—¡Joder!, ¿cómo es que no puedo utilizar mi poder de psicometría? — gruñó Elijah, limpiándose la sangre con el dorso de la mano. Lucius y Roy, que habían gritado al unísono, se acercaron rápidamente, pero antes de que pudieran llegar a él, un nuevo grupo de figuras emergió entre las sombras del bosque. —¿Qué te pasa, sobrino? Tus gruñidos retumban en todo el bosque — espetó una voz profunda, que resonó en la quietud, y todos los presentes se giraron para ver a Alaric, parado con un grupo de sus propios guerreros. Elijah, quien todavía estaba en el suelo, se levantó y lo miró fijamente. —¿Qué haces aquí? — lo enfrentó, pero Alaric solo se echó a reír. —Me enteré de que fuiste atacado y vine a investigar. Eres mi rey y mi sobrino — le respondió con una sonrisa sardónica. Sin embargo, Elijah no se dejó engañar por sus palabras, sino que, con un gesto amenazante, palmeó el hombro derecho de Alaric. —Es bueno que mantengas presente que soy tu rey — La sonrisa de Alaric se desvaneció
—¿No crees que deberías pedir permiso antes de entrar en mi aposento? Y encima, es de madrugada. ¿Acaso no duermes? —le reprochó Marlén mientras se acercaba a él para tomar a Mateo de sus brazos, pero Elijah la detuvo, agarrándole una mano.—¿Y tú no piensas que debiste respetar mi pedido cuando te dejé claro que no podrías utilizar tu magia? —le reprendió con dureza.—Te he dicho muchas veces que no sé cómo utilizar esto, a lo que tú le llamas magia. En el momento en que estaba en el hospital, no pensé en nada, solo me dejé guiar por algo que me indicó lo que debía hacer para ayudar a esas personas... yo quise hacer algo bueno.Con la ira volviendo a sus ojos, Elijah le apretó más la mano que le tenía agarrada.—¿Piensas que te lo van a agradecer? Si quieres hacer algo bueno, acepta ser mi luna.Marlén negó con la cabeza, intentando liberar su mano de la de Elijah.—Ya te dije lo que pienso sobre eso. Además, no entiendo por qué quieres que sea tu esposa. Ni siquiera soy esa destinad
Continuación:~Supremo, los alfas están en la sala de reuniones, solo esperan por usted ~, le informó Lucius por el enlace mental. Soltando un bufido, Elijah dejó de quitarse el suéter.Marlén se puso una mano en el pecho cuando lo vio salir y agitada corrió hacia la puerta para ponerle el seguro.……Por otro lado, el aire en la sala estaba cargado de notas de un aroma musgoso y terroso, mezclado con una presencia intensa de feromonas masculinas, anclado a un matiz picante y amaderado. Olores que reflejaban el carácter dominante y atractivo de cada alfa presente.Elijah, con su mirada penetrante, se encontraba en el asiento de honor en la mesa redonda, y su presencia imponente dominaba a todos a su alrededor.—Como medida paliativa, infórmenles a todos los lobos longevos que el alfa supremo ha ordenado: que deben mantenerse en su estado animal. Ya no deben inyectárseles medicamentos, si alguno está demasiado débil o adolorido deben tratarlo con remedios naturales—. Su voz grave y lle
6 Horas después:Marlén se encontraba en su aposento, caminando de un lado a otro como un gorila furioso. Su rostro estaba enrojecido, mientras sus ojos lanzaban chispas de ira y su respiración era pesada y entrecortada. Casi parecía que echaba humo por la nariz y su rabia se podía sentir en el aire, como una energía tangible y opresiva que llenaba la habitación.Sabrina la observaba desde un rincón de la habitación, con una expresión de preocupación en su rostro. Julia, por su parte, estaba ocupada vistiendo a Mateo e intentaba mantener al pequeño ajeno al estado de Marlén.—Amiga, cálmate. Ya has volado mi cabeza con la explicación de lo que significa este lugar y lo que son la gente que lo habita. Ahora, si continúas caminando de ese modo, me causará un colapso— le dijo Sabrina, aún con el rostro totalmente pálido.Marlén se detuvo en seco, colocando una mano en su cintura y con la otra se estrujaba la cara.—¿Cómo quieres que me calme? ¡Ese loco ha anunciado que seré su esposa y l
