Camila — ¡Puedes dejar de rascarte la herida! Por el amor de Dios —regaño por décima vez a Paola quién se encuentra en el sofá acostada con vendajes en sus brazos y en la pierna dónde salió más lastimada, tiene en su cara algunas gasas pero ella se lastima los daños más profundos. — ¡Pero es que me pica! No seas mala, deja que alivie mi picazón. — ella hace un puchero. —Cuando se te infecte las heridas por andar de impaciente tendrás que recordar que no es mi culpa, porque cuando estés lamentando el haber hecho eso, me culparás a mí. Yo te conozco, bicha— le digo tras apagar las hornillas—. Ni se te ocurra limpiarte la herida de la pierna tú sola, si no viene Thomas entonces espera a que yo llegue. —le oriento. — ¿Y por qué? Soy capaz de limpiar mis propias cosas, déjame decirte. —me refuta. —Pues déjame decirte a ti que eres muy patosa con todo de tu salud, y no quiero que después la herida, que es la peor que tienes, se infecte y te cause un mayor daño a tu pierna, y después se
Camila— ¡Camila te buscan! —gritan desde la sala.— ¡Ya voy! —le respondo.Cuando me acerco veo a mi amiga conversando con los muchachos pero claro ella está acostada en el sofá con sus piernas encima de Thomas mientras Christian está en una silla aparte.—Bueno, ¿de qué me perdí? —digo al llegar. Christian abre su boca para responder, pero mi amiga se le adelanta:—Estoy planeando para llevarlos con los prepagos. ¿Qué me dicen? ¿Les apetece?— ¿Sí? Llévalos cuando regrese de lo de mi mamá, teniendo la magnífica suerte que tenemos juntas capaz que te acompañe a dejarlos y se me haga tarde y entonces cuando llegue daré mis últimos alientos.— ¿Y la dramática soy yo?—Tal vez yo sea igual que tú— respondo—. ¿Estás listo? Escuché a Paola cuando dijo que tenías un regalo.—Te ves hermosa, Camila—me dice Christian, Paola se cubre las manos su cara y mueve su cabeza hacia Thomas—. Sí, estoy listo, ¿nos vamos? —-Se levanta de la silla y se me acerca—. Tendrás que darme las indicaciones aún
Camila Ignorando lo más que puedo trato de pasarla bien junto a Christian en la fiesta, aunque no dejo de darle vuelta en mi cabeza me auto-obligo a dejarlo atrás; existen muchas explicaciones para todo lo que sucede, que no lo encuentre ahorita es otra cosa. Osea, es decir. ¿Pueden los bebés reconocernos? ¿Pueden ellos saber o ver algo que nosotros no? Ninguna de mis preguntas tiene lógica, pero aun así me engaño creyendo que si las tienen. —Tenemos mucho que aprender, asi que deja de lado tus dudas. —Observo a Christian, verlo sonreírme hace que todo se me olvide. — Tienes razón, le he dado muchas vueltas a esto, debería dejarlo estar. — Aún hay tiempo. Nos falta mucho que saber pero para eso estamos aprendiendo. Tomo un breve respiro y miro a mi alrededor, todo sigue su rumbo sin ninguna interferencia, soy la única que está preocupada sin sentido. En lo lejos puedo observar a dos señoras sentadas charlando. Sonrío. — ¿Estas preparado para presentarte a unas personas es
Camila — Tienes una cara de no haber dormido nada. Tomo un sorbo de mi café antes de responderle a Sofía, una compañera de clases. — He tenido bastantes sueños algo extraño. — Vi en unas entrevistas en línea que explicaban que soñar es equivalente a estar en vela, por eso es que debes sentirte más agobiada. Si supiera que hubiera preferido estar despierta a tener todo tan enredado como lo tengo en este momento. No ha pasado más de un mes, podría decir que ni siquiera tres semanas y mi vida ha dado un giro totalmente incierto. — Bueno, ojalá hubiera estado despierta así hubiera logrado completar algunos pendientes. — Te entiendo, yo necesito que terminemos este semestre o él terminará conmigo — agrega. Le sonrío. Bajo mi mirada a mi cuaderno abierto mientras escucho como se acomoda en el asiento detrás de mí. Hojeo lo que he escrito pero no le encuentro ningún sentido. ¿Sueño o realidad? Ya no puedo distinguir una de otra. Empieza a ver mas movimiento en el aula por lo que el p
