Cinco años después:Yannek:Echo tres troncos al horno y continúo con mi faena. Las astillas de madera vuelan con el impacto del hacha que la atraviesa. El filoso metal se queda clavado y tomó la herramienta por su extremo, volviendola a cobrar con más fuerza. han pasado cinco años y me sigo preguntando cuándo dejaré de sentir este ardor que me consume el pecho. Día con día, me esfuerzo para no dejar escapar todo el odio, toda la rabia y el rencor que llevo dentro.En mi mente fantaseo con que la sangre de mis enemigos bañe mis manos, mi deseo de venganza no ha muerto después de tanto tiempo, sino que me encargo de alimentarlo.No hay estupidez mayor que la de confiarse y no hay mayor tontería que la de creer las mentiras de una mujer. Ellas se quejan de nosotros, diciendo que las ultrajamos, que las sometemos...es irónico. ¿Y qué cuando una mujer es quien ultraja? ¿Acaso es mal visto por la sociedad que sean ellas quienes someten? Por supuesto que no. Y he ahí la may
Yannek: Me resulta increíble, pero es cierto que estoy babeando, saboreando, cual depredador cuando está medio muerto de hambre y es por causa de ella. Mis recuerdos son como un río de lava, que ha comenzado a carcomerme en las últimas horas. La próxima líder de la mafya parece una mujer seria, incorruptible y poderosa. Y así la ven todos, pero por dentro está rota y corrompida por mí, que me adueñé y me vacíe en ese cuerpo atlético. Pareciera que el hecho de que respira, el hecho de que existe, solo sirve para cuestionarme.He tenido miles de oportunidades para matarla, bien pude haberle enterrado una bala en la frente hace años, pero...Sonrío.Este juego mío es uno a largo plazo, es cuestión de resistencia, no de rapidez. Viktoria:—Sígame —piden.Contemplo a una mujer asiática, increíblemente delgada , con collar de sumisa en su cuello, que ha venido hasta mi mesa. Bebo el último sorbo de champán, y la sigo. Caminando por entre la gente que baila o se mete mano en la pist
Viktoria:Su pregunta me golpea como un mazo, con rapidez, salgo de la cama, recogiendo mis ropas del suelo e intentando vestirme.—Respondeme, Viktoria. ¿ Dónde está nuestro...?—Murió, ¡¿de acuerdo?!— bramo, luchando contra el terrible temblor de tristeza que me recorre.Yannek me contempla con el ceño fruncido, sus ojos semicetrados como los de un tigre acechando a una gacela. Libero un suspiro y me dejo caer poco a poco a su lado, al borde de la cama.—¿Cómo descubriste que estuve embarazada?— susurro.—La cicatriz en tu vientre y el hecho de que la última vez que nos vimos tuvimos más de un encuentro sexual son más que evidencia para sustentar mi teoría.Pongo mi cabello detrás de mi oreja y evito su mirada.—El embarazo fue muy difícil. Estuve demasiado estresada, todo el tiempo.Las cosas estaban demasiado convulsas entonces, y tuve que lidiar con las constantes protestas de...— me muerdo el labio, y suspiro — en fin, el pequeño venía en una posición en la que me era imposible
Yannek:—¡Eso es mentira!El viejo Ivanov me mira con expresión calmada, como si mi exabrupto no le sorprendiera para nada.—Puede que lo sea. No vamos a discutir la veracidad o no de mis palabras, porque entonces, estaríamos anos sentados aqui. Solamente te diré esto, no te casarás con Viktoria.Me tenso al escuchar su sentencia.—Mi madre se ha expresado de la forma más inapropiada posible, pero está en lo cierto. Si te casarás con mi hija, los hijos que produzcan serán inmediatamente tus herederos, llevando tu apellido y no el nuestro. Lamentablemente, eso es inadmisible. —Me case con ella o no, nuestros hijos llevarán mi apellido — maacullo. —Eso está por verse aún, búlgaro. —Rscuchame bien, Ivanov. Si crees por un momento que boy a permitir que...—No, escúchame tú a mí. Justo ahora eres el menor de dos males. He visto a mi hija sufrir y lamentar tu muerte todos estos años, yo mejor que nadie sé lo que debe estar sintiendo. Llevarle la contraria a mi madre, a mí, a toda su fam
