El resto de compañeros entran al auditorio y van tomando asiento, quedan muchos lugares vacíos, pero aun así parece que hay bastante gente. Al poco rato entra el profesor, pone su maletín sobre el escritorio y saca varias hojas, nos mira de reojo y al verme me hace una señal con la mano para que me acerque.
Esto hace que todos me volteen a ver, trago saliva con dificultad y sentir todas esas miradas puestas sobre mí me ponen bastante nerviosa y ansiosa. Me levanto de mi lugar y camino hacia el profesor.
—Donna, es bueno verte de regreso y de que te encuentres bien.
—Gracias profesor, también me alegro volver.
Me entrega un examen de cuatro hojas, tiene ejercicios en ambas partes de la cara de la hoja, abro los ojos de par en par mientras reviso el examen; ¡Por Gaia! Es demasiado, espero poder terminarlo a tiempo, menos mal que tenemos tres clases seguidas de algebra. Un pequeño suspiro se me escapa de forma inconsciente.
—Ve a los asientos de atrás y cuando termines puedes volver a tu lugar.
Hago un ligero movimiento de cabeza dándome media vuelta, regresando a mi lugar sólo para buscar mi lapicera e irme a los asientos de atrás. Antes de alejarme, Karla me aprieta levemente del brazo y me da palabras de aliento, le dedico una enorme sonrisa y asiento con la cabeza. Con los ánimos subidos me voy a hacer mi examen.
Durante mi examen, el profesor da su clase con total normalidad, de momentos atisbo la mirada al frente para ver a mis compañeros y entretener por unos instantes mi cerebro, que de los nervios no puedo concentrarme del todo.
El timbre suena, dando por finalizada la primera clase, un ligero suspiro se me escapa ya que todavía tengo dos horas más para terminar este examen infernal. Miro de reojo a mi amiga, que está casi desparramada en el escritorio y no para de ver de reojo a la puerta; se nota que está muy ansiosa por ver a los chicos nuevos, pero debo admitir que me impresiona que no hayan llegado a la primera clase... será que... ¿Se les olvidó venir? Espero que no, eso habla muy mal de ellos o tal vez no quisieron entrar... si ese es el caso... tendríamos a otro par de chicos malos en nuestro grupo.
Mi profesor no para de dar sus explicaciones sobre el tema que está abordando ya que tenemos tres horas seguidas con él, mejor para mí. Luego de un rato termino mi examen, pero antes de entregarlo me cercioro de que todo esté contestado y por si acaso reviso que mis ejercicios estén bien. Satisfecha con el resultado, me levanto de mi lugar y camino hacia el escritorio de mi profesor al tiempo que acomodo las hojas.
Al verme aproximarme a su lugar, el profesor Díaz también se acerca, dando una pequeña pausa a su clase para revisar mi examen, mis compañeros aprovechan este momento para hacer bullicio. Mientras me califica, la puerta se abre y todos se quedan callados repentinamente, puedo sentir como un escalofrío recorre mi ser y me muerdo los labios asustada, miro por encima de mi hombro y mis ojos se encuentran con unos de color dorado, que me observan con detenimiento.
Trago saliva con dificultad y mi cuerpo vuelve a temblar; ese chico... ¿Sera un hijo de la luna? Para ser una cambia formas, tengo el olfato atrofiado y no consigo distinguir entre un hijo de Gaia y un humano, pero sí que puedo percibir las auras y la de él es bastante pesada. Me muerdo el labio con fuerza y trato de ahogar un chillido de auxilio.
Los cuatro se acercan al escritorio y le entregan unos papeles al profesor, sólo en ese momento el despega la mirada de mi examen y revisa lo que le han entregado. Sus ojos se abren por completo y atisba la mirada hacia ellos, tanto él como yo estamos temblando en nuestros lugares, incluso se me ha olvidado como respirar por el miedo que siento.
Alcanzoa ver lo que dicen los papeles de forma breve, menciona algo de la aldea delnorte, alfa y no alcanzo a distinguir el resto, miro en varias direcciones parano leer algo que no me concierne. El profesor firma los papeles y se losentrega.
—Tomen sus asientos jóvenes por favor, hoy toca tres clases seguidas de algebra.
De forma temerosa miro de reojo a los jóvenes que pasan a mi lado, pese que tienen una expresión seria en el rostro, son bastante guapos, en especial el de los ojos dorados. Los cuatro emanan un olor bastante peculiar, pero de entre ellos resalta el de aquel chico, que, pese a que es ligeramente más bajo que sus compañeros, llama mucho la atención, al menos para mí. Él me voltea a ver de forma repentina haciendo que un pequeño chillido de susto se me escape; parece ser que no fui nada disimulada con mirarlo, ahora me siento como una idiota.
—¿Tan fácil se asustan los zorros? — Murmura suavemente y me dedica una sonrisa maliciosa.
