Diana, Diana… Yo no— grita alterada.—Despierta ¡Mentirosa!— me hierve la sangre al amarla tanto, es una falsa. Maldita sea, ella sabe quiénes asesinaron a mi madre. Carime todo este tiempo lo ha sabido.—No… suéltam