Sus amigos han detenido su paso al ver que él se ha quedado atrás, esto hace que mi miedo empeore, al punto que la cabeza me da vueltas, espero no desmayarme en cualquier momento. Al no notar ninguna chispa de mentira me suelta y me dedica una mirada de satisfacción, sin decir nada más caminan hacia sus lugares, para mi mala suerte, toman asiento justo detrás de nosotras, para suerte de Karla los nuevos se han sentado cerca.
Regreso la vista al profesor que no ha dejado de temblar, puedo ver que ya ni está revisando a conciencia mi examen, simplemente pasa la vista rápidamente y con nerviosismo. Cuando termina de “revisarlo” me califica con un diez y me lo entrega.
—Felicidades, pasaste con diez el modulo anterior, recuerda no aflojar el paso.
Niego con la cabeza fervientemente y regreso a mi lugar sin levantar la vista del piso, apenas me desplomo en mi asiento, mi amiga me toma del brazo y me dedica un baile de cejas bastante divertido. Abro la boca para decirle que debe tener cuidado con ellos, pero el profesor no me da tiempo de nada y sigue con su clase, puedo notar que está bastante nervioso.
A mitad de la clase, siento su pesada mirada sobre mi espalda, trato de ignorarlo, pero no puedo, así que decido mirar un poco por encima de mi hombro y me topo con preciosos ojos dorados, mi piel se eriza y regreso la vista enseguida al frente.
La clase de algebra termina y todos salen como caballos desbocados del auditorio, Karla y yo esperamos a que todos salgan para poder irnos tranquilas, ya que la siguiente clase es una de la que menos le gusta.
—Ahora nos toca ir…al laboratorio... hurra— Dice con sarcasmo lo último.
Una de las razones por las cuales detestamos química es porque, muchas veces hemos hecho explotar los tubos de ensayo, claro que gracias a nosotras las clases se han tenido que suspender varias veces. Aun no me explico como la maestra nos aguanta en su clase, pero me alegro que lo haga, de lo contrario reprobaríamos la materia sin remedio.
—Odio química, lo detes….
—Disculpen— La voz de aquel tipo nos interrumpe de forma repentina. —¿Les molesta si las acompañamos?
Mi amiga voltea a verlos y puedo ver como sus ojos brillan con intensidad, una sonrisa tonta se dibuja en sus labios y se aferra a mi brazo con fuerza, al punto que me la ha entumido.
—¡Seguro, si! — Grita cerca de mi oído, su voz se volvió chillona. —Es difícil encontrar el laboratorio ya que no está en este edificio, está en el de enfrente… el de la izquierda…— Me voltea a ver. —¿O era el de la derecha? — Susurra suavemente.
—Está saliendo de este edificio a mano izquierda, cerca del campo de futbol— Le contesto entre risas.
—¡Eso!
Me río por su reacción, parece una niña viendo a su amor platónico; Karla suele ser una chica bastante extrovertida, pero cuando se acerca un chico que le gusta, se desploma y se vuelve tímida en un parpadeo... es... extraña.
—Por cierto… es extraño referirse a ustedes como… los chicos nuevos.
—Mil disculpas, me llamo Reese.
El chico de los ojos dorados se presenta de una forma amable, muy diferente a como se comportaba antes, espero que se haya dado cuenta de que no represento una amenaza para nadie. Miro de reojo a todos y veo que visten de una forma bastante casual, les sienta bien.
—Ellos son Aarón, Gabriel y Uriel.
Los amigos de Reese tienen uno hermoso color de ojos, Aarón los tiene verdes, Gabriel azules y Uriel grises, lo que si los cuatro tienen la piel un poco bronceada.
—Un gusto— Decimos al unísono.
—Bueno, vamos… que, si la maestra Letta llega antes que nosotros, no nos dejará entrar— Me toma del brazo mi amiga y tira de mi con fuerza para que avance rápido.
Mientras avanzamos por el pasillo, rebusco con desesperación y no encuentro mis pastillas. Al no encontrarlas a simple vista, me suelto del agarre de mi amiga y me agacho, hago como que sigo buscando dentro de mi bulto, de él saco un pedazo de gis rojo y dibujo un pequeño círculo con un diagrama en el suelo, luego un pequeño brillo emana de él y en un abrir y cerrar de ojos aparece mi frasco de medicamentos, lo tomo entre mis dedos y el circulo desaparece.
Me levanto de un salto de mi lugar y cierro mi mochila, le enseño a Karla el frasco y ella suelta un suspiro de alivio igual que yo; menos mal que podemos hacer magia, de lo contrario, tendría que ir a mi habitación y seguramente me perdería la clase de química.
Retomando nuestro andar, siento como Reese se acerca más a mí, al punto que puedo sentir el calor que emana su cuerpo... se siente tan bien que me dan ganas de acurrucarme sobre su pecho, pero esa sensación de confort se aleja rápido y es reemplazado por una de miedo y terror.