Trago saliva, pero siento que he tragado aire. Sus ojos dorados me miran con atención de arriba abajo, este tipo emana un aura de poder y dominio, su presencia es tan abrumadora que mis rodillas me fallan, tengo que sostenerme del escritorio del profesor para no caer al suelo.
De forma bastante amenazadora me toma del brazo y me acerca a él de un fuerte tirón, ambos nos observamos con suma atención; si... definitivamente él tiene algo especial, lo puedo notar en todo su ser y eso me aterra bastante.
—Estas en los dominios de la manada Los hijos de Fenrir... te recomiendo que te mantengas alejada de los problemas y no causes alboroto... de lo contrario, me veré obligado a tomar medidas contigo... zorro.
Habla en un tono bastante bajo y amenazador, lo peor es que su expresión es serena y relajada, pero su postura de dominio me dice todo lo contrario; es verdad que ellos suelen ser muy territoriales, en especial con otros hijos de Gaia, espero que podamos llevarnos bien o mínimo que me tolere.
—N-No se dé qué me habla... y-yo nunca me meto en problemas...
Sus amigos han detenido su paso al ver que él se ha quedado atrás, esto hace que mi miedo empeore, al punto que la cabeza me da vueltas, espero no desmayarme en cualquier momento. Al no notar ninguna chispa de mentira me suelta y me dedica una mirada de satisfacción, sin decir nada más caminan hacia sus lugares, para mi mala suerte, toman asiento justo detrás de nosotras, para suerte de Karla los nuevos se han sentado cerca.Regreso la vista al profesor que no ha dejado de temblar, puedo ver que ya ni está revisando a conciencia mi examen, simplemente pasa la vista rápidamente y con nerviosismo. Cuando termina de “revisarlo” me califica con un diez y me lo entrega.—Felicidades, pasaste con diez el modulo anterior, recuerda no aflojar el paso.Niego con la cabeza fervientemente y regreso a mi lugar sin levantar la vista del piso, apenas me desplomo en mi asiento, mi amiga me toma del brazo y me dedica un baile de cejas bastante divertido. Abro la boca para decirle que debe tener cuida
—Tranquila… que estamos frente a medio campus, pero si quieres… podemos vernos a solas en otro lugar— Dice entre pequeñas risas.Nuestro pequeño alboroto llama la atención de mi amiga. Ella al ver mi rostro rojo me pregunta si estoy bien, yo de forma nerviosa le contesto que sí y por alguna extraña razón asiento con la cabeza de forma enérgica, una vez que su curiosidad se ha calmado, volteo a ver a Reese con un pequeño puchero dibujado sobre mi rostro, él me dedica una sonrisa triunfadora y galante para luego entregarme mis pastillas; en estos momentos me pregunto si valió la pena pasar por esta bochornosa situación para recuperarlas.Salimos del edificio y mi amiga me pregunta por mi hermano, Darren. Le cuento de forma breve lo que hablé con él y en medio de nuestra conversación, ella suelta un fuerte chillido ya que se ha acordado de algo, me toma del brazo y se cuelga de mí, haciendo que mi cuerpo se vaya para la izquierda.—Ahh si… se me olvidaba, recuerda que tenemos una fiesta
—Sabes Donna… no pensé que fueras a regresar a la escuela, si yo fuera tu… no lo haría, estaría realmente avergonzada por lo sucedido.Bianca, me mira por encima de su hombro y me dedica una sonrisa sarcástica, decido ignorar sus absurdas provocaciones; menos mal que mi lado Gaia no está muy arraigada a mí, de lo contrario ya le hubiera lanzado un hechizo. Karla está por responderle, pero yo la detengo diciendo que no vale la pena, en especial porque la maestra podría pensar que nosotras estamos causando alboroto.Ella refunfuña y sigue con lo suyo. Al ver que no pienso ceder ante sus provocaciones, Bianca empieza a actuar de forma desesperada, como si estuviera arremedando todo lo que hice hace un tiempo atrás, sus amigas le siguen el juego y empiezan a burlarse también de mí. La maestra al ver esto, las reprende de forma severa y le baja tres puntos a cada una.Ellas se enojan conmigo y me dedican miradas de odio; como si yo tuviera la culpa de que sean estúpidas y cabezas huecas… ¿