CHRISTIAN— No se preocupe por el jefe, siempre pasa por acá, se queda en su lugar y después regresa a su oficina. El mismo dice que es para relajarse un poco de todo el ajetreo normal. — me comenta Noé mientras coloca un vaso transparente con un líquido espeso dentro. — Este es Sol, debe de ir primero para iluminar el camino, espero que sea de su agrado. ¿Va a querer algún tipo de aperitivo con la bebida? — Traiga lo que sea conveniente, quedo a su recomendación el día de hoy — murmuro. Me quedo absorto en mis pensamientos. — cuando mi compañero llegue puede mandar a cocinar algo para almorzar. — Señor, disculpe mi atrevimiento, pero lo que sea que lo atormenta en este momento puede estar seguro que todo se resolverá — me aconseja — además de mesero puedo escuchar muy bien, y distinguir a las personas. Usted tiene un aura muy tranquila pero fuerte. Logrará arreglar todo lo que ahora ve tan dañado. — Gracias por el consejo. A veces me cuestiono muchas cosas, más que últimamente me
CamilaVoy corriendo para llegar a casa, abro la puerta y de inmediato localizo a mi amiga acostada en el sofá. Abriendo muchos los ojos y levantando las manos para lucir inocente me grita que se ha tomado la medicina, se duchó y almorzó lo que dejé en la mañana. Pero eso no es lo que me preocupa. — ¿Leíste lo de tu jefe en redes? —le pregunto preocupada —. Lo vi de camino para acá pero no presté atención hasta que unas señoras en el bus lo estaban comentando. — Sobre eso…— ¡Sí! Sobre eso — la regaño — Paola del Carmen, con quién tuvieron el accidente es de la mafia y no como los libros de dark romance que sé que lees, donde son un amor y protección y se deja de lado sus matanzas. Esto es serio. — No sabía absolutamente nada — se defiende. — ¿Qué piensas hacer? — inquiero — esas personas ya deben de saber que tu estabas en ese coche, tu jefe está vivo, tú estás viva, salió hasta en las noticias que son gente mala así que no deberían de estar felices comiendo perdices. — Tengo
ChristianEl sonido de las risas en el lugar me distrae un poco.— No contesta — dice Thomas. — ¿Aló? — escucho en mi celular. — Camila, ¿donde estás? — le pregunto. — En casa — se escucha un bostezo —, estaba dormida. Tuve un sueño bonito. — Thomas y yo nos preguntábamos si podíamos ir hasta allá, queríamos hablar de algunas cosas. — Si claro, ya saben el camino. — Está bien, nos vemos en un rato.Cuelgo la llamada.— Vamos — le digo a Thomas. Nos levantamos de la mesa, observo por una última vez la vista que ofrece, para irnos hasta la salida. Pero antes, nos detiene el anfitrión. — Espero que la estadía haya sido de su agrado. — Estuvo espectacular, la comida, las bebidas y el ambiente eran muy agradables — responde mi amigo. — Me alegra oírlo. — nos sonríe —. Les voy a dar un consejo. Las vidas que vivimos nos enseñan algo, nos ayudan a sanar algo. Por lo que recomiendo que busquen que es eso que deben de sanar y aprender, perdonar y soltar lo que no nos hace bien. Bien p
— Hermano. Me doy la vuelta.— Hermano. Abro mis ojos. Los entrecierro un poco para acostumbrarme a la luz que ingresa. Tan brillante y dolorosa a la vez. — Hermano, ya es casi la hora de irnos — repite mi hermano menor, mientras me ayuda a incorporarme. Lleva puesto su traje marrón favorito, menos mal. Es el que tiene que usar, me hizo caso.— ¿Irás sin la corbata? — le pregunto. Me asiente en respuesta. — El que tiene que lucirse eres tú, si me pongo corbata lamento decirte que tu prometida va a desear casarse conmigo en cambio. — bromea. Me río de sus ocurrencias. Lo dice en broma sólo para distraerme, sabe cuanto pedí por este compromiso. — Madre ha querido que uses el traje azul oscuro, pero le expliqué porque el negro — me asusto, no debe de decirle de mi sueño. — Tranquilo, le dije que es para verte más atractivo ya que el negro hace resaltar el aura de misterio a tu alrededor. Todos lo saben. Me tranquilizo. Mi sueño. — Al llegar tenemos que pasar un tiempo con ell