Por la discusión que tuve con mi madre, me dio insomnio, así que decidí leer un rato más hasta que el cansancio me gano, ahora estoy pagando las consecuencias de mi desvelada. Con toda la flojera del mundo tomo mis maletas y camino con "entusiasmo" a la puerta principal, mis padres se ven muy, pero que muy emocionados por llevarme al campus, están que desbordan de alegría.
En el camino, estamos hablando sobre nuestros futuros planes para navidad, que todavía faltan unos dos meses y lo que queda más cerca es Halloween; a mi madre casi no le gusta celebrar esas fiestas, pero a nosotros tres nos encanta, normalmente esta festividad la paso con mi familia, pero este año quiero pasarla con mi amiga Karla, sólo espero que no me diga que se quiere disfrazar como el año pasado, que fue horrible porque mi madre eligió los disfraces.
Pasado una hora y media hora llegamos al campus, mi papá se baja del carro al igual que mi mamá, abro la puerta del coche y con mucha dificultad me bajo de él por todas las maletas que traigo encima, mi papá me ayuda a bajar. Mientras bajamos las cosas, mi madre no para de decirme que debo estar pendiente de mis medicamentos, mi teléfono, de las clases, que debo prestar atención a mis maestros y hacer mis deberes.
—Cuidate mucho cariño y recuerda, llamame siempre que lo necesites y aunque no lo necesites, llamame.
Me toma de las mejillas y las aprieta con fuerza, impidiéndome que pueda hablar con claridad, padre me da un beso en la frente y revuelve de forma juguetona mi cabello.
—Bueno cariño, cuidate y no se te olvide que debes entregar todas tus tareas, portate bien y no faltes a ninguna clase, si sales con Karla mandanos mensaje y dinos a donde irán... recuerda que los espíritus se ponen muy inquietos en estas fechas.
Asiento con la cabeza, madre no me ha dejado de apretar las mejillas.
—Te amo cielo, no lo olvides.
Niego con la cabeza, ella deposita un beso en mi frente y me suelta, antes de subirse al auto, me abraza con bastante fuerza al igual que mi padre. Una vez que terminan con su extensa despedida, por fin me dejan marchar.
Estando dentro del edificio de las habitaciones, un fuerte resoplo se me escapa, relajo el cuerpo y me encamino hacia mi habitación. Andando por los pasillos, miro de reojo a algunos de los estudiantes, me siento intimidada por estar rodeada de todas estas personas, tomo un poco de aire y lo dejo salir con suavidad.
Llego hasta mi habitación y abro la puerta, asomo la cabeza y veo mi amiga sentada sobre su silla, moviéndose de un lado a otro y haciéndola de adelanta atrás, las ruedas rechinan levemente, sus enormes audífonos cubren por completo sus oídos y unas orejas de gato brillan de varios colores, entro al cuarto y dejo mis cosas a un lado, cierro la puerta con suavidad y con mucha lentitud me acerco a ella, luego le tapo los ojos haciendo que ella suelte un chillido de espanto y casi se cae de su silla.
No me imaginé que ella se fuera a asustar de esa forma, pero me ha dado mucha risa verla así ya que siempre es ella quien me mete sustos de muerte, hoy... ha sido mi venganza; parece ser que mi día inicia de maravilla, espero siga así.
—¡Carajo! — Grita asustada y entre risas nerviosas, se quita los audífonos y los pone sobre el escritorio para luego abrazarme con fuerza. —¿Cómo has estado? ¿Hace cuánto llegaste? ¿Cómo están las cosas con tu familia?
—Están todos bien, yo estoy bien y acabo de llegar.
Una de las cosas que adoro de estar en el campus y tener a mi amiga cerca es que nunca estoy sola, Karla y yo nos conocemos desde el kínder y hemos estudiado juntas todos estos años, al igual que con Adrián, pero ese se ha metido en otros asuntos apenas cruzamos a la preparatoria.
