Stefan: Hay muchas cosas de mi que mi tío no sabe, y una de esas cosas es que puse cámaras de seguridad por toda la mansión. Yo estaba ocupando me de un asunto, pero ko me impidió conectarme a la red y checar las grabaciones de las últimas diez horas. Vi el momento exacto en que él la atrapó, el reloj anuncianva que había sucedido dos horas antes,acorralándola contra un rincón en el pasillo y besándola. Había visto a mi tío interactuar con prostitutas y todo tipos de mujeres durante el transcurso de los años, pero nunca lo había visto besar y tocar a una con aquel nivel de desesperación. Ya sacaba mi arma para enfrentarlo en cuanto llegase , para exigirle que dejara en paz a la chica de una buena vez y poner las cartas sobre la mesa, pero ella me ahorro el trabajo, porque lo pateó en la entrepierna y mientras él se retorcía de dolor en el suelo, Viktoria corrió despavorida hacia mi habitación, cerrando la puerta tras de sí. Sonreí. « Esto será divertido » Porque seamos fran
Viktoria: Por supuesto que este no es un cuento de hadas, y obviamente ser la esposa de Stefan no solo implica beber, emborracharse y tener sexo en playas desiertas. El insistió en que lo acompañara y viera como opera. —Arma en mano —ordenó, mientras avanzamos por la zona turística. Lo veo cometer asaltos, proferor amenazas y soltar disparos cuando entra a un negocio, buscando a la persona que le debe dinero Yannek y si no lo tiene no duda en soltarle un tiro. Noto que el próximo ajuste de cuentas será en un establecimiento de juegos infantiles y me quedo en la puerta temblando, porque una cosa es amedrentar a adultos metidos gasta el cuello en negocios turbios, y otra muy distinta es formar un tiroteo en un lugar lleno de niños. —¿Por qué no entraste? —me reclama cuando sale con la camiseta salpicada de sangre. —¿ Se supone que debía hacerlo? Sigue de largo y lo sigo. —Hey, ¿Por qué te enojas? —lo detengo. —Porque siento que no me estás tomando en serio —me regaña— ¿Cre
Yannek:Atrapo su boca antes de que conteste, callándola con un beso cargado de rabia, de morbo y desespero en tanto lanzo su navaja lejos y recorro su cuerpo con mis manos. —¿Qué estás haciendo, nena? —mascullo contra su boca, apretándola con mis manos— ¿Por qué estás con él cuando en el fondo sabes que me desess a mí?Muerde mis labios yo muerdo los suyos, solos todo manos y deseo desenfrenado.Tanto que había fantaseado con follármela y ahora que la he atrapado me siento nervios.Saco sus jeans a tirones y no siquiera lo pienso, bajando a comerle el coño, como un maldito muerto de hambre, lameteando sus zonas más sensibles y sus carnes más rosadas. Mano lo voy a negar, me gusta.Su coño es tan pequeño, lo cual debería ser sinónimo de inocencia, porque significa que ha estado con pocos hombres. Con.un solo hombre para ser exactos y eso me enoja, porque golpea mi orgullo que no fui yo el primero sino mi sobrino sin embargo, eso no me detiene.—Abre —demando—. Muéstrame lo que me
Viktoria:Ni bien salí de la cabaña perdí el conocimiento.Al principio creí que se debió a que todo lo sucedido me había echo caer desmayada, pero al despertar me encontré en mi habitación de la mansión, acostada en mi cama, como si nada.Arrugué el entrecejo.Me puse en pie y comencé a vestirme con rapidez, dispuesta a salir corriendo de allí y a buscar a Stefan pero...—Buen día Nanni— chillaron las niñas, entrando a mi habitación como un bólido imparable. —No puedo atenderlas ahora, lo siento, yo...—¿Cómo que no?— me interroga Adaya.—No te hagas de rogar— Araya me mira petulantemente — arriesgamos mucho para traerte de vuelta, ¿lo sabes?—¿Eh?—Pues sí. Amenazamos a papá con prenderle fuego a la casa si no te traía de vuelta — confiesa Anaya.Y como si me hubiese ido durante anos u no por solo dos semanas, se aferran a mí, las tres al unísono, llorando de felicidad y diciendo:—¡Te echamos de menos Nanni!Y yo correspondo a su abrazo grupal, porque yo también las eché de menos.
