Heaven
Antes de amar a alguien más, debes aprender a amarte a ti mismo.Fue aquello lo que tuve que repetirme una y otra vez hace un par de años, cuando no confiaba en mi belleza y vivía a través de las opiniones ajenas.Observé mi reflejo en el espejo para asegurarme de verme bien para el almuerzo con mi más reciente clienta. Decidí usar una blusa blanca con cuello de tortuga acompañada de una falda de curo negra que me llegaba hasta las rodillas junto con un collar largo y tacones. Tomé un taxi hasta el restaurante que Victoria me había indicado y sonreí al notar lo lujoso que se veía el lugar y aunque no fuera una fanática de lo ostentoso, me alegraba que un cliente me tratara de la mejor forma.—¡Señorita Duch! —sonreí al visualizar a mi cliente, que me llamó desde una de las mesas y me apresuré para llegar. Su cabello era bastante largo y rubio y ni hablar de sus lindos ojos cafés oscuros—Soy Victoria, es un enorme gusto conocerla en persona.—Digo lo mismo, Victoria —apreté su mano— También es un enorme placer ayudarla con la organización de su boda soñada. Espero que al final, se sienta muy contenta con el trabajo que voy a realizar a lo largo de todos estos meses.—¿Hasta el momento que le ha parecido la ciudad?—Ya había venido en ocasiones anteriores, sin embargo, jamás deja de sorprenderme lo ruidosa que puede llegar a ser —reí bajo— Entonces, ya que usted me ha dicho que está interesada en una temática floral he traído un par de imágenes como referencia.—Eso es genial, muchas gracias.—Ni hablar —reí buscando las fotografías dentro de una de mis carpetas. Al encontrarlas las puse sobre la mesa.En la primera imagen podía observarse la decoración de las mesas con un enorme arreglo de flores celestes y servilletas del mismo color acompañadas de finas copas y cubiertos, en la segunda fotografía se veía un grandioso vestido de novia blanco sumamente largo y en la última, aparecía la decoración del altar.—¿Acaso me has leído la mente, señorita Duch? —sus ojos tuvieron un brillo peculiar.—Tal vez solo escuché muy bien cada una de tus palabras cuando conversábamos.—Su capacidad de escuchar es demasiado alta, si le soy honesta.—Sinceramente, creo que una de las mejores formas de aprender es escuchando además al hacerlo también podemos aprender de nuestros errores y no volver a cometerlos jamás. Y por supuesto, no herir a los demás en el camino.Estuve hasta muy tarde esa noche conversando con mi nueva cliente acerca de cada uno de los detalles de su tan esperada boda, desde los más grandes hasta los más pequeños. Por fortuna, ellos ya lo tenían todo pensando y eso iba a ahorrarme cientos de dudas en el camino hacia al altar de Victoria.Opté por lucir bastante elegante, sin llegar a lo ostentoso, con el objetivo de no arruinar la imagen que los dueños del hotel tenían de mí: una mujer muy eficiente en su trabajo, elegante y delicada sin llegar a ser extremadamente exagerada. Solté un suspiro cuando salí de mi habitación y supe que no habría vuelta atrás.En realidad, los nervios que sentía no eran por la cena con los dueños de semejante hotel, sino, por volver a ver a ese hombre que tanto me cautivó aquella noche de estrellas.Caminé recto y me obligué a mí misma a llevar una grandiosa sonrisa en el rostro al ver a la familia Clarck esperando por mí en una mesa, que, a simple vista, era la mejor del lugar y que lucía un delicioso banquete.—Buenas noches a todos, mi nombre es Heaven Duch. Encantada de conocerlos —Les sonreí a todos luego de tragar saliva para tratar de calmarme un poco, visualicé por un momento el asiento que tal vez me pertenecí, pero, Paige me indicó que me sentara al lado de su madre.—Buenas noches querida, qué bueno es tenerte con nosotros en este momento —Me contuve a darle otra mirada cotilla a aquel carísimo collar de oro que adornaba su cuello. Vaya, esta familia sí que sabe lo que significa nadar en una tina llena de billetes— Qué gusto tenerla con nosotros.—El gusto es mío, sin duda alguna.—Señorita Duch, para mí es un placer presentarle a mi esposo: el señor Andreu Clarck —fijé mi mirada en el mayor dueño del hotel y de verdad era un hombre muy elegante— Y a mis tres adorados hijos: Paige, Timotheé y Alexandre —mis mejillas se ruborizaron y el cuerpo entero se me hizo gelatina en el instante en que sus atractivos ojos azules me miraron con leve picardía.