Sabrina miraba su figura en el espejo una y otra vez, mientras se tocaba el lado de la cara con frenesí e incredulidad.—Ustedes dos —señaló a Elijah y a Marlén, los cuales no habían despegado sus miradas el uno del otro, luego de soltarse de las manos—. Son un dúo dinámico.Marlen se aclaró la garganta y apartó la mirada de la de Elijah antes de sonreír un poco avergonzada. Se sorprendió cuando Sabrina se acercó y le agarró las manos.Nerviosa, Marlen las apartó, pero Sabrina, insistente, volvía a sujetarlas.—No, puedo lastimarte — le decía Marlen angustiada tratando de apartarla, pero Sabrina no se lo permitía.—Nunca he podido tomar tus manos, y siento que debo agradecerte —expresó ella con los ojos aguados—. Recuerdo que una vez te dije que eras más que la chica destrucción, a esto me refería. Podía sentir que en ti había más, que esa niña asustadiza que siempre llevaba guantes para preservar las vidas de otros, que no buscaba dañar y que lloraba por ser diferente. Algún día desc
Los truenos resonaban poderosamente, estremeciendo a todos, mientras que los relámpagos parecían desgarrar el cielo en una danza escalofriante. Marlén podía sentir el eco de los quejidos de los miembros de la manada mientras avanzaba delante de Elijah, cuyos ojos brillaban divertidos al observarla jugar con su propia sombra.—Es solo una niña fingiendo ser adulta —murmuró Elijah para sí mismo, pero al darse cuenta de que estaba sonriendo, aclaró su garganta y volvió a adoptar su habitual expresión de indiferencia.Un nuevo trueno resonó y Elijah frunció el ceño, colocándose unos tapones en los oídos. En ese preciso instante, se escucharon aullidos que reverberaban en el aire, lo que hizo que Marlén se detuviera y mirara a Elijah con curiosidad, inclinando la cabeza.—¿Por qué están aullando más que nunca hoy? —preguntó intrigada, notando que algo estaba fuera de lo común. Había un caos en el aire y prácticamente todos estaban fuera de sus casas.—Desde que estamos hechizados, las torm
—¿Conoces el camino de vuelta? — le preguntó él con suspicacia, viéndola con los ojos entrecerrados.—Sí, ja, ja —. Ella soltó una risa seca, fingiendo que estaba segura, pero la verdad era, que no tenía idea de cómo volver al palacio. — Como no lo voy a conocer, me has hecho aprenderme todo en tu manada, eres mi torturador.Ella odiaba estar junto a él, pero no quedaba de otra, la tenía atrapada como a una pequeña presa que iba rumbo al asador.—¿Una cueva?— jadeó Marlén cuando Elijah la bajó de su espalda. —¿Por qué hemos venido a una cueva?— inquirió con recelo mirando el lugar rocoso.—Estás temblando de frío, y como tienes miedo de conseguir un resfriado, esta cueva puede protegerte de la lluvia.—¡Y yo me chupo el dedo! Era más fácil y lógico volver al palacio —. Ella reculaba hacia atrás, sintiéndose atrapada.—Ma- Mateo tiene hambre— argumentó con voz trémula, viendo que ya no tenía hacia donde huir.Totalmente empapados por la lluvia, sus ropas se les adherían al cuerpo como
Elijah caminaba con gesto despreocupado, con las manos dentro de sus bolsillos, manteniendo cierta distancia de Marlén, pero antes de entrar al palacio se detuvo, la miró por encima del hombro y la agarró bruscamente por la muñeca izquierda, haciendo que ella se detuviera.Abrió la boca con planes de menospreciarla para aliviar su enfado. Quería decirle que no se creyera tanto por lo ocurrido. Pero de repente, al verla a los ojos, sintió que su propio corazón retumbaba en sus oídos y las palabras se estancaron en su garganta.«No puedo estar enamorado. Se supone que no puedo sentir. Qué importa si la hago sentir mal, porque ahora me cohíbo», analizaba mientras la veía fijamente y su pulso aumentaba.—¿Tienes algo que decir? —le preguntó Marlen, frunciendo el ceño. Se sentía incómoda porque también experimentó una sensación de desconsuelo cuando le dijo que nunca lo aceptaría.—¡Olvídalo! —Él la soltó como antes lo hizo y Marlen liberó una risa nasal, percibiendo ahora el rechazo. Amb
