Stefan:
Es como si se la hubiera tragado la tierra.
¡Maldición!
Por más que intento encontrar a mi víctima, la chiquilla de ojos azules no aparece.
No quiero aceptar mi derrota, porque de acerlo, tendría que explicarle a Yannek que fracasé porque me desconcentré a causa de un coño.
Ha pasado un mes y medio desde lo del glaciar, mi tío fue de Rusia a España y la jodida puta no aparece.
Mi tío no me ha contado todos los detalles, pero sé que está jugando un juego peligroso. Ponerse abiertamente en contra de los Ivanov es convertirse en una diana ambulante.
Hace dos días un soplón me vendió una información que espero me aporte frutos.
Según el informante, Viktoria Gregorevna se encuentra en una casa segura, oculta. Al parecer, el general Gregor Vladimir, su padre, antes de morir ideó estrategias y creyó que podría mantenerla a salvo.
Esta vez, me encargaré solo de este asunto. Salman está ocupado con lo que sea que está haciendo mi tío en los laboratorios. Sin gente que joda mi agilidad esto será pan comido. Ir y regresar.
Tomo el jet de la familia y le ordeno al piloto despegar.
Ser el heredero de mi tío tiene sus ventajas, porque nadie pone mis órdenes en entredicho.
«¡Prepárate Rusia, porque ahí voy!
Yannek:
Yunior Farías bebe de su whisky en lo que yo prendo un cigarrillo.
—Eres el único de todos esos cabrones que ha respondido a mis llamadas— farfulla, evidentemente molesto.
—Debes comprender que lo que pides es prácticamente imposible, Farías. Nadie en su sano juicio se levantaría contra los Ivanov, y menos abiertamente.
Junior eleva sus cejas y me sonríe con burla.
—Entonces, eso quiere decir que somos los únicos locos, ¿no?
—Tal vez— acarició mi labio inferior, lentamente —aunque...quizás lo que no les agradó a nuestros socios cabecillas fue tu propuesta. Nadie irá en contra de los Ivanov sin ganar algo a cambio.
—¿Qué propones?
—Vuelve a intentarlo, estoy de que lo que no les convenció fue tu discurso, cambia tu propuesta, y esta vez propón que se reúnan contigo los que estén de acuerdo.
—Lo pensaré, pero primero quiero ver con mis pripios ojos las nuevas armas de las que me hablaste— se burla el español.
Viktoria:
A pesar de que estoy bastante bien, aún no puedo abandonar este hospital. Quisiera poder pedir un teléfono y llamar a mis padres.
Esta angustia de no saber qué les ha ocurrido me está matando.Porque sí, tengo que afrontar la realidad de que a mis padres debió ocurrirles algo terrible. Por eso, no puedo comprometer mi seguridad, ni mi identidad falsa intentando llamar a Bulgaria. Se vería demasiado sospechoso que una chica supuestamente norteamericana hiciera algo así.
Para intentar entretenerme en algo prendo la tele, haciendo zaping y cambiando de canal cada cierto tiempo porque las películas que encuentro me aburren.
" Esta mañana han fallecido a causa de un incendio, la señora Sindya Ceciliev y la joven Jules Brown, quién era huesped en su casa..."
Contemplo un instante las imagenes de la casa envuelta en llamas y al escuadrón de bomberos que batalla por apagar las gigantescas lenguas de fuego que lo consumen todo.
" Las autoridades aún no descartan la posibilidad de que fuera un homicidio, ya que según el examen preliminar, el incendio no fue de causa accidental, sino provocado.''
Recorro mis antebrazos frotándolos con mis manos en un intento por entrar en calor.
Algo de la noticia macabra que acaban de pasar por la tele me ha causado escofríos.
***
Yannek:
De cierta manera, la actitud de Yunior Farías me representa. A su edad, yo también era un muchacho frustrado y cargado de odio hacia los cabrones que de seguro habían mandado a asesinar tanto a mi padre como a mi tío. Es por eso que me he investido a mí mismo como una especie de consejero para él.
