¡Estos dos me van a volver loca! ¿Qué les está pareciendo la historia del obstinado más silencioso de los Nukak?
Aluhe quiso dejar de respirar, el olor a ese idiot4 está por todos lados en el piso, lo que le hace saber que se fue hace poco. Es nauseabundo para él estar sintiendo ese olor allá donde vaya y más cuando lo siente desde el cuerpo de Gazania. ―¿Estás lista? ―Entró a la habitación y deseó no haberlo
―Ahí está mi nuera. ―Tanok abrió los brazos y la refugió entre ellos. ―Mis nietos te están poniendo más hermosa de lo que eres. ―Sonrió. ―¡Cuñadita! ―Tahiel la alzó por los aires. ―Dioses, mis sobrinos están enormes. ―Agrandó la sonrisa. ―¡Gazy! ―Tanik corrió a ella para hablarle a sus sobrinos. ―
Gazania lo miró descolocada, ¿De qué está hablando él? ¿Se puede ser más tonto en la vida? Pasando la mano por su vientre para relajar un poco la tensión y que sus hijos no sientan lo que ella, respiró hondo. ―La Diosa Luna nos hizo destinados por alguna razón, Aluhe, y estoy de acuerdo contigo. ―L
―No he estado con más nadie. ―Aluhe frunció el ceño. ―Nunca me acosté con David… yo… ―¿He sido el único? ―Preguntó con asombro y al verla asentir cerró los ojos con fuerza. ―Eso significa que sigues algo inocente. ―Mordió su labio, no debió decirle eso, ahora siente que no le queda ni un poco de se
―Lo sé. ―Aluhe aceleró sus movimientos. ―También me siento igual, muñeca. ―Su voz gruesa parecía quemarle la garganta, está tan excitado que no puede expresarlo. Treinta y siete años, un mundo de mujeres a las que se ha follado y solo la mujer bajo su cuerpo ha sido capaz de llevarlo a un punto en
¿Quién dijo que la guerra se detendría al aceptarse uno al otro? ¿Quién fue el que le mintió que una vez aceptara a su luna todo cambiaria para bien? Enloquecedor, así se siente tener a una mujer embarazada y extremadamente celosa. Gazania es de armas tomar, sabe lo que tiene por pareja, confía ple
―Muñeca. ―Acarició su ano. ―De verdad me encantas por completo. ―Gazania se tensó al sentir el dedo invadiendo su cavidad anal. ―Por favor… déjame hacértelo por aquí. ―No. ―Se negó. ―Y es mejor que saques tu dedo de ahí y no me bajes la calentura con tus ruegos. ―Aluhe gruñó desesperado y tomándola
―Tienen coraje para presentarse en mi territorio. ―Ikal soltó la copa, si bien solo era la hija mayor de Christian Bannock y otros acompañantes que no suponían un peligro, ellos no habían sido invitados. ―He venido a ver a mi hija, alfa Ikal, ¿Algún pecado en eso? ―Aluhe frunció el ceño y abrazó pr