Yannek:Tres meses después:Ella duerme a mi lado.En silencio, contemplo sus curvas y la delicadeza de su piel. Las curvas de sus caderas y la redondez de sus nalgas son imanes para mis manos.Duerme, tranquilamente, boca abajo y reposando sus rostro sobre sus brazos. Se ve tan inocente, tan indefensa, que parce mentira que sea la misma perra traidora que me traicionó, hizo volar mi laboratorio y para colmo robó mis bombas.Acaricio su columna vertebral con las yemas de mis dedos. Me la acabo de follar tres veces y la he dejado exausta. Sonrío...En muy poco tiempo he descubierto todo lo que quería saber, y más.Ella me ama Pero no es un amor como el de muchos, según las tradiciones de los rusos, su amor es una especie de condena para ambos. Pero si padre también tiene razón, ella sería capaz de dejar caer otro edificio sobre mí si le parece que soy una amenaza en su contra.Recorro su cuerpo, hacia abajo, con lentitud, apoderándose de una de sus redondas y enormes nalgas. Me gust
Viktoria:—Ese sujeto es demasiado peligroso como para andar suelto a sus anchas en nuestro territorio.—No es prudente que confiemos en él, nos traicionará.—No veo futuro en esta alianza a medias, y el búlgaro ha demostrado que no es fiar.Mis parientes y líderes de los clanes que conforman la Hidra se pronuncian uno tras otro, es evidente que todos comparten el mismo criterio. —¿Vas a decir alguna cosa, hija? No sé, ¿unas palabras en defensa de tu hombre?—No padre— susurro, manteniéndo mi cabeza gacha.Viktor ríe a carcajadas y yo lo contemplo asustada porque parece un demente. Acaricia mi manoz dándole unos pequeños golpesitos con su palma, y me mira bonachón.—Bueno, es evidente que Viktoria es demasiado diplomática como para expresar su descontento con el criterio generalizado de ustedes, pero, yo sí tengo bastante que decir. Dirige su azul mirada a los presentes, Valiant, su hermano mayor, Hiroshi, su sobrino y Evan, su tío, estos lo contemplan atentamente.— Están en lo cie
Cinco años después: Yannek: —¿Y bien?— interrogó impaciente, porque la persona que acaba de contestarme al teléfono debió reportarse hacia horas. —La misión fue un fracaso, jefe — susurra mi subordinado, con voz temblorosa. Comprimo el mentón y aprieto mis manos en puños, casi hasta sentir dolor. ¡Odio cuando las cosas no salen como quiero! —¿Qué carajos sucedió está vez? Mis instrucciones fueron claras. ¡Solo debían introducirse en la jodida finca y extraer un documento importantísimo de la caja fuerte! No era una misión para expertos de la NASA, ¡joder! —Lo sé — Yusuf respira agitadamente, —y Amran cumplió su cometido al punto de llegar al despacho señor, pero... —¿Pero...? —Fue asesinado. Elevó las cejas. —¿Como ocurrió, exactamente? —Tres disparos señor, a quemarropa. Le destrozaron la cara. Vaya, eso sí no me lo esperaba...o sea, sé que los italianos son unos cabrones peligrosos que aman acribillar a tiros a sus enemigos y hacer las preguntas después, sobre tido si se
Viktoria:La culpabilidad reflejada en el rostro de los gemelos es innegable, y el miedo de su esposa me hace gruñir.Catalina se oculta detrás de Sandro, temblorosa, pero este y su hermano tensan sus posturas cerrrándose alrededor de su mujer, defensivamente.Ruedo los ojos.Esto me tiene impaciente.—Dejan ya el teatrito, no he venido aquí a asesinar a su esposa y aunque quisiera con todo mi corazón acribillarlos a balazos por lo que han hecho, no puedo— achino os ojos, recorriéndolos con mi mirada —lo que quiero son explicaciones. ¡Ahora!Sandro se aclara la garganta y Sander asiente.—Bien, hablemos en privado, pasemos a mi despacho — ofrece Sandro — Alexis...El niño, quien hasta ese momento había estado de brazos cruzados y sonriendo de la manera más extraña, lo contempla interrogativamente.—Tú te quedas, hoy no irás a la escuela.Alexis asintió, y luego dirijió su verde mirada hacia mí, con un brillo de curiosidad en ella, tan evidente, ¡que deseé poder retorcer el cuello de