Viktoria:La sensación aterciopelada de la alfombra acaricia mi espalda, estoy dormida, y el ruido de maquinarias afuera haven que mueva los párpados.Abro los ojos y me encuentro resposwbdo sobre él, como si el muy cabron fuera la mejor almohada del mundo. Me aparto rápidamente, cuando el ruido también lo despierta, no tenemos el tipo de confianza necesaria como para besarnos a la mañana siguiente de haber hecho lo que hicimos.El ruido de afuera anuncia al parecer la llegada de alguien, y por eso empiezo a vestirme antes de que Kyla comience a buscarme.—¿Cuál es el apuro? —pregunta él, contemoplándome diverto mientras abotono mi blusa y me pongo el vaquero.—No es apuro, es que no quiero problemas con tu cuñada. Me acorrala contra el estante de libros dejando el brazo apoyado en la madera.—Voy a decir esto una sola vez y espero que no se te olvide nunca —empieza—. No vuelvas a cerrar los ojos cuando estemos follando. Quiero que me me mures, quiero saber que me miras mientras t
Viktoria: Aunque las órdenes de Víktor son claras, si las acato estaremos perdidos. ¿Qué consigo yéndome a Alemania sin encontrar primero el detonador de la bomba? «La bomba» o, bueno, las bombas. No quise generar pánico y en la info que le envié a Viktor omití la existencia de las otras dos. Me convenzo de que no estoy equivocada, y tal mi búsqueda sería más fácil si pudiera ir a echar un ojo en los laboratorios, pero Yannek se ha encargado de nunca llevarme allá. Checo nuevamente la imagen la imagen del plano general y es que es una maqueta en tres D , que muevo con el dedo, apreciando lo magnífica que es. Al final no tive que arriesgarme enviando el pendrive a Rusia, las gafas espía que me hicieron llegar copiaron la info y aprovechando que sin las dos de la madrugada estoy en video conferencia con Viktor, con mi abuelo, Alexis Ivanov. Quien, a pesar de estar gravemente enfermo, insiste en estar al tanto de todo, y con su hermano, Evan, quien según me contaron es el genio que
Víktor: —Estoy bien aquí. Protesta ella y la firmeza de su voz me hace repararla de nuevo. Mi instinto insiste con lo mismo, tenerla cerca no está resultando para nada fácil, ya que que el parecido físico entre nosotros podría despertar sospechas. Sin embargo ella está decidida, no quiere irse al refugio en la Ciudadela por ello tengo en cuenta su alegato, pero no la saco de la mansión de mis padres, soy yo quien se va rumbo al avión privado. —Escúchame bien, Viktoria —pido—. Pase lo que pase no le digas nada a nadie, no respondas preguntas. Mantén esos labios siempre sellados, ¿Lo entiendes? —O me matarán —responde y el que crea eso es lo mejor en estos momentos porque tiene que callar.Los ojos se le llenan de sombras, y por un momento puedo ver tanto de mi padre en ella... —Confío en ti —confieso—. No me decepciones. Espera aquí y y te llevarán a España en media hora. No hables con nadie. Cierro la puerta del vehículo que arranca, cruzando las rejas de acero y continúand
Viktoria:—El avión ya despegó y los ajustes ya están listos—me avisan—. El Korolev viene en camino.El hacker está rondando por el jardín exterior y me voy a la oficina de Augusto aquí en su mansión. Este último mes se ha convertido en nuestro centro de operaciones.El baño que me di hace unos minutos y el frío de la madrugada me ponen a temblar, «esto es un desastre», porque no fue una pesadilla lo que me despertó esta madrugada, sino un sueño húmedo, hormonal en el que Yannek fue el protagonista.Dejo la puerta abierta para evitar problemas, mientras los guardias descargan mis cosas en la mesa haciéndose a un lado cuando traen los planos que necesito mientras conecto la memoria USB que contiene las coordenadas de los laboratorios.—Estamos al lado para lo que necesite, señorita —avisa uno de los luchadores del Kolissium, metiendo balas a su pistolas.Estos hombres son los asesinos más letales de la mafya, de ello salen los guardias de seguridad que protegen al Don y a su famili