—Me encantaría agradecerles por la invitación, no tenían que haberse molestado.—Por supuesto que no es una molestia, Heaven.Juro que no tenía idea acerca de lo que debería decir parar lograr que la conversación fluyera, sin embargo, Timotheé me salvó antes de caer en la desgracia:—Señorita Duch... ¿Puedo preguntar de dónde es usted? —Cuestionó con curiosidad.—Nací en Inglaterra, en Londres —le respondí con la mayor amabilidad.—Oh, Londres es exquisitamente maravilloso.—Concuerdo con mi hermano totalmente...Por cierto, cuando nos encontramos en el ascensor usted mencionó que ha venido a Nueva York por asuntos de trabajo...—Es así. En esta ocasión, he venido a organizar una boda y me quedaré en la ciudad por alrededor de cinco meses por la misma razón.—Usted es espléndida organizando bodas según dice la gente.—Intento dar lo mejor de mí en cada lugar al que voy sencillamente.—Sería maravilloso si usted organizara la boda de alguno de mis hijos.—Oh ¿Lo dice por qué uno de ellos va a casarse pronto tal vez?—Ninguno de nosotros va a casarse próximamente porque ni siquiera tenemos una pareja —Noté como Alexandre se tensaba cada vez más mientras hablaba— Es solo que a mi padre le encanta adelantarse a los hechos.—Ya veo —suspiré incómoda al ver que cada uno de ellos se tensó un poco luego de eso, por lo que decidí intentar que volvieran a sentirse cómodos —Es un poco gracioso, no obstante, es mi primera vez quedándome en uno de sus hoteles.—¿Lo dice en serio?—Sí, aunque no lo parezca.—Es sorprendente que alguien como usted, que se la pasa viajando por todo el mundo debido a su apretada agenda de trabajo, no se haya hospedado en alguno de nuestros hoteles alrededor del mundo.—Probablemente sea debido a que jamás reservo las habitaciones en las que pienso quedarme...Eso lo hace mi hermana menor, Sky, porque siempre se lo pido. Además, normalmente prefiero hospedarme en habitaciones simples.—No deja de sorprenderme, señorita Duch...A pesar que usted es una mujer muy elegante y rica, no le interesa reservar una suite en cualquier hotel con relevancia.—Honestamente, me he acostumbrado a lucir de manera tan elegante por mi trabajo...Pero, hablando con el corazón en la mano, no soy una gran fanática de los lujos.—Me gusta como piensas, déjame felicitarte por ello —Timotheé rió— No vemos a mujeres desinteresadas en la riqueza por aquí normalmente...Las mujeres que vienen al hotel, parecen muñequitas Barbie de plástico.Aunque intenté contener mi risa, solté una gran carcajada y Alexandre se limitó a sonreír de lado.—Si me permiten opinar...—Claro que sí.—No creo que las mejores mujeres o damas de la sociedad sean las que usan Chanel o Gucci y que tratan de conquistarte por su físico...Sino, aquellas que te conquistan cuando las escuchas hablar —confesé esbozando una mueca al ver todos los lujos que me rodeaban— Simplemente, es eso lo que creo al respecto.—Concuerdo totalmente...Ya estoy harto de esas muñequitas de plástico barato —me pellizqué el brazo para evitar reírme como una loca sin control.Pasamos un poco más de dos horas hablando de temas al azar, como: trabajo, opiniones y demás hasta que la señora Clarck tocó un tema que me llamaba mucho la atención.—Entonces...Supongo que este es el mejor momento para presentarte mi propuesta, Heaven —afirmó y yo solo asentí en forma de respuesta— En realidad, siendo muy directa, quiero que trabajes en el hotel con nosotros.Bueno, eso no me lo esperaba.—¿Quiere que trabaje en el hotel? —No pienso nunca en trabajos de ese tipo, es decir, muy formales y bajo un contrato porque lo mío son las bodas principalmente. No es una mala oferta...Pero, tendría que pensármelo muy bien antes de dar una respuesta definitiva—¿Puedo preguntarle acerca del cargo que le gustaría darme?—Pienso que podrías trabajar como mi asistente personal o como asistente corporativa...O sin darnos tantas vueltas, ambas.—Le agradezco la oferta...Seguramente a cualquier persona le encantaría tener un puesto en un hotel tan reconocido como este, no obstante, tengo que pensar...