Elijah sonrió maliciosamente.—No les preguntaré. Solo haré de ella mi luna. Debo asegurar la seguridad de Mateo como trihíbrido poderoso. Él es el único en su especie y todos querrán su cabeza.Tanto Lucius como Roy no podían creerlo. Elijah parecía dispuesto a hacer cualquier cosa por proteger a Mateo. Incluso se podía ver en sus ojos el brillo de orgullo. Hace apenas unos días, él habría arrancado el corazón de alguien parecido sin pensarlo.—Si por casualidad, supongamos que sea una posibilidad, que Marlen resulte ser esa híbrida bruja-gnomo. ¿Qué harás? — insistió Lucius, suponiendo que esto era un juego de la diosa. Aunque Elijah lo negara, él sentía la seguridad de que así era. Y aunque no sonrió, quería hacerlo, porque como beta real, la matanza de híbridos era una injusticia, aunque no lo expresaba por respeto a su líder, quien opinaba lo contrario.—Entonces, si esa pequeña casualidad resulta ser cierta, romperé el vínculo con ella y la asesinaré frente a Dayanara. Porque ll
Echa una furia, Marlen avanzaba por los pasillos hasta que se encontró frente a la majestuosa puerta doble que llevaba al aposento de Elijah. Con ambas manos, agarró las dos perillas y las giró al mismo tiempo, con la intención de descargar su enojo en él. Pero cuando lo vio caminando con Mateo en brazos, todo lo que tenía para decir se esfumó de su mente y simplemente los miró anonadada.—Bienvenida a nuestra alcoba, mi luna.Ella lo vio con los ojos entrecerrados.—¿Cuál es la estrategia ahora? — le preguntó desconfiada, observando la enorme cama y luego a él, que sonreía triunfante. Cuando él fijó su mirada en sus ojos, se encogió de hombros.Ella había calculado todo, incluso su negativa a ser su luna, pero parecía que a él no le importaba su respuesta en lo más mínimo. Si insistía en irse a su habitación, él la haría quedarse donde él quisiera.«¿Te diviertes lo suficiente? Te voy a mostrar algo divertido de jugar al matrimonio feliz», resabio Marlen para sí misma, limitándose pa
Marlen estaba emocionada, dispuesta a entregarse a la pasión, pero lo que no anticipó fue que Elijah de repente se mostró abrumado. Sin apartar la mirada de sus ojos, dio varios pasos atrás y se marchó, dejándola totalmente asombrada y con la boca abierta. —¿Qué acaba de pasar? —susurró con la voz encrespada por la irritación y la frustración. 10 AM: Con su cabello extendido como un manto oscuro sobre la camilla, y con la cabeza apoyada en el hueco ergonómico de esta, Marlen sentía cómo los dedos expertos de la masajista pulsaban sobre su piel con una precisión tan orquestal, que parecía una danza de presión y alivio que bajaba escalonadamente por su columna vertebral. —Esto es delicioso. No se puede negar que esta gente vive como reyes —gimió Sabrina, con un tono que destilaba puro placer, mientras su cuerpo también se abandonaba al lujoso ritual en otra camilla adyacente. —Tienes razón, aunque en realidad lo son— le contestó Marlen, en un murmullo suave, aunque aún le resultaba
—Espera…— le pidió Marlen en el momento que se bajó de su regazo—. Debes utilizar protección, Mateo está demasiado pequeño, no quiero salir embarazada ¿Tienes preservativos?Elijah rompió a reír como si le hubieran contado el mejor de los chistes, y ella al sentirse burlada le dio por el pecho.—¡Auch!, acaso tienes rocas en lugar de pectorales— se quejó arrugando el rostro mientras se miraba las manos.Y él, con una ternura que jamás creyó tener, le agarró una mano, se la abrió, le pasó la lengua de manera sensual por la palma de esta, e hizo lo mismo con la otra, sin apartar su mirada oscurecida de la de ella, y con delicadeza la mordió provocando que ella sintiera como si le hubiera mordido en su sexo.—Nunca he utilizado preservativos, y los anticonceptivos no evitan que puedas salir embarazada. No te funcionarán conmigo— le explicó mientras se ponía de pie, dejándola asombrada cuando tiró del lazo de la bata que ella tenía puesta, y empezó a recorrerle con la mirada cada parte de