Capítulo 7 Una alianza temporal

Jardines de la mansión Colmenares. Isabella y Leonardo se alejan de la reunión, ambos claramente incómodos con la situación que acaban de vivir. Caminan en silencio por los jardines, tratando de encontrar algo de privacidad para hablar.

Isabella (rompiendo el silencio, con tono serio):

—No estoy de acuerdo con esto. Este matrimonio… no es lo que quiero.

Leonardo (deteniéndose, volviendo la vista hacia ella, intrigado):

—¿Qué quieres decir?

Isabella (mirando hacia el horizonte, con una expresión de frustración):

—Tengo otros planes para mi vida. Este matrimonio arreglado no es parte de ellos.

Leonardo (observándola con curiosidad, mientras trata de procesar sus palabras):

—¿Otros planes? ¿Qué clase de planes?

Isabella (girando para enfrentarlo, sus ojos reflejando determinación):

—Planes que no incluyen ser la esposa de alguien que ni siquiera conozco. Mis padres siempre me han presionado para seguir las reglas, pero yo… quiero algo diferente. Quiero tomar mis propias decisiones.

Leonardo (haciendo una pausa, tomándola en serio):

—Entiendo lo que dices. La verdad es que yo tampoco estoy de acuerdo con este matrimonio.

Isabella (sorprendida, arqueando una ceja):

—¿En serio? Pensé que estarías de acuerdo, dadas las circunstancias de nuestras familias.

Leonardo (suspirando, mirando el suelo por un momento antes de levantar la vista hacia ella):

—No es así. Yo también tenía otros planes... Yo quiero casarme con la mujer que amo, no con alguien a quien acabo de conocer.

Isabella (cruzando los brazos, mirándolo con más interés):

—¿La mujer que amas? ¿Entonces ya tienes a alguien?

Leonardo (asintiendo lentamente, con una expresión seria):

—Sí. Su nombre es Valeria. Llevamos dos años juntos, y este año planeábamos casarnos.

Isabella (sorprendida, pero tratando de no mostrarlo demasiado):

—¿Dos años? No sabía que tu compromiso era tan serio. Entonces, ¿qué vas a hacer?

Leonardo (apartando la mirada por un momento, con frustración):

—Mis padres me dijeron que tenía que romper mi compromiso con Valeria. Ellos creen que ella no es "lo suficientemente buena" para nuestra familia, y que este matrimonio con tu familia es la única manera de salvar la empresa.

Isabella (apretando los labios, molesta):

—Eso suena horrible. ¿Vas a dejar que te obliguen?

Leonardo (con una leve sonrisa amarga):

—No quiero hacerlo, pero si no lo hago, mi familia perderá todo. Estamos en una situación complicada, Isabella.

Isabella (mirándolo a los ojos, intentando entender su dilema):

—Lo entiendo, pero no puedo aceptar que mi vida también sea manipulada por intereses económicos. Yo tampoco quiero casarme con alguien por obligación.

Leonardo (con un tono más suave, observándola con detenimiento):

—Y lo peor es que nuestras familias no nos dejan otra opción.

Isabella (mirando hacia el suelo por un momento antes de alzar la vista hacia él):

—Pero, ¿tú de verdad querías casarte con Valeria?

Leonardo (asintiendo con firmeza):

—Sí. Íbamos a casarnos este año. Teníamos todo planeado. Pero ahora... todo parece derrumbarse.

Isabella (con una expresión de compasión):

—Lo siento. Esto no debería estar pasando. No debería ser así.

Leonardo (sonriendo levemente, tratando de aliviar la tensión):

—Bueno, parece que ninguno de nosotros quiere este matrimonio.

Isabella (asintiendo):

—Exactamente. No podemos dejar que nuestros padres decidan todo por nosotros.

Leonardo (desviando la mirada momentáneamente, luego vuelve a observarla):

—Tienes razón, pero también están las empresas en juego. Y mis padres... no me están dejando otra opción.

Isabella (con una expresión determinada):

—No podemos seguir sus reglas solo porque nos lo exigen. Deberíamos buscar otra solución.

Leonardo (mirándola pensativo, con una leve sonrisa):

—Eres más fuerte de lo que pensé.

Isabella (arqueando una ceja, divertida):

—¿Eso es un cumplido o una sorpresa?

Leonardo (riendo suavemente):

—Un poco de ambas.

Isabella (mirándolo con curiosidad):

—Y tú, Leonardo... ¿qué planeas hacer con Valeria? ¿Vas a decirle que todo ha cambiado?

Leonardo (mordiéndose el labio, dudoso):

—Tendré que hablar con ella. No será fácil. La última vez que la vi, le dije que lo resolveríamos, pero ahora...

Isabella (suspirando):

—Estamos en una situación imposible, ¿no?