—¿A quién le robaste eso? ¿Crees que no me daría cuenta de tu pequeño hechizo? — Me susurra al oído de una forma amenazadora y ronca, esto me intimida bastante, pero a pesar del miedo que siento… no puedo evitar sentirme atraída por esa forma de hablar.
—Son mías, no se las robé a nadie— Refunfuño un poco enojada. —Si no me crees, mira.
De la forma más disimulada posible, le paso mi frasco de medicamentos con nerviosismo. Desde que apareció Reese, no puedo dejar de estar nerviosa y eso me molesta bastante, me recuerda mucho a cuando conocí a Rowan.
—¿Medicamento para la depresión? ¿Ustedes se deprimen? Interesante.
—No te lo di para que vieras de que medicamento se trata, te lo di para que vieras que está prescrito para mí, que no se lo robe a nadie.
Le miro por el rabillo de mi ojo de forma breve y trato de tomar el frasco de pastillas, pero él juguetea un poco conmigo, haciendo que mi mano termine por tocar su entrepierna, asustada aparto la mano enseguida, puedo sentir como mis mejillas se ponen calientes.
—Tranquila… que estamos frente a medio campus, pero si quieres… podemos vernos a solas en otro lugar— Dice entre pequeñas risas.Nuestro pequeño alboroto llama la atención de mi amiga. Ella al ver mi rostro rojo me pregunta si estoy bien, yo de forma nerviosa le contesto que sí y por alguna extraña razón asiento con la cabeza de forma enérgica, una vez que su curiosidad se ha calmado, volteo a ver a Reese con un pequeño puchero dibujado sobre mi rostro, él me dedica una sonrisa triunfadora y galante para luego entregarme mis pastillas; en estos momentos me pregunto si valió la pena pasar por esta bochornosa situación para recuperarlas.Salimos del edificio y mi amiga me pregunta por mi hermano, Darren. Le cuento de forma breve lo que hablé con él y en medio de nuestra conversación, ella suelta un fuerte chillido ya que se ha acordado de algo, me toma del brazo y se cuelga de mí, haciendo que mi cuerpo se vaya para la izquierda.—Ahh si… se me olvidaba, recuerda que tenemos una fiesta
—Sabes Donna… no pensé que fueras a regresar a la escuela, si yo fuera tu… no lo haría, estaría realmente avergonzada por lo sucedido.Bianca, me mira por encima de su hombro y me dedica una sonrisa sarcástica, decido ignorar sus absurdas provocaciones; menos mal que mi lado Gaia no está muy arraigada a mí, de lo contrario ya le hubiera lanzado un hechizo. Karla está por responderle, pero yo la detengo diciendo que no vale la pena, en especial porque la maestra podría pensar que nosotras estamos causando alboroto.Ella refunfuña y sigue con lo suyo. Al ver que no pienso ceder ante sus provocaciones, Bianca empieza a actuar de forma desesperada, como si estuviera arremedando todo lo que hice hace un tiempo atrás, sus amigas le siguen el juego y empiezan a burlarse también de mí. La maestra al ver esto, las reprende de forma severa y le baja tres puntos a cada una.Ellas se enojan conmigo y me dedican miradas de odio; como si yo tuviera la culpa de que sean estúpidas y cabezas huecas… ¿
—Gracias estúpida, no sabía cuánto más iba a tardar la fila, menos mal que nos ocupaste lugares. —Disculpa— Interviene Gabriel. —Nosotros llevamos rato haciendo fila, así que ponte al final de la cola como todos los demás. Ella se gira hacia nosotros, molesta y frunciendo el ceño completamente ofendida; viéndola desde esta perspectiva me recuerda mucho a una rata de esas que no tienen pelo en el cuerpo, a ella le sienta fatal fruncir el ceño. —Mira, te lo perdono porque eres nuevo y te lo voy a explicar— Se planta frente al chico de un metro ochenta. —Me importa un carajo sus necesidades, yo soy la que está por encima de toda esta prole mugrienta y si te digo que te hagas a un lado, lo haces, sin rechistar, ya sea que lleves horas esperando, no me importa… tú haces lo que te digo y se acabó. Pone sus manos sobre sus caderas y toma una pose de diva, luego con su mano derecha hace para atrás su melena dorada; recuerdo que una vez me dijo Karla que alguien debería raparla, ya que siem
