Viktoria: Aunque las órdenes de Víktor son claras, si las acato estaremos perdidos. ¿Qué consigo yéndome a Alemania sin encontrar primero el detonador de la bomba? «La bomba» o, bueno, las bombas. No quise generar pánico y en la info que le envié a Viktor omití la existencia de las otras dos. Me convenzo de que no estoy equivocada, y tal mi búsqueda sería más fácil si pudiera ir a echar un ojo en los laboratorios, pero Yannek se ha encargado de nunca llevarme allá. Checo nuevamente la imagen la imagen del plano general y es que es una maqueta en tres D , que muevo con el dedo, apreciando lo magnífica que es. Al final no tive que arriesgarme enviando el pendrive a Rusia, las gafas espía que me hicieron llegar copiaron la info y aprovechando que sin las dos de la madrugada estoy en video conferencia con Viktor, con mi abuelo, Alexis Ivanov. Quien, a pesar de estar gravemente enfermo, insiste en estar al tanto de todo, y con su hermano, Evan, quien según me contaron es el genio que
Víktor: —Estoy bien aquí. Protesta ella y la firmeza de su voz me hace repararla de nuevo. Mi instinto insiste con lo mismo, tenerla cerca no está resultando para nada fácil, ya que que el parecido físico entre nosotros podría despertar sospechas. Sin embargo ella está decidida, no quiere irse al refugio en la Ciudadela por ello tengo en cuenta su alegato, pero no la saco de la mansión de mis padres, soy yo quien se va rumbo al avión privado. —Escúchame bien, Viktoria —pido—. Pase lo que pase no le digas nada a nadie, no respondas preguntas. Mantén esos labios siempre sellados, ¿Lo entiendes? —O me matarán —responde y el que crea eso es lo mejor en estos momentos porque tiene que callar.Los ojos se le llenan de sombras, y por un momento puedo ver tanto de mi padre en ella... —Confío en ti —confieso—. No me decepciones. Espera aquí y y te llevarán a España en media hora. No hables con nadie. Cierro la puerta del vehículo que arranca, cruzando las rejas de acero y continúand
Viktoria:—El avión ya despegó y los ajustes ya están listos—me avisan—. El Korolev viene en camino.El hacker está rondando por el jardín exterior y me voy a la oficina de Augusto aquí en su mansión. Este último mes se ha convertido en nuestro centro de operaciones.El baño que me di hace unos minutos y el frío de la madrugada me ponen a temblar, «esto es un desastre», porque no fue una pesadilla lo que me despertó esta madrugada, sino un sueño húmedo, hormonal en el que Yannek fue el protagonista.Dejo la puerta abierta para evitar problemas, mientras los guardias descargan mis cosas en la mesa haciéndose a un lado cuando traen los planos que necesito mientras conecto la memoria USB que contiene las coordenadas de los laboratorios.—Estamos al lado para lo que necesite, señorita —avisa uno de los luchadores del Kolissium, metiendo balas a su pistolas.Estos hombres son los asesinos más letales de la mafya, de ello salen los guardias de seguridad que protegen al Don y a su famili
Viktoria: El korolev es uno de los que más furioso está, esto no se puede seguir retrasando, el Don no está dando las órdenes porque no puede y todo tiene que definirse de una vez por todas. Para los miembros de la Hidra hay muchas cosas en peligro y no les queda más alternativa que moverse en busca de liberar a su líder. Tenía esperanzas de que las cuentas se ajustaran en España, pero ahora tendrá que ser en los laboratorios Vigma. Los últimos mensajes que recibió el intercomunicador, le confirmaron a Xavier Farías que Alexis estaba en Bulgaria. De Augusto no sabemos su localización exactamente. Yudith llamó a Mariela y se lo contó. A ella le preocupa Augusto y a mí, mi padre, donde sea que esté el Don de seguro está el Lider también, ya que los atraparon juntos debido a la traición de CFO de Augusto, losl más lógico es que ambos estén prisioneros en los laboratorios. Un escalofrío me recorre. Porque de seguro él estará allí. Hemos preparado un plan junto con la señora
