Cinco años después: Yannek: —¿Y bien?— interrogó impaciente, porque la persona que acaba de contestarme al teléfono debió reportarse hacia horas. —La misión fue un fracaso, jefe — susurra mi subordinado, con voz temblorosa. Comprimo el mentón y aprieto mis manos en puños, casi hasta sentir dolor. ¡Odio cuando las cosas no salen como quiero! —¿Qué carajos sucedió está vez? Mis instrucciones fueron claras. ¡Solo debían introducirse en la jodida finca y extraer un documento importantísimo de la caja fuerte! No era una misión para expertos de la NASA, ¡joder! —Lo sé — Yusuf respira agitadamente, —y Amran cumplió su cometido al punto de llegar al despacho señor, pero... —¿Pero...? —Fue asesinado. Elevó las cejas. —¿Como ocurrió, exactamente? —Tres disparos señor, a quemarropa. Le destrozaron la cara. Vaya, eso sí no me lo esperaba...o sea, sé que los italianos son unos cabrones peligrosos que aman acribillar a tiros a sus enemigos y hacer las preguntas después, sobre tido si se
Viktoria:La culpabilidad reflejada en el rostro de los gemelos es innegable, y el miedo de su esposa me hace gruñir.Catalina se oculta detrás de Sandro, temblorosa, pero este y su hermano tensan sus posturas cerrrándose alrededor de su mujer, defensivamente.Ruedo los ojos.Esto me tiene impaciente.—Dejan ya el teatrito, no he venido aquí a asesinar a su esposa y aunque quisiera con todo mi corazón acribillarlos a balazos por lo que han hecho, no puedo— achino os ojos, recorriéndolos con mi mirada —lo que quiero son explicaciones. ¡Ahora!Sandro se aclara la garganta y Sander asiente.—Bien, hablemos en privado, pasemos a mi despacho — ofrece Sandro — Alexis...El niño, quien hasta ese momento había estado de brazos cruzados y sonriendo de la manera más extraña, lo contempla interrogativamente.—Tú te quedas, hoy no irás a la escuela.Alexis asintió, y luego dirijió su verde mirada hacia mí, con un brillo de curiosidad en ella, tan evidente, ¡que deseé poder retorcer el cuello de
Viktoria: Su súplica tan inocente remueve en mí todo el sufrimiento que he pasado estos años, creyéndolo muerto y lamentando su ausencia. Con lentitud, acarició sus dorados cabellos, tan similares a los míos, y liberó un suspiro de felicidad. Hacía años que no me sentía tan tranquila, tan en paz conmigo misma. Él se aparta, manteniendo su mirada gacha y se m contrae el corazón. —No te preocupes, no lastimaré a los Visconti, sin embargo debes valorar tus opiniones. Sé que eres un niño muy listo y que comprenderás lo que está sucediendo. Dime, ¿deseas quedarte a vivir aquí en Italia, o preferirías irte conmigo a Rusia? *** —Alexis se irá conmigo a Rusia...— anuncio, y los presentes en el despacho me miran con idénticas expresiones de horror en sus rostros. —¡No puedo permitir eso, Viktoria!— brama Sandro enardecido y yo lo contempló a través de mis pestañas — no puedes demandar que renuncie a mi heredero. Alexis es el único hijo que tengo, el único que tendré ... Tamborileo con
Yannek: —Estoy embarazada— susurra luego de que me la follar con una brutalidad que no me dominaba en años. —¿Y ahora me lo dices, mujer?— mascullo— ¡pude haberte lastimado! Se ríe y me besa, yo rompí el beso y la miro con severidad, arrugando el entrecejo y concentrándome por un momento en cosas que no había pensado ponderado. —¿Cuándo lo supiste?— interrogo, achinando los ojos. Ella se sonroja, y muerde su labio inferior con lentitud. —Justo antes de partir para Italia— confiesawn voz baja. —¿Y me lo vienes a contar ahora?— protesto, profundamente indignado. Ella niega, moviendo su cabeza. —Lo siento, no tuve tiempo. Quería precesarlo por mi misma, tomarme unas horas para calmarme y contártelo, pero ya sabes lo que sucedió en la hacienda de los Visconti y... —¿Lo olvidaste? ¿Olvidaste que debías contarme algo tan importante como esto? —No, no lo olvidé, es solo que no encontré el momento adecuado, pero te lo estoy contando ahora— responde con voz temblorosa. Depósito mi m