—Reese, no dejes que tu sangre te domine… son simples humanos, no se comparan al poder de un cambia formas… por favor Reese, reacciona. Ignora mis palabras, se gira hacia Adrián. Él en vez de retractarse de sus palabras o de llevar las cosas tranquilas, le da un puñetazo en la cara. Puedo sentir como mi alma quiere abandonar mi cuerpo, ese es el peor error que pudo haber cometido ese estúpido… y todo por culpa de la imbécil de su novia. Pese a que Reese ha recibido un puñetazo en la cara, él ni se inmuta, posa su mano derecha sobre el brazo del deportista y la aleja de su rostro, puedo ver como Adrián tiene los ojos abiertos de par en par y trata de recuperar su brazo, pero no puede. En ese momento me pongo enfrente de él cachorro, la expresión de su rostro da demasiado miedo. —¡Adrián, pídele disculpas! — Grito aterrada y desesperada. —¿¡Que?! — Exclama él enojado y ofendido. —¡Claro que no! Nunca haría tal cosa. Puedo ver como Reese va apretando cada vez más su agarre, haciendo
Separa un poco sus labios de los míos y me ve directo a los ojos, su pecho sube y baja de forma frenética al igual que el mío; madre Gaia... tengo mucho miedo de Reese, pero al mismo tiempo... siento... una extraña atracción hacia él y no entiendo por qué.—Lo sé… sé que te duele… pero no pienso detenerme ahora…Vuelve a enterrar sus dientes sobre mi piel haciendo que suelte otro chillido de dolor. Una sensación de escozor se va esparciendo por esa zona, él poco a poco va aflojando su agarre y paso mis manos por su espalda, arañándolo con fuerza, esperando a que este dolor se acabe pronto.Reese suelta un fuerte gruñido y apoya más su cuerpo contra el mío, impidiéndome escapar, pero la verdad es que no tengo intención de hacerlo… no quiero que se enoje más. Pone sus manos sobre mis caderas y vuelve a enterrar sus garras.Cuando por fin deja de morderme, relaja su cuerpo por completo, pero sigue sin levantarse de encima de mí, es como si estuviera dándome a entender que él es quien man
—Tu familia es única, de eso no hay duda… es la primera vez que escucho que un humano decide quedarse con un cambia formas, normalmente terminan huyendo cuando se enteran de eso, la presión y el impacto les puede más.—Si— Suelto una risa nerviosa. —Imagino que mi papá está demasiado enamorado de mi mamá y por eso decidió quedarse, no veo otra explicación.—Eso debe ser.Se pierde en sus pensamientos por un rato mientras sigue jugando con mi cola. Fastidiada, decido golpearle la cara con suavidad con ella, esperando a que reaccione y afortunadamente mi plan funciono, ya que él vuelve a la realidad y me voltea a ver con el ceño fruncido.—¿Ya podemos volver? De verdad tengo frío y quiero darme un baño… no soy como tú, que le gusta estar entre la naturaleza.—Deberías intentar conectar más con tu lado animal, te puede ayudar a liberar mucha presión e incluso… podría librarte de la depresión que tienes— Me mira directo a los ojos, su expresión es tranquila y serena. —No somos humanos Don
Apenas llego a mi cuarto, me siento en la orilla de la cama, todavía puedo sentir mi entrepierna húmeda, se siente extraño, hacía tiempo que no la sentía así... en realidad... es la primera vez que estoy de esta forma. Un fuerte resoplo se me escapa y me sobo la frente con la yema de mis dedos, tratando de aclarar las ideas de mi cabeza, no me gusta mucho la idea de estar cerca de un hijo nacido bajo la luna, suficiente tenía con mi padre y hermano.—Y yo que pensaba que mi primer día seria tranquilo, aburrido y monótono, pero fue todo lo contrario, me encontré con otros cambia formas, me persiguió uno de ellos por el bosque y encima me empezó a morder y arañar… no puedo creer que todo eso haya pasado en un par de horas… creo que debí quedarme en casa por unos días más…Resoplo una y otra vez, sorprendida y extrañada por todo lo que me ha pasado. Sin perder más el tiempo, busco un cambio de ropa y me meto a bañar. Mientras lavo mi cuerpo, paso mis dedos por donde él me ha mordido y pu
Antes de que pueda seguir hablando, con una de sus manos hace a un lado el cuello de mi suéter y revisa la marca que ha dejado.—Me gusta como se ve, ahora dime ¿De que querías hablar?—Precisamente de esto— Señalo la marca con mucho énfasis. —¿Podemos llegar a un acuerdo? Te juro que no fue mi intención llegar a algo tan íntimo, la verdad es que… cuando mi madre me dio la explicación de esto no preste atención y…—No es mi problema Donny, lo hiciste y yo acepté tu propuesta, ahora eres mía y no voy a cambiar de idea.Sus palabras me sorprenden, abro los ojos de par en par y mi mente se vuelve todo un caos, es verdad que no es culpa suya que no supiera sobre estas reglas sobre los hijos de Gaia, pero… mínimo debería darme una oportunidad de anular esto.—Entiendo Reese, pero… al menos podrías… contemplar la idea, por favor.—Quizás, de momento la respuesta es no, ahora vamos a las gradas, tengo ganas de tomar aire fresco.Asiento con la cabeza y salimos de mi habitación. Mientras anda