Como si un balde de agua helada fuera vertido en la cabeza de Marlén, ella miró a Sabrina con los labios apretados.—Esto fue algo que se me olvidó decirte. Estas personas escuchan tanto que pueden oír nuestras respiraciones.Sabrina quedó estática.—¡Oh, santo misericordioso! ¡Qué vergüenza! — exclamó Sabrina, cubriéndose el rostro con ambas manos.Pero Marlén se olvidó de la conversación de inmediato al recordar que había pasado prácticamente toda la mañana enfadada y buscando a Elijah. Se levantó y se acercó a él dando zancadas.—Tú y yo tenemos que hablar — lo señaló con el dedo índice. Elijah, desde su gran altura, la veía con cierta diversión.—Ya me hablas como si fueras mi esposa — dijo con el fin de molestarla.—¡Ya quisieras tú! — replicó Marlén, notando cómo la cólera se apoderaba de ella.Marlén estaba furiosa y estaba harta, pero algo en la mirada del padre de su hijo y en su actitud, a pesar de su enojo, la atraía hacia él. Elijah estaba siendo todo un misterio para ella
La noche se había apoderado de la manada; la luna llena estaba en su apogeo, iluminando el cielo con su luz plateada. En su despacho, Elijah se encontraba absorto en su trabajo. De vez en cuando, golpeaba con frustración la superficie de su escritorio, recordando el doloroso rechazo de Marlén. A pesar de su orgullo, no podía evitar sentirse herido por la forma en que ella había jugado con su apetito sexual.Aún le dolían los genitales, ya que su erección persistía y no parecía tener planes de desaparecer. Con fastidio, se removía en su asiento y acomodaba su hombría.—Al menos ella piensa que estoy desesperado por tenerla. Se equivoca si cree que le suplicaré. En Kenia, fue ella quien me buscó, y así siempre será — gruñó, con voz cargada de ira y amargura. —Si no fuera por su magia, ni siquiera la consideraría para ser mi esposa. —Sus ojos se fijaron en los planos del proyecto hotelero que estaba a punto de comenzar. Quería concentrarse, pero los pensamientos de Marlén nublaban su men
Cuando Caroline abrió la puerta y vio al supremo, se mordió el labio de manera lasciva, dejando claro que le fascinaba lo que tenía enfrente. Sin embargo, él la miró de arriba abajo, recorriendo su camisón de seda y su cabello suelto, y en vez de elogiarla, hizo un gesto de repugnancia.—Esa fragancia huele asqueroso — comentó con desagrado, lo que borró la sonrisa de Caroline.—Pasa, iré a tomar una ducha — dijo, claramente disgustada. Quería complacerlo, pero él siempre parecía encontrar algo que criticar.Elijah entró, se acomodó en el sillón más acogedor del salón y encendió la televisión.Cuando Caroline regresó, se acomodó en las piernas de Elijah con una copa de vino en la mano.—Sé lo que está pasando con tu nueva mascota, y aunque me voy a quedar callada, tengo mis condiciones — reveló con cierto desafío.Elijah gruñó en respuesta.—No es mi mascota. Su nombre es Marlén — la corrigió, haciéndola temblar con una simple mirada. No obstante, ella disimuló y con premura volvió a
—¡Atrévete y será lo último que hagas! —le sentenció Elijah con voz gutural de alfa. Aunque ni él mismo entendía su propio afán por cuidar de Marlén, tuvo que contener a Atlas para que no tomara el control y arrancara de un solo golpe el corazón de Caroline.—Aún no has cumplido con nuestro trato —le reclamó Caroline cuando se enteró de sus intenciones. Irritado, dio la vuelta, la empujó contra una repisa, le alzó la falda de la bata de baño y de un solo tirón brusco y salvaje, rasgó su ropa interior.—Este es el Elijah que me gusta —jadeó Caroline emocionada.—¡Silencio! —le ordenó Elijah con voz de alfa. Lo siguiente que ella sintió fue cómo él se enterró en su ser con ímpetu y salió a la misma velocidad para cargarla, haciéndola gimotear con fuerza y apretar los muslos alrededor de sus caderas.—Sí, Elijah… no te contengas, supremo —su brutalidad le arrancó el primer orgasmo. La pasión desbordaba sus cuerpos, caliente y líquida, inundando esa sala con el olor del deseo salvaje.Tra