Regresé hace dos semanas a Bulgaria y he notado que mi sobrino está más animado. Cuando volví, Stefan me informó del éxito en su misión.
A pesar de que Gregor Vladimir había organizado todo para mantener oculta a su hija, el abogado de la propia familia había estado más que dispuesto a delatar el escondrijo de la misma, a cambio de una remuneración monetaria bastante generosa, por supuesto.
—Felicidades, sobrino— deposito mi mano sobre el hombro del muchacho, en señal de aprobación. El chico se ha portado dignamente y estoy feliz de llamarlo mi heredero.
Stefan sale de mi despacho y mi abogado entra tras él.
Ruedo los ojos. Le pedí que buscase una forma de evitar que esa chiquilla a la que atropellé se salga con la suya, viniendo a trabajar aquí, y para mí. Es el colmo.
— ¿Le explicaste que mis negocios no radican en Rusia?— bufo.
—Sí, señor. Incluso eso fue lo más extraño de todo. La muchacha se veía de lo más animada después que se lo conté.
Libero un gruñido.
¿Dónde se ha visto que alguien rechace una indemnización de medio millón de dólares y demande en su lugar un trabajo?
—Algo me huele muy mal en todo esto. Sin lugar a dudas esa muchacha está demente.
—Pienselo bien, señor. A las autoridades rusas podría resultarle extraño que usted rechace la petición de la chica.
—Extraño...— farfullo entre dientes— por supuesto que les parecerá extraño que un supuesto hombre de negocios importante y serio, como yo, se deje extorsionar por una mocosa como ella, Kiril.
El abogado me contempla cabizbajo.
—Puede que no tenga más remedio que hacer lo que la muchacha pide. Por ley está obligado a pagar por los daños que le ocasionó, aunque se ha demostrado que usted no es el culpable del accidente.
Acaricio mi mentón con lentitud.
Quizás podría enviarla a trabajar en Vigma junto con las otras mujeres. Últimamente estamos algo cortos de empaquetadoras de coca. La mayoría de las chicas termina adicta producto del largo periodo de exposición a la misma.
Me la imagino, paseándose completamente desnuda y contoneandose de aquí para allá en la zona de embalaje, y me tenso al instante.
Mi polla, la cual llevaba como muerta durante demasiados años ha resucitado violentamente ante el mero pensamiento de ver la norteamericana en esas condiciones y en mi jodido laboratorio.
No. Quizás enviarla a Vigma no sea lo más ideal...entonces, ¿a las minas de Uranio?
Allí solo enviamos a los traidores.
Es un sitio que está destinado para ser el infierno en la tierra. Hace años dejó de producir el preciado elemento, pero la radioación del lugar se encarga de hacer sufrir la peor de las agonías a la víctima, quien luego muere muy lentamente...
Tamborileo con los dedos, sonriendo ante la perspectiva feliz de deshacerme de esa mocosa insolente pero...
La puerta del despacho se abre de pronto, y Kyla.
Es evidente que ha sido víctima de una nueva travesura de las trillizas, porque viene completamente llena de pintura de diferentes colores y desgreñada.
—¡No lo soporto más, Yannek! — chilla, y me señala con un dedo—Te lo advierto, o contratas una niñeras para esos monstruos, ¡o las asfixiaré yo misma con las almohadas mientras duermen!
