Ya habían pasado tres semanas de los ocurrido y los dioses no presentaban señales de hacer algo, además de que los peligros habían disminuido al igual que los rumores en el pueblo de lo que podría estar pasando con sus guerreros, las misiones regresaron a un ritmo lento y casi tedioso, pero regresaron, en una de estas se encontraba cierto azabache, acompañado por un grupo no muy grande de los guardias del pueblo.
No quería estar ahí, prefería una y mil veces estar en su casa en la montaña y cuidar de sus animales, pero el mundo últimamente parecía ir en contra de sus preferencias, una misión de exploración y recolección le había llegado.
Había reportado cierto cambio en el balance de uno de los biomas un poco alejados de la zona central de Edalturia, animales que no pertenecían ahí de repente empezaban a poblar la zona y por ende a morir por no estar bien adaptados, plantas nunca antes vistas comenzaron a crecer ahí acabando con mucha de la vegetación nativa del lugar, algunos animales originarios migraban de ahí y algunos llegaron a los poblados de la región causando pánico en las personas de esos lares, su misión era técnicamente simple, llegar, sacar muestra de la nueva vegetación y rociar un líquido que algunos científicos habían diseñado para que tan siquiera la fauna que emigraba ahí no se acercara.
En lo que hacía eso los guardias irían a los poblados de la zona a ver sobre los casos con esos animales invasores, se quedarían ahí hasta que estuvieran seguros de que no había alguna amenaza contra los pobladores.
El Aidan, en contra de las instrucciones que se le dieron de que por lo menos un par de guardias se quedaran a ayudarle, distribuyo a todo el mundo, quedándose solo y haciendo rápido lo que le tocaba, tuvo que acampar cuando llego la noche y al levantarse siguió con su misión, duro tres días en esa rutina hasta que se empezaba a normalizar el ambiente de ese bioma, algunos guardias que terminaban y regresaban a donde él estaba los enviaba de nuevo al Edalturia, cuando termino con todo lo ordenado, había pasado ya una semana cuando iba de regreso.
En el camino de vuelta al pueblo, se sintió observado, igual que todo el tiempo desde que llego, continuo su trayecto, los primeros días había estado buscando al responsable de que se sintiera así, pero no encontró a nadie y lo acreditaba a que al estar solo su mente le estaba jugando una mala pasada.
Esta vez fue diferente la sensación, no había nadie, pero aun así oyó pasos apresurados y que se dirigían hacia él, el sonido del viento embravecido, pudo haber jurado que parecían voces susurrándole más cerca de lo que sonaban los pasos, casi en su oído, lo que lo alerto aún más, su cuerpo parecía moverse ya por inercia en un recorrido que parecía conocer, su mente estaba enfrascada en poder defenderse si algún peligro se acercaba.
Cuando volvió en sí mismo, no estaba en un área conocida, o por lo menos no recordaba estar ahí antes, y la sensación rara se fue y una atmosfera sagrada que conocía bien se iba disipando para dejar a su alrededor un bosque frondoso, y conocía bien lo que sucedió por Rubén, este siempre que iban a misiones juntos, pasaban por un lugar desconocido resultaba ser un sitio creado en una dimensión oculta, y que el hibrido de oso sabía muy bien encontrar la manera de entrar a este espacio solo para ahorrar tiempo en desplazarse a su verdadero destino.
Desplego la pantalla de luz del brazalete, y accedió a la función del mapa para saber exactamente a donde había llegado, y como regresar a su hogar.
Y según la imagen decía que estaba en el bosque atrás de la casa de Livia, casi llegando a los limites fuera de Edalturia, pero lo que no se veía era la arena de la playa que debía de limitar el bosque y de ahí extenderse a zona poblada, tampoco se oían a los animales marinos que se acercaban siempre a la costa, y a unos 5 metros de donde se hallaba parado se suponía que estaría próximo una de las carreteras que lleva fuera del territorio de Edalturia a otros territorios que ellos no protegían, pero solo se veía el denso bosque,
No había ningún zombi, ni esqueleto, ni un solo animal corrupto, ni incluso un animal normal, solo árboles y más árboles, iba a regresar sobre sus pasos cuando un grito le llamo la atención, una voz conocida y diferente a la vez, corrió en dirección de dónde provino, o por lo menos eso pensó haber oído en esa dirección, salió del frondoso bosque de repente encontrándose con la zona de la casa de Rubén, la primera en la que había vivido y que los dioses le habían hecho tras su llegada al territorio, nunca pensó que esa pequeña cabaña demacrada le hiciera sentir como en casa.
