Viktoria: El korolev es uno de los que más furioso está, esto no se puede seguir retrasando, el Don no está dando las órdenes porque no puede y todo tiene que definirse de una vez por todas. Para los miembros de la Hidra hay muchas cosas en peligro y no les queda más alternativa que moverse en busca de liberar a su líder. Tenía esperanzas de que las cuentas se ajustaran en España, pero ahora tendrá que ser en los laboratorios Vigma. Los últimos mensajes que recibió el intercomunicador, le confirmaron a Xavier Farías que Alexis estaba en Bulgaria. De Augusto no sabemos su localización exactamente. Yudith llamó a Mariela y se lo contó. A ella le preocupa Augusto y a mí, mi padre, donde sea que esté el Don de seguro está el Lider también, ya que los atraparon juntos debido a la traición de CFO de Augusto, losl más lógico es que ambos estén prisioneros en los laboratorios. Un escalofrío me recorre. Porque de seguro él estará allí. Hemos preparado un plan junto con la señora
Mallorca: Meses después: Augusto: Viktoria desliza su mano por mi pierna, y yo ruedo los ojos, molesto. — Ya dije que no.— mascullo. Ella hace un puchero y se retira, recuperando su asiento. — Es evidente que no es el tuyo, hermana.— comenta la rubia subida sobre las piernas del árabe. Ella y su esposo parecen incapaces de dejar de tocarse y besarse uno al otro. La expresión de Viktoria se torna aún más ácida, el mesero me llena el vaso de vodka otra vez. —Más—exijo, bebiendo todo de un trago, y le ordenó que lo deje hasta el borde, bebiendo de nuevo. Tengo que tragarme esto varias veces para ver si logro perder el sentido, no he parado de beber desde que llegué y ya he tratado botella tras botella como si eso fuera a apagar la rabia que me quema por dentro. Este club y este puto hotel son míos. Pertenecen a la organización. Aquí no se atrevería a entrar ningún enemigo, porque hasta la gente que baila como posesos son mis lacayos. El árabe y su mujer conversan por lo b
Actualidad: Viktoria: Despierto de golpe. Notando como tengo el cuerpo cubierto de sudor. Estoy tan mal, que hasta dormida divago, viéndome de vuelta en el jodido castillo con las trillizss de la mano, jugando entre la nieve pero cuando no estoy con ellas, me veo en las noches, follando con él, quien hunde las manos en mi cabello antes de besarme de una manera en la que deja claro que estoy a su merced. Ese hombre me hacía sentir pequeña, indefensa...el búlgaro, Yannek Volka. Lo hemos derrotado, hemos destruido su laboratorio y aniquilado a toda su gente. Los clanes mafiosos ya lo saben...nadie que juegue con los Ivanov permanece con vida. —Señora —me llaman—, traje su cena. Trago en seco, sentándome en la cama con la sábana alrededor de mi pecho, la sirvienta se retira luego de dejar la bandeja y me tomo el jugo, también mordisqueo las tostadas, dejando lo otro de lado. Me paso las manos por la cara, intentando salir del estado de aturdimiento en el que estoy, concentrándom
Viktoria:—Está embarazada, señora.Escucho la voz del médico desde muy,muy lejos, aunque su diagnóstico no me toma desprevenida. No es que lo supiera con certeza, pero tenía mis sospechas.Llevaba demasiadas semanas sintiéndome horrible por las mañanas, las náuseas no me dejaban en paz y luego comencé a engordar sin causa aparente...El médico acaba de contarme cuál es la causa de todo.—Prepárenlo todo, — ordena Sofía — peactiquele un aborto inmediatamente, doctor.La contemplo con el rostro colapsado, si me quedaba alguna duda de que mi abuela estaba completamente loca, ya no la tengo.—No.La firmeza de mi voz causa que ella se tensa y me contemple con indignación.—Viktoria, hay mucho que debes tener en consideración. Ese bebé es un peligro para la organización. Es hijo del búlgaro, y por tanto...—No—la corto —es hijo del búlgaro, sí, pero también es hijo mío. No lo voy a abortar, y esa es mi última palabra.—¿Estás completamente segura del paso que vas a dar? Recuerda que eres