Viktoria: Aunque creí que el empresario respondería redondamente que no a mi petición de empleo, gracias a dios mis tretas han surtido efecto.y mis esfuerzos han sido recompensados. —Sus obligaciones incluyen cuidar a las tres hijas del señor Volka, ayudarlas con sus tareas mantenerlas ocupadas en la tarde— me anuncia el abogado, vía telefónica — tenga en cuenta, que deberá encargarse de ellas solo por los próximos nueves meses que durará el actual curso escolar. Tiempo tras lo cual, serán enviadas a un internado. « Pobres criaturas » Mientras crecía, mis padres también me enviaron a internados y sé de primera mano lo que les espera. —En cuanto usted llegue aquí a Bulgaria, firmaremos el contrato para su empleo.— continúa él, yo me limito a asentir.—Es importante, que usted mantenga una conductora y actitud decorosa todo el tiempo en que trabajará para mi cliente. El señor Volka es viudo, perdió a su esposa en un trágico accidente hace muy poco y además su sobrino convive con él,
Yannek:Su llanto me despertó.A decir verdad no debí dormir mucho porque ni bien había puesto la cabeza sobre la almohada, la escuché llorar. Al principio creí que se trataba de una de las niñas, pero cuando salí al pasillo supe que el llanto provenía de otra habitación.Tomé el pomo en mi mano e intenté abrir, eso solo me ayudó a percatarme de que la puerta estaba cerrada con llave.Arrugué el entrecejo.« Es llanto de mujer, y está en una habitación de huéspedes. Solo puede ser la niñera nueva»Con calma, entré a la habitación de las niñas y busqué en la oscuridad un pequeño broche de c cabello gasta que lo encontré.Regresé al pasillo, introduje el broche en la cerradura y forcejié hasta que la puerta cedió.—¿Está usted bien, señorita?— interrogué, mientras entraba y una ráfaga de aroma dulce y cuerpo tibio se me vino encima, temblando y sollozando.—Él quiere asesinarme— lloriqueó en inglés, intentando empujarme fuera de su camino en un vano intento por escapar. Ahora bien, sé
Yannek: Kyla da un fuerte puñetazo sobre la mesa y acto seguido se pone en pie, bruscamente.—¡No lo permitiré!— chilla histérica — ¡no permitiré que esa perra sarnosa que has recogido de la calle ocupe el lugar de ni hermana!Comprimo el mentón, y con lentitud unto de mantequilla la tostada que tengo justo delante.—Calma tus exabruptos, Kyla. No estoy poniendo a nadie en el lugar de tu hermana.—¡Mientes!— explota, senalándome con un dedo, tiembla de manera tal que parece una desquiciada — llevas años deseando meter a otra mujer en esta casa, Yannek. No me creo ni una palabra de lo que nos contado con respecto a esa forastera.¡Y quiero que saques a esa zorra de aquí inmediatamente!Chasqueo la lengua, reclinándome en mi silla y dejando de lado la tostada. Este escándalo me ha quitado el apetito.—Escúchame, si no te gustan los empleados que contrato es tu problema. Y además, nadie te pide que permanezcss en esta casa Kyla. Dices que llevo años queriendoeter una mujer en esta casa
Viktoria: El silencio de la noche es absoluto excepto por algún que otro quejido de dolor de cualquiera de los prisioneros. El castigo de dejarme sin comida creo que ha llegado demasiado lejos porque no parece una simple tortura, sino más un bien un medio para matarme. Llevo cuatro días sin probar alimentos. «¿Y si me muero de hambre?» Me abrazo a mi misma « No me quiero morir sin haber descubierto qué pasó con mis padres, y con mi hermano» Despierto de medio lado,cubierta por el viejo colchón que a duras penas me mantuvo caliente durante la noche. Me quedo en silencio y con la mirada fija en la pared. Noto que la noche ya pasó otra vez y con él se que me traerá más angustia. El sonido de la reja hace que me tense, y una persona entra a la celda, esta se acuclilla a mi espalda y pone syscdedis en mi yugular, como si deseara saber si estoy viva o no. — Es una verdadera pena— escucho su suspiro, cargado de ironía y el movimiento de su cuerpo, porque termina por acomodarse a mi