Viktoria: Su súplica tan inocente remueve en mí todo el sufrimiento que he pasado estos años, creyéndolo muerto y lamentando su ausencia. Con lentitud, acarició sus dorados cabellos, tan similares a los míos, y liberó un suspiro de felicidad. Hacía años que no me sentía tan tranquila, tan en paz conmigo misma. Él se aparta, manteniendo su mirada gacha y se m contrae el corazón. —No te preocupes, no lastimaré a los Visconti, sin embargo debes valorar tus opiniones. Sé que eres un niño muy listo y que comprenderás lo que está sucediendo. Dime, ¿deseas quedarte a vivir aquí en Italia, o preferirías irte conmigo a Rusia? *** —Alexis se irá conmigo a Rusia...— anuncio, y los presentes en el despacho me miran con idénticas expresiones de horror en sus rostros. —¡No puedo permitir eso, Viktoria!— brama Sandro enardecido y yo lo contempló a través de mis pestañas — no puedes demandar que renuncie a mi heredero. Alexis es el único hijo que tengo, el único que tendré ... Tamborileo con
Yannek: —Estoy embarazada— susurra luego de que me la follar con una brutalidad que no me dominaba en años. —¿Y ahora me lo dices, mujer?— mascullo— ¡pude haberte lastimado! Se ríe y me besa, yo rompí el beso y la miro con severidad, arrugando el entrecejo y concentrándome por un momento en cosas que no había pensado ponderado. —¿Cuándo lo supiste?— interrogo, achinando los ojos. Ella se sonroja, y muerde su labio inferior con lentitud. —Justo antes de partir para Italia— confiesawn voz baja. —¿Y me lo vienes a contar ahora?— protesto, profundamente indignado. Ella niega, moviendo su cabeza. —Lo siento, no tuve tiempo. Quería precesarlo por mi misma, tomarme unas horas para calmarme y contártelo, pero ya sabes lo que sucedió en la hacienda de los Visconti y... —¿Lo olvidaste? ¿Olvidaste que debías contarme algo tan importante como esto? —No, no lo olvidé, es solo que no encontré el momento adecuado, pero te lo estoy contando ahora— responde con voz temblorosa. Depósito mi m
Seis años después: Amy: Tengo dieciséis y hoy es mi graduación de la prepa, ¡y estoy emocionada! Mis amigas y yo tenemos grandes planes para cuando acabe la ceremonia. Jake, el chico con el que llevo un par de meses liándome va a dar una fiesta en su casa, para celebrar, luego de la ceremonia. Será el momento perfecto para finalmente dar el paso y llegar hasta el hablar con él por fin. Llevo un vestido negro bajo la toga azul de graduación. Es simple, pero resalta mis suaves curvas y me sienta bien. También me he puesto zapatos de tacón de unos diez centímetros. Es un poco exagerado para la ceremonia de graduación, pero me gusta parecer más alta. Mis padres me llevan al instituto. Este verano, finalme decidiré qué hacer con mi vida. Bien podría ir a la universidad en Madrid o aceptar la beca como bailarina en Moscú. Lo más sensato, sería quedarme aquí , en la universidad cercana porque es lo más barato, de modo que podría seguir viviendo con mis padres. Los amo con mi vida y nos
Alexis: Veo a Sandro caminando de aquí para allá, estamos dentro de su despacho y es evidente que está emputado. —¿Realmente lo hiciste?— me interroga, mirándome con mala cara—¿Realmente fuiste allí?¿Realmente fuiste allí a molestar a la chica en su graduación? —No fui a molestar a nadie. Solo fui a ver a mi prometida. Sandro rueda sus ojos. —Hijo, acordamos que se verían en momentos específicos y siempre acompañados de algún mayor, los españoles... —Son de los aliadosas más importantes con los que cuentas— cotorreo, porque esas palabras las he oído más de un millón de veces. —Así es, Alexis. Ahora eres joven e impulsivo, y no comprendes la importancia de hacer alianzas, pero algún día... —Deberías estar feliz, padre — farfullo, intentando que no se me note el mal humor —puede que no entienda mucho de diplomacia y de negocios, pero estoy comprometido con la hija de tu aliado, la hija del Líder. Eso es bueno, ¿no? Sandro sonríe, acercándose y despeinando mis cabellos. Es un ges