Mientras guardo mis cosas, ella me dice todo nuestro horario y de cómo han ido las cosas en el campus desde que me tuve que ir, también me platica lo sola que se ha sentido, poniendo una pose dramática mientras se tira sobre mi espalda "sollozando" de forma desconsolada. Apenas termino de arreglar mis cosas, tomo mi mochila y nos vamos a nuestra primera clase, Algebra.
Caminando hacia el auditorio, no puedo evitar sentirme nerviosa haciendo que mis vellos se ericen, pero trato de mantener la calma, no quiero preocupar a mi amiga, en especial porque se ve emocionada por conocer a los nuevos alumnos. Tomo una gran bocanada de aire y la dejo salir con suavidad.
Mis malditos nervios me engañan, haciendo que mi cuerpo tiemble y mi mente se pone en blanco, mis labios tampoco paran de temblar, debo parecer una gelatina en estos momentos. Karla al ver mi estado, me toma de la mano y la aprieta con suavidad, volteo a verla asustada y ella me dedica una enorme sonrisa.
—Tranquila cari, todo va a estar bien... vamos.
Asiento con la cabeza y entramos, tengo la vista puesta en el suelo, no me atrevo a levantarla; después de lo sucedido con Rowan, Bianca me empezó a hacer la vida miserable, diciéndome que era una puta cualquiera, una ramera que no significaba nada para mi ex y que lo mejor era que me muriera, no entiendo porque se ensaño tanto conmigo, no era mi culpa que Rowan se me haya declarado.
Con la guia de mi amiga, encontramos unos lugares para luego sentarnos y poner las mochilas debajo de nuestros asientos, atisbo la mirada hacia el frente y veo que el profesor no ha llegado, tomo una gran bocanada de aire y miro por encima de mi hombro, puedo notar que hay pocos compañeros, la mayoría de ellos están viendo unas cosas en sus teléfonos.
Un barullo hace que regrese la vista a la entrada del auditorio y veo como entran varios alumnos con la chaqueta del equipo de futbol, el que va enfrente es Adrián, un chico rubio de ojos claros, su sonrisa encantadora hace que cualquiera caiga rendido a sus pies, a su lado esta su novia Bianca, su cabellera pelirroja hace resaltar su belleza y sus ojos verdes, detrás de ellos viene el resto del equipo, todos o al menos la mayoría de ellos son atractivos y vienen acompañados del equipo de porristas, nada fuera de lo normal.
Miro de reojo a mi acompañante, que tiene una expresión de fastidio y aburrimiento al verlos entrar en la sala.
—Pfff... yo esperaba que fueran los chicos nuevos— Murmura entre dientes mi amiga mientras juega con uno de sus mechones de pelo.
El equipo de guapos huecos y sin cerebro se sientan en la parte de en medio ocupando casi todos los asientos. Adrián se sienta a lado de mí, afortunadamente un amplio pasillo nos separa además de dos asientos vacíos, pese a que está algo lejos de mí, su perfume golpea mi nariz, es bastante fresco y masculino, pero eso no evita que piense que usa demasiado. Un pequeño estornudo se me escapa.
—Salud, cari.
