〘Ellas〙

Galen cayo de rodias en su lugar, viendo como las partículas brillantes desaparecían junto con la imagen de Rubén, no lo creía, ese mensaje en sus comunicadores no era normal, letras negras bordeadas de un rojo carmesí, no estaba el mensaje de que estaba herido, ni el que había muerto por x motivo como solía aparecer cuando eran vencidos, no reapareció, dando más peso al mensaje de que se había desconectado.

Aidan se acercó a Galen a consolarlo, él como líder de su unidad conocía más sobre esos mensajes y sin una orden de su jefe no podía darles a conocer que significaba a los demás, pero ahora quería romper las reglas y gritarle al cielo porque pasaba esto así, Rubén ya no estaba y el nudo en la garganta lo estaba asfixiando, quería llorar, pero tenía que ser fuerte para no preocupar a sus compañeros.

Un mensaje de Vivek, su jefe, los saco del shock en que se encontraban, les solicitaba de forma inmediata su presencia en la iglesia del pueblo, y lo más rápido que pudieron llegaron al lugar.

Les sorprendió a todos que no solo se encontraba Vivek frente al púlpito, tras él resplandecían en magnificencia cuatro luces de colores vibrantes que se alternaban entre una y otra.

Los dioses.

—Jóvenes guerreros, les he convocado aquí con tanta urgencia para comunicarles lo que los dioses han provocado— empezó el hombre de edad avanzada al nomás verlos entrar, agitados y con sus ropajes ensangrentados —ellos saben que su protegido ha dejado este plano material...

—Si era su protegido porque no intervinieron, porque dejaron que esa miserable hechicera lo atrapara, porque si es su protegido no lo protegieron— dijo Galen interrumpiendo a Vivek que no se sorprendió para nada de esa reacción, siendo detenido por Aidan que lo hizo sentarse a su lado.

—Joven Galen, los dioses no pudieron hacer nada contra un ser como ellos, la bruja Letha, ella en tiempos antiguos, antes de la planeación y creación de la misma vida fue una diosa poderosa y siempre justa en sus actos, fue la propia Letha que creo la ley del karma en los mundos en los que a vida se puede desarrollar, pero con el tiempo conoció a un mortal con el que estrecho una relación de amistad que se convirtió en amor y luego en una dependencia emocional por parte de ella, llegando a beneficiarlo a él y dejando que hiciese lo que quisiese sin consecuencias, y así fue como este hombre adquirió la forma de la vida eterna, cuando los dioses se enteraron la expulsaron de los territorios sagrados, sellando la mayoría de sus poderes, pero ella juro venganza y el hombre del que ya había caído perdidamente enamorada la acogió y le ayudo a que sus poderes brotaran nuevamente, aunque en menor medida, levantaron los cimientos de un clan, los Levkiers, guiados por Raptos, o como sus subordinados lo llamaban Capitán Levik, fueron sembrando el caos en toda la faz del planeta por millones de siglos, hasta que llegaron a Edalturia y misteriosamente Raptos fue vencido junto con los subordinados que venían con él, Letha solo buscaba que se hiciera justicia y el responsable de tales actos pagara con el mismo castigo que sufrió su amado.

Suspiro tras recordar la charla que recién había tenido con los dioses y de contarles de forma resumida quien era aquella bruja.

—Ella es una diosa caída que solo quiso ejecutar la justicia que no actuó antes, pero volviendo al tema con sobre el joven Rubén, los dioses, aunque intervinieran iban a tener el mismo resultado ya que una vez el karma fuera liberado iba a consumir a Rubén y posteriormente a ella por atacar este territorio, el cuerpo del héroe ha desaparecido y su consciencia ha sido trasladada a otro cuerpo en otra dimensión, sus recuerdos están intactos y lo van a trasladar lo más pronto posible.

— ¿Por qué no lo hacen ahora? — pregunto Iared con los demás de acuerdo en sus palabras.

—Como mencione su cuerpo ha sido destruido, en una situación normal, su cuerpo sería trasladado al cartel de bienvenida a las afuera del pueblo y trasladado al punto donde fue vencido por última vez, pero por una razón este último punto no quedo registrado en su brazalete y su espíritu se fijó en un cuerpo nuevo que tuviera las mismas características o por lo menos en su mayoría parecido, ese cuerpo fue el de un bebé recién nacido en un mundo y realidad diferentes a la nuestra, al ser un recién nacido si se traslada a este mundo va a crecer de acuerdo al paso del tiempo que nosotros manejamos, en ese mundo el tiempo pasa a una velocidad que no comprendemos, los dioses van decidir en qué momento será el más oportuno para que en su mundo no haga falta su presencia ya que podría crear una interferencia de consecuencias que ni los mismos dioses pueden predecir, lo único que los dioses han averiguado es que Letha le lanzo una maldición que se desconoce su efecto. Por ahora podéis descansar que los dioses se encargaran que no pase nada en las próximas semanas en lo que recuperan fuerzas y logran traer a su protegido de regreso sano y salvo.

Antes de que salieran un sonido de campanillas con un brillo que para cualquier mortal se consideraría extravagante y sin sentido, pero al hacer los dioses algún significado tendría ese acto, las luces que parpadeaban con anterioridad cuando Vivek hablaba, se juntaron en una luz dorada que al separarse una especie de pantalla transparente con un mensaje que resultaba confuso para todos incluso para Vivek.

*Ellas No Son Confiables*

— ¿Ellas? ¿Quiénes? — cuestiono Lalia, una joven de cabellera castaña larga, ojos de color café, de complexión delgada y tez morena, lucia frágil a comparación de sus compañeros hombres, pero llegaba con astucia a darles batalla como para ella ser la líder si lo quisiese.

Las luces se esfumaron dejando a los guerreros con esa duda, ¿Ellas? Entre su grupo había tres mujeres que se consideraban del mismo estatus de guerreros, los chicos las vieron descartando esa idea.

— ¿Se referirán a las doncellas? — sugirió Galen.

—De Ulia es probable, pero las demás es casi una forma de blasfemar— dijo Kalen ganándose una mirada de Lalia para que guardara silencio, con Ulia que era su doncella a cargo tenían una riña muy extraña que a la castaña ya le fastidiaba.

Kalen, aunque era de los mayores no mostraba madurez con base a su aspecto, su cabello corto café con mechones rojos que normalmente lo andaba peinado hacia atrás, sus ojos de un color azul claro, tez blanca, se había vuelto a poner sus lentes para estabilizar su vista.

—Jóvenes descansen y yo les mantendré al tanto de lo que los dioses digan en este tiempo.

Los ocho guerreros salieron de la iglesia depués de las palabras de Vivek, cada uno se fue a su respectiva casa para poder procesar lo que había ocurrido, y con la duda de quienes eran ellas.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo