Yannek: Vuelvo a darle otra calada a mi habano. Mis hombres agarraron a la chica y la mantienen custodiada nuevamente en el calabozo. Estefan está también encerrado, pero en su habitación, esperando a que pasen los efectos de la droga que se metió. Eso es lo único que no me gusta de mi sobrino. Nosotros los Volka siempre vendimos la droga, nunca fuimos quienes la consumíamos. —Voy a intercambiar unas palabras con la prisionera—comunico, mentalizándome a interrogarla y no a matarla yo mismo de una vez. Salman me acompaña durante parte del camino. Ciertos asuntos me habían mantenido en los laboratorios por más tiempo del debido y ahora todo en casa es un horrible caos. Está vez, Kyla es prudente y se queda. Yo me dirijo hacia afuera, por sobre la nieve y en dirección al calabozo. Recorro el trayecto en silencio, dejando a Salman en la entrada para que le dé órdenes a los guardias. Abren las puertas y mis oídos captan el jadeo de dolor que acaba de liberar la prisionera
Yannek: Permanezco encerrado en mi despacho hasta tarde y luego, en la madrugada me voy al segundo piso, a encerrarme a mi alcoba. La tarde, la noche y la jodida madrugada han sido un infierno. Recordar ees culo redondo y enrojecido por mi azote vuelve a formar un bulto en mi pantalón, «¡Maldita hija de puta!». Me quito la ropa, de pronto me siento claustrofóbico, y lleno mi vaso de whisky, «Tengo 45 años y ella es una putita que ni siquiera ha cumplido los veinte tres» «¿Qué es lo que me molesta?» El no saberlo con certeza me agita, enfurezco dejando el licor de lado. Me voy a la ducha y apoyo las manos en la pared, «Es solo un interés pasajero». Pensar en que no sabemos con exactitud dónde está el cabron de Velkan me eleva la cólera. Inhalo una bocanada de aire cuando la imagen de su hermana semidesnuda e indefensa me invade la mente, y al salir después del duchazo frío vuelvo a tomar el vaso, lidiando con las ganas de saber qué tan rojo puedo ponerle el culo con una zurr
Yannek: De la ensalada pasa rápidamente a pellizcar el pollo. Repite la acción comiendo pequeños pedazos y trata de acomodar el resto encima para que no se note, cosa que me causa gracia y suelto la baranda, yendo en busca de la escalera sin perder de vista su travesura. El sonido de mis pasos hacen que se voltee asustada con los labios abiertos , y pegándose al escritorio. Cómo queriendo fundirse con la madera con tal de escapar. —Lo siento señor —susurra avergonzada—. Disculpe... Yo traeré otra comida para usted. Trata de huir y me muevo impidiéndole el paso, es casi tan alta como yo, y eso en vez de intimidarme me prende aún más. Mi sombra la cubre y vuelve a dar otro paso atrás, pero atrapo su muñeca dejando claro que no debe moverse. Mi verga se endurece al observar que se le sonroja toda la cara, sus ojos son tan vilmente hipnóticos y hechiceros que se me olvida que es una cría y vuelvo a tirar de nuevo obligándola a dar un respingo. —En verdad lamento haber probado su c
Stefan:—No tienes que repetirlo, ya lo sé —Kyla se cruza de brazos en actitud petulante —. Solo no quiero que cuando nos veamos rodeados de agentes digan que no se los advertí.Haz algo Yannek, que tu heredero deje de drogarse y se aparte de esa perra —Ella no es tu problema, Kyla — interviene mi tío. —Es peligrosa —advierte ella —. Lo último que necesitamos ahora es que se nos vengan encima el ejercicio, ya tenemos que concentrarnos en cosas importantes, y si ella en algún momento va a morir no vale la pena perder el tiempo.—Es mi asunto —pongo distancia—. Asunto que por el respeto que te tengo no discutiré contigo.—Lo vas a lamentar.—La única que se lamentará será ella —prometo—. Tú despreocúpate que una vez más demostraré porqué con los Volka nadie debe meterse.Kyla no oculta el descontento que le causa mi respuesta y termina enrojeciendo, mientras yo procuro poner mis pensamientos en orden. —¿Ves como me habla? —le reclama a mi tío— Pasas todas estás cosas por alto solo porq