Se vio atraído, la verdad más por su curiosidad, a la entrada que estaba en la parte superior, las puertas estaban abiertas lo que lo extraño ya que no había modo que esas puertas se hubieran quedado así, no después de que su dueño haya estado ausente casi desde que se mudó a su última residencia y había pedido a los dioses ser selladas las puertas para otro que no sea él.
Otro grito lo hizo deshacerse de la cautela que llevaba, cruzo la puerta y bajo las escaleras para encontrar que no había nadie ahí, ni rastro de que alguien haya habitado en este lugar por meses, abrió la puerta que llevaba al sótano, y nada, ni en la habitación de pared de cristal que no entendió nunca porque estaba construida así, bajo hasta donde terminaban las escaleras y nada extraño, al subir pudo notar que la puerta por la que había ingresado a la casa estaba cerrada y le llego una notificación de que no tenía autorización para abrirla en su pantalla desplegada, bajo de nuevo las escaleras dispuesto a escribirle a Vivek que se encontraba encerrado en esa cabaña, un chirrido lo interrumpió, la puerta que llevaba a la cocina desde la habitación parecía que se había abierto, pero para salir ya que nadie había entrado en su campo de visión, no debería de haber nadie ahí, saco su espada y con sigilo ingreso a la cocina por la entrada de la sala, nadie, ni un alma, suspiro e iba a volver a redactar el mensaje a Vivek, cuando la puerta principal fue abierta dándole vía libre a que se fuera y así hizo sin bajar la guardia, cuando cruzo el lumbral de salida la puerta se cerró de golpe oyendo detrás de esta una risa bastante conocida que lo llego a inquietar.
Se fue lo más rápido que pudo, la sensación de que lo observaban seguía presente, pero seguía atribuyéndolo a que estaba paranoico por lo que acababa de pasar, se dirigió a la casa de Vivek para explicarle un poco sobre lo que acaba de pasar, no noto uno que otro cambio en el pueblo; no noto que algunos negocios no estaban donde usualmente solían estar; que la arquitectura era más llamativa en las estructuras construidas; no noto que había gente nueva que nunca había estado; ni siquiera se dio cuenta de que un par de ojos verdes lo miraban con un odio palpable, más que eso había alguien que lo miraba con celos injustificados; no se dio cuenta ni siquiera cuando se chocó contra alguien que esa persona no debería ni de estar cerca de ese mundo, solo se disculpó y siguió su camino ignorando su entorno cambiado.
Llego donde Vivek y entonces. al cruzar la puerta de la casa, volvió a sentirse perdido, sintió que nada era en verdad lo que pertenecía ahí, aunque fuera la misma distribución con la misma decoración, miro por la ventana y pudo notar los cambios tan llamativos del pueblo, y antes de salir se le escapo un susurro lleno de incredulidad.
—Pero si solo me fui una semana.
Cerro los ojos un par de veces para estar seguro de lo que estaba presenciando, todo es igual, los guardias hacían su ruta inicial, la arquitectura era la misma, incluso podría decir que no había ninguna construcción nueva, el mismo y monótono pueblo de Edalturia, incluso volvió a entrar y ver por la misma ventana, vio que el pueblo seguía como siempre y no como lo había visto momentos antes por el mismo lugar.
-Ya me estoy quedando loco- pensó
Vivek entro y después de saludarse y que el más joven le diera un informe sobre la misión, omitiendo lo de su paranoia, dejo los objetos que había reunido en un baúl que Vivek le señalo y dijo que en la mañana del día siguiente lo iban a ir a recoger para investigarlo en el laboratorio, y se fue a descansar.
Solo ahí fue cuando logro relajarse y olvidarse de todo el mundo exterior, alimento a sus animales y después se fue a dormir con la opresión en el pecho de que algo le faltaba, y sabía que era, además de la ausencia de su osito, le faltaba Galen uno de los chicos a los que más cariño le guardaba.