—Comprendo que tengas que analizar la propuesta puesto que no acostumbras a trabajar en un mismo lugar por mucho tiempo...Pero, estoy dispuesta a darte un muy buen sueldo solo porque me des el honor de tenerte trabajando en mi hotel y a mi lado, especialmente.Está bien... ¿Cómo debería cuestionarle sobre el sueldo que estaría dispuesta a pagar por mis servicios mensualmente sin que suene interesada?Si bien ganaba cerca de cuatro mil dólares o más, dependiendo del presupuesto para la boda, y aquella era mi recompensa por casi nueve meses de trabajo...A veces se puede encontrar mejores oportunidades de forma inesperada.—Sé que este tipo de cosas no se debe preguntar, pero, ¿Cuál es el pago que recibes por la organización tan larga de una boda?—Del diez al quince por ciento del presupuesto total de la boda...Por ejemplo, si el presupuesto de una boda es de cuarenta mil dólares, mi sueldo va a ser de seis mil dólares.Ella se mantuvo en silencio por varios segundos.—De acuerdo...Te ofrezco tres mil trescientos dólares mensuales por ocho horas diarias de trabajo de lunes a viernes —Gran oferta, no puedo negarlo siquiera.—Vaya, es una enorme oferta...—Lo es, por supuesto que es una oferta magníficamente alta...—Ya ha quedado claro que amo el trabajo que haces sin duda alguna, y por lo mismo he estado considerando algo...Y como ya sabes, es el proponerte un puesto de trabajo.—Una vez más, muchas gracias...Lo pensaré.—La cena ha estado maravillosa así que les agradezco mucho por invitarme —les sonreí.—No es nada, Heaven...Además estaré al pendiente respecto a la decisión que tomes sobre la propuesta que te he hecho.—Le avisaré al respecto mañana mismo porque solo necesito pensarlo un poco...Así que apenas haya tomado una decisión, yo la buscaré para comentarle.—A pesar que yo espero que aceptes y trabajes con nosotros lo más pronto, no te sientas presionada por lo que diga o desee...Toma una decisión pensando en lo que te conviene y quieres hacer.—De nuevo muchas gracias Leigh, significa mucho para mí que me consideren de esta manera.—El honor es totalmente nuestro, ahora ve y descansa que tienes demasiado que pensar por hoy.—Gracias a todos, ojalá pueda verlos pronto.—Un placer conocerla, señorita Heaven.—Ha sido un placer también —me despedí y Alexandre corrió detrás de mí.Estaba esperando que acortaras la distancia entre nosotros.La verdad, he estado esperando por ti Alexandre.—¡Heaven, permíteme que te acompañe! —sin querer, sonreí enormemente cuando se acercó y cortó la distancia que nos separaba.No deberías mostrar debilidad ante un hombre, al menos no aún.—Hoy te ves muy linda, disculpa si no lo dije antes —me controlé con todas mis ganas para evitar que mis mejillas se tiñeran de un rojo carmesí, no obstante, no lo logré.—Alexandre, te agradezco el cumplido...Sin embargo, no me parece necesario que me acompañes a mi habitación cuando mereces descansar de tu cansado horario de trabajo.Nunca olvides ser considerado con la persona que te atrae.—No es nada, apenas te deje iré a casa y tendré el descanso que necesito.—No seas terco...—Solo quiero acompañarte mientras podemos conversar de algunas cosas más ¿Podrías conceder mi tonto deseo?—No es necesario que me acompañes hasta mi habitación Alexandre, no te hagas problema —le dije, intentando que comprendiera.—Quiero acompañarte pues no es ninguna molestia.Me encogí de hombros al darme cuenta que no iba a lograr que entrara en razón. Terminé aceptando que Alexandre me acompañara hasta mi habitación porque así iba a sentirse más tranquilo, pero, no contaba con encontrarnos frente a frente con uno de los hombres más fastidiosos que existen en este planeta desde mi perspectiva: Tristán Grey.Seguramente se preguntarán la razón por la cual este hombre me parecía tan fastidioso, entonces supongo que se los contaré: Lo conocí hace dos años cuando asistió a una de las bodas que estaba organizando en Italia y coqueteó conmigo desde el primer instante, no obstante, le mencioné que no estaba interesada en ninguna relación. A él no le quedó muy en claro por lo que cada vez que ha tenido la oportunidad de verme, más o menos siete veces, me ha regalado cosas extremadamente caras y además ha conseguido mi número de