—Gracias— Le respondo casi enseguida
El resto de compañeros entran al auditorio y van tomando asiento, quedan muchos lugares vacíos, pero aun así parece que hay bastante gente. Al poco rato entra el profesor, pone su maletín sobre el escritorio y saca varias hojas, nos mira de reojo y al verme me hace una señal con la mano para que me acerque.Esto hace que todos me volteen a ver, trago saliva con dificultad y sentir todas esas miradas puestas sobre mí me ponen bastante nerviosa y ansiosa. Me levanto de mi lugar y camino hacia el profesor.—Donna, es bueno verte de regreso y de que te encuentres bien.—Gracias profesor, también me alegro volver.Me entrega un examen de cuatro hojas, tiene ejercicios en ambas partes de la cara de la hoja, abro los ojos de par en par mientras reviso el examen; ¡Por Gaia! Es demasiado, espero poder terminarlo a tiempo, menos mal que tenemos tres clases seguidas de algebra. Un pequeño suspiro se me escapa de forma inconsciente.—Ve a los asientos de atrás y cuando termines puedes volver a tu
Sus amigos han detenido su paso al ver que él se ha quedado atrás, esto hace que mi miedo empeore, al punto que la cabeza me da vueltas, espero no desmayarme en cualquier momento. Al no notar ninguna chispa de mentira me suelta y me dedica una mirada de satisfacción, sin decir nada más caminan hacia sus lugares, para mi mala suerte, toman asiento justo detrás de nosotras, para suerte de Karla los nuevos se han sentado cerca.Regreso la vista al profesor que no ha dejado de temblar, puedo ver que ya ni está revisando a conciencia mi examen, simplemente pasa la vista rápidamente y con nerviosismo. Cuando termina de “revisarlo” me califica con un diez y me lo entrega.—Felicidades, pasaste con diez el modulo anterior, recuerda no aflojar el paso.Niego con la cabeza fervientemente y regreso a mi lugar sin levantar la vista del piso, apenas me desplomo en mi asiento, mi amiga me toma del brazo y me dedica un baile de cejas bastante divertido. Abro la boca para decirle que debe tener cuida
—Tranquila… que estamos frente a medio campus, pero si quieres… podemos vernos a solas en otro lugar— Dice entre pequeñas risas.Nuestro pequeño alboroto llama la atención de mi amiga. Ella al ver mi rostro rojo me pregunta si estoy bien, yo de forma nerviosa le contesto que sí y por alguna extraña razón asiento con la cabeza de forma enérgica, una vez que su curiosidad se ha calmado, volteo a ver a Reese con un pequeño puchero dibujado sobre mi rostro, él me dedica una sonrisa triunfadora y galante para luego entregarme mis pastillas; en estos momentos me pregunto si valió la pena pasar por esta bochornosa situación para recuperarlas.Salimos del edificio y mi amiga me pregunta por mi hermano, Darren. Le cuento de forma breve lo que hablé con él y en medio de nuestra conversación, ella suelta un fuerte chillido ya que se ha acordado de algo, me toma del brazo y se cuelga de mí, haciendo que mi cuerpo se vaya para la izquierda.—Ahh si… se me olvidaba, recuerda que tenemos una fiesta
—Sabes Donna… no pensé que fueras a regresar a la escuela, si yo fuera tu… no lo haría, estaría realmente avergonzada por lo sucedido.Bianca, me mira por encima de su hombro y me dedica una sonrisa sarcástica, decido ignorar sus absurdas provocaciones; menos mal que mi lado Gaia no está muy arraigada a mí, de lo contrario ya le hubiera lanzado un hechizo. Karla está por responderle, pero yo la detengo diciendo que no vale la pena, en especial porque la maestra podría pensar que nosotras estamos causando alboroto.Ella refunfuña y sigue con lo suyo. Al ver que no pienso ceder ante sus provocaciones, Bianca empieza a actuar de forma desesperada, como si estuviera arremedando todo lo que hice hace un tiempo atrás, sus amigas le siguen el juego y empiezan a burlarse también de mí. La maestra al ver esto, las reprende de forma severa y le baja tres puntos a cada una.Ellas se enojan conmigo y me dedican miradas de odio; como si yo tuviera la culpa de que sean estúpidas y cabezas huecas… ¿