Seis años después: Amy: Tengo dieciséis y hoy es mi graduación de la prepa, ¡y estoy emocionada! Mis amigas y yo tenemos grandes planes para cuando acabe la ceremonia. Jake, el chico con el que llevo un par de meses liándome va a dar una fiesta en su casa, para celebrar, luego de la ceremonia. Será el momento perfecto para finalmente dar el paso y llegar hasta el hablar con él por fin. Llevo un vestido negro bajo la toga azul de graduación. Es simple, pero resalta mis suaves curvas y me sienta bien. También me he puesto zapatos de tacón de unos diez centímetros. Es un poco exagerado para la ceremonia de graduación, pero me gusta parecer más alta. Mis padres me llevan al instituto. Este verano, finalme decidiré qué hacer con mi vida. Bien podría ir a la universidad en Madrid o aceptar la beca como bailarina en Moscú. Lo más sensato, sería quedarme aquí , en la universidad cercana porque es lo más barato, de modo que podría seguir viviendo con mis padres. Los amo con mi vida y nos
Alexis: Veo a Sandro caminando de aquí para allá, estamos dentro de su despacho y es evidente que está emputado. —¿Realmente lo hiciste?— me interroga, mirándome con mala cara—¿Realmente fuiste allí?¿Realmente fuiste allí a molestar a la chica en su graduación? —No fui a molestar a nadie. Solo fui a ver a mi prometida. Sandro rueda sus ojos. —Hijo, acordamos que se verían en momentos específicos y siempre acompañados de algún mayor, los españoles... —Son de los aliadosas más importantes con los que cuentas— cotorreo, porque esas palabras las he oído más de un millón de veces. —Así es, Alexis. Ahora eres joven e impulsivo, y no comprendes la importancia de hacer alianzas, pero algún día... —Deberías estar feliz, padre — farfullo, intentando que no se me note el mal humor —puede que no entienda mucho de diplomacia y de negocios, pero estoy comprometido con la hija de tu aliado, la hija del Líder. Eso es bueno, ¿no? Sandro sonríe, acercándose y despeinando mis cabellos. Es un ges
Alexis: —Gracias por venir. Yannek me pone la mano al hombro y yo arrugo mi entrecejo. —No me lo perdería por nada. El sonríe y yo contemplo la decoración intentando que no asome a mi rostro la expresión del asco que me recorre. Planetas, naves espaciales, constelaciones y estrellas cuelgan del techo. Mi padre nota mi perplejidad y al parecer siente la necesidad de explicarme, porque me dice: —Tu hermano está pasando por su etapa de astrónomo. Hace pocos días memorizó todos los planetas que conforman la vía láctea. Bueno, eso es un progreso, la última vez que estuve aquí estaba obsesionado con los dinosaurios. Contemplo en silencio al gran grupo de personas aquí reunidas, hay gente que conocía y otras que no. Me llama mucho la atención la presencia de miembros de la generación más vieja de los Ivanov, Mika y su esposa Zaneth vienen acompanhando a sus nietos, los cuales son alrededor de díez, pero para ser un número tan número de mocosos se comportan con una disciplina envidia
Alexis: Velkan recibe mi regalo con el ceño fruncido, le sonrió, poniéndole el cubo rubik entre las manos y él me devuelve una mueca. —¿Qué es esto, brat (hermano)?— interroga, molesto. —Es un juguete muy divertido, solo tienes que... No me deja terminar, en custion de meros minutos mueve los ejes de aquí para allá, y ya tiene organizadas las caras por los colores correspondientes. —Oh, ¿ya habías tenido uno de esto antes? Vuelve a mirar, esta vez con frustración. —No. Es solo que es un juguete demasiado simple. Esperaba algo más interesante de ti. Sonrío, depeinando sus largo rizos dorados, y le saco la lengua. —Tal vez el año próximo, renacuajo. Viktoria: — Y bien, ¿qué descubrieron? Mika me contempla con expresión petrea pero su mujer, como si fuera capaz de leer susl humor aún sin verlo, coloca una mano sobre la suya y la aprieta con fuerza. —Perdona por nuestra intromisión, Viktoria — comienza Eván,— pero desde que descubrí como se expresa Alexis de tu heredero, me re