—Gracias estúpida, no sabía cuánto más iba a tardar la fila, menos mal que nos ocupaste lugares. —Disculpa— Interviene Gabriel. —Nosotros llevamos rato haciendo fila, así que ponte al final de la cola como todos los demás. Ella se gira hacia nosotros, molesta y frunciendo el ceño completamente ofendida; viéndola desde esta perspectiva me recuerda mucho a una rata de esas que no tienen pelo en el cuerpo, a ella le sienta fatal fruncir el ceño. —Mira, te lo perdono porque eres nuevo y te lo voy a explicar— Se planta frente al chico de un metro ochenta. —Me importa un carajo sus necesidades, yo soy la que está por encima de toda esta prole mugrienta y si te digo que te hagas a un lado, lo haces, sin rechistar, ya sea que lleves horas esperando, no me importa… tú haces lo que te digo y se acabó. Pone sus manos sobre sus caderas y toma una pose de diva, luego con su mano derecha hace para atrás su melena dorada; recuerdo que una vez me dijo Karla que alguien debería raparla, ya que siem
—Reese, no dejes que tu sangre te domine… son simples humanos, no se comparan al poder de un cambia formas… por favor Reese, reacciona. Ignora mis palabras, se gira hacia Adrián. Él en vez de retractarse de sus palabras o de llevar las cosas tranquilas, le da un puñetazo en la cara. Puedo sentir como mi alma quiere abandonar mi cuerpo, ese es el peor error que pudo haber cometido ese estúpido… y todo por culpa de la imbécil de su novia. Pese a que Reese ha recibido un puñetazo en la cara, él ni se inmuta, posa su mano derecha sobre el brazo del deportista y la aleja de su rostro, puedo ver como Adrián tiene los ojos abiertos de par en par y trata de recuperar su brazo, pero no puede. En ese momento me pongo enfrente de él cachorro, la expresión de su rostro da demasiado miedo. —¡Adrián, pídele disculpas! — Grito aterrada y desesperada. —¿¡Que?! — Exclama él enojado y ofendido. —¡Claro que no! Nunca haría tal cosa. Puedo ver como Reese va apretando cada vez más su agarre, haciendo
Separa un poco sus labios de los míos y me ve directo a los ojos, su pecho sube y baja de forma frenética al igual que el mío; madre Gaia... tengo mucho miedo de Reese, pero al mismo tiempo... siento... una extraña atracción hacia él y no entiendo por qué.—Lo sé… sé que te duele… pero no pienso detenerme ahora…Vuelve a enterrar sus dientes sobre mi piel haciendo que suelte otro chillido de dolor. Una sensación de escozor se va esparciendo por esa zona, él poco a poco va aflojando su agarre y paso mis manos por su espalda, arañándolo con fuerza, esperando a que este dolor se acabe pronto.Reese suelta un fuerte gruñido y apoya más su cuerpo contra el mío, impidiéndome escapar, pero la verdad es que no tengo intención de hacerlo… no quiero que se enoje más. Pone sus manos sobre mis caderas y vuelve a enterrar sus garras.Cuando por fin deja de morderme, relaja su cuerpo por completo, pero sigue sin levantarse de encima de mí, es como si estuviera dándome a entender que él es quien man
—Tu familia es única, de eso no hay duda… es la primera vez que escucho que un humano decide quedarse con un cambia formas, normalmente terminan huyendo cuando se enteran de eso, la presión y el impacto les puede más.—Si— Suelto una risa nerviosa. —Imagino que mi papá está demasiado enamorado de mi mamá y por eso decidió quedarse, no veo otra explicación.—Eso debe ser.Se pierde en sus pensamientos por un rato mientras sigue jugando con mi cola. Fastidiada, decido golpearle la cara con suavidad con ella, esperando a que reaccione y afortunadamente mi plan funciono, ya que él vuelve a la realidad y me voltea a ver con el ceño fruncido.—¿Ya podemos volver? De verdad tengo frío y quiero darme un baño… no soy como tú, que le gusta estar entre la naturaleza.—Deberías intentar conectar más con tu lado animal, te puede ayudar a liberar mucha presión e incluso… podría librarte de la depresión que tienes— Me mira directo a los ojos, su expresión es tranquila y serena. —No somos humanos Don
Apenas llego a mi cuarto, me siento en la orilla de la cama, todavía puedo sentir mi entrepierna húmeda, se siente extraño, hacía tiempo que no la sentía así... en realidad... es la primera vez que estoy de esta forma. Un fuerte resoplo se me escapa y me sobo la frente con la yema de mis dedos, tratando de aclarar las ideas de mi cabeza, no me gusta mucho la idea de estar cerca de un hijo nacido bajo la luna, suficiente tenía con mi padre y hermano.—Y yo que pensaba que mi primer día seria tranquilo, aburrido y monótono, pero fue todo lo contrario, me encontré con otros cambia formas, me persiguió uno de ellos por el bosque y encima me empezó a morder y arañar… no puedo creer que todo eso haya pasado en un par de horas… creo que debí quedarme en casa por unos días más…Resoplo una y otra vez, sorprendida y extrañada por todo lo que me ha pasado. Sin perder más el tiempo, busco un cambio de ropa y me meto a bañar. Mientras lavo mi cuerpo, paso mis dedos por donde él me ha mordido y pu