teléfono. Cree que por ser un hombre muy rico voy a caer ante él como una estúpida, pero, no me considero ambiciosa ni interesada.Tristán es millonario, al extremo en realidad, puesto que es dueño de las cadenas de hospitales más grandes de toda Australia: "Grey Hospital" y aunque empezó siendo uno de los mejores médicos vasculares de dicho país, logró convertirse en mucho más que eso.Pero, ojalá toda esa fortuna nunca hubiese causado que se le suban los humos a la cabeza.Alexandre—Señorita Heaven Duch, que hermosa casualidad encontrarla por aquí —dijo un hombre que no conocía, sin embargo, creía haberlo visto en alguna revista. Me molestó un poco imaginar que ya conocía a Heaven antes que yo y que, además, le hablaba de forma coqueta.—Señor Grey, qué lástima no poder decir lo mismo —fingió una sonrisa y me animé un poco por esa razón— Me pregunto que hace por aquí.—Usted siempre tan linda, señorita —dijo con sarcasmo. No me estaba gustando la manera en la que le estaba hablando.—Bueno, señor Grey si no le molesta tengo asuntos pendientes que resolver —tomó mi brazo sin timidez alguna.— ¿Con el señor Clarck? —enarcó una ceja, evidentemente molesto.—Vaya que sí —respondió y tomó mi mano. Casi me desmayo cuando lo hizo porque sentí un sentimiento inexplicable— Alexandre apresúrate, qué tenemos una noche de diversión pendiente.Me guiñó el ojo y se adelantó hasta entrar al ascensor y desaparecer de mi vista por completo, dejándome a solas con aquel
HeavenToda la noche me quedé pensando en lo sucedido con Alexandre en mi habitación, así que no pude descansar como es debido. Me sentía extremadamente emocionada y consternada por la escena romántica y tan apasionada que vivimos.Sé que me he involucrado con muchos hombres en el pasado, aunque hayan sido grandes desastres amorosos o solo sexo de una noche, pero, ninguno de ellos me ha hecho sentir tanto en un solo beso. Quizá todas aquellas cortas relaciones no fueron más que sencillas aventuras y esto que está pasándome con Alexandre, es lo que se llama el verdadero amor. Todavía no lo sé y quiero averiguarlo en los próximos días, Luego de besarnos seguimos conversando sobre temas aleatorios, y al cabo de más de dos horas, me dejó sola para que pudiera descansar un poco. Me dio su número de teléfono con el objetivo que me avisará cuando llegara a casa porque cuando me dejó, ya eran más de la una de la madrugada.Me arreglé un poco y tomé mi bolso para salir de la habitación debido
AlexandreJunto a toda mi familia, menos mi hermana menor, tuvimos que hacer un viaje de emergencia por culpa de Daphne. Nos había llamado a informar que necesitaba hablar con nosotros urgentemente y por la misma estúpida razón, nos vimos obligados a viajar hasta Bélgica. Así que, en este mismo instante, estábamos frente a mi prometida esperando que nos explicara que demonios sucedió.—Entonces, Daphne querida ¿Qué es lo qué ha sucedido? —Mamá cuestionó con una de sus mejores sonrisas.—Bueno señores Clarck, Timotheé, Alexandre....En primer lugar quiero darles las gracias a todos por haber venido cuando lo he pedido —Esbocé una mueca cuando noté que había comprado una nueva joya — Quería hablarles sobre la boda, ya que lo considero de suma importancia.Por favor, di que ya no quieres casarte conmigo. Por favor, por favor, por favor...Es lo que más deseo en este jodido mundo.—He estado pensándolo por mucho tiempo y he decidido que me encantaría que nuestra boda se celebrara en Londres
HeavenDaba vueltas en la cama debido a que no lograba conciliar el sueño. En la madrugada Alexandre volvería a Nueva York así que de nuevo me encontraba en mi habitación de hotel. He estado pensando que me resultaría mucho mejor alquilar o adquirir algún departamento durante mi estadía en la ciudad.Como no podía dormir, me puse de pie y observé hacia la ventana. Me encontraba bastante estresada, y todo gracias a lo que dijo Paige ayer por la noche:Reí con fuerza ante las estupideces que decía Paige al mismo tiempo que tomábamos una copa de vino mientras estábamos viendo la televisión.—¡Y es que de verdad es demasiado gracioso! —Volvió a reír— ¡Y creo que jamás dejará de ser tan divertido!—¡Estoy completamente de acuerdo! —Le di la razón— Honestamente, no puedo creer que hayas salido volando cuando montabas una moto de niños...—Tenía doce años y pues, el aburrimiento me hizo cometer actos muy tontos —repitió— Pero, al menos no hubo ninguna consecuencia...—Es cierto...Podría habe