Viktoria: Camino de aquí para allá, retorciendo mis manos. Estoy demasiado nerviosa. No tengo ni la menor idea de lo que mi padre está discutiendo con Yannek, pero de seguro no será nada bueno. Luego de media hora, él regresa a nuestra habitación, su expresión es una de preocupación y me tenso al instante. —¿Qué sucedió? ¿Qué te dijo mi padre? Me recorre lentamente con su verde mirada y se me pone la piel de gallina, porque su comportamiento no augura nada bueno. —Tu padre ha sido muy claro. Tienes terminantemente prohibido casarte conmigo y cualquier mocoso que produzcamos no me pertenecerá, sino que ha de llevar el apellido Ivanov para conservar tu raza— masculla, burlón. Me acerco a él con lentitud, no me lo ha dicho, pero ha tenido que ocurrir algo más, esto que me ha contado no es algo nuevo. Es exactamente el mismo arreglo y las mismas reglas que mi padre me impuso en caso de que yo llegase a sentirme interesada por algún hombre en los próximos años. —Sucedió algo más —
Yannek:Tres meses después:Ella duerme a mi lado.En silencio, contemplo sus curvas y la delicadeza de su piel. Las curvas de sus caderas y la redondez de sus nalgas son imanes para mis manos.Duerme, tranquilamente, boca abajo y reposando sus rostro sobre sus brazos. Se ve tan inocente, tan indefensa, que parce mentira que sea la misma perra traidora que me traicionó, hizo volar mi laboratorio y para colmo robó mis bombas.Acaricio su columna vertebral con las yemas de mis dedos. Me la acabo de follar tres veces y la he dejado exausta. Sonrío...En muy poco tiempo he descubierto todo lo que quería saber, y más.Ella me ama Pero no es un amor como el de muchos, según las tradiciones de los rusos, su amor es una especie de condena para ambos. Pero si padre también tiene razón, ella sería capaz de dejar caer otro edificio sobre mí si le parece que soy una amenaza en su contra.Recorro su cuerpo, hacia abajo, con lentitud, apoderándose de una de sus redondas y enormes nalgas. Me gust
Viktoria:—Ese sujeto es demasiado peligroso como para andar suelto a sus anchas en nuestro territorio.—No es prudente que confiemos en él, nos traicionará.—No veo futuro en esta alianza a medias, y el búlgaro ha demostrado que no es fiar.Mis parientes y líderes de los clanes que conforman la Hidra se pronuncian uno tras otro, es evidente que todos comparten el mismo criterio. —¿Vas a decir alguna cosa, hija? No sé, ¿unas palabras en defensa de tu hombre?—No padre— susurro, manteniéndo mi cabeza gacha.Viktor ríe a carcajadas y yo lo contemplo asustada porque parece un demente. Acaricia mi manoz dándole unos pequeños golpesitos con su palma, y me mira bonachón.—Bueno, es evidente que Viktoria es demasiado diplomática como para expresar su descontento con el criterio generalizado de ustedes, pero, yo sí tengo bastante que decir. Dirige su azul mirada a los presentes, Valiant, su hermano mayor, Hiroshi, su sobrino y Evan, su tío, estos lo contemplan atentamente.— Están en lo cie
Cinco años después: Yannek: —¿Y bien?— interrogó impaciente, porque la persona que acaba de contestarme al teléfono debió reportarse hacia horas. —La misión fue un fracaso, jefe — susurra mi subordinado, con voz temblorosa. Comprimo el mentón y aprieto mis manos en puños, casi hasta sentir dolor. ¡Odio cuando las cosas no salen como quiero! —¿Qué carajos sucedió está vez? Mis instrucciones fueron claras. ¡Solo debían introducirse en la jodida finca y extraer un documento importantísimo de la caja fuerte! No era una misión para expertos de la NASA, ¡joder! —Lo sé — Yusuf respira agitadamente, —y Amran cumplió su cometido al punto de llegar al despacho señor, pero... —¿Pero...? —Fue asesinado. Elevó las cejas. —¿Como ocurrió, exactamente? —Tres disparos señor, a quemarropa. Le destrozaron la cara. Vaya, eso sí no me lo esperaba...o sea, sé que los italianos son unos cabrones peligrosos que aman acribillar a tiros a sus enemigos y hacer las preguntas después, sobre tido si se