—No lo sé, pero si se queda aquí— Se queda callado por un momento. —No creo que quieras verla morir mientras su cuerpo es corrompido,—No pienso abandonar a mi esposa, quizás.... quizás en el templo principal de Gaia puedan ayudarnos, ellos deben saber algo.—Pero de no ser ese el caso— Tomo el rostro de Reese entre mis manos, mis dedos juegan un poco con los pequeños nudos que se le forman. —Reese... sino...—¡No lo digas! — Exclama enseguida. —No lo digas.... no.... — Su tono de voz es bajo, casi inaudible. —Encontraremos una forma de ayudarte, si tengo que viajar a los confines de la tierra y pelear cara a cara contra la oscuridad yo mismo para liberarte, lo haré, pero no pienso perderte.Sin decir nada, Rowan sale de la habitación, dejándonos solos. En estos momentos no hay palabras para describir lo que sentimos Reese y yo, pero gracias a nuestro enlace lo sentimos a la perfección, ambos estamos desolados y llenos de tristeza, nunca imagine que algo así pudiera pasar, tengo miedo
Caminamos hacia el enorme templo, me aferro con fuerza al brazo de mi marido, quien siempre me ha sabido infundir de sentimientos positivos, en nuestro andar, he notado que Nue se muestra muy inquieto, al punto que parece nervioso.Entramos al templo y me dice Kenjiro que debo purificar mi cuerpo, que es verdad que la corrupción todavía no es muy palpable, pero prefiere evitar llegar a ese punto, porque puede ser un camino sin retorno. Aprieto con más fuerza el brazo de Reese.—Para eso, tendremos que llamar a los ancianos, ellos conocen el ritual mejor que nosotros.Nos llevan hasta una enorme sala, en las paredes hay varias imágenes de Gaia, el lugar se siente tranquilo y relajado, el aire es tan liviano que pareciera que estamos en la cima de una montaña, los guardianes nos indican que esperemos ahí mientras ellos van a buscar a los demás.Reese y yo decidimos echar un vistazo al lugar, las imágenes que están plasmadas en las paredes nos enseñan la creación del mundo, los primeros
Han pasado varios días desde que se han encerrado con Donna, nadie sale a decirme nada y estoy con los nervios a flor de piel, más con todas las emociones negativas que tiene, de momentos siento felicidad, pero es tan breve que podría pasar desapercibido. En este tiempo, hemos notado un cambio muy notorio en el ambiente, los guerreros se han puesto alertas... algo no va bien.Como todas las noches, me he quedado sentado en el pasillo frente a la puerta que me separa de mi esposa, no quiero apartar la mirada ni por un segundo, el lugar está en completo silencio o al menos así era hace unos momentos, ya que a la distancia escucho los pasos apresurados de alguien, miro en dirección al sonido y veo a un guerrero con la respiración agitada, noto varias gotas de sudor en su frente.—¡Acechadores atacan! — Grita con desesperación y tomando grandes bocanadas de aire.Enseguida me levanto de mi lugar y camino en su dirección, pero enseguida me detengo y miro por encima de mi hombro la puerta,
—Sé que Donna podrá salir de esto, ha demostrado que es fuerte y ha superado varios obstáculos sola, esta no es la excepción, confío en ella.Suelta una risa ligeramente sarcástica para después sentarse en el suelo, les he hecho una señal con la cabeza a Gabriel y Uriel de que se vayan, ellos no quieren dejarme solo con él, pero obedecen mis órdenes y se van. Una vez que estamos solos, también vuelvo a sentarme, contemplando el fuego.—Al menos tu confías en ella y la aprecias.—Si tanto la querías ¿Por qué la traicionate de esa forma?—Por imbécil— Responde en un tono jocoso y se empieza a reír. —Sé que es estúpido, pero.... cuando la corrupción empezó a tener efectos físicos en mí, vi como otras mujeres me miraban, mujeres que nunca antes se hubieran fijado en mí, eso me subió mucho el ego.—¿No te basto con la única mujer que se fijó en ti sin importar tu físico?—Es fácil para ti decirlo, tú tienes la atención de todas, eres el típico hombre que todas desean y quieren.—Y creeme,