Yannek: Vuelvo a darle otra calada a mi habano. Mis hombres agarraron a la chica y la mantienen custodiada nuevamente en el calabozo. Estefan está también encerrado, pero en su habitación, esperando a que pasen los efectos de la droga que se metió. Eso es lo único que no me gusta de mi sobrino. Nosotros los Volka siempre vendimos la droga, nunca fuimos quienes la consumíamos. —Voy a intercambiar unas palabras con la prisionera—comunico, mentalizándome a interrogarla y no a matarla yo mismo de una vez. Salman me acompaña durante parte del camino. Ciertos asuntos me habían mantenido en los laboratorios por más tiempo del debido y ahora todo en casa es un horrible caos. Está vez, Kyla es prudente y se queda. Yo me dirijo hacia afuera, por sobre la nieve y en dirección al calabozo. Recorro el trayecto en silencio, dejando a Salman en la entrada para que le dé órdenes a los guardias. Abren las puertas y mis oídos captan el jadeo de dolor que acaba de liberar la prisionera
Yannek: Permanezco encerrado en mi despacho hasta tarde y luego, en la madrugada me voy al segundo piso, a encerrarme a mi alcoba. La tarde, la noche y la jodida madrugada han sido un infierno. Recordar ees culo redondo y enrojecido por mi azote vuelve a formar un bulto en mi pantalón, «¡Maldita hija de puta!». Me quito la ropa, de pronto me siento claustrofóbico, y lleno mi vaso de whisky, «Tengo 45 años y ella es una putita que ni siquiera ha cumplido los veinte tres» «¿Qué es lo que me molesta?» El no saberlo con certeza me agita, enfurezco dejando el licor de lado. Me voy a la ducha y apoyo las manos en la pared, «Es solo un interés pasajero». Pensar en que no sabemos con exactitud dónde está el cabron de Velkan me eleva la cólera. Inhalo una bocanada de aire cuando la imagen de su hermana semidesnuda e indefensa me invade la mente, y al salir después del duchazo frío vuelvo a tomar el vaso, lidiando con las ganas de saber qué tan rojo puedo ponerle el culo con una zurr
Yannek: De la ensalada pasa rápidamente a pellizcar el pollo. Repite la acción comiendo pequeños pedazos y trata de acomodar el resto encima para que no se note, cosa que me causa gracia y suelto la baranda, yendo en busca de la escalera sin perder de vista su travesura. El sonido de mis pasos hacen que se voltee asustada con los labios abiertos , y pegándose al escritorio. Cómo queriendo fundirse con la madera con tal de escapar. —Lo siento señor —susurra avergonzada—. Disculpe... Yo traeré otra comida para usted. Trata de huir y me muevo impidiéndole el paso, es casi tan alta como yo, y eso en vez de intimidarme me prende aún más. Mi sombra la cubre y vuelve a dar otro paso atrás, pero atrapo su muñeca dejando claro que no debe moverse. Mi verga se endurece al observar que se le sonroja toda la cara, sus ojos son tan vilmente hipnóticos y hechiceros que se me olvida que es una cría y vuelvo a tirar de nuevo obligándola a dar un respingo. —En verdad lamento haber probado su c
Stefan:—No tienes que repetirlo, ya lo sé —Kyla se cruza de brazos en actitud petulante —. Solo no quiero que cuando nos veamos rodeados de agentes digan que no se los advertí.Haz algo Yannek, que tu heredero deje de drogarse y se aparte de esa perra —Ella no es tu problema, Kyla — interviene mi tío. —Es peligrosa —advierte ella —. Lo último que necesitamos ahora es que se nos vengan encima el ejercicio, ya tenemos que concentrarnos en cosas importantes, y si ella en algún momento va a morir no vale la pena perder el tiempo.—Es mi asunto —pongo distancia—. Asunto que por el respeto que te tengo no discutiré contigo.—Lo vas a lamentar.—La única que se lamentará será ella —prometo—. Tú despreocúpate que una vez más demostraré porqué con los Volka nadie debe meterse.Kyla no oculta el descontento que le causa mi respuesta y termina enrojeciendo, mientras yo procuro poner mis pensamientos en orden. —¿Ves como me habla? —le reclama a mi tío— Pasas todas estás cosas por alto solo porq