Stefan:Prometoi pensé en hacerla tomar una ducha, pero luego concuderé que un baño caliente en la tina sería mejor. —Dime la verdad, ¿mi tío te está molestando?—Molestarme, ¿como?—Quiero decir, su ha intentado tocarte de firma inadecuada.—¿Los golpes y los empujones cuentan?—No.—Pues entonces no.Me relajo un poco, tomando la esponja y comenzando a enjuagar su cuello y sus pechos. Disfrutando de su hermosura y sensualidad.—Ten cuidado de Yannek. Es un hombre peligroso y difícil de entender. Ya viste lo que hizo con Helga.—¿Helga? ¿Quién es Helga?—La mujer a la que liberaste del calabozo. Era su amante, o al menos eso creo. El asunto es que ella trabajaba en los laboratorios pero él descubrió que le estaba vendiendo información de nuestros últimos experimentos a los japoneses y a los rusos. Ya viste lo que hizo con ella. Viktoria me contempla con el ceño fruncido.—No sé todos los detalles, pero estoy convencido de que mi tío odia a las mujeres. Según he escuchado, se casó c
Stefan: Hay muchas cosas de mi que mi tío no sabe, y una de esas cosas es que puse cámaras de seguridad por toda la mansión. Yo estaba ocupando me de un asunto, pero ko me impidió conectarme a la red y checar las grabaciones de las últimas diez horas. Vi el momento exacto en que él la atrapó, el reloj anuncianva que había sucedido dos horas antes,acorralándola contra un rincón en el pasillo y besándola. Había visto a mi tío interactuar con prostitutas y todo tipos de mujeres durante el transcurso de los años, pero nunca lo había visto besar y tocar a una con aquel nivel de desesperación. Ya sacaba mi arma para enfrentarlo en cuanto llegase , para exigirle que dejara en paz a la chica de una buena vez y poner las cartas sobre la mesa, pero ella me ahorro el trabajo, porque lo pateó en la entrepierna y mientras él se retorcía de dolor en el suelo, Viktoria corrió despavorida hacia mi habitación, cerrando la puerta tras de sí. Sonreí. « Esto será divertido » Porque seamos fran
Viktoria: Por supuesto que este no es un cuento de hadas, y obviamente ser la esposa de Stefan no solo implica beber, emborracharse y tener sexo en playas desiertas. El insistió en que lo acompañara y viera como opera. —Arma en mano —ordenó, mientras avanzamos por la zona turística. Lo veo cometer asaltos, proferor amenazas y soltar disparos cuando entra a un negocio, buscando a la persona que le debe dinero Yannek y si no lo tiene no duda en soltarle un tiro. Noto que el próximo ajuste de cuentas será en un establecimiento de juegos infantiles y me quedo en la puerta temblando, porque una cosa es amedrentar a adultos metidos gasta el cuello en negocios turbios, y otra muy distinta es formar un tiroteo en un lugar lleno de niños. —¿Por qué no entraste? —me reclama cuando sale con la camiseta salpicada de sangre. —¿ Se supone que debía hacerlo? Sigue de largo y lo sigo. —Hey, ¿Por qué te enojas? —lo detengo. —Porque siento que no me estás tomando en serio —me regaña— ¿Cre
Yannek:Atrapo su boca antes de que conteste, callándola con un beso cargado de rabia, de morbo y desespero en tanto lanzo su navaja lejos y recorro su cuerpo con mis manos. —¿Qué estás haciendo, nena? —mascullo contra su boca, apretándola con mis manos— ¿Por qué estás con él cuando en el fondo sabes que me desess a mí?Muerde mis labios yo muerdo los suyos, solos todo manos y deseo desenfrenado.Tanto que había fantaseado con follármela y ahora que la he atrapado me siento nervios.Saco sus jeans a tirones y no siquiera lo pienso, bajando a comerle el coño, como un maldito muerto de hambre, lameteando sus zonas más sensibles y sus carnes más rosadas. Mano lo voy a negar, me gusta.Su coño es tan pequeño, lo cual debería ser sinónimo de inocencia, porque significa que ha estado con pocos hombres. Con.un solo hombre para ser exactos y eso me enoja, porque golpea mi orgullo que no fui yo el primero sino mi sobrino sin embargo, eso no me detiene.—Abre —demando—. Muéstrame lo que me