Yannek: —Estoy embarazada— susurra luego de que me la follar con una brutalidad que no me dominaba en años. —¿Y ahora me lo dices, mujer?— mascullo— ¡pude haberte lastimado! Se ríe y me besa, yo rompí el beso y la miro con severidad, arrugando el entrecejo y concentrándome por un momento en cosas que no había pensado ponderado. —¿Cuándo lo supiste?— interrogo, achinando los ojos. Ella se sonroja, y muerde su labio inferior con lentitud. —Justo antes de partir para Italia— confiesawn voz baja. —¿Y me lo vienes a contar ahora?— protesto, profundamente indignado. Ella niega, moviendo su cabeza. —Lo siento, no tuve tiempo. Quería precesarlo por mi misma, tomarme unas horas para calmarme y contártelo, pero ya sabes lo que sucedió en la hacienda de los Visconti y... —¿Lo olvidaste? ¿Olvidaste que debías contarme algo tan importante como esto? —No, no lo olvidé, es solo que no encontré el momento adecuado, pero te lo estoy contando ahora— responde con voz temblorosa. Depósito mi m
Seis años después: Amy: Tengo dieciséis y hoy es mi graduación de la prepa, ¡y estoy emocionada! Mis amigas y yo tenemos grandes planes para cuando acabe la ceremonia. Jake, el chico con el que llevo un par de meses liándome va a dar una fiesta en su casa, para celebrar, luego de la ceremonia. Será el momento perfecto para finalmente dar el paso y llegar hasta el hablar con él por fin. Llevo un vestido negro bajo la toga azul de graduación. Es simple, pero resalta mis suaves curvas y me sienta bien. También me he puesto zapatos de tacón de unos diez centímetros. Es un poco exagerado para la ceremonia de graduación, pero me gusta parecer más alta. Mis padres me llevan al instituto. Este verano, finalme decidiré qué hacer con mi vida. Bien podría ir a la universidad en Madrid o aceptar la beca como bailarina en Moscú. Lo más sensato, sería quedarme aquí , en la universidad cercana porque es lo más barato, de modo que podría seguir viviendo con mis padres. Los amo con mi vida y nos
Alexis: Veo a Sandro caminando de aquí para allá, estamos dentro de su despacho y es evidente que está emputado. —¿Realmente lo hiciste?— me interroga, mirándome con mala cara—¿Realmente fuiste allí?¿Realmente fuiste allí a molestar a la chica en su graduación? —No fui a molestar a nadie. Solo fui a ver a mi prometida. Sandro rueda sus ojos. —Hijo, acordamos que se verían en momentos específicos y siempre acompañados de algún mayor, los españoles... —Son de los aliadosas más importantes con los que cuentas— cotorreo, porque esas palabras las he oído más de un millón de veces. —Así es, Alexis. Ahora eres joven e impulsivo, y no comprendes la importancia de hacer alianzas, pero algún día... —Deberías estar feliz, padre — farfullo, intentando que no se me note el mal humor —puede que no entienda mucho de diplomacia y de negocios, pero estoy comprometido con la hija de tu aliado, la hija del Líder. Eso es bueno, ¿no? Sandro sonríe, acercándose y despeinando mis cabellos. Es un ges
Alexis: —Gracias por venir. Yannek me pone la mano al hombro y yo arrugo mi entrecejo. —No me lo perdería por nada. El sonríe y yo contemplo la decoración intentando que no asome a mi rostro la expresión del asco que me recorre. Planetas, naves espaciales, constelaciones y estrellas cuelgan del techo. Mi padre nota mi perplejidad y al parecer siente la necesidad de explicarme, porque me dice: —Tu hermano está pasando por su etapa de astrónomo. Hace pocos días memorizó todos los planetas que conforman la vía láctea. Bueno, eso es un progreso, la última vez que estuve aquí estaba obsesionado con los dinosaurios. Contemplo en silencio al gran grupo de personas aquí reunidas, hay gente que conocía y otras que no. Me llama mucho la atención la presencia de miembros de la generación más vieja de los Ivanov, Mika y su esposa Zaneth vienen acompanhando a sus nietos, los cuales son alrededor de díez, pero para ser un número tan número de mocosos se comportan con una disciplina envidia
