#8:

Viktoria:

Aunque creí que el empresario respondería redondamente que no a mi petición de empleo, gracias a dios mis tretas han surtido efecto.y mis esfuerzos han sido recompensados. 

—Sus obligaciones incluyen cuidar a las tres hijas del señor Volka, ayudarlas con sus tareas mantenerlas ocupadas en la tarde— me anuncia el abogado, vía telefónica — tenga en cuenta, que deberá encargarse de ellas solo por los próximos nueves meses que durará el actual curso escolar. Tiempo tras lo cual, serán enviadas a un internado.

« Pobres criaturas »

Mientras crecía, mis padres también me enviaron a internados y sé de primera mano lo que les espera.

—En cuanto usted llegue aquí a Bulgaria, firmaremos el contrato para su empleo.— continúa él, yo me limito a asentir.—Es importante, que usted mantenga una conductora y actitud decorosa todo el tiempo en que trabajará para mi cliente. El señor Volka es viudo, perdió a su esposa en un trágico accidente hace muy poco y además su sobrino convive con él, bajo el mismo techo. Se espera de usted que mantenga sus distancias y se comporte de manera decente todo el tiempo.

Libero un gruñido interior.

« ¡Misogenos de m****a! Como si fueramos nosotras las mujeres las únicas que nos comportamos de forma indecente»

 — ¿Hay alguna cosa en particular que desee saber con respecto a su nuevo empleo, señorita Saxs?

—Sí. Quisiera saber...¿ en qué ciudad está localizada la mansión del señor Volka? Y además, ¿ se me dará algún día libre?

El abogado me contempla perplejo a través de la videollamada.

—¿No le preocupa su sueldo, señorita?

Tragó en seco. ¡Mierda! Acabo de cometer un error de novata. Me doy una patada mental, e intento que no se note el temblor en mi mano.

—Sí, por supuesto pero...— balbuceo.

—Es comprensible, que siendo usted tan joven e inexperta priorice saber en qué ciudad ha de vivir y si se le dará ocasión para salir e ir de compras...

Él habla y yo tragó en seco. Es preferible quedar como la tonta inexperta, y no que sospeche que quiero escapar en cuanto tenga la menor oportunidad.

—Bien, para su información, el señor Volka vive en Sofía, la capital del país al que usted vendrá dentro de poco. Se le dará libre los domingos y se le pagará mil euros. 

«Maravilloso»

Me limito a sonreír, porque hablo, podría delatar mi enorme felicidad. Después de casi dos meses de estar encerrada en este hospital y de no poder averiguar nada sobre el paradero de mis padres y hermano, finalmente, gracias al empresario, regresaré a casa. 

***

Es tan tarde que el mundo me da vueltas. Del hospital me recogieron en un jet privado que me trajo directamente aquí. 

Creo que fui demasiado ingenua, al esperar que mi nuevo empleador estuviera en la casa para recibirme. No lo está. Según me contó la mujer que me contempla como si yo fuese una vil cucaracha, a la que hay que aplastar sí o sí. 

—Escuchame bien, zorra, Yannek es mío, ¿me comprendes?— la mujer ni siquiera me ha dicho su nombre y me ha saltado directamente a la yugular, como si ella fuese una perra rabiosa— no te quiero rondando cerca de él, porque si sospecho lo más mínimo, te mataré y te enterraré en el jardín.

Me da la espalda y se marcha, y yo me quedo de piedra en el salón. 

¿Qué demonios le pasa a esa mujer? 

Una de las sirvientas viene, se ofrece a llevar mi equipaje y yo, pretendo no comprender lo que me dice al tiempo que le muestro el bolso que traigo.

Al parecer, era la única pertenencia que llevaba conmigo cuando Yannek me chocó.

La mujer amargada se asoma desde el segundo piso y le ordena a la sirvienta ponerme en una habitación específica. 

La sirvienta la contempló con expresión asustada, pero la obedeció.

Me resultó extraña aquella orden, sin embargo, estaba tam cansada, que no puse peros y acepté la habitación. Cayendo instantáneamente dormida.

***

Durante la madrugada, desperté sobresaltada, al escuchar que se abría y cerraba la puerta y que alguien se sentaba bruscamente al borde de mi cama.

—Habla, ¿quién eres?— masculló, una voz terrible a mi lado, mientras una mano de hierro se cerraba alrededor de mi cuello.

Temo por mi vida, no lo voy a negar. Si agarre era brutal, ¡y estaba asfixiandome!

—Soy, soy...— balbucié, sintiendo que se me iban la luces. Pero con mis últimas fuerzas, alcancé a gritar: — ¡la niñera!

De un momento a  otro, me soltó, e instantáneamente prendió la luz de la habitación.

El joven frente a mí era innegablemente hermoso. De piel blanca, rasgos afilados,  cabellera castaña oscura y larga por los hombros. Sospecho que tendría alrededor de treinta años y por lo dilatadas de sus pupilas supe, que estaba drogado. 

—Viktoria Gregorevna...—susurra, caminando alrededor de la alcoba haciéndo que se me comprima el corazón  al escuchar mi nombre completo— sabía que tu fantasma vendría a atormentarme. Siempre regresan a mí aquellos a los que he asesinado. 

Arrugo el entrecejo. 

«Ok, a lo mejor la droga lo tiene alucinando, pero eso no explica como es que sabe mi nombre»

—Puedo cambiarme de habitación, si quieres —ofrezco, acariciando mi cuello con lentitud. 

Como que el ambiente se puso raro y termina empeorándose la situación,cuando noto que merodea la cama, observando mi atuendo con curiosidad. 

—¿Quién eres? —interrogo, porque está tan cerca que su aroma llega hasta mí y me resulta extrañamente familiar. 

—Soy tu peor pesadilla —contesta.

Veo que mis zapatos están donde los dejé, junto a la mesita, asi que me los pongo bajo su atenta mirada, mi mente me advierte que es una amenaza y su forma de mirarme asegura que en cualquier momento me saltará encima y me arrancará la bata de dormir. ¿Para que ser modesta? Sé que mis atributos no son fáciles de ignorar y, lamentablemente, en esta situación ser atractiva me traerá más problemas que logros . 

— Entonces, ¿me cambio de habitación, mi peor pesadilla? —inquiero poniéndome de pie.

Eleva un hombro ante  mi cercanía. 

—¿Cuál es tu nombre?— indago, porque mi cuerpo entero grita a este sujeto lo he visto antes aunque mi mente no sabe dónde. 

—Heredero, cachorro de león, asesino —contesta, con un destello burlón en su mirada— Dime, ¿Cómo es el reino de los muertos?

Me tenso por completo a con lo último que me ha dicho, porque  su seriedad es evidencia de  que esto no es un juego, señala la puerta y afuera hace un frío terrible .

Sale, caminando por delante, mientras abrazo el bolso que contiene mis míseras pertenencias.

Nos acercamos a las escaleras y lo único que anhelo es cruzar el umbral de la puerta principal, huir, desaparecer de aquí y poder regresar a casa. 

Subimos al segundo piso y él abre una puerta, es otra habitación en la que me permite entrar, pero luego cierra la puerta y la asegura con llave, desde afuera. Dejándome encerrada.

—Te quedas aquí  hasta mañana—empieza, helándome la sangre— cuando se me pase el efecto de la coca regresaré para saber si eres una alucinación de mi mente o si realmente eres una perra de carne y hueso. 

Me muerdo las uñas. ¿Que carajos está pasando aquí?

—¿Qué quieres? —pregunto, temiendo que ya sé la respuesta. 

—Tu muerte.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo