CAPITULO 12

Solo tengo una frase para expresar lo que siento en este momento; a mí y al pato Lucas nada más. Se supone que debía de dejar la pena en casa, pero cómo dejarla si siempre me pasan cosas exageradamente locas.

Explico, la cuestión es esta: Fui a la parada de buses y tras esperar a que pasara uno, cuando ya había subido, y por obra y gracias del Espíritu Santo pude encontrar un asiento vacío, en horas pico cabe resaltar y que en condiciones normales no se podría, después de pasar por dos paradas, y de alertarme después de que el bus no cruzó dónde debía de cruzar, entendí algo muy obvio: tomé el bus que no era. Estaba en el equivocado. Frustrada, tuve que descender de él para buscar una forma de llegar a mi destino principal.

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