Alexis: Velkan recibe mi regalo con el ceño fruncido, le sonrió, poniéndole el cubo rubik entre las manos y él me devuelve una mueca. —¿Qué es esto, brat (hermano)?— interroga, molesto. —Es un juguete muy divertido, solo tienes que... No me deja terminar, en custion de meros minutos mueve los ejes de aquí para allá, y ya tiene organizadas las caras por los colores correspondientes. —Oh, ¿ya habías tenido uno de esto antes? Vuelve a mirar, esta vez con frustración. —No. Es solo que es un juguete demasiado simple. Esperaba algo más interesante de ti. Sonrío, depeinando sus largo rizos dorados, y le saco la lengua. —Tal vez el año próximo, renacuajo. Viktoria: — Y bien, ¿qué descubrieron? Mika me contempla con expresión petrea pero su mujer, como si fuera capaz de leer susl humor aún sin verlo, coloca una mano sobre la suya y la aprieta con fuerza. —Perdona por nuestra intromisión, Viktoria — comienza Eván,— pero desde que descubrí como se expresa Alexis de tu heredero, me re
Cuatro años después:Moscú:Alexis Verla girar y trazar piruetas sobre el escenario se ha convertido en mi pasatiempo favorito.La motita y yo, ambos tenemos ya veinte años y en lo que soy un sicario temido en todo el mundo y el próximo Padrone de la mafia italiana, ella ha ascendido dentro del ballet Bolshoi, hasta convertirse en una de sus primas ballerinas.Tengo que confesar, que verla darzar con tanta gracia y belleza siempre me remonta a la primera vez que la vi. La primera vez que realmente fantaseé con ver sangrar a otro ser humano.Y hoy, casi quince después, puedo asegurar que siento la misma atracción hacia ella que sentí entonces.Amy:—Por aquí, señorita Cuellar — solicitan los fotógrafos una y otra vez, mientras lanzas el flash de sus cámaras directamente a mi cara. —La compañía de teatro Bolshoi está sumamente orgullosa de anunciar, que la señorita Amy Cuéllar y un grupo celecto de nuestros mejores bailarines nos representará el próximo mes en el festival internaciona
Amy:ME despierto con un agudo dolor de cabeza y el estómago revuelto. Está oscuro y no alcanzo a ver nada.Durante unos segundos no recuerdo que ha pasado. ¿Bebí demasiado durante la conferencia de fiesta? Entonces mi mente se aclara y los acontecimientos de la noche anterior se cuelan en mí como si de un ciclón se tratase. Me acuerdo del beso y entonces… «Heinrich».Dios, ¿qué le ha pasado a Heinrich?Estoy tan aterrorizada que solo puedo quedarme ahí tumbada,temblando.Estoy acostada en una cama con un buen colchón, uno muy bueno, seguramente. Estoy tapada con una manta, miro debajo de la misma, y noto que mis ropas están en orden. Con una mano compruebo entre mis piernas. Para mi gran alivio todo parece normal. No hay humedad, ni dolor ni ninguna señal de que me hayan...Al menos por ahora.Me arden los ojos por las lágrimas, pero no rompo a llorar. Llorar no arreglaría mi situación actual. Necesito averiguar qué está pasando. ¿ Dónde estoy? ¿ Quien me secuestró? ¿Quieren matarm
Amy:Rompe el beso, y mientras yo parpadeo un par de veces para ver si esto es la realidad y no una cruel pesadilla, él da un par de pasos hacia atrás y se queda mirándome con una expresión rara. —No estás aquí como mi prisionera, motita — susurra.Y sé que mientes.—Ven— me ofrece su mano, pero me limito a no tomarla, se encoge de hombros y abre la puerta por la que yo quería salir hace unos minutos y ...¡Oh, no!Alcanzo a ver palmeras y una playa de arena blanquísima. Más allá hay una inmensidad de mar, azul y reluciente por la luz del sol.Todo es muy bonito y de aspecto tropical, muy diferente en todos los sentidos de la ciudad y del país en que creí estar.— ¡¿A dónde demonios me has traído?!— chillo.Él sale al porche, y señala a la hermosa playa con su mano.—Bienvenida a la isla privada que compré para tí. Creo que será un perfecto regalo de bodas. ***Tengo frío de nuevo, tanto frío que estoy temblando y sé que es por la ansiedad , ya que la temperatura de la casa ronda lo