No en un sentido carnal, pero joder, era su mejor amigo y aunque seguía con el rencor por ocultarle cosas que seguro eran ilegales, mañana trataría de que lo perdonase, pero por la forma en que habían terminado la discusión que habían entablado hace ya casi un mes no lo iba a tener fácil y le iba a entender si jamás le perdonaba.
Todo le resultaba confuso en los últimos meses se sentía todo más raro, y no es que su vida le falte la rareza, en primera instancia y lo que cree que es la más extraña de las cosas es que siendo sus progenitores una pareja de humanos, simples y corrientes, haya nacido siendo una especie híbrida. Había leído sobre eso en muchas novelas y libros de historia, que en la antigüedad habían tribus de humanos que podían cambiar de forma a animales, la mayoría siendo especímenes de caninos salvajes, esta particularidad siendo transmitida por completo cuando se reproducían con seres con ese mismo "don", en cambio sí procreaban con humanos comunes y corrientes, lo que se le agregaba a esos "cachorros" eran características animales de la parte cambiante, características que en la mayoría de especies no podían ser ocultadas de forma natural, a los denominados híbridos, con el pasar de los años se fueron haciendo mucho más frecuentes, los cachorros cambiantes fueron disminuyendo, ya que las carac
No acababa de descubrir que acababa de decir, ese nombre había salido de forma involuntaria, no era el nombre que había descubierto, así que se extrañó al decirlo como si fuese su idea principal, casi como si la palabra la hayan puesto en su boca alguien más. – ¿Los dioses habrán sido? Esa idea le pareció acertada, era bien sabido por todo el mundo el favoritismo de los seres superiores con su persona y como estos muchas veces han manifestado su opinión metiéndose en su mente y hablando a través de su boca. —Que te llamas Letha…— dijo en un tono temeroso está vez. Un estruendo se oyó desde afuera, un rayo cayó muy cerca de la casa del árbol que había al lado de la suya, no había señales de tormenta ni alguno de los bichejos con habilidades peligrosas a la vista, además que siendo de día y con el sol resplandeciendo podrían morir. —Ruby. La nombrada quito su vista del exterior y el miedo que antes había sentido pensando en el guerrero no era nada comparado con lo que estaba sintie
Cuando termino de colocar el ultimo cristal de la ventana bajo a alimentar a sus mascotas, y como quería desde un principio salió a luchar y matar unos cuantos monstruos para ver si su estrés bajaba a un nivel aceptable, no había mucha actividad, unos cuantos animales corruptos normales que solo le dejaron su carne con la que vería si sus perros les apetecía comerla; bebes dragones habían tantos que no afectaría a al equilibrio ambiental pero prefirió no matarles, sus escamas eran muy tiernas como para que fueran de utilidad; unos esqueletos que le molestaban si los mato y se quedó con algunos huesos para después utilizarlos como fertilizante; y las brujas esas si las mato sin piedad imaginaba que eran, o aquella mujer quien siempre la acompaño desde que recuerda, o también aquellas ocho mujeres que la llenan de odio, los zombis estaban bastantes escasos esa noche, pero los que logro matar le dejaron su esencia que utilizaría en pócimas después, mucha suerte a su parecer, llego pasada
Las lágrimas salieron sin control, se mordió el labio inferior con fuerza para evitar gritar del desespero y frustración que tenía, sus orejitas se agacharon para impedir el paso de los sonidos exteriores, su cuerpo apoyado en una de las paredes de la cueva estaba temblando, sus manos estaban cubriendo su rostro, el llorar era su única escapatoria a su dolor mental, el dolor que se siente cuando se es rebajado por todos aquellos a los que has querido. –Me alegra que sientas lo mismo que yo sentí–una voz demasiado conocida le hablo más esta vez le hizo sentir más miserable. –Ahora no es gracioso que los que llamabas familia te dejen de lado– –No tienes a donde huir, tarde o temprano te van a encontrar– Las palabras de Letha estaban siendo como estacas a su corazón ya marchito, quiso hablar, pero solo le salían quejidos por el llanto, la voz seguía describiendo a la perfección lo que sentía, lo que ella también sintió en