—Gracias estúpida, no sabía cuánto más iba a tardar la fila, menos mal que nos ocupaste lugares. —Disculpa— Interviene Gabriel. —Nosotros llevamos rato haciendo fila, así que ponte al final de la cola como todos los demás. Ella se gira hacia nosotros, molesta y frunciendo el ceño completamente ofendida; viéndola desde esta perspectiva me recuerda mucho a una rata de esas que no tienen pelo en el cuerpo, a ella le sienta fatal fruncir el ceño. —Mira, te lo perdono porque eres nuevo y te lo voy a explicar— Se planta frente al chico de un metro ochenta. —Me importa un carajo sus necesidades, yo soy la que está por encima de toda esta prole mugrienta y si te digo que te hagas a un lado, lo haces, sin rechistar, ya sea que lleves horas esperando, no me importa… tú haces lo que te digo y se acabó. Pone sus manos sobre sus caderas y toma una pose de diva, luego con su mano derecha hace para atrás su melena dorada; recuerdo que una vez me dijo Karla que alguien debería raparla, ya que siem
—Reese, no dejes que tu sangre te domine… son simples humanos, no se comparan al poder de un cambia formas… por favor Reese, reacciona. Ignora mis palabras, se gira hacia Adrián. Él en vez de retractarse de sus palabras o de llevar las cosas tranquilas, le da un puñetazo en la cara. Puedo sentir como mi alma quiere abandonar mi cuerpo, ese es el peor error que pudo haber cometido ese estúpido… y todo por culpa de la imbécil de su novia. Pese a que Reese ha recibido un puñetazo en la cara, él ni se inmuta, posa su mano derecha sobre el brazo del deportista y la aleja de su rostro, puedo ver como Adrián tiene los ojos abiertos de par en par y trata de recuperar su brazo, pero no puede. En ese momento me pongo enfrente de él cachorro, la expresión de su rostro da demasiado miedo. —¡Adrián, pídele disculpas! — Grito aterrada y desesperada. —¿¡Que?! — Exclama él enojado y ofendido. —¡Claro que no! Nunca haría tal cosa. Puedo ver como Reese va apretando cada vez más su agarre, haciendo
Separa un poco sus labios de los míos y me ve directo a los ojos, su pecho sube y baja de forma frenética al igual que el mío; madre Gaia... tengo mucho miedo de Reese, pero al mismo tiempo... siento... una extraña atracción hacia él y no entiendo por qué.—Lo sé… sé que te duele… pero no pienso detenerme ahora…Vuelve a enterrar sus dientes sobre mi piel haciendo que suelte otro chillido de dolor. Una sensación de escozor se va esparciendo por esa zona, él poco a poco va aflojando su agarre y paso mis manos por su espalda, arañándolo con fuerza, esperando a que este dolor se acabe pronto.Reese suelta un fuerte gruñido y apoya más su cuerpo contra el mío, impidiéndome escapar, pero la verdad es que no tengo intención de hacerlo… no quiero que se enoje más. Pone sus manos sobre mis caderas y vuelve a enterrar sus garras.Cuando por fin deja de morderme, relaja su cuerpo por completo, pero sigue sin levantarse de encima de mí, es como si estuviera dándome a entender que él es quien man
—Tu familia es única, de eso no hay duda… es la primera vez que escucho que un humano decide quedarse con un cambia formas, normalmente terminan huyendo cuando se enteran de eso, la presión y el impacto les puede más.—Si— Suelto una risa nerviosa. —Imagino que mi papá está demasiado enamorado de mi mamá y por eso decidió quedarse, no veo otra explicación.—Eso debe ser.Se pierde en sus pensamientos por un rato mientras sigue jugando con mi cola. Fastidiada, decido golpearle la cara con suavidad con ella, esperando a que reaccione y afortunadamente mi plan funciono, ya que él vuelve a la realidad y me voltea a ver con el ceño fruncido.—¿Ya podemos volver? De verdad tengo frío y quiero darme un baño… no soy como tú, que le gusta estar entre la naturaleza.—Deberías intentar conectar más con tu lado animal, te puede ayudar a liberar mucha presión e incluso… podría librarte de la depresión que tienes— Me mira directo a los ojos, su expresión es tranquila y serena. —No somos humanos Don