Leonardo (asintiendo):

—Sí, lo estamos. Pero de alguna manera, tendremos que encontrar una salida.

Isabella (mirándolo con determinación):

—Juntos, tal vez podamos hacerlo. Encontrar una manera de resolver esto sin que nuestras vidas terminen arruinadas.

Leonardo (sonriendo con más sinceridad esta vez):

—Eso suena mejor que resignarse a lo que quieren nuestros padres.

Isabella (con una sonrisa leve):

—Entonces... ¿hacemos un pacto? Unimos fuerzas para encontrar una salida.

Leonardo (asintiendo, tomando su mano para sellar el acuerdo):

—Pacto hecho.

Ambos se miran durante un largo momento, conscientes de que, aunque no han elegido estar juntos, ahora deben enfrentar el desafío como un equipo.

Leonardo e Isabella, aún alejados de la reunión, continúan su conversación sobre el matrimonio forzado que sus padres han decidido para ellos. El ambiente sigue tenso, pero Isabella parece tener una idea clara de lo que deben hacer.

Isabella (con firmeza, mirando a Leonardo):

—Mira, sé que esto es una locura, pero tengo un plan que podría beneficiarnos a los dos.

Leonardo (frunciendo el ceño, intrigado):

—¿Un plan? ¿Qué clase de plan?

Isabella (tomando aire antes de explicarlo):

—Primero, nos tendríamos que casar. Ya sé que suena mal, pero escúchame. Si nos casamos, cumplimos con lo que nuestras familias quieren y logramos estabilizar las empresas.

Leonardo (sorprendido, la mira desconcertado):

—¿Casarnos? ¿Y después qué?

Isabella (continuando con determinación):

—Luego, trabajaríamos juntos en la empresa. Pondríamos todo nuestro esfuerzo en sacarla a flote, asegurándonos de que ambas familias salgan beneficiadas. Una vez que logremos que la empresa crezca y se estabilice, podremos desunirnos.

Leonardo (mirándola con curiosidad, tratando de entender el plan):

—¿Desunirnos? ¿Cómo?

Isabella (con un ligero encogimiento de hombros):

—Nos divorciamos, sin escándalos ni dramas. Cada uno seguiría con su vida. Tú podrías regresar con Valeria, como si nada hubiera pasado. Y yo… podría hacer con mi vida lo que quiera, sin estar atada a este matrimonio.

Leonardo (perplejo, pero a la vez sorprendido por la lógica de la propuesta):

—¿Y crees que eso funcionaría? ¿Casarnos solo para separarnos después?

Isabella (con confianza):

—Claro que funcionará. Nuestros padres estarán contentos porque las empresas se salvarán y nosotros habremos cumplido con su "alianza". Lo importante es que recuperemos el control de nuestras vidas después.

Leonardo (pensativo, cruzando los brazos):

—Suena como una solución… extraña, pero práctica. Aunque, ¿no sería más sencillo negarnos desde el principio?

Isabella (negando con la cabeza, seria):

—Si lo hacemos, nuestras familias perderán todo. No podemos permitirlo. Nos guste o no, nuestras vidas están entrelazadas por estos negocios, y necesitamos evitar que las empresas se derrumben.

Leonardo (reflexionando, algo frustrado):

—Pero eso significa que durante un tiempo, al menos, estaremos atrapados en este matrimonio.

Isabella (encogiéndose de hombros, con una leve sonrisa):

—Solo hasta que logremos lo que queremos. Luego, somos libres.

Leonardo (suspirando, mirando al suelo):

—Es un plan... poco convencional, pero tiene sentido. Valeria no estará feliz, pero al menos sabré que esto no es para siempre.

Isabella (con seriedad):

—Exacto. Lo hacemos por necesidad, no porque queramos. Y una vez que todo esté en su lugar, podremos seguir adelante con nuestras vidas.

Leonardo (asintiendo lentamente, aún dudoso):

—No puedo creer que esté considerando esto, pero… parece la única opción viable.

Isabella (mirándolo a los ojos, con determinación):

—Lo es. Piensa en esto como una alianza temporal. Una estrategia para salvar lo que nuestras familias han construido y, al mismo tiempo, asegurarnos de que nuestras vidas no queden arruinadas para siempre.

Leonardo (sonriendo ligeramente):

—¿Y luego cada uno por su lado?

Isabella (sonriendo también):

—Así es. Cada uno podrá lograr su objetivo. Tú con Valeria, y yo… con lo que quiera hacer de mi vida.

Leonardo (respirando profundamente, asintiendo finalmente):

—De acuerdo, Isabella. Haremos esto. Pero no será fácil.

Isabella (con una mirada decidida):

—Nunca dije que lo sería. Pero si trabajamos juntos, podemos lograrlo.

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