+Rubén se ha conectado. La notificación que habían esperado en semanas por fin había llegado. Ante sus ojos apareció con mucha claridad, algunos pensaron que era su imaginación jugándoles alguna broma, otros no se esperaron mucho para dejar lo que estaban haciendo y correr al cartel que anunciaba la llegada al pueblo, lo único que todos tenían claro era que si Rubén había muerto y se había desconectado al mismo tiempo los dioses iban a trasladar su espíritu, en este caso su cuerpo, a esa pequeña colina donde se ubicaba el cartel, este que era una especie de respawn creado por los dioses para recuperarse después de ser heridos de gravedad y "morir". Ninguno se fijó bien en que el nombre dio un cambio a los pocos segundos. Mientras que en el cartel donde estaba el nombre de su amado pueblo dando la bienvenida, se encontraba una persona ajena a ese mundo, tras caer en aquella grieta pensó que era su fin, ya había
Adara, la doncella de Aidan, al ver las intenciones de la otra rubia tomo del brazo rápidamente a Aidan que no iba a retroceder por su cuenta, mala idea, Ruby paso de estar atemorizada a furiosa con la doncella, no estaba celosa, pero si tenía una mala sensación al ver y notar que las seis no lucían tal como siempre las conoció, y por lo ocurrido con la que simbolizaba la letra R. Sus ojos vieron directamente a los orbes marrones de Adara, y esta al ver la agresividad soltó a Aidan, pero no retrocedió en absoluto de su negativa a la hibrida. —Sera mejor que se retiren— dijo Kalen al detectar el notable odio hacia las féminas. —Concuerdo, no estamos aportando en nada aquí— Iria, otra doncella, no entendía mucho de psicología, pero si sabía detectar el enojo y aquella chica era un volcán a punto de entrar en erupción. —No creo que sea conveniente dejarla solo con ustedes— dijo Ulia como siempre llevándole la contraria a Kalen, pero como ella dijo no lo veía bien que se quedara sola
Al ser tomada en brazos y elevada por los aires se afianzo con sus garras en Derian quien soltó un quejido por el dolor y eso hizo que recuperara sus sentidos por completo he intento clasificar todos los hechos en su cabeza de forma de que su frágil autoestima y estabilidad mental no se vieran afectadas de sobremanera.No iba prestando atención a los paisajes, el volar nunca fue de su agrado, cada vez que el hibrido en su mundo le ofrecía volar y dejar salir un poco de sus instintos animales lo rechazaba, él podría haber nacido para hacerlo, pero ella se reprimía y lo veía libre en el cielo, obviamente solo podían hacerlo cuando lo acompañaba a hacer sus misiones individuales.Cuando sintió que descendían se alegró, y aún más cuando sus pies tocaron tierra, se alejó casi corriendo, quería huir de ahí, pero esa huida se quedó en un vago intento.Derian había soltado un fuerte cumulo de feromonas hacía ella, estas le hicieron sentirse débil y por ello caer de rodillas al suelo jadeando,
Ruby al darse cuenta de que los demás la veían expectantes se ocultó tras el águila con los nervios alterados al verlos algunos con sus armaduras, si no fuera porque el aroma a vainilla la tenía casi sin fuerzas hubiera huido, Derian al detectar que ella volvía a ponerse nerviosa había vuelto a liberar sus feromonas en sobremedida. —Lo que de verdad deberías de empezar a explicar es por qué te llevaste a Ruby— espeto furioso Aidan agarrando a Derian por el cuello de su camisa. —Cosas de híbridos— dijo sereno sin quitar esa sonrisa provocativa, que ahora lo único que provoco fue que Aidan le diera un puñetazo de lleno en el rostro, derribándolo al suelo —No creí que estuvieras celoso, después de todo ella no es Rubén— hizo la mención del nombre con un tono meloso dándole énfasis. Y ahí estaba la chispa para que la dinamita explotara, Aidan se abalanzo sobre Derian mientras los demás dejaban que ellos resolvieran sus conflictos, Iared aparto a Ruby del conflicto, ante los ojos de ell