El tipo, el maldito, me mira confundido, como si pensara que estoy bromeando. Pues no, no estoy bromeando. Lo que estoy sintiendo ahora es algo mucho peor que ira. Es una rabia ciega. No sé por qué, pero me molesta todo. —Artem, por favor... —Kukla me aprieta la mano, tratando de calmarme—. No es
—¿No quieres que sea positivo? —murmuro en un tono bajo, buscando su mirada—. ¿No quieres un hijo conmigo?. Sus ojos reflejan una profunda incertidumbre. —No es eso —responde en voz apenas audible—. Solo... no estoy segura. Me siento incapaz de criar a un niño. —¿Lo deseas? —pregunto mientras aca
|Aisling Renn| Me miro en el espejo y, de inmediato, una sonrisa se dibuja en mi rostro. El vestido blanco que llevo puesto cae con suavidad, moldeándose a mi figura. El escote en V me resulta cómodo y realza mis rasgos de forma sutil, mientras las mangas abullonadas le aportan un aire romántico q
Alaric mira hacia mí antes de responder. —Agua mineral para los dos, por favor —dice con naturalidad, sin necesidad de que yo diga nada. El mesero asiente y desaparece rápidamente. Alaric se inclina hacia adelante, apoyando los codos en la mesa y entrelazando los dedos. Su mirada, cálida e inquisi
Mis ojos se abren de par en par mientras miro la cajita, luego a Alaric, que me observa con una mezcla de ternura y nerviosismo. —Alaric... —murmuro, incapaz de decir más. —Ábrela —me dice, inclinándose un poco hacia adelante. Mis manos tiemblan ligeramente mientras tomo la cajita. La textura sua
|Dorothea Weber| Aquí, en la mansión de Lin, todo es alegría con esta celebración que se ha organizado para nosotras tras anunciar la noticia de nuestros embarazos. Como si fuera poco, también estamos celebrando su compromiso con el ogro de Alaric. Artem me observa de reojo desde su lugar, cerca d
Sus palabras quedan en el aire cuando el "gringo" lo interrumpe con un codazo rápido. Todos sabemos que Alonso es un imprudente, pero también sabemos que su novio tiene talento para controlarlo. —Sí, es mi novia —responde Marcus, esbozando una sonrisa incómoda mientras sus ojos se desvían hacia Ais
Sin pensarlo dos veces, empiezo a avanzar con sigilo, escudriñando entre los arbustos. Lin me agarra de la blusa, intentando detenerme, pero la curiosidad siempre me gana. Ella podrá ser una cobarde, pero yo no. Y entonces los vemos. Entre los arbustos, escondidos en un rincón del jardín, están ell