Mallorca: Meses después: Augusto: Viktoria desliza su mano por mi pierna, y yo ruedo los ojos, molesto. — Ya dije que no.— mascullo. Ella hace un puchero y se retira, recuperando su asiento. — Es evidente que no es el tuyo, hermana.— comenta la rubia subida sobre las piernas del árabe. Ella y su esposo parecen incapaces de dejar de tocarse y besarse uno al otro. La expresión de Viktoria se torna aún más ácida, el mesero me llena el vaso de vodka otra vez. —Más—exijo, bebiendo todo de un trago, y le ordenó que lo deje hasta el borde, bebiendo de nuevo. Tengo que tragarme esto varias veces para ver si logro perder el sentido, no he parado de beber desde que llegué y ya he tratado botella tras botella como si eso fuera a apagar la rabia que me quema por dentro. Este club y este puto hotel son míos. Pertenecen a la organización. Aquí no se atrevería a entrar ningún enemigo, porque hasta la gente que baila como posesos son mis lacayos. El árabe y su mujer conversan por lo b
Actualidad: Viktoria: Despierto de golpe. Notando como tengo el cuerpo cubierto de sudor. Estoy tan mal, que hasta dormida divago, viéndome de vuelta en el jodido castillo con las trillizss de la mano, jugando entre la nieve pero cuando no estoy con ellas, me veo en las noches, follando con él, quien hunde las manos en mi cabello antes de besarme de una manera en la que deja claro que estoy a su merced. Ese hombre me hacía sentir pequeña, indefensa...el búlgaro, Yannek Volka. Lo hemos derrotado, hemos destruido su laboratorio y aniquilado a toda su gente. Los clanes mafiosos ya lo saben...nadie que juegue con los Ivanov permanece con vida. —Señora —me llaman—, traje su cena. Trago en seco, sentándome en la cama con la sábana alrededor de mi pecho, la sirvienta se retira luego de dejar la bandeja y me tomo el jugo, también mordisqueo las tostadas, dejando lo otro de lado. Me paso las manos por la cara, intentando salir del estado de aturdimiento en el que estoy, concentrándom
Viktoria:—Está embarazada, señora.Escucho la voz del médico desde muy,muy lejos, aunque su diagnóstico no me toma desprevenida. No es que lo supiera con certeza, pero tenía mis sospechas.Llevaba demasiadas semanas sintiéndome horrible por las mañanas, las náuseas no me dejaban en paz y luego comencé a engordar sin causa aparente...El médico acaba de contarme cuál es la causa de todo.—Prepárenlo todo, — ordena Sofía — peactiquele un aborto inmediatamente, doctor.La contemplo con el rostro colapsado, si me quedaba alguna duda de que mi abuela estaba completamente loca, ya no la tengo.—No.La firmeza de mi voz causa que ella se tensa y me contemple con indignación.—Viktoria, hay mucho que debes tener en consideración. Ese bebé es un peligro para la organización. Es hijo del búlgaro, y por tanto...—No—la corto —es hijo del búlgaro, sí, pero también es hijo mío. No lo voy a abortar, y esa es mi última palabra.—¿Estás completamente segura del paso que vas a dar? Recuerda que eres
Cinco años después:Yannek:Echo tres troncos al horno y continúo con mi faena. Las astillas de madera vuelan con el impacto del hacha que la atraviesa. El filoso metal se queda clavado y tomó la herramienta por su extremo, volviendola a cobrar con más fuerza. han pasado cinco años y me sigo preguntando cuándo dejaré de sentir este ardor que me consume el pecho. Día con día, me esfuerzo para no dejar escapar todo el odio, toda la rabia y el rencor que llevo dentro.En mi mente fantaseo con que la sangre de mis enemigos bañe mis manos, mi deseo de venganza no ha muerto después de tanto tiempo, sino que me encargo de alimentarlo.No hay estupidez mayor que la de confiarse y no hay mayor tontería que la de creer las mentiras de una mujer. Ellas se quejan de nosotros, diciendo que las ultrajamos, que las sometemos...es irónico. ¿Y qué cuando una mujer es quien ultraja? ¿Acaso es mal visto por la sociedad que sean ellas quienes someten? Por supuesto que no. Y he ahí la may