AlexandreEntré a mi oficina mientras suspiraba acompañado de mi hermano. Quería entregarle a Heaven el obsequio que le había comprado al estar en el viaje el cual consistía en un hermoso anillo de plata y un enorme ramo de flores violetas.—Ahora que ya estamos tú y yo completamente solas, supongo que deberíamos terminar la conversación que tenemos pendiente desde Bélgica —me miró fijamente.—Pensé que ya habías olvidado todo este asunto...—Bueno, ¿Y es que cómo podría olvidarme por completo de dicha conversación? —me senté en mi silla de oficina y él no dejó de clavar su mirada en la mía—Y es que esta vez si te has excedido un poco, en realidad mucho.—¿Por qué lo dices?—Puesto que Heaven Duch es una dama de alta categoría...Me refiero a que mucho más allá de su físico, es una mujer sumamente inteligente y comprensiva. No se parece en nada a las mujeres que te han rodeado a lo largo de tu vida.—Es cierto, es mucho más distinta que Daphne en todos los sentidos.—Y aunque sí sea de
HeavenSalí de mi habitación con una tímida sonrisa en el rostro pues hoy sería mi primer día trabajando en el hotel como Asistente corporativa. Estaba emocionada por dos simples razones: trabajar en el hotel Clarck me ayudaría a acceder a grandes puestos en el futuro y al trabajar con Alexandre, podría verlo muchas veces más en el día. Continué mi camino hasta llegar a la oficina de mi nueva jefa, la señora Leigh y entré saludándola:—Buenos días señorita Leigh, qué linda se ve hoy —le dije puesto que deseaba iniciar mi primer día de trabajo de la mejor manera posible— La mañana es muy bonita y cálida ¿No le cree?—Buenos días, preciosa Heaven —me respondió— Sí, la mañana es muy bonita.— ¿Por dónde debo empezar mi trabajo?—Bueno, primero te llevaré a que conozcas a nuestro personal para que puedas identificarlos y llevar una buena relación laboral con cada uno de ellos.—Le agradezco ¿Lo haremos ahora?—Claro, he reunido a todos en la cocina así que ya los vas a conocer —me dio un
AlexandreMi hermanita Paige ha estado saliendo con mi mejor amigo desde hace más de dos años y jamás me di cuenta de lo que pasaba entre ellos dos. Tal vez, he olvidado preocuparme por las personas que considero importantes en mi vida.Mi humor no cambió por el resto del día pues, estaba molesto conmigo mismo por haber tratado a Heaven mal. Así que la estaba esperando fuera de su oficina debido a que su horario laboral estaba a punto de terminar. Y no me equivoqué, porque ella salió con una expresión molesta.—Heaven...—tomé su brazo con delicadeza.—¿Qué quieres? Maldición, no necesito que me hagas perder el tiempo —murmuró.—Lo siento... ¿De acuerdo? Fui un idiota al tratarte así solo porque yo no me siento tan bien —ella agachó la mirada.—¿Sabes que esa no es una buena excusa para tratar a las personas cómo lo hiciste? —Hizo que soltara su brazo—Entiendo que no estés en tu mejor momento o que simplemente no te sientas bien, pero, no entiendo el que le hayas faltado el respeto al
AlexandreLa cena con Heaven, quien se convirtió en mi novia de manera oficial por la noche cuando no parábamos de besarnos con pasión y no nos importó si alguien podría vernos, fue maravillosa. Al final, terminé convenciendo a mi madre para que mañana no tuviera que ir a trabajar y acompañar a Heaven. Le dije que tenía un dolor de cabeza enorme, siendo esa mi excusa perfecta.—Alexandre —ella dijo mi nombre al mismo tiempo que me abrazaba— ¿Tu madre no sospechó la verdadera razón por la qué no querías ir al trabajo? Digo, usar un dolor de cabeza como una excusa es demasiado tonto.—No tendría por qué, le mencioné que tenía un gran dolor de cabeza que me imposibilitaba salir de la cama. Ellos regresarán por la noche, así que solo necesito estar aquí antes de las nueve. No es tan complicado.—Muy bien, necesito decir que pareces un niño malcriado —me molestó— Me refiero a que eso haces cuando eres adolescente, y tus padres no te dieron permiso para salir a alguna fiesta o lugar que que