Cinco años después:Yannek:Echo tres troncos al horno y continúo con mi faena. Las astillas de madera vuelan con el impacto del hacha que la atraviesa. El filoso metal se queda clavado y tomó la herramienta por su extremo, volviendola a cobrar con más fuerza. han pasado cinco años y me sigo preguntando cuándo dejaré de sentir este ardor que me consume el pecho. Día con día, me esfuerzo para no dejar escapar todo el odio, toda la rabia y el rencor que llevo dentro.En mi mente fantaseo con que la sangre de mis enemigos bañe mis manos, mi deseo de venganza no ha muerto después de tanto tiempo, sino que me encargo de alimentarlo.No hay estupidez mayor que la de confiarse y no hay mayor tontería que la de creer las mentiras de una mujer. Ellas se quejan de nosotros, diciendo que las ultrajamos, que las sometemos...es irónico. ¿Y qué cuando una mujer es quien ultraja? ¿Acaso es mal visto por la sociedad que sean ellas quienes someten? Por supuesto que no. Y he ahí la may
Yannek: Me resulta increíble, pero es cierto que estoy babeando, saboreando, cual depredador cuando está medio muerto de hambre y es por causa de ella. Mis recuerdos son como un río de lava, que ha comenzado a carcomerme en las últimas horas. La próxima líder de la mafya parece una mujer seria, incorruptible y poderosa. Y así la ven todos, pero por dentro está rota y corrompida por mí, que me adueñé y me vacíe en ese cuerpo atlético. Pareciera que el hecho de que respira, el hecho de que existe, solo sirve para cuestionarme.He tenido miles de oportunidades para matarla, bien pude haberle enterrado una bala en la frente hace años, pero...Sonrío.Este juego mío es uno a largo plazo, es cuestión de resistencia, no de rapidez. Viktoria:—Sígame —piden.Contemplo a una mujer asiática, increíblemente delgada , con collar de sumisa en su cuello, que ha venido hasta mi mesa. Bebo el último sorbo de champán, y la sigo. Caminando por entre la gente que baila o se mete mano en la pist
Viktoria:Su pregunta me golpea como un mazo, con rapidez, salgo de la cama, recogiendo mis ropas del suelo e intentando vestirme.—Respondeme, Viktoria. ¿ Dónde está nuestro...?—Murió, ¡¿de acuerdo?!— bramo, luchando contra el terrible temblor de tristeza que me recorre.Yannek me contempla con el ceño fruncido, sus ojos semicetrados como los de un tigre acechando a una gacela. Libero un suspiro y me dejo caer poco a poco a su lado, al borde de la cama.—¿Cómo descubriste que estuve embarazada?— susurro.—La cicatriz en tu vientre y el hecho de que la última vez que nos vimos tuvimos más de un encuentro sexual son más que evidencia para sustentar mi teoría.Pongo mi cabello detrás de mi oreja y evito su mirada.—El embarazo fue muy difícil. Estuve demasiado estresada, todo el tiempo.Las cosas estaban demasiado convulsas entonces, y tuve que lidiar con las constantes protestas de...— me muerdo el labio, y suspiro — en fin, el pequeño venía en una posición en la que me era imposible
Yannek:—¡Eso es mentira!El viejo Ivanov me mira con expresión calmada, como si mi exabrupto no le sorprendiera para nada.—Puede que lo sea. No vamos a discutir la veracidad o no de mis palabras, porque entonces, estaríamos anos sentados aqui. Solamente te diré esto, no te casarás con Viktoria.Me tenso al escuchar su sentencia.—Mi madre se ha expresado de la forma más inapropiada posible, pero está en lo cierto. Si te casarás con mi hija, los hijos que produzcan serán inmediatamente tus herederos, llevando tu apellido y no el nuestro. Lamentablemente, eso es inadmisible. —Me case con ella o no, nuestros hijos llevarán mi apellido — maacullo. —Eso está por verse aún, búlgaro. —Rscuchame bien, Ivanov. Si crees por un momento que boy a permitir que...—No, escúchame tú a mí. Justo ahora eres el menor de dos males. He visto a mi hija sufrir y lamentar tu muerte todos estos años, yo mejor que nadie sé lo que debe estar sintiendo. Llevarle la contraria a mi madre, a mí, a toda su fam