Donna.¿Por qué me siento tal liviana? Hace unos instantes me sentía muy pesada, como si algo me impidiera salir a flote, pero ahora... ese peso se ha ido casi en su totalidad ¿Por qué? No lo entiendo... ¿Qué está ocurriendo?Mi respiración es tranquila y suave, ya no estoy agitada, no tengo miedo. De entre la oscuridad veo un pequeño haz de luz, ilumina esta oscuridad tan espesa. Esto hace que me apresure a ese punto, desesperada y ansiosa por alcanzarlo, siento que estoy acercándome a la salida.Mientras más me acerco puedo escuchar una voz a la distancia, es la de un hombre, se me hace tan familiar, pero no consigo recordar de quien se trata. Esa voz crea en mí una sensación de protección, sanación, amor... es algo muy curioso ¿Cómo es que esa voz puede crear eso en mí? En especial porque no conozco al dueño de esa voz tan cálida y amable.Un inmenso alivio se apodera de mí, luego un montón de imágenes empiezan a pasar por mi mente. Lo que más destaca de todo son unos hermosos ojos
—Es bueno ver que lograste superar a la oscuridad, no cualquiera puede resistirla.—Y no lo hubiera logrado sin la ayuda de mi marido.Le explico al anciano que me ha hablado sobre lo que viví ahí, todos escuchan atentamente mi experiencia y se sienten impresionados por el fuerte lazo que tenemos Reese y yo. Dos de ellos me ayudan a sentarme, pero enseguida bajo la mirada haciendo que abra los ojos de par en par.—Cuando llegaste al templo, ya estabas embarazada.Mis manos se posan sobre mi vientre levemente abultado, es verdad que antes de viajar tenia mis sospechas, pero no pude hacerme una prueba de embarazo por el inesperado viaje al templo de Gaia. Una pequeña sonrisa se dibuja en mis labios al ver mi vientre y lo acaricio con suavidad.—Le avisaremos a tu marido que estas bien.—No hace falta, seguramente ya debe venir para acá.Tal y como predije, Reese apareció en menos de diez minutos. Mi vientre abultado no es la única sorpresa que he tenido el día de hoy, ya que una enorme
Hemos hablado con Kenjiro y él ha invocado una junta con los dos líderes de los clanes, Reese les ha explicado la razón por la cual necesitamos a uno de sus herreros, ellos se muestran reacios a darnos a uno, gracias a Gaia, Kenjiro trató de persuadirlos, pero seguían sin mostrarse convencidos, así que tuvo que intervenir el ancestro de mi esposo, diciendo que nuestro clan es uno de los primeros y que hemos sobrevivido a la adversidad, que es verdad que ya no forman parte del templo de Gaia como hace siglos atrás, pero que seguimos siendo de los primeros clanes “Los hijos de Fenrir”. Al señor Björn si le hicieron caso y nos entregaron a uno de sus herreros más jóvenes cada respectivo clan. Con la ayuda conseguida, volvemos a Avalos. Con la llegada de los herreros al clan, tenemos otra problemática, encontrar una mina para extraer minerales y que puedan ponerse a trabajar, menos mal que mis abuelos se han ofrecido a ayudarnos, a cambio de fabricar armaduras para ellos también. Me parec
Reese.El día de la emboscada ha llegado, me siento muy ansioso, mi sangre de lobo está excitada, la idea de salir a cazar siempre ha provocado eso en mí. Estamos partiendo hacia el punto de encuentro cuando mi hijo se ha acercado a mí, diciéndome que espera que vuelva pronto y con bien a casa; pese a que es un niño de dos años, es bastante inteligente. Le dije que, en mi ausencia, él tiene que cuidar de su mamá y de su hermanito, sus ojos brillan, decidido a cumplir con su misión.Regresa a lado de su madre, feliz y lleno de vida, observo a mi esposa caminar de regreso a la casa, le está costando mucho trabajo mantenerse de pie ya que todavía sigue medio dormida. Apenas veo que la puerta de mi casa se cierra, retomo mi camino.Llegamos hasta nuestro destino y los guardianes de Gaia empiezan a crear trampas mágicas para paralizar a los acechadores; gracias a la ayuda de los ancianos del templo de Gaia y de mi ancestro, hemos logrado hacer que Rowan pueda separarse de Donna por mucha m